Vida De Oración 2

La Actitud Al Orar

By Richard Martinez, Pastor, January 09, 2019

INTRODUCCIÓN

Lo cierto es que la oración es la disciplina más importante que cualquier persona debe tener. Digo que es la más importante porque si hay algo que estoy seguro es que cuando estamos en tribulación, angustia, dolor, persecución, bajo crítica, vituperio, desesperación, amargura, confusión, enfermedad, escasez o ataque; la oración no siempre nos saca de esta situación, pero nos ayuda a encontrar paz en medio de ellas.

Me explico; no es que DIOS no contesta nuestras oraciones, claro que DIOS contesta nuestras oraciones, pero hay situaciones que tenemos que enfrentar y punto y cuando las estamos enfrentando la oración sirve para producir una paz inexplicable mientras atravesamos el proceso.

Uno de los mayores errores que cometemos cuando oramos es que nos preocupamos más de lo que vamos a decir en la oración, que la actitud cuando oramos. Cuando en realidad en ocasiones la actitud es mucho más importante que las palabras. Por esta razón en este mensaje de hoy queremos aprender de la actitud que debemos tener a la hora de orar.

Mensaje

Lo que dijo JESÚS de la actitud

En Lucas 11: 1 nos dice que: Una vez, Jesús estaba orando en cierto lugar. Cuando terminó, uno de sus discípulos se le acercó y le dijo: Señor, enséñanos a orar, así como Juan les enseñó a sus discípulos. Para este tiempo JESÚS ya había enviado a sus discípulos a echar fuera demonios, sanar enfermos, etc. y ellos habían regresado habiendo ya experimentado el poder de DIOS. Sin embargo, al parecer este discípulo estaba observando a JESÚS orando y le debió haber impactado la forma en que vio a JESÚS orar, que quiso que JESÚS les enseñara a orar.

No es que él no oraba, no es que él no sabía orar, sino que él al parecer quería descubrir algo nuevo en la oración, quería algo más en relación a la oración, quería profundizar en relación a la oración.
Yo creo que todos nosotros podemos estar de acuerdo que si nos preguntan que si debemos mejorar nuestra vida de oración la contestación de todos es que sí; esto es tanto para el que ora, como el que no ora; tanto para el que es consistente como el que no es consistente, para el que ora por horas o por minutos. Todos nosotros tenemos un sentimiento de que no oramos lo suficiente y es normal; porque la oración nos lleva a una relación más profunda con DIOS. Y al parecer este discípulo no sólo vio cómo era que JESÚS oraba, sino que conocía el nivel de profundidad de relación que JESÚS tenía con el PADRE y anhelaba ese nivel de profundidad en la relación.

La oración no es lo que determina el amor de DIOS por nosotros; pero es lo que determina nuestro nivel de relación e intimidad con DIOS. Por eso, cuando JESÚS le contesta al discípulo; al principio no le habla de cómo orar, qué palabras decir, cómo hacer, etc.;sino que lo primero que JESÚS le habló y enseñó fue de la actitud que debían tener en el momento de orar. Como dije anteriormente. Muchas personas no se percatan que la actitud al orar es más importante que las palabras que decimos cuando oramos. Por eso es que JESÚS les enseñó de la actitud de orar, antes de enseñarles de cómo debían orar.

Esto lo vamos a retomar en Mateo 6: 5 – 7 que es el mismo relato que Lucas 11; pero nos dice Mateo 6: 5 - 7:

»Cuando ores, no hagas como los hipócritas a quienes les encanta orar en público, en las esquinas de las calles y en las sinagogas donde todos pueden verlos. Les digo la verdad, no recibirán otra recompensa más que esa. 6 Pero tú, cuando ores, apártate a solas, cierra la puerta detrás de ti y ora a tu Padre en privado. Entonces, tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará.7 »Cuando ores, no parlotees de manera interminable como hacen los seguidores de otras religiones. Piensan que sus oraciones recibirán respuesta solo por repetir las mismas palabras una y otra vez. ***8 ***No seas como ellos, porque tu Padre sabe exactamente lo que necesitas, incluso antes de que se lo pidas.

JESÚS comienza enseñando de la manera o la actitud que no debemos tener cuando oramos; ÉL explica que nuestras oraciones no deben ser para buscar el reconocimiento de nadie o impresionar a nadie. Hay personas que hacen eso, hay personas que son muy elocuentes en la oración (lo cual está bien); pero les fascina orar para ser admirados por los demás. Pero en lo que nos queremos enfocar es en la actitud que debemos tener y todo comienza con identificar y reconocer primeramente antes que nada a Quién estamos orando. Cuando reconocemos a quién estamos orando eso cambiará nuestra actitud en la oración.

JESÚS enseña de la actitud al orar y nos dice que debemos:

  • Reverencia. (v.5)

  • Enfoque. (v.6)

  • Transparencia. (v. 6)

  • Humildad. (v. 7)

  • Confianza . (v. 8)

Como vemos, JESÚS enfatizó en la actitud, antes que en el modelo de cómo hacerlo y esto es importante. Sólo imagine que su hijo viene a usted con una mala actitud a pedir algo que de verdad necesita; la actitud con la que él se acerca puede determinar el resultado de su petición. Ahora DIOS no es hombre e imperfecto como nosotros y nosotros nos acercamos a ÉL puramente por gracia; más sin embargo con mayor razón es que tenemos que tener la más óptima actitud cuando venimos a ÉL.

### La oración es un privilegio El asunto de la oración es que todos conocemos que la oración es un privilegio. Pero lo cierto es que la mayoría de nosotros nos comportamos como si el privilegio fuera de DIOS y no nuestro. ¿Por qué digo esto? Porque muchas personas ven la oración como que le están haciendo un favor a DIOS al orar y no ven la oración como el privilegio que tenemos para tener comunión e intimidad con el Creador de los Cielos y la Tierra.

Lo cierto es que, la razón principal por la que no vemos la oración como uno de los mayores privilegios que tenemos sobre la faz de la tierra; es porque hemos cesado de admirar a DIOS y hemos dejado de asombrarnos con la Gloria de DIOS.

Esto se puede deber a varias cosas:

  1. Hemos dejado de leer la Palabra, porque la Palabra nos ayuda a permanecer en asombro con DIOS;

  2. Hemos dado más prioridad a cosas vanas, porque las cosas vanas nos desenfocan de ver las maravillas de nuestro DIOS;

  3. Hemos dado más prioridad en nuestras vidas a las cosas de este mundo, porque las cosas del mundo opacan la Gloria de DIOS en nuestras vidas.

Por eso es que:

  1. mientras no recuperemos el asombro por DIOS;

  2. mientras no volvamos a maravillarnos con el amor de DIOS;

  3. mientras sigamos sin meditar en el sacrificio en la Cruz del Calvario;

  4. mientras pasemos por alto lo impresionante de la Gloria de DIOS;

  5. mientras no valoremos la bendición de la Presencia de DIOS, seguiremos viendo la oración como una práctica tediosa, que la hacemos porque es nuestro deber; pero no nuestro deleite.

Y esto es terriblemente triste y doloroso; el ver que nuestro DIOS quiere tener comunión con nosotros, el ver que nuestro DIOS quiere tener intimidad con nosotros y nosotros a la hora de orar, si es que oramos, venimos con esta actitud de no querer estar ahí, de no disfrutar ese momento con ÉL; venimos con una actitud de indiferencia y vamos a avanzar a hacer esto, porque estoy ocupado.

Se imagina usted querer tener un tiempo íntimo cualquiera; o sea un tiempo íntimo con sus hijos de comunión, conversar con ellos, amarlos y que su actitud sea como: Uff qué cansón, hay papi cuánto tiempo es que vamos a estar aquí; porque yo tengo cosas más importantes que hacer con mis amigos, etc. O se imagina querer tener un tiempo íntimo con su esposa y que le diga: bueno avancemos porque la verdad del caso es que estoy aquí porque como esposa o esposo este es mi deber; o se imagina querer tener un tiempo íntimo con un amigo y se muestra indiferente.

¿Cómo se sentiría usted? La pregunta más importante es: ¿Cómo creer que se sentirá DIOS? DIOS nuestro PADRE que sólo permitía que un sacerdote entrara a Su Presencia una vez al año después de varios rituales y sacrificios; pero que luego sacrificó a CRISTO no sólo para que fuéramos salvos, sino para romper el velo del templo que nos separaba, y de esa manera tener intimidad con nosotros.

DIOS es el que nos dice en Isaías 30: 18 que: Él espera a que acudamos a ÉL; DIOS quien anhela tener tal comunión con nosotros que dijo en Isaías 65: 1

¨Estaba listo para responder, pero nadie me pedía ayuda; estaba listo para dejarme encontrar, pero nadie me buscaba. “¡Aquí estoy, aquí estoy!”;

DIOS que está tan ansioso de que lo busquemos que nos dice en Jeremías 33: 3 que si lo buscamos en oración:

¨nos revelará secretos sorprendentes que no conocemos de lo por venir¨; DIOS quien nos dice Romanos 5: 8 que nos ama a tal punto que: ¨…mostró el gran amor que nos tiene al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando todavía éramos pecadores.¨

Cuando decimos que DIOS quiere tener comunión con nosotros, esto es poderoso, porque en griego la palabra comunión es koinonia; mientras en hebreo es sod y estos dos significados envuelven una comunicación donde intercambiamos pensamientos, relación, intimidad, asociación; por esa razón es que el salmista declara en el Salmo 25: 14

¨La comunión íntima de JEHOVÁ, es con los que le temen, Y a ellos hará conocer su pacto¨.

Debemos analizar nuestra actitud a la hora de venir delante de nuestro DIOS; porque ÉL nos ha mostrado, nos muestra y nos mostrará que nos ama tanto, que ÉL sí anhela tener una relación íntima con nosotros en estrecha y maravillosa comunión.

Cuando yo analizo mi vida y debe analizarla usted también, se dará cuenta que DIOS siempre está buscando maneras de enamorarnos; no se conformó con sólo mostrar Su amor en la Cruz, sino que constantemente nos está mostrando Su gracia, Su misericordia y Su amor, para enamorarnos, para llamar más nuestra atención, para manifestar Su inagotable amor por nosotros.

Por eso evaluemos nuestra actitud en nuestra relación con DIOS; porque la oración es la mejor y más efectiva forma de tener relación con el DIOS y PADRE que nos ama impresionantemente.

# Conclusión Es por eso que creo que el Apóstol Pablo le dice a los Efesios y a nosotros en ***Efesios 3: 14 – 21*** que:

¨Pedía en oración al PADRE, al Creador de todo lo que existe, que nos fortalezca en nuestro hombre interior por medio de SU Espíritu; para que sea CRISTO que habite en nuestros corazones y que de esa manera pudiéramos comprender: cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es el amor de DIOS. Él continúa expresando que: Era su deseo que experimentáramos el amor de CRISTO, aún cuando es demasiado grande para comprenderlo y sólo de esa manera es que estaríamos completos con toda la plenitud de la vida y el poder que proviene de DIOS¨.

Si había algo que el Apóstol Pablo quería que conociéramos es el impresionante, maravilloso, incalculable, inagotable e inquebrantable amor de DIOS y es lo mismo que necesitamos para poder cambiar nuestra actitud al orar; es el conocer el amor de DIOS; porque cuando conocemos Su maravilloso amor; la oración deja de ser una batalla interna y se convierte en un deleite.

Posiblemente esto fue lo que la mujer pecadora de Lucas 7 vio; posiblemente ella vio a la distancia, lo que usted y yo tenemos de muy cerca. Porque nos dice la Biblia en Lucas 7: 36 – 50 que JESÚS fue invitado a cenar en la casa de un fariseo llamado Simón.

Mientras JESÚS estaba sentado en la mesa, nos dice los v. 37 – 38 que: Una mujer de mala vida cuando se enteró que JESÚS estaba comiendo allí, llevó un frasco de alabastro lleno de perfume costoso y llorando se arrodilló detrás de ÉL a sus pies y con sus lágrimas mojó sus pies y con su cabello lo secó y no cesaba de besarle los pies y de ungirlo con perfume.

Mientras esto estaba sucediendo el fariseo que no necesariamente era una mala persona; pensó dentro de sí, algo como: Obviamente que si este hombre fuera profeta, sabría que esta mujer que lo está tocando. ¡Es una pecadora!.

Pero JESÚS le dio una gran enseñanza y le expuso una ilustración de si alguien debía quinientas piezas de plata y otros 50 piezas de plata y el que prestó el dinero le perdona la deuda a los dos. ¿Quién amará más al que le perdonó la deuda? A lo que el fariseo contestó: Supongo que a la persona a quien se le perdonó la deuda más grande.

JESÚS lo que confrontó fue la actitud del fariseo comparado con la actitud de la mujer y le dice:

  1. El fariseo no le dio agua para lavarse los pies, la mujer lavó los pies de JESÚS con sus lágrimas y los secó con su cabello;

  2. El fariseo no saludó a JESÚS con un beso, la mujer no dejó de besar los pies de JESÚS;

  3. El fariseo no tuvo la cortesía de ungir la cabeza de JESÚS con aceite, la mujer ungió los pies de JESÚS con perfume.

La actitud de esa dio más evidencia de su amor que todo lo que el fariseo mostró en su arrogancia e indiferencia. Fue la actitud de esta mujer lo que impresionó a JESÚS; lo que marcó a JESÚS, ella era una mujer de mala vida, pecadora; pero su actitud de reverencia, de enfocarse en JESÚS, de venir a ÉL a pesar de sus pecados, de humildad y confianza en ÉL, fue lo que la llevaron a ser justificada, porque en ese momento JESÚS le dijo:

Tus pecados son perdonados y luego le dijo: Tu fe te ha salvado; ve en paz.

Es nuestra decisión si a la hora de orar tendremos una actitud de indiferencia, de prisa, de apatía o una actitud de reverencia, de humildad y de amor; esa es nuestra decisión. Posiblemente no seamos los más elocuentes, pero lo más importante es que vengamos con una actitud reverente.

Vengamos hoy con una actitud de agradecimiento, con una actitud de devoción, con una actitud reverente, con una actitud humilde, con una actitud de confianza y postrémonos delante del SEÑOR y demos gracias; depositemos nuestro corazón en los pies del maestro. Nuestra actitud cambiará al orar cuando nos demos la oportunidad de descubrir, cuán ancho, largo, alto y profundo es el amor de DIOS por nosotros;

es así que viviremos declarando que:

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO.