Vida Familiar 12

La Batalla De Fe De Los Hijos

By Richard Martínez, Pastor, June 09, 2019

INTRODUCCIÓN

En el mensaje anterior hablamos de consejos de cómo criar hijos firmes en la FE. En el mensaje de hoy estaremos hablando de cómo lidiar cuando un hijo decide abandonar la FE.

Quiero que juntos aprendamos conceptos de qué hacer cuando un hijo nos dice: Papá o Mamá, yo no creo en nada; o ya no quiero saber más de nada que tenga que ver con la Iglesia; ya no voy a participar más en nada que tenga que ver con CRISTO, etc.

Debemos entender que esto puede suceder en cualquier familia; no importa su nivel de FE, devoción, compromiso, pasión, absolutamente nadie podrá prevenir las decisiones de nuestros hijos; más cuando trata de la FE.

MENSAJE

La Crisis De La FE

Generalmente, cuando a un padre le llega este tipo de noticia los devasta, les preocupa, compunge sus corazones, pueden llegar a deprimirse; aún más cuando ven que los hijos comienzan a tomar decisiones que reconocen los llevará en una dirección que sabotea su futuro y destino.

Todo padre se preocupa por el futuro de sus hijos. Por ejemplo, si leemos Proverbios 3: 1 – 12 y aún a través de todo el libro de Proverbios vemos a un Padre (Salomón) preocupado por el futuro y el destino de su hijo y cómo buscaba enseñar a su hijo que no abandonara la FE, que sus decisiones no lo apartaran del Señor, sino que más bien amara a DIOS.

Este padre le decía cosas como: No olvides lo que te he enseñado, guarda mis consejos en lo profundo de tu corazón para que tengas el favor de DIOS; confía en el SEÑOR con todo tu corazón; busca la Voluntad de DIOS; teme al SEÑOR; honra al SEÑOR con tus riquezas; no rechaces su disciplina, etc.

Obviamente este padre estaba haciendo lo necesario porque su hijo no abandonara la FE. Porque ningún padre puede vivir en paz al saber que el destino eterno de sus hijos es incierto.

Debemos tener cuidado de no cometer algunos errores que pueden afectar la fe de nuestros hijo. Como:

  • Culparnos a nosotros mismos,
  • Culpar a otros,
  • Perder usted la FE.

1er error - Culparnos a Nosotros Mismos:

Muchos padres cuando los hijos niegan o batallan con su FE, lo primero que hacen es culparse ellos mismos, dicen cosas como:

  • ¿Qué hice mal?
  • ¿Dónde fallé?

Antes de hacerse estas preguntas entienda que esto no se trata de usted, esta es la FE de sus hijos; y no tiene que ver con su Fe personal, así que no debe ponerse usted en el centro de la situación. El tratar de responder la pregunta de dónde usted falló no resuelve el asunto, sólo lo empeora.

Como mencionamos,

no importa que tan fuerte sea nuestra FE, que tan firmes sean nuestros principios,

tenemos que entender que nuestros hijos tomarán sus propias decisiones y que cada uno de ellos tiene que pasar su propio proceso de FE.

2do error - Culpar a Otros:

Esto es importante mencionar porque hay padres que tienden a echarle la culpa a amigos, el Ministerio de Jóvenes, los Líderes, la gente de la Iglesia, etc.

El culpar a otros es una conducta peligrosa; porque intoxica aún más la FE de sus hijos.

Cuando los hijos niegan la FE, ya tienen a Satanás sembrándoles pensamientos tóxicos en sus mentes y él no necesita nuestra ayuda. Esto lo que hace es que aleja mucho más a sus hijos de la FE.

Nuestros hijos saben qué es lo que verdaderamente está sucediendo, y es que ellos están tomando una decisión. Cuando un padre busca a quién culpar, solo hará más difícil el que su hijo pueda tener un reencuentro con Dios.

3er error - Perder Usted La FE:

Hay padres que cuando sus hijos pierden la FE, ellos parecieran también perder la Fe; se deprimen, se rebelan, se desaniman, se apartan por la condición de sus hijos. Esto es una de las conductas o decisiones más peligrosas que un padre puede desarrollar, porque al perder el padre la pasión por Cristo sólo empeorará la situación.

Lo peligroso de perder la pasión es que mostrará a nuestros hijos que JESÚS en realidad no era Su SEÑOR y REY y que lo que estaba viviendo es una FE falsa.

Es Un Capítulo, No La Historia:

La crisis de FE es más común que lo que usted pueda pensar. Cuando los hijos tienen una crisis de Fe los padres piensan que los hijos serán los peores delincuentes y se van a ir al infierno, etc. Pero la realidad del caso es que ellos no son la única persona que han tenido una crisis de FE. Cantidad de hombres de Dios han pasado por momentos aún estando en el Ministerio donde sufren una fuerte crisis de FE, donde ya no saben en qué creer, etc.

El amar a DIOS no es una garantía que no tendremos una crisis de FE, pero sí es la garantía de que DIOS nos amará en nuestro proceso.

En la Biblia vemos personas como Juan el Bautista que en

Juan 1: 36 cuando vio a Jesús declaró: ¨Miren! Ahí está el Cordero de Dios¨.

Juan fue el mismo que dijo: ¨Él debe tener cada vez más importancia y yo menos¨.

Pero en Juan 7: 19 Juan envió a dos discípulos a preguntarle a Jesús: ¨Eres tú el Mesías a quien hemos esperado, o debemos seguir buscando a otro¨.

Cuando Juan se vio frente a la muerte y sabía que sería asesinado, batalló con su FE y dudó por un momento de que JESÚS era EL MESÍAS.

El Apóstol Pedro, cuando arrestaron a JESÚS sacó una espada para defenderlo; él mismo le declaró a JESÚS:

¨Aunque todos te abandonaren, yo nunca te abandonaré¨.

Pero cuando se vio ante la presión, negó a Jesús 3 veces.

Tomás dudó de JESÚS, Gedeón puso en tela de juicio la orden de DIOS, Jonás fue en dirección contraria a Dios, Sara se burló cuando escuchó de Dios que tendría un hijo; Elías batalló con la fe cuando Jezabel lo amenazó.

A lo que quiero llegar es que:

No confundamos el capítulo en la vida de nuestros hijos con la historia; no confundamos la batalla con la guerra. Entendamos que lo que estamos viendo en la vida de nuestros hijos por duro y devastador que sea, es sólo un capítulo, no toda la historia.

Estos hombres de DIOS pasaron por capítulos terribles, pero ese no contó toda la historia, así mismo la vida de nuestros hijos, su capítulo no cuenta el final de la historia. Cuando vemos la historia del hijo pródigo, él vivió un capítulo terrible, pero ese no fue el final de su historia.

Cómo Ayudar a Los Hijos En Su Batalla De FE.

La batalla de la FE de nuestros hijos es complicada y es espiritual y lo peor es que en ocasiones ellos mismos no saben que están en una batalla, por eso la pregunta es:

¿Cómo Los Ayudamos?

1. No Dejemos De Hablarles De CRISTO y De Modelarles a CRISTO:

Aunque nuestros hijos estén atravesando una crisis de FE, no significa que ellos han dejado de vernos a nosotros como un ejemplo en sus vidas. La mayoría de los hijos que abandonan la FE, ellos admiran la FE de los padres, es solo el hecho de que no la han hecho la Fe de ellos en ese momento.

Por eso es que aunque nos duela, no podemos devastarnos al punto tal que ellos no nos vean abrazar la FE. Cuando nuestros hijos abandonan la FE es cuando más radical nuestra FE debe ser.

Muchas personas que abandonan la FE y regresan, confiesan que una de las razones que les llevó a regresar fue la FE y la pasión que vieron en sus padres. Por eso, en ese momento tenemos que vivir como dice

Filipenses 4: 9 ¨ No dejen de poner en práctica todo lo que aprendieron y recibieron de mí, todo lo que oyeron de mis labios y vieron que hice. Entonces el Dios de paz estará con ustedes.¨

Una de las cosas que admiro de la historia del hijo pródigo es que en su momento más devastador, lo primero que recordó fue el testimonio y el estilo de vida de su padre. (Lucas 15: 18). Vivamos una fe tan apasionada que nuestros hijos no puedan ignorar el ejemplo de nuestra FE y testimonio.

2. Atrévase a Perder El Control y Entregarle El Control a DIOS:

Todos haremos lo que sea por nuestros hijos, pero hay algo que jamás podremos hacer por ellos y es forzarlos a creer, amar y servir a CRISTO JESÚS. Por eso, tenemos que aceptar que nosotros no podemos forzarles a amar a CRISTO y esto es devastador y difícil de absorber. Porque uno se siente que quisiera hacer tantas cosas, por ayudarlos.

Pero es en esos momentos difíciles y devastadores que debemos recordar que:

Isaías 55: 11 – 13 nos da una gran promesa que nos debe traer consuelo y dice: ¨ 11 Lo mismo sucede con mi palabra. La envío y siempre produce fruto; logrará todo lo que yo quiero, y prosperará en todos los lugares donde yo la envíe. 12 Ustedes vivirán con gozo y paz. Los montes y las colinas se pondrán a cantar y los árboles de los campos aplaudirán. 13 Donde antes había espinos, crecerán cipreses; donde crecía la ortiga, brotarán mirtos. Estas cosas le darán gran honra al nombre del Señor; serán una señal perpetua de su poder y de su amor».

Aquí podemos apreciar que toda Palabra que nuestros hijos recibieron, cada predicación, cada estudio que recibieron en CAFE Kids o en Devoted, cada campamento o retiro, cada consejo, cada ministración; todas las ocasiones que estuvieron expuestos a la Palabra, cada Palabra impartida sobre sus vidas, produce fruto y logra todo aquello para lo que Dios la envió y prosperará todo lugar a donde la envió y nuestros hijos son la tierra a la que Dios envía Su Palabra para que dé fruto. Y eventualmente vivirán con gozo y paz; porque al final del

  1. 13 dice que: Estas cosas darán gran honra al nombre del Señor y serán una señal perpetua de Su poder y de Su amor.

La Biblia nos enseña que el hijo pródigo un día cuando se vio comiendo la comida con la que alimentaba a los cerdos; entró en razón e hizo conciencia de su condición. Dios es un especialista haciéndonos entrar en razón. Pero todo es dentro de Su tiempo y no el nuestro.

3. No Importa Lo Que Veamos o Suceda, Por Nada Del Mundo, Dejemos De Orar y Confiar En DIOS:

Muchos padres cuando están en esta situación tienden a bajar la guardia, el enemigo les susurra al oído para que comprometan su propia FE y confianza en DIOS.

En el momento en que nuestros hijos batallan en su FE, es cuando más tenemos que orar a DIOS y creer en DIOS,

no importa qué tan bajo pensemos que nuestros hijos caerán o qué tan bajo hayan caído, no podemos dejar de orar, declarar y confiar.

Como dijo el Apóstol Pablo a los Colosenses en Colosenses 1: 29 ¨ Es por eso que trabajo y lucho con tanto empeño, apoyado en el gran poder de Cristo que actúa dentro de mí.¨

En las crisis de nuestros hijos nuestro apoyo no puede ser nuestras emociones, ni temores; sino la confianza que tenemos en el gran poder de CRISTO que actúa en nosotros. En esos momentos, nosotros tenemos que confiar que CRISTO está en nosotros, opera en nosotros y que cuando nosotros oramos y clamamos; ÉL nos escucha y nos ayuda y lo que nuestros hijos necesitan en ese momento es que oremos por ellos, que oremos por su salvación, que oremos para que ellos conozcan a CRISTO ya no por medio de nuestra FE, sino que ellos tengan un encuentro genuino y personal con CRISTO.

El padre del hijo pródigo no se movió de su lugar, sino que esperó pacientemente a que su hijo regresara y una vez regresó, él lo recibió con los brazos abiertos e hizo una gran fiesta.

CONCLUSIÓN

El ver a los hijos batallando en la FE, es difícil, es duro, es devastador; pero en esos momentos no es tiempo de deprimirnos, ni bajar la guardia. En esos momentos tenemos que vivir como dice el

Salmo 27: 13 – 14 ¨Sin embargo, yo confío en que veré la bondad del Señor mientras estoy aquí, en la tierra de los vivientes. 14 Espera con paciencia al Señor; sé valiente y esforzado; sí, espera al Señor con paciencia.¨

Cuando la FE de nuestros hijos está afectada, debemos:

  1. Confiar que veremos la bondad de DIOS a favor de nuestros hijos.
  2. Ser valientes y esforzados.
  3. Esperar con paciencia al SEÑOR.

Con todo esto no estoy minimizando el que un hijo se aparte de la FE, porque cuando un hijo se aparta de la FE, la verdad es que las consecuencias son devastadoras, el sufrimiento que le espera es real, los errores que cometerá pueden ser devastadores y el destino es incierto.

Cuando un hijo se aparta de la FE; para nosotros los padres significa que llegó el tiempo de pelear, llegó el tiempo de hacer guerra espiritual, llegó el tiempo de cubrirlos con las promesas que encontramos en la PALABRA DE DIOS ; es tiempo de no soltarlos de nuestras oraciones, es tiempo de tener la misma FE que tuvo la Sirofenicia, que no le importó lo que la gente dijera ella clamó a JESÚS por su hija, no es tiempo de rendirnos en la FE, es tiempo de hacer lo que sea necesario.

Átese a la promesa que encuentra en Jeremías 24: 6 – 7 y declárela y créala sobre sus hijos, nos dice

Jeremías 24: 6 - 7: ¨6 Velaré por ellos, los cuidaré y los traeré de regreso a este lugar. Los edificaré y no los derribaré. Los plantaré y no los desarraigaré. 7 Les daré un corazón que me reconozca como el Señor. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, porque se volverán a mí de todo corazón¨.

La manera que debemos pelear por nuestros hijos es algo como: ¿Qué haría usted si su hijo estuviera en la cima de un edificio listo para aventarse? No le diría tirémonos juntos; lo que usted haría es que se mantendría firme sobre el techo sosteniéndolo de la mano, mientras usted saca fuerzas de donde no las tiene para no dejarlo caer; luego sacaría nuevas fuerzas de donde no las tiene para levantarlo hasta estar seguro; por último cuando lo saque no lo soltaría hasta que esté seguro. Así mismo es que tenemos que pelear en la FE, así mismo tenemos que pelear en oración, en confianza en DIOS. Hasta que Jeremías 24: 6 – 7 se cumpla en las vidas de nuestros hijos.

Tenemos que luchar en oración por la FE de nuestros hijos; hasta que DIOS les dé un corazón que reconozcan a DIOS como SEÑOR y que sean Su pueblo y ÉL sea Su DIOS, porque confiamos en que volverán a ÉL de todo corazón.

No podemos dejar de luchar por nuestros hijos, no podemos dejar de creerle a Dios por nuestros hijos, tenemos que hacer lo que tenemos que hacer en la FE, en el ESPÍRITU, en oración.

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO