Una Vida Generosa 7

La Obediencia Que Prospera

By Richard Martinez, Pastor, March 03, 2019

INTRODUCCIÓN

Hemos discutido en esta Serie de Una Vida Generosa, esperamos atesore cada principio que hemos enseñado, ya que como hemos dicho;

la generosidad no es algo que hacemos; sino que es un estilo de vida.

En el día de hoy, quiero hablar de algo que cuando se menciona en un mensaje a muchas personas le choca la palabra porque inmediatamente piensan en las personas que utilizan la palabra para manipular y engañar. Porque quiero hablar de lo que verdaderamente significa la palabra próspero.

La palabra prosperidad, próspero o prosperar en griego tiene muchas definiciones entre ellas esta:

bienestar, liberación, salvación, seguridad; el significado que más me gusta es autarkes: satisfecho en la plenitud de Dios; suficiencia interna tanto en tiempos de sufrimiento como en tiempos de abundancia;.

En hebreo la palabra más común es Shalom que significa:

bienestar, salvación y paz.

En ninguno de estos conceptos, ni traducciones ata la prosperidad al dinero; porque la verdadera prosperidad no la obtenemos por medio de la acumulación de bienes y recursos; sino que es la paz que obtenemos como resultado de nuestra confianza en Dios.

MENSAJE

Una Visión Limitada (2 Reyes 4: 1 – 7)

En el V. 1 nos revela inmediatamente la situación en la que una mujer se encontraba. Nos dice el V. 1

¨Cierto día, la viuda de un miembro del grupo de profetas fue a ver a Eliseo y clamó: —Mi esposo, quien te servía, ha muerto, y tú sabes cuánto él temía al Señor; pero ahora ha venido un acreedor y me amenaza con llevarse a mis dos hijos como esclavos.¨

Esta mujer se encontraba en tal nivel de angustia y desesperación que fue hasta donde Eliseo a clamarle que la ayudara. Tomemos en cuenta que había 4 cosas que ella estaba viviendo:

  • El dolor de haber perdido a su esposo;
  • El tener que enfrentar a un acreedor cruel y sola;
  • Una deuda que tenía que pagar y no sabía cómo encontraría la forma de pagarla;
  • La amenaza de perder a sus dos hijos y sus hijos sufrir el dolor de ser esclavos.

Por esa razón, cuando Eliseo escucha lo que la mujer estaba atravesando; le pregunta: V. 2:

¨¿Cómo puedo ayudarte. Dime, ¿qué tienes en tu casa?; la mujer le contestó No tengo nada, solo un frasco de aceite de oliva.¨

La contestación de la mujer me hace pensar; porque ella contesta de esta manera: No tengo nada; pero a la vez también dice: sólo un frasco de aceite de oliva. No es que la mujer no tenía nada; ella tenía algo, era que lo que tenía no era algo que ella pensara que fuera suficiente para sacarla de su situación y su condición.

Me explico; si yo voy a perder mi casa y debo $2,000 y ya tengo una carta de desahucio y tengo $200 en el banco y vengo a usted y usted me pregunta: ¿Cuánto dinero tienes en el banco? Lo más seguro es que le voy a contestar: No tengo nada, solo $200. No es que no tengo nada; lo que estoy diciendo es que; lo que tengo no es significativo comparado con lo que necesito.

A lo que quiero llegar es, que muchas veces las situaciones dolorosas que estamos atravesando, nos limitan de poder ver y apreciar lo que sí tenemos; que en ocasiones las dificultades de la vida, nos llevan a menospreciar y a tomar en poco, las cosas valiosas que sí poseemos y que DIOS ya ha depositado en nosotros. Esto es muy común en muchas áreas de nuestra vida; muchas veces los problemas en el matrimonio, nos llevan a menospreciar la familia que Dios nos dio; muchas veces las situaciones en la Iglesia nos llevan a menospreciar la familia de la fe y lo que Dios ha hecho, está haciendo y le falta por hacer en nuestras vidas; muchas veces los problemas en el trabajo nos llevan a menospreciar cómo Dios nos está proveyendo por medio de ese trabajo.

No es que no somos agradecidos, es que los problemas, las situaciones, los dolores, los pesares, las angustias nos limitan de poder ver las bendiciones con las que Dios nos ha colmado y ha depositado en nosotros. En ocasiones el dolor y el sufrimiento colaboran para tratar de limitarnos de ver más allá de nuestro terrible presente.

El dolor que causan las situaciones en nuestra vida busca producir en nosotros una visión limitada. Pero jamás debemos permitir que los problemas en nuestra vida limiten nuestra fe y nuestra confianza en Dios. Porque promesa tenemos en 1 Pedro 5: 10 – 11 que nos dice que:

¨ 10 En su bondad, Dios los llamó a ustedes a que participen de su gloria eterna por medio de Cristo Jesús. Entonces, después de que hayan sufrido un poco de tiempo, él los restaurará, los sostendrá, los fortalecerá y los afirmará sobre un fundamento sólido. 11 ¡A él sea todo el poder para siempre! Amén.¨

El dolor y el sufrimiento no tienen la última palabra en nuestras vidas, es DIOS quien tiene la última palabra en nuestras vidas, porque vivimos de todo lo que sale de la boca de Jehová.

Ampliando La Visión

Cuando la mujer le dice a Eliseo:

¨No tengo nada, sólo un frasco de aceite de oliva¨.

Eliseo le contesta en el v. 3:

¨Pídeles a tus amigos y vecinos que te presten todas las jarras vacías que puedan. 4 Luego ve a tu casa con tus hijos y cierra la puerta. Vierte en las jarras el aceite de oliva que tienes en tu frasco y cuando se llenen ponlas a un lado.¨

Recordemos que esta mujer estaba por perder a sus hijos y ella va al único lugar donde esperaba encontrar un milagro o una solución a su situación, pero lo que recibe es un reto de fe.

Hay algo ocurriendo aquí que no se ve a simple vista y es que hay:

3 Tipos Principales De Visión;

  1. La visión natural; esta es la que las personas pueden ver las cosas naturales con facilidad;

  2. La visión emocional; es la visión que las personas desarrollan según sus sentimientos o emociones y muchas veces no les permite ver las cosas con claridad;

  3. La visión espiritual; es cuando miramos las cosas desde la perspectiva de la fe, la Palabra y las promesas de Dios.

En un mismo evento, podemos tener estos 3 tipos de visiones o perspectivas; por ejemplo con la viuda.

1. La visión natural le mostraba la realidad que ella estaba viviendo:

  • Una crisis económica,
  • Una crisis familiar,
  • Una crisis emocional.

2. La visión emocional le estaba llevando a ver las cosas desde la perspectiva en la que pensaba que su fin sería el dolor y la calamidad. La razón que Eliseo le hace el reto de fe; fue para forzar en ella

3. La visión espiritual; la visión de la fe. Lo que la Palabra del profeta produjo en ella, fue que la llevó a

  • Ignorar lo que su visión natural le estaba mostrando;
  • Sobreponerse a lo que su visión emocional le estaba informando; para
  • Dar lugar a la visión espiritual, en otras palabras provocar en ella la fe a la promesa de Dios.

Ésto es lo que generalmente nos sucede a nosotros cuando nos encontramos en algún tipo de situación difícil, en un sufrimiento profundo, o en angustias que:

  • Nuestra visión natural nos presenta la realidad de lo que estamos atravesando;
  • Nuestra visión emocional por lo general nos vende una mentira; pero es ahí donde tenemos que buscar y creer lo que dice la Palabra de Dios, para que
  • Se nos abra la visión espiritual y poder ver lo que estamos atravesando desde la perspectiva de Dios y no la nuestra.

Por ejemplo: Si mañana vamos al doctor y nos dan una mala noticia: 1. La visión natural, nos revela el diagnóstico médico; 2.*** La visión emocional***, nos viene a mover todo nuestro interior y a esperar lo peor; pero cuando rebuscamos en la Palabra y encontramos que en Isaías 53: 5 nos dice que Cristo:

¨fue azotado para que pudiéramos ser sanados¨;

y meditamos en esa Palabra, y creemos esa Palabra, y confiamos en esa Palabra entonces eso nos abre 3. la visión espiritual para poder creer en esa Palabra y tener la fe de estar quieto y simplemente creer que sanaré y que Dios está en control.

Si en medio del dolor no buscamos desarrollar la visión espiritual y de fe y confianza en las promesas de Dios, terminaremos en la desesperación, la depresión, la angustia, la amargura que en nada aprovecha en los momentos difíciles de nuestra vida. La promesas que encontramos en la Palabra de Dios, tienen la habilidad de expandir nuestra visión por encima de nuestra situación.

Por ejemplo, cuando estamos en una situación desesperante y leemos en la Escritura que nos dice el ***Salmo 34: 17 – 19 ***

“El Señor oye a los suyos cuando claman a Él por ayuda; los rescata de todas sus dificultades. 18 El Señor está cerca de los que tienen quebrantado el corazón; Él rescata a los de espíritu destrozado. 19 La persona íntegra enfrenta muchas dificultades, pero el Señor llega al rescate en cada ocasión”.

Esto nos lleva a no enfocarnos en nuestra situación, sino a expandir nuestra visión por encima de nuestra situación y enfocarla en Dios.

La Obediencia Que Prospera

Esto fue lo que sucedió con esta mujer. Lo que Eliseo le declaró a esta mujer requería que ella se expandiera su visión y que activara la fe. Eliseo pudo haber orado para que ella recibiera un milagro, pero Dios quiso que ella recibiera algo mejor que un milagro, y fue la habilidad de poder ver personalmente el Favor, la Gracia, la Misericordia, el Amor y la Gloria de Dios en su vida y todo esto vino por medio de la confianza y la fe que ella tuvo en la Palabra que recibió de parte de Dios.

Esta mujer cuando recibió la Palabra de Dios tuvo que decidir; si creerla o no; si confiar en ella o no; si obedecer o no; nadie podía ayudarla en eso; nadie podía tomar esa decisión por ella.

Es lo mismo con nosotros; nosotros tenemos que decidir si vamos a creer la Palabra de Dios o no; si vamos a confiar en la Palabra o no; si vamos a obedecer la Palabra o no; esa es nuestra decisión y nadie puede tomar esa decisión por nosotros.

Pero nos dice, que ella decidió creer y al ella no sólo creer y confiar, sino al ella obedecer a la Palabra que recibió de parte de Dios, fue lo que produjo en ella tal bendición que fue más allá de su razonamiento; porque nos dicen los V. 5 - 6

¨ 5 Entonces ella hizo lo que se le indicó. Sus hijos le traían las jarras y ella las llenaba una tras otra. 6 ¡Pronto todas las jarras estaban llenas hasta el borde!¨.

Por eso, es que por más que me digan que estoy loco, yo sigo predicando la Palabra, yo sigo creyendo en lo que dice la Palabra, yo sigo confiando en la Palabra; yo sigo aferrándome a la Palabra, yo sigo rebuscando en la Palabra; yo seguiré buscando obedecer la Palabra.

Yo no estoy para debatir con nadie, no estoy para argumentar con nadie, cuál es tu doctrina, cuál es tu posición teológica, cuál es tu posición escatológica; yo prefiero seguir leyendo las Escrituras diariamente y que el Espíritu Santo me guíe, que me hable por medio de la Palabra, que me enseñe y me dirija por la Palabra, que me fortalezca y me ayude conforme a la Palabra porque yo creo que lo que dice la Palabra de Dios es toda la verdad que necesito y toda la verdad que me sostiene.

La palabra que esta mujer recibió de parte de Dios por medio de Eliseo, la llevó a creerle a Dios de forma sobrenatural; ella no conocía si lo que Eliseo le estaba diciendo era teológicamente correcto; ella simplemente dijo: Yo le creo a Dios, así que vamos busquemos vasijas, que he recibido una Palabra de parte de Dios y Dios no la dejó en vergüenza y cumplió lo que había prometido.

Por eso, yo prefiero seguir dando mis diezmos y creer lo que dice la Palabra, que buscar razones y excusas para no hacerlo; yo prefiero seguir declarando que por sus llagas yo soy sanado que simplemente dejarme morir en la enfermedad; yo prefiero declarar que si creo en el Señor Jesús seré salvo y con mi ejemplo toda mi casa, que dejar que mi familia se desintegre. Yo prefiero creer, confiar y obedecer la Palabra de Dios y esperar la manifestación del amor de Dios.

Como dice el Salmo 119: 49 – 50

¨49 Recuerda la promesa que me hiciste; es mi única esperanza. 50 Tu promesa renueva mis fuerzas; me consuela en todas mis dificultades¨.

La Palabra de Dios es nuestra única esperanza que renueva nuestras fuerzas y nos consuela.

CONCLUSIÓN

La Biblia nos dice en el V. 6 que luego de la mujer obedecer la Palabra y ver cumplida la promesa de Dios, dijo:

Tráeme otra jarra y su hijo contestó: Ya no hay más. Y al instante el aceite dejó de fluir.

He oído decir que la viuda no recibió más, porque no tuvo la fe de conseguir más vasijas, pero yo no creo que se trataba de las vasijas; porque dice en el*** V. 7 ***que cuando ella va donde Eliseo, el le dijo:

¨ Ahora vende el aceite de oliva y paga tus deudas; tú y tus hijos pueden vivir de lo que sobre.¨

Lo que yo veo es que Dios le proveyó a ella abundantemente para pagar sus deudas y para vivir el resto de su vida con lo que sobraba. Esta mujer pasó de una condición de desesperación y amargura a una condición de prosperidad; de una condición de incertidumbre a una condición de satisfacción en la plenitud de Dios; a una suficiencia interna tanto en su tiempo de sufrimiento, como en el de abundancia; a una paz mental, a una etapa de bienestar, salvación y paz. Y todo porque obedeció la Palabra de Dios.

La obediencia a la Palabra de Dios, tiene la habilidad de producir en nuestras vidas cosas que jamás imaginábamos; tiene la habilidad de movernos de incredulidad a fe; de duda a confianza; de escasez a abundancia; de desesperación a paz; de sufrimiento a bendición.

Por esa razón, creamos, confiemos y obedezcamos la Palabra de Dios y pasaremos de la amargura y la desesperación; a la satisfacción en la plenitud de Dios; a la suficiencia interna tanto en el sufrimiento, como en la abundancia, al bienestar, la salvación y la paz que sólo obtenemos por medio de la fe en las promesas de la Palabra de Dios. Esa es la verdadera prosperidad.

Así que si en este día estás en un estado de crisis y desesperación, sea matrimonial, familiar, en la salud, espiritual, en las finanzas, aún si es mental, emocional, no importa en lo que sea; yo quiero invitarte a que pongas tu confianza y tu esperanza en la Palabra de Dios, que obedezcas la Palabra de Dios y que descanses en las promesas que Dios nos ha dejado en Su Palabra y tendrás la paz de Dios que gobierna nuestras mentes y corazones. (Filipenses 4: 7).

Cuando confiamos en ese amor sobrenatural de Dios que encontramos plasmado en Su Palabra; no cesaremos jamás de declarar que:

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANOS