Vida Familiar 14

La Victoria De La Familia

By Richard Martinez, Pastor, June 21, 2019

INTRODUCCIÓN

Una madre de nuestra congregación comentó en su Facebook, que cuando su hijo se fue a dormir y ella se despidió de él, su hijo le dijo: Mami no hemos orado. Ella le contestó: Ok vamos a orar; el niño le dijo: Yo voy a orar. Y esta fue su oración: ¨Señor te damos gracias por este día, por la familia, los amigos; gracias por mi Iglesia, por la comida que nos das y permite que otros también tengan para comer, guárdanos y cuídanos mientras dormimos en el nombre de Jesús, Amén.¨

Éstas son las historias que nos motivan como Iglesia a continuar predicando el Evangelio, a continuar enfocado a las familias en Cristo, a seguir haciendo Campamentos, Retiros, Actividades que edifiquen a la Familia, etc. Porque el escuchar que un niño está siendo impactado al nivel de decirle a su madre: Vamos a orar; y ora por su familia; por su Iglesia, etc. Es una bendición!

Con este mensaje cerraremos esta Serie, con un tema que es súper importante, porque hablaremos de la Guerra Espiritual en el Hogar y la Familia.

MENSAJE

Identidad De Victoria

Tengo la plena convicción que el deseo de Dios es ver hogares bendecidos, fortalecidos, afirmados, etc..

Pero también tengo la plena convicción de que tenemos un enemigo que quisiera ver nuestros hogares destruidos, separados, desanimados, inefectivos.

¿Por qué? Porque el enemigo sabe que donde más fácil puede afectar nuestra fe, nuestra devoción, nuestra alabanza, nuestra entrega, etc., es afectando nuestros hogares y familias. Por eso es, que él es un experto creando división, separación, decepción, confusión en las familias y los hogares.

Una de las cosas que creo que debemos enfocarnos y enfocar a nuestra familia es el entender nuestra identidad en Cristo, o sea, entender quiénes somos en Cristo, porque si no entendemos quiénes somos en Cristo, se nos dificultará creer que Dios quiere lo mejor para nosotros.

Por eso, es que vemos que el Apóstol Pablo en el libro de Efesios nos habla de cómo pelear las Batallas Espirituales, pero antes de enseñar de la Guerra Espiritual, enseñó acerca de la identidad en Cristo. Por ejemplo, él enseñó cosas como:

Efesios 1: 3 – 5: donde nos dice que: ¨Somos bendecidos con toda clase de bendiciones espirituales y que antes de que Dios hiciera el mundo; Él nos amó y nos adoptó como hijos¨.

Efesios 2: 1 - 5: donde nos recuerda que: ¨Antes estábamos muertos a causa de nuestros pecados y obedecíamos al diablo y éramos objeto del enojo de Dios; pero como Dios nos amó tanto que aunque estábamos muertos en nuestros delitos y pecados nos dio vida por Cristo¨.

Efesios 2: 12 – 13: que nos enseña que: ¨Vivíamos sin Dios ni esperanza, estábamos lejos de Dios; pero ahora estamos unidos a Dios por la sangre de Cristo¨.

Él enseñó de la identidad que tenemos en Cristo porque es sumamente importante y es igual de importante el impregnarlo en nuestros hijos hasta que ellos entiendan quiénes son en Cristo.

Eso no siempre es fácil, por eso es que el Apóstol Pablo les dice en

Efesios 3: 14 – 19 ¨ 14 Cuando pienso en todo esto, caigo de rodillas y elevo una oración al Padre,15 el Creador de todo lo que existe en el cielo y en la tierra. 16 Pido en oración que, de sus gloriosos e inagotables recursos, los fortalezca con poder en el ser interior por medio de su Espíritu. 17 Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes. 18 Espero que puedan comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios, cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo es su amor. 19 Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo, aun cuando es demasiado grande para comprenderlo todo. Entonces serán completos con toda la plenitud de la vida y el poder que proviene de Dios.¨

El énfasis del libro de Efesios es que entendamos nuestra identidad en Cristo, porque si la entendemos, entenderemos cuán grande es el amor de Dios por nosotros.

No podemos hacer guerra espiritual si no conocemos nuestra identidad y nuestro hogar es el lugar adecuado para capacitar, entrenar y equipar a nuestros hijos a vivir firmes en la Fe.

Por eso, como padres nosotros también debemos: Caer de rodillas y elevar una oración al Padre y pedir en oración que fortalezca a nuestros hijos y nuestra familia con poder en el ser interior por medio de Su Espíritu; para que sea Cristo quien habite en sus corazones y así confíen en Él. Porque es así que nuestros hijos y familia echarán raíces profundas para que ellos se mantengan firmes en la Fe. Solo así es que conocerán cuán ancho, largo, alto y profundo es el amor de Dios y puedan ser completos con toda la plenitud de la vida que viene de Dios.

Victoria Sobre El Enemigo

En el libro de Efesios el Apóstol Pablo enseñó acerca de:

  • Nuestra identidad en Cristo.
  • Del amor de Dios por nosotros.
  • De la Nueva Vida en Cristo.
  • De la paz de Cristo.
  • De cómo vivir en Cristo.
  • De cómo dirigir la familia y el hogar en Cristo; antes de hablar de la Guerra Espiritual.

Luego declara en

Efesios 6: 10 – 12 ¨ 10 Una palabra final: sean fuertes en el Señor y en su gran poder. 11 Pónganse toda la armadura de Dios para poder mantenerse firmes contra todas las estrategias del diablo. 12 Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales.¨

Yo sé que el diablo se ha levantado y se levantará contra mi vida, yo sé que se ha levantado y se levantará contra mi matrimonio, contra mi familia, contra mis hijos, aún se levantará contra mi nieta, contra el Ministerio que Dios me encomendó; pero yo no me voy a quedar quieto, yo no me puedo quedar tranquilo, yo no puedo estar conforme. La actitud que yo tengo que desarrollar no es una de miedo, sino una que diga: Si es una batalla la que el diablo quiere, es una batalla la que le voy a dar.

No porque yo crea que soy muy espiritual, ni muy fuerte, ni muy santo, sino porque si yo no peleo por mis hijos y mi familia entonces quién lo hace? Mis hijos son mi responsabilidad y, ¿si no peleo yo en oración, clamando a Dios, si no peleo en ayuno e intercesión, entonces quién lo va a hacer?

Por eso es, que yo sé que el diablo si planea su estrategia contra mí y mi familia; inclusive la Biblia dice en 1 Pedro 5: 8 que el diablo anda al acecho como león rugiente; pero el V. 9 me dice que yo me mantenga firme contra él y ser fuerte en mi Fe;

Es cierto que Efesios 6 me dice que tenemos lucha contra el diablo; pero también nos dice que:

Dios nos dio una armadura con la cual podemos resistir la batalla y seguir firme de pie, defendiendo nuestra posición y completamente preparados, porque

Dios nos dio:

  • El cinturón de la verdad.
  • La coraza de justicia.
  • El calzado de la paz.
  • El escudo de la fe.
  • El casco de la salvación.
  • La espada de la Palabra.

Dios nos ha capacitado con todo lo que necesitamos para luchar por la familia, para pelear con las armas de la milicia que no son carnales, sino espirituales para la destrucción de las fortalezas.

Victoria Sobre Mi Incredulidad

Sí tenemos una lucha contra el enemigo. Pero el peligro no es que tengamos una lucha, el peligro no es que el enemigo quiera destruir nuestros hogares y familias; el peligro es que hay padres, esposos, esposas que se cansaron de luchar, que se cansaron de luchar por los hijos, se cansaron de luchar por el matrimonio y ya no encuentran de dónde sacar fuerzas para luchar más por la familia.

Si analizamos la mayoría de las personas que se divorcian, no se divorcian por falta de amor; se divorcian, porque se cansaron de luchar por el amor; se cansaron de luchar por el matrimonio.

Hay padres que no se atreven admitirlo; pero hay padres que se han cansado de luchar por sus hijos y por familia. Y es que las batallas espirituales por la familia son complejas, son difíciles, nos drenan todas la energía que tenemos.

Por ejemplo, hay casos que sólo una parte es la que está peleando, una parte es la que está creyendo y llevando la carga o descarga espiritual, etc. y eso es bien duro y difícil. Pero lo peor es, que en el calor de la guerra espiritual por la familia en ocasiones nos llenamos de incertidumbre, nos domina la duda y comenzamos a cuestionar si es mejor tirar la toalla o no.

Y son en esos momentos que debemos tomar el ejemplo del ciego en Juan 9: 6 – 7; que cuando Jesús vio la condición de este hombre, escupió en tierra y le untó lodo en los ojos y lo envió a lavarse en el estanque de Siloé. Este hombre no sabía qué iba a suceder; Jesús no le dijo a él, vete y lávate en el estanque para que puedas mirar; sólo le dijo: ¨Ve a lavarte en el estanque de Siloé¨ y lo que este hombre hizo fue que: escuchó, recibió, y obedeció.

Así es que tenemos que ver las Batallas Espirituales, especialmente las batallas por la familia; yo no quiero imaginarme a este hombre camino al estanque:

  • Cuántas veces debió haber pensado tirar la toalla; pero decía: es que Él me dijo que fuera.

  • Cuántas veces debió haber considerado rendirse, pero decía: si me rindo no veré el milagro.

  • Cuánta incredulidad debió haber llegado a su mente y su corazón, pero decía: No sé por qué; pero yo le creo al que me dijo: Ve a lavarte.

Él nunca había visto a Jesús, él ni tan siquiera lo conocía, pero las palabras que escuchó de Jesús fueron suficiente para que el hombre creyera y obedeciera. Pero aun así tuvo que caminar con el lodo en los ojos. No sé por qué Jesús no lo sanó en ese momento, pero eso no detuvo al hombre de continuar hasta llegar al estanque y nos dice la Biblia que: El hombre fue, se lavó y regresó viendo.

CONCLUSIÓN

La Victoria De La Familia

Así como con este ciego son las Batallas Espirituales por la familia, son complejas, no sabemos qué es lo próximo que va a suceder; sólo tenemos que continuar caminando con la incertidumbre, sólo tenemos que continuar confiando a pesar de la duda.

Me explico: cuando yo estoy peleando la batalla por mis hijos, no significa que mis hijos van a cambiar dentro de mi tiempo o de la manera que yo espero; pero lo que me queda a mí como papá es continuar creyendo, aunque me llegue la duda, aunque me llegue la incertidumbre, lo que me queda es continuar caminando en obediencia, en amor, en alabanza, en devoción, en fe.

Cuando miramos esta historia pensamos que Jesús le dijo, vete y lávate y no le importó lo que pasara con el hombre; pero lo que muchas personas no se percatan es que en el V. 2 los discípulos le preguntaron a Jesús, el por qué el hombre nació ciego, si era por sus pecados o por los de sus padres y Jesús les contestó en el V. 3 que no fue ni por sus pecados, ni por los de sus padres, sino que: Nació ciego para que todos vieran el poder de Dios en él.

A lo que quiero llegar con esto es que Jesús no lo envió a la deriva, sino que lo que Jesús quería hacer era que todos vieran el poder de Dios manifestado en la vida de este hombre, en otras palabras, Jesús estaba diciendo: Cuando ustedes vean Lo que voy a hacer en la vida de este hombre, todos quedarán sorprendidos de ver cómo opera el poder de Dios en la vida de una persona.

Y así fue, todos quedaron sorprendidos, todos quedaron atónitos, nadie reconocía a este hombre después de haber recibido su milagro y transformación; la gente que lo conocía antes de encontrarse con Jesús; la gente que lo vio caminar al estanque con lodo en los ojos; los que se burlaban de él por el lodo que tenía en los ojos, los que lo menospreciaban por ser pordiosero, todos quedaron sorprendidos de ver lo que Cristo hizo en la vida de este hombre, cómo Cristo lo transformó al punto en que la gente no lo reconocía. Porque eso es lo que Cristo hace en las vidas.

Así mismo es que yo veo los hogares, los matrimonios, los hijos y la familia; que cuando pongas toda tu Fe y confianza en Cristo; los que te vieron pasando el momento de incertidumbre, de dolor, los que te vieron llorando, los que te vieron desvelado, los que se burlaron de ti, los que te decían que te rindieras y que ya no creyeras, que te fueras; todos van a poder ver el poder de Dios en tu vida, en tu hogar, en tu familia, en tus hijos y no te reconocerán por la manifestación de la gracia y el amor de Dios en tu vida.

El mismo hombre no entendía bien cómo había sucedido, cuando le preguntaron en los V. 10 - 11: ¿Quién te sanó? ¿Cómo sucedió?; él lo que contestó fue:

¨El hombre al que llaman Jesús, hizo lodo, me untó en los ojos y me dijo: Ve al estanque de Siloé y lávate, Entonces fui, me lave y ahora puedo ver¨.

En otras palabras: Yo no sé cómo sucedió, yo lo que sé es que veo, yo lo que sé es que Cristo lo hizo; yo no sé quién es Jesús, pero lo que sí sé es que Él fue Quien me sanó.

Por eso en este día yo quiero invitarte a poner tu confianza en Jesús, yo quiero invitarte a entregarle tu vida a Jesús; yo no puedo prometerte que Jesús va a solucionar todos tus problemas, pero sí te puedo prometer que si pones tu Fe y confianza en Él; Él te dará una Vida Nueva y la Vida Eterna.

Y cuando la gente digan: no era este el borracho, el adultero, el matrimonio que se estaba divorciando, la que tenía los hijos en problemas y te pregunten y no te reconozcan porque lo que están viendo que sucedió en ti y digan: ¿Quién te ayudó?, ¿Cómo sucedió?, lo único que podrás decir: Fue Jesús, fue Jesús que me salvó, Jesús me transformó, Jesús alcanzó a mis hijos, Jesús me restauró, fue Jesús que me cambió, Jesús me sanó, Él lo hizo porque Él me amó.

¿Cuántos de nosotros que estamos aquí, podemos testificar que fue: Aquel hombre que llaman Jesús que restauró nuestras vidas, que cambió nuestros corazones, que transformó nuestras familias, que hizo un milagro en la vida de sus hijos?

Yo quiero invitar a todo padre, a todo esposo, a toda esposa, a todo abuelo o abuela a poner toda tu confianza en Jesús, a que no nos rindamos, que no nos demos por vencido, a que no desmayemos, a que continuemos creyendo, que no tiremos la toalla, hasta que toda nuestra familia viva declarando que:

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO