Vida Victoriosa 7

Confianza en DIOS

By Richard Martinez, Pastor Principal, October 17, 2019

INTRODUCCIÓN

1 Samuel 17: 38 - 54

Este día vamos a continuar con la Serie de Mensaje de Vida Victoriosa y es nuestro deseo que en esta serie todos podamos aprender a cómo desarrollar la actitud correcta para vivir una vida de victoria.

Es importante mencionar que una Vida Victoriosa no es aquella que nunca enfrenta una derrota en su vida, sino aquella que persiste a pesar de los tropiezos y fracasos de la vida.

Con la explosión de las redes sociales y la forma tan fácil que hoy día nos estamos comunicando, es muy posible caer en una de las trampas más sútiles de este tiempo y es el encontrar aprobación de la gente a la distancia.

¿Por qué digo que esto es una trampa sutil? Porque

la aprobación de las personas nos da confianza y mientras más aprobación recibamos y más afirme nuestra confianza personal, podemos llegar al punto donde confiemos más en la aprobación de las personas que en confiar en Dios.

MENSAJE

De Dependencia A Confianza

La semana pasada aprendimos de la necesidad que tenemos que depender de Dios; y es necesario crear una dependencia de Dios para poder confiar en Dios.

En otras palabras, cuando aprendemos a depender de Dios:

La dependencia de Dios nos lleva a confiar en Dios, porque la dependencia de Dios se convierte en confianza en Dios.

Por eso es que es tan importante orar, leer la Biblia, ser discipulados, servir a Dios, asistir a los cultos y las actividades; porque todo esto nos ayuda a depender de Dios y si hay algo que desde la creación el ser humano ha batallado es con el depender de Dios.

Por eso es que vemos que en Génesis 3: 4 – 6 cuando la serpiente habló con Eva y la tentó a comer del árbol que Dios ordenó que no comiera, el fruto le pareció delicioso a Eva; no fue el fruto, sino la falsa promesa que le hizo la serpiente de que si comía del árbol llegaría a ser como Dios.

Esta falsa promesa que el diablo le hizo a Eva fue lo que la llevó a ella a codiciar el fruto; porque si llegaban a ser como Dios entonces no tenían que depender de Dios y esto es lo que sucede con el ser humano hasta hoy, que busca formas para no tener que depender de Dios.

Lo que nos lleva entonces a que si no hemos creado una dependencia de Dios, el problema es que entonces no podremos confiar en Dios, porque para poder confiar en Dios, hemos tenido que haber dependido de Dios.

Me explico, si no hemos tenido una relación con Dios, donde dependemos de Dios, entonces cuando las cosas se ponen difíciles en nuestra vida, no sabremos, ni podremos confiar en Dios. Pero cuando hemos desarrollado una relación de dependencia de Dios, entonces podremos confiar en Dios.

El Apóstol Pablo habló de esto en 2 Corintios 1: 8 – 10; el explica cómo fueron tan oprimidos y agobiados más allá de su capacidad de aguantar; al punto tal que pensaban que iban a morir.

Pero el Apóstol Pablo tenía una relación con Dios y atravesó por situaciones que lo llevó a depender de Dios. Como la de Hechos 16: 18 – 34 donde por ministrarle liberación a una mujer, fue arrestado, azotado severamente, encarcelado y estando en el calabozo y posiblemente esperando morir, no le quedó más remedio que depender de Dios y orar y cantar al Señor.

Esto lo llevó a tener la experiencia de que cuando dependió de Dios; Dios hizo un milagro tan impresionante en su vida que envió un terremoto al punto que las puertas de la cárcel se abrieron y las cadenas se cayeron; esta experiencia ahora llevó al Apóstol Pablo a no solo depender de Dios, sino confiar en Dios.

Por eso es que vemos que cuando él atravesó lo que contaba en 2 Corintios 1 donde llegó al punto en que pensaba que iban a morir, él dice cómo esa experiencia los llevó a dejar de confiar en ellos mismos y a confiar sólo en Dios.

Su confianza en Dios lo llevó a tal punto que dice el

  1. 10 ¨…Hemos depositado nuestra confianza en Dios, y él seguirá rescatándonos¨.

O sea que su confianza en Dios creció a tal punto donde él no afirma que no pasarán por dificultades, sino que de todas las dificultades que atraviesen Dios lo seguirá rescatándolo.

La Biblia no nos promete que no pasaremos por dificultades; lo que nos promete es que Él estará en medio de ellas.

Ahí vimos cómo el Apóstol Pablo dependía de Dios y esa dependencia de Dios fue lo que en los momentos difíciles le ayudó y le motivó a confiar en Dios.

Esto mismo fue lo que sucedió con David cuando enfrentó a Goliat.

David tenía una dependencia de Dios porque:

  • Tenía una relación personal con Dios al punto tal de que Dios lo escogió.
  • Tenía un propósito de parte de Dios y por eso fue ungido como rey.
  • Tenía un celo por Dios y por eso se indignó con el filisteo.
  • Había dependido de Dios cuando una oveja le era arrebatada por un oso o un león. Ahora toda esa dependencia que había tenido en Dios, le daban a David la habilidad de poder confiar en Dios frente a Goliat.

La Batalla De La Confianza:

Ahora cuando miramos la historia de David y Goliat en 1 Samuel 17: 40 – 54 podemos mirar cómo es que David sale determinado a pelear contra el filisteo, porque confiaba en Dios.

Por eso es que vemos que en los v. 41 – 44 que Goliat trató de hacer con David lo mismo que había hecho por los últimos 40 días, sembrar duda y temor, pero esta vez trató de sembrar duda y temor en David. Porque esta es una de las mayores estrategias del enemigo, sembrar duda y temor en nuestras mentes para limitarnos de cumplir el propósito de Dios en nuestras vidas.

Hay dos cosas importantes que debemos notar aquí:

  1. Lo primero es que podemos observar que el enemigo siempre utilizará la misma estrategia que vio que un día le funcionó. Por eso es que vemos que Goliat trató de intimidar y dominar a David de la misma forma que había intimidado y dominado a todo el pueblo de Israel: gritando, amenazando, retando con palabras e intimidando. El enemigo siempre buscará dominarnos de la forma que lo hizo en el pasado o con nuestros antepasados.

  2. Lo segundo es que la pelea de David con Goliat no era por poder, sino por gobierno y generaciones. En otras palabras, no era para probar quién podía más, sino para probar qué gobierno reinaba, si el gobierno de Dios o el de los dioses paganos de los filisteos.

Por eso es, que vemos que Goliat los intimidó por 40 días (v.16)

el número 40 en la Biblia significa gobierno y generaciones.

También vemos que en el v. 9 explica que si los filisteos lograban su objetivo, Israel hubiera sido sus esclavos por generaciones.

David tenía que pelear; David no tenía otra alternativa; David sabía que el sería el próximo rey de Israel; porque ya Dios lo había ungido como el próximo rey de Israel y de Israel

Ser vencido por los filisteos, significaba 2 cosas:

  • Que David jamás lograría ser rey, sino un esclavo más,
  • Que tendría que gobernar en una nación dominada por el enemigo y la esclavitud.

Por eso es que nosotros tampoco podemos quedarnos tranquilos y llegar a ser dominados por el enemigo; porque donde nos domine, no solo nos afecta a nosotros, sino que también afecta a nuestra descendencia, termina impactando las generaciones futuras. Así como David no tenía otro remedio que pelear, así mismo nosotros no tenemos otro remedio que pelear.

Por eso cuando David escuchó las palabras de intimidación de Goliat; el respondió en los

  1. 45 – 47 ¨ Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo contra ti en nombre del Señor de los Ejércitos Celestiales, el Dios de los Ejércitos de Israel, a quien tú has desafiado. 46 Hoy el Señor te conquistará, y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Y luego daré los cadáveres de tus hombres a las aves y a los animales salvajes, ¡y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel! 47 Todos los que están aquí reunidos sabrán que el Señor rescata a su pueblo, pero no con espada ni con lanza. ¡Esta es la batalla del Señor, y los entregará a ustedes en nuestras manos¨.

Para algunos David pudo sonar arrogante contra Goliat, pero cuando tu dependencia es Dios y tu confianza la has puesto en Dios, tu fe es segura y firme y por eso es que vemos que él declaró con denuedo, confianza y fe lo que declaró. Hay unos puntos claves en su declaración y son:

David no peleó contra Goliat en sus fuerzas y habilidades sino en el Nombre del Señor.

La confianza de David no estaba en el mismo, sino en Dios. Por eso es que cuando nosotros estamos en el calor de la batalla contra el enemigo, nuestra confianza no es nuestro carisma, nuestra unción, sino la Palabra, y es por la Palabra que podemos poner nuestra confianza en Dios.

David entendía que esta no era su batalla, sino que él era usado como instrumento de Dios para pelear la batalla

en nombre de Dios. David conocía que esta batalla era para honrar a el nombre de Jehová el cual Goliat había blasfemado y se había burlado.

David confiaba en que era Dios quien vencería a Goliat y no él.

Por eso dijo: El Señor te conquistará y yo te mataré y te cortaré la cabeza. En otras palabras, solo podré matarte porque es el Señor y no yo que te vencerá y te conquistará. Esto no significa que David no tenía miedo; cuando estudiamos los Salmos de David, vemos que él pasó muchos momentos de angustia y temor; pero lo que lo hacía diferente era que él no se dejaba vencer por el temor.

David no peleaba para ser admirado, ni rey, sino que peleaba para que todo el mundo conociera que el Dios de Israel

no había abandonado a su pueblo y amaba a su pueblo. Por eso él peleaba para que Dios se llevara toda la gloria.

El Proceso De La Confianza

Estos conceptos son importantes porque jamás debemos depender en el hecho de que podemos pelear contra nuestro enemigo en nuestras fuerzas ni nuestra confianza. De la misma forma en nuestras batallas que tenemos contra nuestro enemigo tenemos que:

No peleamos en nuestras fuerzas ni habilidades, sino en el Nombre del Señor.

Nuestra confianza jamás puede estar en nosotros mismos, ni en nuestras habilidades, conocimiento, talento, carácter. Por esa razón Dios le dijo a Zorobabel:

No es por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu, dice el Señor de los ejércitos celestiales. Zacarías 4: 6

Nosotros no podemos depender de nuestra fuerza, ni habilidades, nuestra dependencia tiene que siempre estar en el Señor.

Inclusive en Romanos 8: 37 donde nos dice que somos más que vencedores; no nos habla de nuestras fuerzas, sino que nos dice:

¨… nuestra victoria es absoluta, por medio de Cristo que nos amó¨.

Lo que significa que es gracias a Jesús que hemos vencido.

Nuestras batallas no son nuestras, sino que son de Dios.

Cuando nos encontramos en el calor de la batalla, no podemos olvidar quiénes somos para Dios y cuánto Él nos ama, por eso tenemos que dejar que sea Él quien pelee por nosotros. Cuando el rey de Asiria amenazó con conquistar a Jerusalén, el rey Ezequías, entendió que él era insuficiente para enfrentarlo, pero eso no lo llevó a rendirse, sino que lo llevó a buscar a Dios y clamar a Dios

2 Reyes 19: 14 – 19

y nos dice el v. 35 que: Esa noche el Ángel del Señor fue al campamento asirio y mató a 185,000 soldados.

Nosotros tenemos que entender que las batallas que enfrentamos no son nuestras, sino que son del Señor.

Tengamos la plena confianza que Dios está con nosotros en medio del calor de la batalla.

En medio de las batallas que enfrentamos y que enfrentaremos es normal tener miedo, es normal estar preocupado; pero jamás debemos permitir que el miedo y las preocupaciones nos roben nuestra confianza en Dios.

Cuando leemos el Salmo 46 nos damos cuenta de que el salmista expresa que en medio de terremotos, montañas derrumbándose, océanos rugientes, inundaciones; nosotros en medio de todo esto aún así, podemos mantener nuestra confianza en Dios.

Nuestras victorias son para que Cristo sea glorificado y no nosotros.

Al final de todo, cuando podamos estar en paz, calmados, en victoria venga lo que venga, nosotros lo único que podremos decir al final es como dijo el Apóstol Pablo en

2 Corintios 1: 8 – 10 ¨… como resultado, dejamos de confiar en nosotros mismos y aprendimos a confiar solo en Dios, quien resucita a los muertos. 10 Efectivamente él nos rescató del peligro mortal y volverá a hacerlo de nuevo. Hemos depositado nuestra confianza en Dios, y él seguirá rescatándonos, 11 y ustedes nos están ayudando al orar por nosotros. Entonces mucha gente dará gracias porque Dios contestó bondadosamente tantas oraciones por nuestra seguridad.¨

CONCLUSIÓN

Algunas personas cuando le hablamos del Evangelio se limitan de venir a Cristo porque han conocido algunos cristianos que han enfrentado dificultades siendo cristianos; algunos cristianos se apartan de Dios y del propósito en medio de las dificultades.

Pero lo que la gente no acaba de entender es que

Jesús no nos dijo que la vida cristiana era una vida libre de problemas, sino que nos prometió es que siempre estaría con nosotros en medio de toda batalla, problema o dificultad y en eso podemos confiar.

Por eso vemos, que luego de que Goliat buscara intimidar a David como lo hizo con el pueblo de Israel y David contesta a sus amenazas con la convicción y la confianza de que Dios estaba con él, es que vemos que cuando el enemigo Goliat se acercó para atacar a David; lejos de David sentirse intimidado, él fue corriendo para enfrentarlo con toda la confianza que tenía en que Dios le daría la victoria y lo mató en los 1 Samuel 17: 48 – 51.

Lo mató porque David confiaba en Dios, David portaba una promesa de Dios, un propósito de Dios, un llamado de Dios y cuando tú tienes una promesa, un propósito y un llamado de Dios, no hay nada que pueda detener el que Dios cumpla en tu vida lo que te ha prometido.

Así que apliquemos estos 4 principios que vimos, para no andar intimidados cuando el enemigo ruge sus amenazas y se acerca para atacarnos, porque estos 4 principios nos llevan a poner nuestra confianza en Dios y no en nosotros mismos.

¿Por qué es esto importante? Porque en los v. 52 – 54 nos enseña que la victoria de David sobre Goliat cambió la perspectiva de todo el pueblo de Israel; ahora Israel también salió a la batallas.

La victoria de David sobre Goliat sacó al pueblo de:

  • Intimidación a confianza.
  • De miedo a valentía.
  • De limitación a abundancia.
  • De perturbación a fe.

Esto es lo mismo que puede suceder en nuestros hogares, en nuestras familia y vidas, cuando uno de nosotros confía lo suficientemente en Dios como para luchar contra el enemigo, esto nos lleva a que las generaciones futuras, no sean esclavos del enemigo, sino que ellos también vivan en victoria.

Yo quiero vivir mi vida haciendo la diferencia, no estando intimidado por el enemigo, por sus amenazas, perturbación, mentiras; yo quiero vivir mi vida creyéndole a Dios, creyendo que la victoria es del Señor, creyendo que Él está conmigo como poderoso gigante.

Yo anhelo con todo mi corazón que cuando yo muera mis hijos, mis nietos y mis bisnietos, puedan recordar que yo peleé la buena batalla, que corrí la carrera, que guardé la fe y que eso sirva de testimonio para que ellos vivan vidas victoriosas y juntamente conmigo estemos un día gozándonos delante de la Presencia del Señor.

Si David no hubiese tomado la valentía de enfrentar a Goliat posiblemente la historia hubiese sido que Israel duró años como esclavos de los filisteos; pero gracias a que David confió en el Señor, ahora no sólo David fue más que vencedor al vencer a Goliat, sino que ahora todos los que vivían bajo temor, salieron a la guerra y también fueron más que vencedores.

No es fácil enfrentar las dificultades que enfrentamos, pero

Cuando no sepamos qué es lo que Dios está haciendo o por qué lo está haciendo, algo en lo que sí podemos confiar es en el amor de Dios que nos mostró en la Cruz del Calvario.

Creo que nosotros tenemos la responsabilidad de salir a pelear por los nuestros en oración, en intercesión, en fe, en confianza en el amor de Dios para que la generación que viene nos vea en victoria y así un día también ellos lleguen a declarar junto con nosotros que:

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO