INTRODUCCIÓN En esta Serie de Mensajes estaremos aprendiendo acerca de la necesidad que tenemos y el efecto que tiene la transformación en nuestras vidas. Ya que una de las cosas más importante que toda persona que ama a Cristo debe atravesar, es el que sus vidas sean totalmente transformadas. Esto es importante porque, muchas cosas en nuestra vida no tendrán lugar hasta que pasemos por el proceso necesario de transformación. Me explico, hay cosas que Dios tiene preparadas para nosotros solo esperando el efecto de la transformación en nuestras vidas. MENSAJE ¿Qué Es La Transformación? Según el diccionario la palabra “transformación” significa: hacer o provocar que algo o alguien cambie; convertir una cosa en otra mediante un proceso determinado. Esto es lo que muchas veces lleva a las personas a confundirse cuando hablamos de la transformación en Cristo. Porque cuando hablamos de transformación lo primero que pensamos es que ahora que estamos en Cristo, una Vida Transformada significa el que cambiemos un montón de cosas en nuestras vidas. Por ejemplo, ahora que somos Cristianos debemos vestirnos de cierta forma, debemos hablar de cierta manera y tenemos que hacer todo lo necesario por vernos diferentes a los demás. Pero la realidad del caso es que una Vida Transformada en Cristo es muy diferente a lo antes mencionado; porque cuando miramos la palabra “transformación” en griego es "metamorphos", que es de donde obtenemos la palabra metamorfósis. La palabra metamorfósis significa: Transformación que experimentan determinados animales en su desarrollo biológico y que afecta no sólo a su forma sino también a sus funciones y su modo de vida. Según en lo natural, transformación significa un cambio de una cosa a otra, por ejemplo, esto significa que un árbol de mango se transformó en un árbol de aguacates. Pero la metamorfósis no cambia el diseño original de las cosas, sino que más bien sus procesos de transformación, son para llevarlo del estado presente al resultado final para el que fue diseñado. Por ejemplo, cuando Dios creó la larva, no era con el fin de que fuera larva toda su vida, sino que la creó como larva con el fin de que llegara a ser una mariposa, por eso, es que ella pasa por varios procesos de transformación hasta convertirse en aquello para lo que fue creado. Lo que significa que según la traducción bíblica de transformación es: un cambio progresivo que atravesamos para llegar a ser aquello que Dios determinó desde el principio que fuéramos. En otras palabras: Transformación se puede definir en: los procesos que atravesamos en nuestra vida por medio de una relación personal e íntima con Cristo que tiene como fin el convertirnos en aquello que Dios ha determinado que lleguemos a ser. Esto se produce por medio de la intimidad con Cristo, pero también puede producirse por medio de pruebas que atravesamos en el proceso que producen la madurez necesaria en nuestras vidas para llegar a ser lo que Dios ha determinado y cumplir con la función y el propósito para lo que fuimos creados. Por eso vemos que el Apóstol Pablo le dice a los Gálatas en Gálatas 4: 19 ¨ ¡Oh mis hijos queridos! Siento como si volviera a sufrir dolores de parto por ustedes, y seguirán hasta que Cristo se forme por completo en sus vidas.¨ El está expresándoles que la salvación no es el resultado final, sino sólo el comienzo, sino que el resultado final es que Cristo sea formado por completo en sus vidas. Así mismo, muchas personas cuando se convierten y comienzan a venir a la Iglesia y dejan ciertas costumbres, cambian ciertas conductas, etc.; se quedan en ese estado inicial de transformación; pero ese no es el resultado final, sino el reconocer que somos pecadores y que Cristo es nuestro Señor, es lo que le da comienzo a varios procesos de transformación en nuestras vidas, porque el resultado final es el que Cristo sea formado en nuestras vidas. Me explico! Cuando fuimos conquistados por el amor de Dios, eso dio lugar al comienzo de un proceso de transformación en nuestras vidas, el cual nos lleva de nuestro estado presente a cada vez ir avanzando en el proceso de ser más como Cristo. Transformación no tiene que ver con los cambios externos y superficiales, transformación tiene todo que ver con un proceso interno que realiza el Espíritu Santo en nuestras vidas. Si la transformación en Cristo fuera como el primer significado; el de cambios externos y superficiales, fuera como si una persona que no ha comido en semanas o meses, se maquillara para que nadie note su condición. No importa cuánto se maquille la persona; eso no cambia su condición de malnutrición. Pero si la persona malnutrida, comienza a alimentarse cada día, esto va produciendo un cambio lento, pero un cambio real en la vida de esa persona y aún si en lo externo no se maquilla, por la transformación interna de la persona; el resultado no sólo es evidente, sino también permanente. Necesidad De Transformación En la Biblia y en lo natural vemos que toda persona tiene una necesidad de experimentar un proceso de transformación en sus vidas. Recordemos que transformación en griego es metamorphos que significa: un cambio progresivo que atravesamos para llegar a ser aquello que Dios determinó desde el principio que fuéramos. Ahora, una de las razones por las que creo que debemos ser no solo flexibles, sino buscar y anhelar la transformación de Dios en nuestras vidas es porque muchas cosas en nuestras vidas pueden estar detenidas por la necesidad de transformación en nuestras vidas, mentes, actitudes, carácter, comportamientos, relación con Dios, etc. Porque la transformación en Cristo y conforme a Cristo, no es una que es superficial y externa, sino es una interna que envuelve un cambio de mente, actitudes, carácter, que da lugar a cambios en nuestros comportamientos y todo esto se realiza por medio de una relación íntima con Dios. Por ejemplo, cuando el Apóstol Pablo escribía a los Romanos y les explicaba que el haber nacido judíos no los ponía en una categoría mayor a la de los gentiles que habían puesto su fe en Cristo, el dice lo siguiente en Romanos 2: 29 ¨No, un verdadero judío es aquel que tiene el corazón recto a los ojos de Dios. La verdadera circuncisión no consiste meramente en obedecer la letra de la ley, sino que es un cambio en el corazón, producido por el Espíritu. Y una persona con un corazón transformado busca la aprobación de Dios, no la de la gente.¨ Aquí el explicaba que una persona que verdaderamente conoce a Dios y ama a Dios, no es el que simplemente obedece la ley, sino que el que tiene un corazón recto a los ojos de Dios, es el que: experimenta un cambio y una transformación de corazón producida por el Espíritu. Pero lo cierto es que podemos estarnos limitando de maravillosas bendiciones y experiencias con Dios por la resistencia a la transformación. Esto lo vemos en la Biblia, pero también en lo natural. Por ejemplo una mujer cuando nace, nace ya con todas las partes de una mujer, juega con muñecas, desde la niñez comienza a anhelar un día llegar a ser mamá; pero para una mujer poder dar a luz es necesario que atraviese por el proceso de desarrollo y transformación. Un árbol de fruta, desde que es planta tiene ya todos los componentes necesarios para dar fruto, pero tiene que pasar por el proceso de transformación, desarrollo y madurez para poder dar frutos. En el libro de Éxodo podemos ver que Dios tenía a Jericó preparado, para Israel, pero no fue hasta que Israel pasó por el proceso de transformación en el desierto que Dios decidió entregarles a Jericó. Inclusive en Deuteronomio 8: 7 – 10 Dios le describe a Israel la tierra y les dice: ¨Pues el Señor tu Dios te lleva a una buena tierra, con arroyos y lagunas, con fuentes de agua y manantiales que brotan a chorros de los valles y las colinas. 8 Es una tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granadas, de aceite de oliva y miel. 9 Es una tierra donde abunda el alimento y no falta nada. Es una tierra donde el hierro es tan común como las piedras y donde el cobre abunda en las colinas. 10 Cuando hayas comido hasta quedar satisfecho, asegúrate de alabar al Señor tu Dios por la buena tierra que te ha dado.¨ Ya Dios tenía a Jericó preparada para ellos, pero no se las entregó hasta que ellos atravesaron el proceso de transformación en el desierto, es por eso que Él les dice en los V. 2 – 4: ¨Recuerda cómo el Señor tu Dios te guió por el desierto durante cuarenta años, donde te humilló y te puso a prueba para revelar tu carácter y averiguar si en verdad obedecerías sus mandatos. 3 Sí, te humilló permitiendo que pasaras hambre y luego alimentándote con maná, un alimento que ni tú ni tus antepasados conocían hasta ese momento. Lo hizo para enseñarte que la gente no vive solo de pan, sino que vivimos de cada palabra que sale de la boca del Señor. 4 En todos esos cuarenta años, la ropa que llevabas puesta no se gastó, y tus pies no se ampollaron ni se hincharon.¨ Hay cosas que no recibiremos de parte de Dios hasta que pasemos por el proceso de transformación, por el proceso de cambios progresivos que nos prepara para disfrutar de lo que Él ya tiene preparado y determinado para nosotros. Por eso disciplinas y procesos como: orar, ayunar, servir, diezmar, alabar, devocional, son tan importantes porque todas ellas colaboran para que podamos avanzar en aquello que Dios ha determinado. El deseo de Dios es que crezcamos, avancemos, maduremos por medio de un proceso de transformación donde Cristo sea formado en nosotros, en otras palabras, donde Cristo sea evidente y real en nuestras vidas. Por eso no permitió que Israel entrara en la Tierra Prometida y lo que fue un camino de 11 días, se convirtió en un proceso de 40 años; porque se resistían a la transformación de Dios. Se imagina cuántas veces Israel le pasó cerca de Jericó sin poder ver que tan cerca estaban, por su resistencia a la transformación que Dios estaba produciendo en ellos. Dios los bendijo, les dio Mana en el desierto, les sacó agua de la roca, le dio aves para que comieran, les guió por medio de una nube y una columna de fuego de noche pero aún así, ellos se resistieron a ser transformados y por eso murieron miles de personas antes de poder entrar en la tierra de bendición. Lo mismo nos puede pasar a nosotros si nos resistimos a la transformación de Dios, podemos estar 50 años en una banca, hablando de cómo éramos antes y cómo somos ahora, pero limitados de ver el todo de lo que Dios tiene para nosotros. El joven rico de Lucas 18 es un vivo ejemplo de la resistencia a la transformación, Jesús no quería castigarlo, quería que experimentara algo mayor, pero más bien se fue triste, porque se resistió a la transformación. Colaboremos Para Nuestra Transformación Hay procesos que Dios produce en nuestra vida que no exigen ningún tipo de esfuerzo humano de nuestra parte; como la salvación. Pero (Slide) la transformación es uno de los procesos de Dios en nuestra vida que requieren de nuestra colaboración. Por eso el Apóstol Pablo dijo en Romanos 12: 1 – 2 ¨Por lo tanto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo. 2 No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.¨ Aquí y en muchas otras Escrituras vemos cómo el Apóstol Pablo nos anima a que colaboremos en nuestro proceso de transformación y aquí estaremos mencionando algunas de las formas en las que podemos colaborar en nuestro proceso de transformación: Cómo colaborar para nuestra transformación: Centremos nuestras vidas en Cristo Jesús, Viviendo una vida de deleite en Su Presencia, Adoremos en Espíritu y en verdad. 1.Centremos Nuestras Vidas En Cristo Jesús Jesús se lo dijo a Nicodemo que para entrar al Reino de Dios, era necesario nacer de nuevo, lo que significa que trata de una decisión real de anhelar una vida completamente nueva. La transformación de Dios, es necesaria, es real y la debemos anhelarla. Por ejemplo, en Juan 3 Jesús le dijo a Nicodemo en el V. 3 ¨Te digo la verdad, a menos que no nazcas de nuevo, no puedes ver el Reino de Dios¨. Lo que Cristo le explica a Nicodemo es que nadie puede entrar en el Reino de Dios en su estado actual, sino que tiene que haber un proceso de transformación. Y ese proceso debe nacer en el corazón de la persona. Pero no es la meta final, sino que la meta final es que Cristo sea formado en nosotros. Para vivir una vida transformada no se trata de solo el proceso de la salvación, sino el de centrar nuestras vidas en Cristo. El Apóstol Pablo lo explicó en Gálatas 2: 20 de esta manera, el dijo: ¨Mi antiguo yo ha sido crucificado con Cristo. Ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Así que vivo en este cuerpo terrenal confiando en el Hijo de Dios, quien me amó y se entregó a sí mismo por mí.¨ En Filipenses 3: 12 – 14 lo explicó así: ¨ 12 No quiero decir que ya haya logrado estas cosas ni que ya haya alcanzado la perfección; pero sigo adelante a fin de hacer mía esa perfección para la cual Cristo Jesús primeramente me hizo suyo. 13 No, amados hermanos, no lo he logrado,[c] pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así 14 avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús.¨ Una vida transformada se enfoca en centrar nuestras vidas en Cristo Jesús. 2. Viviendo Una Vida De Deleite En Su Presencia Si hay algo que nos puede ayudar a colaborar para disfrutar de la bendición de una vida transformada es el encontrar deleite en la Presencia de Dios. Muchas personas no han conocido el deleite que existe en la Presencia de Dios, simplemente porque no buscan a Dios. Para encontrar deleite en la Presencia de Dios tenemos que tomar dos actitudes o disciplinas fundamentales: 1. La Oración; 2. Leer la Biblia. Esto producirá deleite en nuestras vidas. Es sencillo, no tiene nada complicado, no tengo que ir a una actividad profética, todo lo que tengo que hacer es leer la Biblia y orar y esto nos llevará a conocer a Dios a tal punto que encontraremos deleite en Su Presencia y una vez que estemos disfrutando de Su Presencia, esto colabora para nuestra transformación. Por ejemplo cuando el rey David pecó contra Dios; una vez fue restaurado; el dijo en el ***Salmo 51: 8 – 12 *** ¨Devuélveme la alegría; deja que me goce ahora que me has quebrantado. 9 No sigas mirando mis pecados; quita la mancha de mi culpa. 10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu fiel dentro de mí. 11 No me expulses de tu presencia y no me quites tu Espíritu Santo. 12 Restaura en mí la alegría de tu salvación y haz que esté dispuesto a obedecerte.¨ Lo que el confesaba aquí era que quería deleitarse nuevamente en la Presencia de Dios. El deleite en la Presencia de Dios da lugar y acceso al proceso de transformación en nuestras vidas. Si quiere verdaderamente disfrutar de la transformación de Dios y deleitarse en Su Presencia, haga de la Palabra y la oración una prioridad. Pero también disfrute la Alabanza, llegue a tiempo al culto y disfrútelo, no se distraiga, disfrute de su Grupo CAFE, disfrute de las actividades donde se comparte la Palabra y se busca la Presencia de Dios. 3. Adoremos En Espíritu y En Verdad Busquemos vivir una vida de genuina adoración, una vida que donde quiera que estemos no importa qué estemos atravesando siempre tengamos una ofrenda de alabanza en nuestros labios. No hay un mayor evento en nuestras vidas que la salvación de nuestras almas, esto debe producir en nosotros una constante actitud de agradecimiento. En Juan 4 Jesús le dice a la Samaritana que tenemos que adorar en Espíritu y en verdad. Él le estaba hablando a una mujer la cual su vida había sido recién impactada por la presencia del Mesías; ella tuvo tal encuentro con Jesús, que Él le explica que debíamos tener un nivel de adoración donde adoremos a Dios en espíritu y verdad. Una vida de adoración es una que está en constante sometimiento y reverencia a Cristo y la mejor forma en que podemos nosotros colaborar para la transformación de nuestras vidas es viviendo una vida de total sometimiento y reverencia al que murió en la Cruz del Calvario por nosotros. CONCLUSIÓN En Mateo 13 es donde mejor podemos ver este concepto de transformación, el deseo del sembrador era que la tierra produjera su fruto; por eso el esparció su semilla; pero el resultado que se produjo no fue de acuerdo a la semilla, ni al sembrador, sino al terreno. El deseo de Dios es que seamos transformados, es en la transformación de Dios que disfrutamos de la bendición completa, maravillosa y perfecta de Dios. Por eso como mencionamos en ***Romanos 12: 1 – 2 podemos ver en la segunda parte que nos dice: *** ¨más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.¨ Muchas personas piensan que es nuestro deber conocer cuál es la Voluntad que Dios tiene para nosotros, pero eso no es lo que quiere decir ahí; sino que lo que dice es, que cuando dejamos que Dios nos transforme, se nos revelará cuál es la Voluntad de Dios, la cual es buena, agradable y perfecta para nosotros. En otras palabras, si limitamos el proceso de transformación de Dios en nuestras vidas, nos veremos siempre limitados, pero cuando dejamos que Dios nos transforme podremos ver lo mejor de Dios manifestado en nuestras vidas. Por eso, si no has recibido de Dios lo que esperas, no te preguntes: ¿Cuándo Dios lo hará? mejor pregúntate: ¿Qué está limitándome de que Dios derrame Su bendición sobre mi vida? Seamos Transformados NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANOS