Vida De Esperanza 9

El Maldito Desaliento

By Richard Martinez, Pastor Principal, November 03, 2019

INTRODUCCIÓN

Todos hemos pasado por esos momentos oscuros de nuestra vida, donde sentimos que lo que queremos es simplemente tirar la toalla y dejar todo tirado. Esto nos puede suceder en el matrimonio, en la familia, en el trabajo, en el Ministerio.

Cuando llegan estos momentos muchas personas piensan que están en depresión, porque no hablamos suficiente de lo que la mayoría de los Cristianos atraviesan y que es mucho más común que la depresión, y es el desaliento.

El desaliento es un decaimiento del ánimo, un abatimiento del alma, una falta de ilusión, un desgaste del corazón.

Es cuando se nos agotaron las fuerzas, cuando desaparece las ganas o los deseos de seguir. Otra forma de verlo es cuando se nos agota la esperanza.

Por eso es, que muchas personas confunden el desaliento con la depresión, porque es un sentimiento al que no estamos acostumbrados, es una condición muy, pero que muy difícil de entender.

MENSAJE

Condición De Desaliento

El desaliento es muy serio. Es como estar en un desierto donde no vemos la salida en ninguna dirección que miramos y no sabemos en qué dirección caminar, porque todo lo que vemos cuando miramos a todos lados es lo mismo, un largo trayecto que pareciera interminable y sin rumbo.

Para nosotros la mayoría de las veces el desaliento llega cuando atravesamos por momentos o temporadas difíciles o complicadas donde no encontramos, no sabemos, ni tan siquiera conocemos cuál sería la forma de salir de ella.

Esto puede ser en problemas familiares, deudas, problemas de salud, etc. Son esas temporadas en las que podemos llegar o hemos llegado a sentir que Dios no está con nosotros.

Esto puede ser un tiempo en donde un hijo está en tal nivel de rebelión u oscuridad en la que como padres ya no sabemos que va a ser de él; puede ser un tiempo en nuestro matrimonio que está en tal condición que por más que tratamos de salvarlo ya no sabemos qué hacer; puede ser que estemos en una condición financiera tan difícil que no encontramos la salida; puede ser que sientan que ninguna relación que ha tenido tenga éxito, pueden ser un sin número de cosas, que nos pueden llevar a una condición de desaliento terrible y el desaliento afecta nuestra fe y nos roba la esperanza.

Por ejemplo, la Biblia nos enseña en Éxodo 6: 9 que después que Dios le habló a Moisés y envió a Moisés a comunicarle al pueblo que Dios los libraría de la esclavitud y Moisés lo hace dice que:

¨…ellos no quisieron escucharlo porque estaban demasiado desalentados por la brutalidad de su esclavitud¨.

Lo que significa que ellos habían perdido la esperanza de salir de su condición al punto tal que aún Moisés diciéndoles que Dios les había prometido librarlos, ellos no quisieron escuchar, ellos no quisieron sentirse decepcionados, no quisieron poner su esperanza en Dios.

Ya estaban tan abatidos por el dolor y el tiempo que llevaban en esa condición que no encontraban la forma de continuar creyendo en Dios.

Por eso es, que en estas temporadas de desaliento; una persona puede venir a un culto, estar en medio de la Presencia de Dios, en una atmósfera de Alabanza, sentarse escuchar un mensaje y no sentir nada. Porque por la condición que están viviendo se les hace difícil creer que Dios tiene algo mejor para ellos, que el desenlace de su historia es mayor que lo que ellos creen.

Proceso Del Desaliento

Cuando una persona atraviesa una temporada de desaliento puede sufrir los mismos síntomas y experiencias que sufrió el pueblo de Israel en el desierto.

Cuando miramos la experiencia del pueblo de Israel en el desierto generalmente las personas tienden a criticar a los israelitas por su actitud en el desierto; pero esto lo hacemos porque nunca nos hemos encontrado en una temporada de 40 años en un desierto; por duro que haya sido lo que hemos atravesado en la vida, jamás se compara a las experiencias que Israel atravesó en el desierto.

Ahora bien, por lo general

Cuando las personas están en un estado de desaliento, la pregunta más famosa y común es: ¿Dónde está Dios? ¿Por qué me está pasando esto Dios? Y en los momentos de desaliento donde no podemos encontrar salida, donde la esperanza se desvanece de nuestro corazón es cuando más llegamos a quejarnos y renegar como lo hizo Israel en el desierto.

Y la verdad es que cuando estamos en desaliento es difícil no hacerse preguntas, es difícil no renegar; pero renegar jamás será la solución, ni la salida; porque el quejarnos y renegar no provee soluciones, sino más bien nos limita de ver las provisiones que Dios nos da.

Esto fue lo que vimos en Éxodo 15: 22 – 27 el pueblo de Israel luego que Dios los liberó de la esclavitud, los liberó de el abuso y el maltrato del Faraón, luego que Dios los liberó de la amenaza de los egipcios que lo perseguían; luego que les permitió ser testigos de las 10 plagas, del ahogamiento de los egipcios, etc. ahora se encontraban sin agua.

Cuando les faltó el agua se desesperaron y al desesperarse vino el renegar y la queja, que son condiciones perfectas para el desaliento.

Cuando nos azota la desesperación y nos agobia el dolor y nos quejamos, el desaliento será inevitable.

En Éxodo 15: 22 – 27 ellos llegaron a las aguas de Mara, pero las aguas estaban amargas.

Observemos lo siguiente:

  • Ellos tenían sed porque llevaban 3 días en el desierto sin
  • agua.
  • Llegaron a un lugar donde había un oasis, pero el agua no se podía tomar.
  • Su primer reacción fue quejarse y renegar contra Moisés.
  • Moisés clamó al Señor por ayuda.
  • Dios contestó el clamor de Moisés.
  • Dios le dio a Moisés la estrategia
  • Las aguas se endulzaron y ellos tomaron.
  • Dios ordenó que le obedecieran a Él.
  • Dios los bendijo sobrenaturalmente, llevándolos ahora a un lugar con 12 manantiales y 70 palmeras.

Ahora bien, la pregunta es:

  • ¿Qué tal si hubiesen evitado el paso 3? Si en vez de quejarse y renegar hubiesen pasado al paso 4 y hubiesen clamado a Dios.
  • ¿Hubiese Dios mostrado la misma solución?

Es posible que Dios haya hecho que las aguas hayan sido amargas a propósito para que nadie tomara del agua, sino hasta que Su pueblo cuando pasara por ahí tuvieran para ellos beber y por eso el trozo de madera ya estaba allí también; pero Dios le dio la solución a Moisés cuando oró y le clamó al Señor. Lo que nos enseña que lo mismo hubiese podido haber ocurrido sin el renegar y la queja.

Nosotros pensamos que en momentos difíciles y complicados llenos de desaliento que el quejarnos y renegar mueve el corazón de Dios, pero no es así;

La queja en el dolor lo que hace es que hace más profundo y extenso nuestro dolor.

Por eso es que dice el v. 25 que Dios quiso probar la fidelidad del pueblo en Mara; pero con todo y eso les dijo en el v. 26 Les dijo:

«Si ustedes escuchan atentamente la voz del Señor su Dios y hacen lo que es correcto ante sus ojos, obedeciendo sus mandatos y cumpliendo todos sus decretos, entonces no les enviaré ninguna de las enfermedades que envié a los egipcios; porque yo soy el Señor, quien los sana».¨

Cómo Escapar Del Desaliento

Ahora bien, la pregunta más importante es:

  • ¿Cómo escapamos del desaliento?

Cuando las personas se encuentran en estos momentos de soledad, de desaliento, de desierto, generalmente buscan esforzarse por salir; esforzarse por mantener el paso, esforzarse por hacer las cosas más intensamente; pero el asunto del desierto y el desaliento es que no importa qué; puedes avanzar el paso, puedes gritar más fuerte, puedes correr; pero lo cierto es que no hay forma de escapar.

En el desaliento o los desiertos de la vida lo único que podemos hacer es confiar en Dios, confiar que Dios tiene todo bajo control, confiar en que si aún estamos con vida es porque Dios nos está sosteniendo, confiar en que el amor de Dios nos cubre.

Cuando mencionamos confiar en Dios, muchas personas inmediatamente piensan en que tenemos que aparentar que estamos bien, tenemos que mostrar que no nos duele; pero la verdad es que eso no es lo que quiero decir; sino que el confiar en Dios, es el poder exponer nuestra queja y dolor delante de Dios, y al final entender que Dios sigue en control.

Pero, ¿cómo confiar en Dios en el desaliento? Para esto miraremos el Salmo 69. En el Salmo 69: 1 – 4 vemos que

El salmista describe su condición de desaliento y dice que:

  • Estaba en una condición que sentía que se hundía.
  • Se sentía ahogado en aguas profundas.
  • Estaba agotado de tanto gritar por ayuda.
  • Estaba rodeado de enemigos que querían destruirlo con mentiras.

Pero luego el salmista declaró en los v. 13 – 16

¨Pero sigo orando a ti, Señor, con la esperanza de que esta vez me muestres tu favor. En tu amor inagotable, oh Dios, responde a mi oración con tu salvación segura. 14 Rescátame del lodo, ¡no dejes que me hunda aún más! Sálvame de aquellos que me odian y sácame de estas aguas profundas. 15 No permitas que el torrente me cubra, ni que las aguas profundas me traguen, ni que el foso de la muerte me devore. 16 Contesta a mis oraciones, oh Señor, pues tu amor inagotable es maravilloso; cuida de mí, pues tu misericordia es muy abundante.¨

¿Qué podemos aprender de cómo reaccionó el Salmista en el desaliento?: 1. Él no dejó de orar. 2. Él pidió ayuda a Dios. 3 Él confió en el amor de Dios.

1. No Dejó De Orar.

Podemos ver que en los v. 13 – 16 el Salmista le clama a Dios y confiesa que a pesar de estar como estaba y encontrarse como se encontraba, él declara en el v. 13 que él no dejaría de orar al Señor.

El no permitiría que su desaliento lo llevara a dejar de orar, a dejar de buscar a Dios. Porque el asunto es que aunque estemos en momentos de dolor y desesperación, no significa que tenemos que dejar de creer que Dios nos ama, que Dios es fiel y que es en Dios que encontramos consuelo.

En nuestras oraciones podemos ser sinceros con Dios y declararle a Dios; Señor estoy muy desalentado, decepcionado, desesperado, etc. Y te necesito, necesito que me consueles, que me afirmes, que me ayudes. Como vemos que el Salmista le dijo a Dios en el v. 13.

Dios jamás ha esperado que tengamos todo bajo control; por eso es que nos dejó la oración, para que podamos depender de Él en los momentos de incertidumbre como lo es el dolor y el desaliento.

2. Él Pidió Ayuda a Dios.

Esto es lo que el Salmista dice en el v. 14; el Salmista le dice a Dios:

¨!no dejes que me hunda aún más¨.

En esta porción el Salmista le dice a Dios, no permitas que me siga hundiendo en este dolor, no dejes que me siga afectando esta situación al punto que me hunda más en mi desconsuelo y desaliento. Esto hace más lógica, el decirle a Dios: Padre, me estoy hundiendo en el dolor; se me está acabando la fe; esto nos permite ser sinceros y honestos con Dios y con nosotros mismos.

Es importante que nosotros seamos sinceros con Dios de cómo nos sentimos, si nos sentimos desanimados, desalentados, decepcionados, desesperados, seamos sinceros con Dios.

El Salmista en este versículo no le pidió a Dios que lo sacara de la situación, sino que lo sacara de la condición en la que se encontraba. Por eso, luego de orar por lo que nos está doliendo y afectando, debemos pedirle a Dios que nos ayude a salir del desaliento, que nos ayude a levantarnos.

3. Él Confió En El Amor De Dios

En los momentos de desaliento y desiertos, lo más complicado es confiar en Dios, confiar en que lo que estoy pasando sea parte de un plan mayor de Dios, confiar en que todo estará bien.

Y el mayor problema en el desaliento es que el desaliento es como estar en el desierto, que no hay atajos. Cuando estamos en una temporada de desaliento no hay una ruta más corta para salir de él; pero si hay una ruta más segura para mantenerme firme en Él y esa ruta es Cristo.

Por eso debemos entender que

En ocasiones Dios no nos guiará alrededor del dolor, sino que en ocasiones lo que Dios hace es que nos sostiene a través del dolor.

Nosotros lo que buscamos es que Dios nos evite el dolor, que nos evite el desierto, pero en ocasiones Dios lo que hace es que nos dirige al desierto; pero cuando Él nos dirige por el desierto,Él también nos sostiene en el desierto.

Aquí voy a llamar a algunas personas que representan momentos difíciles para ilustrar cómo en ocasiones Dios nos dirige a no evitar y sacarle la vuelta al dolor, sino cómo Dios nos lleva a enfrentar el dolor y nos sostiene en medio de Él y cómo en ese momento es que renegamos porque pensamos que la situación viene a detruirnos cuando Dios está con nosotros en medio de todas ellas.

Por eso es, que en las temporadas de desalientos y desiertos de nuestra vida, podemos confiar en que el amor inagotable y maravilloso de Dios cuida de mí, y que Sus misericordias son muy abundantes sobre mí.

En el desaliento no podemos olvidar jamás, cuán gran e inagotable es el amor de Dios y cuán abundante e incalculable es la misericordia de Dios sobre nosotros.

Pero entendamos que en el desierto y el desaliento no hay atajos; lo que estamos atravesando, no hay manera de que podamos tomar una ruta más corta. Dios no sacó al pueblo de Israel y lo llevó por la ruta más corta; sino que Éxodo 13: 17 – 18 nos dice que Dios decidió llevarlos por el desierto.

Esto nos debe enseñar que

Si estamos donde estamos, atravesando lo que estamos atravesando es porque Dios no quiso llevarnos alrededor del desierto, sino a través del desierto.

Por eso debemos entender que

En ocasiones Dios no nos guiará alrededor del dolor, sino que nos sostendrá a través del dolor.

Ahí es que vemos al salmista diciéndole a Dios en el v. 16:

¨…Oh Señor, tu amor inagotable es maravilloso; cuida de mí, pues tu misericordia es muy abundante¨.

Él estaba determinado a esperar confiadamente en Dios porque conocía cuán inagotable era el amor de Dios y cuán abundante era la misericordia de Dios para con él.

Así mismo en el desaliento o el desierto no podemos olvidar jamás, cuán gran e inagotable es el amor de Dios y cuán abundante e incalculable es la misericordia de Dios sobre nosotros.

CONCLUSIÓN

Estos son los principios que pueden llegar a sostenernos en los momentos de desaliento de nuestras vidas, en las temporadas difíciles y complicadas que enfrentamos, que enfrentaremos o que estamos enfrentando; así que aunque se nos dificulte entenderlo o creerlo; no olvide que Dios está con nosotros en medio de ellas.

En ocasiones cuando estamos en un momento del desaliento y hablamos con alguien nos dicen: Tienes que buscar a Dios, tienes que buscar la Presencia de Dios, es una forma de decir, tienes que orar; porque a Dios no lo tenemos que buscar, porque Dios siempre está y ha estado con nosotros, nunca nos deja, nunca nos desampara.

Somos nosotros los que no lo sentimos, porque

En el desaliento estamos más enfocados en nuestra situación, en nuestra condición y no nos detenemos a darnos cuenta de que Él está en ese momento con nosotros, en esos momentos se nos olvida que Él nos ama, se nos olvida todo lo que ha hecho por nosotros para mostrarnos Su amor.

El pueblo de Israel lo veía en el fuego, lo veía en la nube, lo veían en cada milagro y maravilla y aun así no lo vieron en el dolor, en la desesperación y en el desaliento; pero no porque Dios no estuviera, sino porque estaban cegados y distorsionados por el desaliento.

Pero cuando en medio de nuestro desaliento hagamos de la oración nuestro refugio y fortaleza; podremos decir como el Salmista en Salmo 73: 21 – 26 que declaró

¨21 Entonces me di cuenta de que mi corazón se llenó de amargura, y yo estaba destrozado por dentro. 22 Fui tan necio e ignorante, debo haberte parecido un animal sin entendimiento. 23 Sin embargo, todavía te pertenezco; me tomas de la mano derecha. 24 Me guías con tu consejo y me conduces a un destino glorioso. 25 ¿A quién tengo en el cielo sino a ti? Te deseo más que cualquier cosa en la tierra. 26 Puede fallarme la salud y debilitarse mi espíritu, pero Dios sigue siendo la fuerza de mi corazón; él es mío para siempre.¨

Cuando en medio del desaliento no perdemos la esperanza, confiamos en el amor de Dios es que viviremos para declarar que aún en medio del desierto que:

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO