Vida De Esperanza 17

Una Vida LLena De Fe y Esperanza

By Richard Martinez, Pastor Principal, December 29, 2019

INTRODUCCIÓN

En esta serie hemos querido mostrar cómo cuando la fe nos falta o entra en crisis, la esperanza nos sostiene y nos mantiene firmes creyendo a pesar de lo que estamos sintiendo.

Muchas personas ven la fe y la esperanza como algo imposible de alcanzar o algo que Dios creó para hacernos la vida complicada y difícil, para probar si de verdad lo amamos, o si de verdad confiamos en Él; otros piensan que la fe es aquello donde se separan los Cristianos fuertes de los débiles.

Pero eso está lejos de la verdad; porque la fe es un regalo que Dios depositó en nosotros por Su Gracia, con el fin de que podamos ver Su Poder en acción y así reconocer cuánto nos ama.

Pero Dios no sólo depositó en nosotros fe, sino que junto con la fe, depositó también en nosotros; esperanza y

la esperanza es la que nos sostiene y nos impulsa en los momentos donde sentimos que nuestra fe ha desmayado; la esperanza nos mantiene seguro cuando la fe se ve afectada.

Ya que nos acercamos a un Nuevo Año, en este mensaje vamos a ver cómo es que la fe y la esperanza operan para obtener un Nuevo Comienzo y así poder vivir una vida plena.

# MENSAJE

La Razón De Las Promesas De DIOS

Muchos de nosotros en diferentes etapas y procesos de nuestra vida hemos adoptado una percepción incorrecta de Dios. En ocasiones, vemos a Dios como Juez y en ocasiones lo vemos como Padre; en ocasiones pensamos que está lejos y en ocasiones lo sentimos dentro de nosotros; en ocasiones creemos que es indiferente a nuestros problemas y en ocasiones lo vemos en medio de los problemas; en ocasiones pensamos que no le importamos y en ocasiones sentimos Su Amor.

Aunque esto es normal no importando el nivel de fe, ni madurez que usted pueda tener, la realidad es que

como nosotros vemos y sentimos a Dios, tiene que ver con nosotros, no con Dios; porque Dios no cambia, Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos.

Lo que quiero decir con esto es, que la razón por la que a veces sentimos a Dios de una manera u otra, tiene que ver con el cómo nosotros nos sentimos y no con el carácter ni el poder de Dios; porque el problema que tenemos es que porque nos sentimos de una manera u otra, pensamos que esa es la realidad, cuando verdaderamente no es así.

Dios sigue siendo Dios en cualquier circunstancia que usted y yo atravesemos, Él sigue siendo nuestro Padre, Señor, Dios; lleno de amor y misericordia, lleno de poder y majestad; Él sigue siendo nuestro escudo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en la tribulación; sigue siendo fiel, maravilloso, glorioso, todopoderoso.

Pero en ocasiones cuando estamos en medio de nuestros dolores y sufrimientos es que cambiamos nuestra perspectiva de Dios, pero eso no cambia Quién es Dios.

Es por eso que Ezequiel 37: 1 - 2 Dios lleva a Ezequiel a un valle de huesos que estaban desparramados por el suelo, completamente secos para mostrarle la condición del pueblo de Dios.

Para que podamos entender lo que estaba sucediendo aquí, tenemos que mirar lo que nos dice en Ezequiel 36: 17 – 20 que nos dice que la maldad y la mala conducta de los israelitas había llegado a tal punto que Dios tuvo que castigarlos y esparcirlos por la tierra, pero aun así, continuaron deshonrando el nombre del Señor, al punto tal que nos dice el v. 21 que Dios se preocupó por Su Santo Nombre. La condición de los israelitas llevó a que las naciones se burlaran de Dios y de ellos.

Porque esto es lo que hace el enemigo, cuando le cedemos el control de nuestras vidas, que se burla de Dios y de nosotros.

Cuando nuestras acciones, comportamientos, conductas van en contra de lo que se espera de una persona que ama a Dios, eso provoca burla de parte del enemigo.

Pero Dios tomó una decisión en medio de todo esto y por amor a ellos decidió transformarlos; nos dicen los

  1. 24 – 27 ¨24 Pues los recogeré de entre todas las naciones y los haré regresar a su tierra. 25 ”Entonces los rociaré con agua pura y quedarán limpios. Lavaré su inmundicia y dejarán de rendir culto a ídolos. 26 Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de ustedes. Les quitaré ese terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo. 27 Pondré mi Espíritu en ustedes para que sigan mis decretos y se aseguren de obedecer mis ordenanzas.¨

En otras palabras, en vez de destruirlos, Dios tomó la decisión de amarlos, transformarlos y restaurarlos; lo que significa que la conducta de ellos, no determinó el corazón y amor de Dios.

Luego Dios comenzó a declarar todas las bendiciones que les daría y todo lo que haría con ellos; al punto tal que Dios le dice a Ezequiel en el v. 37: que Él estaba dispuesto a escuchar sus oraciones.

En ese contexto es que comienza Ezequiel 37; porque ahora cuando en los v. 1 – 2 Dios lleva al profeta a un valle de huesos secos; lo que estaba haciendo era mostrándole al profeta la condición del pueblo de Israel, estaba mostrándole cómo es que ellos se sentían, cómo es que ellos se miraban así mismos, qué era lo que ellos pensaban de ellos mismos.

En ocasiones la manera en la que nosotros nos miramos a nosotros mismos no tiene que ver nada de cómo Dios nos mira; o lo que pensamos de nosotros mismos, en ocasiones no tiene nada que ver con lo que Dios piensa de nosotros. Porque hay veces que lo que conocemos de nosotros mismos nos lleva a confundirnos y no creer lo que Dios dice de nosotros.

Por eso es, que cuando Dios le pregunta al profeta en el v. 3 si esos huesos, ¿podrían convertirse en personas de nuevo? Ezequiel no le dijo: Claro que sí, déjame y oro, declaro, decreto, ato y desato, y reprendo la sequía. Ezequiel dijo:

¨Oh Señor Soberano, solo tu sabes la respuesta¨.

FE En Las Promesas De DIOS

Es ahí que Dios ordena al profeta que declare un mensaje profético en los

  1. 4 – 6 ¨… diles: “¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor! 5 Esto dice el Señor Soberano: ‘¡Atención! ¡Pondré aliento dentro de ustedes y haré que vuelvan a vivir! 6 Les pondré carne y músculos y los recubriré con piel. Pondré aliento en ustedes y revivirán. Entonces sabrán que yo soy el Señor”.

Lo que Dios le estaba ordenando al profeta a declarar iba no solo en contra de lo que ellos pensaban de ellos mismos, sino que también iba en contra de la condición que ellos se encontraban. El mensaje que Dios ordenó al profeta a declararles a los huesos chocaba con la condición de lo que el profeta tenía delante de Él.

Esto es lo maravilloso de la fe, porque

la fe nos lleva a analizar nuestra situación, a meditar en nuestra condición, a evaluar nuestra realidad y nos motiva e impulsa a hablar en contra de todo ello.

Y Dios le ordenó a Ezequiel que les declarara un mensaje profético a los huesos y dice el

  1. 7 ¨Así que yo lo anuncié tal como Él me dijo¨ y comenzaron los huesos a juntarse y a unirse.

Pero la fe no sólo nos lleva a hablar en contra de todo ello, sino que como vemos en el v. 7 el profeta no dice que él profetizó cualquier cosa, sino que dice que él anunció tal como Dios le ordenó; porque eso es otro concepto erróneo de la fe que tenemos. Nosotros no tenemos que inventarnos nada, todo lo que necesitamos es creer lo que la Palabra dice de nosotros, lo que la Palabra dice de nuestra condición, lo que la Palabra dice de nuestra familia, etc.

Porque

la fe no trata de improvisación, ni esfuerzo humano, ni talento, ni poder interno, sino que viene y se manifiesta por la confianza que tenemos en lo que Dios ya ha declarado en Su Palabra.

Por eso es que el mismo Apóstol Pablo escribió en

Romanos 10: 17 ¨La fe es por el oír; y el oír es por la Palabra de Dios¨. La NTV dice: ¨Así que la fe viene por oír, es decir, por oír la Buena Noticia acerca de Cristo¨. Inclusive en 1 Corintios 2: 4 – 5 él les dice a los corintios cuando él fue a visitarlos: ¨Mi mensaje y mi predicación fueron muy sencillos. En lugar de discursos ingeniosos y persuasivos, confié solamente en el poder del Espíritu Santo. Lo hice para que ustedes no confiaran en la sabiduría humana sino en el poder de Dios¨.

Esto es lo maravilloso de la fe y es que nosotros no tenemos que inventarnos lo que esperamos en fe, lo que quisiéramos que sucediera por fe; sino que

la fe es el resultado de lo que descubrimos y creemos de la Palabra de Dios.

Dios es el Único que es Alfa y Omega, Principio y Fin y Él reconoció la condición del pueblo, la incredulidad del pueblo, los pecados del pueblo, la maldad del pueblo y ahora llama a alguien para que por fe interceda por ellos; por eso vemos que es Dios mismo quien pone las palabras en el profeta para declararlas y lo hace para sacar al pueblo de la condición de miseria en la que se encontraba, lo hace para darles al pueblo una esperanza y una nueva vida.

Eso es lo que hace la Palabra de Dios en nuestras vidas,

la Palabra de Dios nos lleva a analizar nuestra situación y creerle, meditar en ella y declararla para que la Palabra sea lo que determina nuestro destino y no lo que estamos viendo o viviendo.

Por ejemplo, usted puede estar viviendo un infierno en su casa; usted puede estar viviendo una situación difícil con sus hijos, o en su matrimonio, o en su salud, o en sus finanzas, esa es su realidad de lo que está viendo y viviendo; pero como con el profeta, ahora lo que tenemos que creer y declarar no es lo que estamos viendo o viviendo, sino lo que hemos recibido y creído de la Palabra de Dios.

Insistiendo En La FE

Ahora vemos que luego que el profeta comienza a interceder y profetizar lo que Dios le ordenó; él mismo comenzó a observar qué cambios comenzaron a acontecer; él vio cómo los huesos comenzaron a juntarse, cómo músculos y la piel comenzaron a llenar el cuerpo. Pero el proceso no estaba completado, aún faltaba.

Esto es otro concepto importante de la fe.

La fe no se manifiesta cuando obtenemos el resultado final de lo que esperamos, la fe se manifiesta en cada proceso por el cual Dios nos va dirigiendo.

Por ejemplo, yo no tengo que ver mi matrimonio completamente restaurado para mantener la fe de que Dios está operando en mi matrimonio, lo mismo con los hijos, lo mismo con la salud, Ministerio, etc.

Por eso es, que muchas personas se desaniman, porque cuando no reciben todo el paquete de bendición que esperan, piensan que Dios no está operando. Pero Ezequiel 37 nos enseña que debemos tener fe para ese momento, que debemos tener fe para creer lo que Dios nos está permitiendo ver hasta ahora.

Por ejemplo, en 1 Reyes 18: 41 – 46 no había llovido en años y cuando Elías oró y nos dice que mientras él oraba envió a su sirviente que subiera al Monte Carmelo a ver si venía la lluvia y el sirviente no vio nada; pero él hizo que su sirviente subiera hasta siete veces. La séptima vez, el sirviente vio una pequeña nube, pero eso fue suficiente para Elías creerle a Dios por una gran lluvia.

Lo mismo con Naamán en 2 Reyes 5 que tenía lepra y cuando fue donde Eliseo para que lo sanara; Eliseo le dijo que se bañara en el Río Jordán, las primeras veces que se sumergió nada sucedió, pero tuvo que tener fe para continuar sumergiéndose hasta que fue a la séptima vez que dice la Biblia en el

  1. 14 que:¨su piel quedó tan sana como la de un niño¨.

La fe que ellos tuvieron en medio de su situación, no fue una que le dio los resultados que ellos esperaban de inmediato, pero ellos tuvieron fe para creer que algo pasaría y cada vez continuaban creyendo que algo estaba sucediendo aunque ellos no lo estaban viendo.

La fe que Dios ha depositado en nosotros no garantiza resultados inmediatos; pero sí nos fortalece, nos transforma, nos ministra, nos da paz en el proceso, mientras vemos los resultados.

Por eso, vemos que cuando ahora los huesos se habían juntado y tenían piel, pero aún no tenían vida, nos dice Ezequiel 37: 9; que Dios ordena al profeta a que profetice otro mensaje y nos dice que le dijo:

¨… di: Esto dice el Señor Soberano: Ven, oh aliento, ven de los cuatro vientos y sopla en estos cuerpos muertos para que vuelvan a vivir¨ y luego nos dice el v. 10 ¨Así que yo anuncié el mensaje como Él me ordenó¨.

El profeta no se desanimó porque no recibió el total de lo que esperaba, no renegó, no se quejó, no se desanimó; porque el profeta sabía que al final el resultado viene de Dios. Por eso, cuando Dios le ordena nuevamente que profetizara, él dice:

¨yo anuncié el mensaje como Él ordenó¨

En todo el proceso por el cual Dios estaba pasando al profeta, él no se inventó lo que iba a decir, él no estaba viendo cómo resolvía el asunto con la ayuda de Dios, sino que él estaba dependiendo de Dios para hacer lo que Dios le estaba ordenando hacer. Eso es fe, porque

la fe nos lleva a depender completamente de Dios, porque sabemos que el resultado final y la victoria viene de Dios.

Podemos ver varios conceptos importantes del profeta que nos deben ayudar:

  • El profeta no dependió de él mismo, sino que dependió de Dios.
  • El profeta no declaró lo que quiso, sino lo que Dios le ordenó.
  • No permitió que el desánimo lo limitara.
  • Tuvo que creer en lo que Dios estaba declarando por encima de lo que estaba mirando.
  • Él persistió hasta que vio el resultado esperado.

Así mismo nosotros debemos vivir nuestra vida:

  • Tenemos que aprender a depender de Dios, no en nuestras propias fuerzas, manipulaciones o habilidades.
  • Tenemos que creer y declarar lo que Dios nos entregó en Su Palabra.
  • No podemos permitir que el desánimo nos limite; porque nuestra confianza no está en la situación, sino en Dios.
  • Tenemos que creerle a Dios por encima de lo que estamos mirando o viviendo.
  • Tenemos que insistir no podemos rendirnos, tenemos que seguir creyendo, seguir declarando, seguir confiando, hasta que veamos el resultado esperado.

Cuando él no dependió de él mismo, cuando profetizó lo que Dios le ordenó, cuando no se permitió desanimarse; cuando le creyó a Dios por encima de lo que estaba viendo y cuando persistió en fe, fue que nos dice la Biblia en el

  1. 10 que: ¨entró aliento en los cuerpos. Todos volvieron a la vida y se pusieron de pie y era un gran ejército.

En otras palabras, cuando pasó todo el proceso es que el profeta vio el resultado final.

CONCLUSIÓN

Cada vez que le creemos a Dios y confiamos en Él y no vemos lo que estamos esperando, no significa que nada está sucediendo, porque en el proceso Dios nos está formando y fortaleciendo.

La Biblia nos dice en el

  1. 11 que Dios le dijo: ¨Hijo de hombre, estos huesos representan al pueblo de Israel. Ellos dicen: “Nos hemos vuelto huesos viejos y secos; hemos perdido toda esperanza…¨

Aquí nos damos cuenta que: La razón por la que Dios llama al profeta y le muestra todo esto y lo hace pasar por este proceso, es porque el pueblo de Israel, no solamente se habían desviado de la fe, sino que habían perdido toda su esperanza.

La manera en que ellos estaban viviendo, las decisiones que ellos habían tomado, los había llevado a ser objeto de burla de las demás naciones y habían perdido toda su esperanza; pero Dios los amaba tanto que quería rescatarlos y librarlos de la condición deplorable en la que estaban viviendo.

Por eso Dios, levantó a alguien que intercediera por ellos y que tuviera la fe para creerle a Dios a favor de ellos, porque cuando abandonas la fe y pierdes la esperanza no hay mucho que puedes hacer; pero Dios siempre levantará a alguien que le crea a Él por encima de nuestra condición para rescatarnos y liberarnos.

En la última parte de la profecía que Dios le dio al profeta, fue la más difícil y pesada de las profecías; porque ahora Dios le estaba ordenando al profeta que declarara su bendición sobre un pueblo que había perdido la esperanza, digo que es duro y difícil, porque cuando una persona ha perdido la esperanza es muy difícil que pueda creer que lo mejor está por venir.

Pero aún así,

Dios le está diciendo al profeta que les declare que:

  • Que abrirá sus tumbas.
  • Que Él los va a levantar.
  • Ellos sabrán que Él es Dios.
  • Pondrá Su Espíritu en ellos.
  • Volverán a vivir.
  • Regresarán a su tierra.
  • Él ha cumplido todas sus promesas.

Es muy posible que según se acerca la última parte de este año, haya algo que veamos en nuestra vida como un valle de huesos secos, donde pareciera que no hay solución; donde no hay manera de que podamos concebir que algo mejor puede salir de todo esto, pero es ahí donde tenemos que poner nuestra fe, nuestra confianza y nuestra esperanza en Dios y en Sus promesas.

Si nos fijamos, el profeta comenzó con dudas sin saber qué era lo que Dios haría; pero Dios le dio una orden y la cumplió y luego Dios le dio otra orden y él la cumplió y luego Dios le dio otra orden y él la cumplió.

Cada paso que el profeta obedecía, Dios le permitía ver algo mayor y cada paso lo acercó mas al resultado final.

Así mismo es con nosotros, aunque no veas lo que estás esperando, aunque no veas el resultado final, aunque se te dificulte ver las promesas que Dios tiene para ti; no dejes de confiar, no dejes de creer, tú profetiza la Palabra de Dios, profetiza las promesas de Dios, no dejes de profetizar, sobre tu casa, sobre tu matrimonio, sobre tus hijos, sobre tu salud, sobre tus finanzas, sobre tu futuro, sobre tu Ministerio; que nadie te pueda callar, que el enemigo no te pueda detener de profetizar y creer, tú profetiza y cree que el Dios que te ama, que el Dios que dio Su vida por ti, quiere lo mejor para ti.

Si este pueblo que sus decisiones los habían llevado a la miseria, Dios quiso hacer algo por ellos para mostrarle Su Amor, cuánto más querrá hacer Dios por nosotros que hemos declarado a Cristo como nuestro Señor y Salvador.

Por eso en este día, aunque tengas una crisis de fe, aunque sientas que tu fe ha desmayado, tú no te calles, tú no te rindas, tú profetiza, ahora y siempre hasta que todos declaren que:

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO