Sin-Verguenza 2

Una Vida Radical

By Richard Martinez, Pastor Principal, January 12, 2020

INTRODUCCIÓN

La semana pasada comenzamos esta Nueva Serie de Mensajes donde estamos hablando de la necesidad que tenemos de predicar el Evangelio, sin vergüenza alguna; porque el Evangelio es poder de Dios en acción.

Pudimos ver cómo es que el Evangelio transforma vidas, transforma corazones, cambia el destino de las personas y aún tiene el poder de transformar toda una casa, una familia y una descendencia.

También aprendimos que

el Evangelio no se trata de solamente hablarle a las personas de Cristo, sino apoyarlos hasta que Cristo sea formado en ellos y podamos ver en ellos frutos espirituales.

Por eso en este día, quiero hablar de la importancia de ser radicales por y para el Reino de Dios.

MENSAJE

Una Necesidad Radical

Hay personas que cuando usted le hable de Cristo, simplemente no lo van a aceptar; pero esto es normal, el Apóstol Pablo lo dijo en

1 Corintios 1: 18, él dijo que: ¨¡El mensaje de la cruz es una ridiculez para los que van rumbo a la destrucción! Pero nosotros, que vamos en camino a la salvación, sabemos que es el poder mismo de Dios¨.

Porque para algunas personas les parece ridículo que nosotros creamos en Cristo, que sirvamos y adoremos a Cristo, que invirtamos en el Reino para seguir dando a conocer a Cristo y por eso; a muchos cristianos les da vergüenza ser radicales en predicar el Evangelio y hablar de Cristo, porque podemos parecer religiosos o sonar legalistas.

Mientras tanto, los que buscan legalizar la marihuana son radicales en su posición; los que pelean por los derechos para los matrimonios del mismo sexo lo expresan de manera radical en paradas, programas, etc.; los que luchan porque sea más fácil y accesible el aborto, son radicales, hacen manifestaciones, propaganda y un sin número de otras cosas.

A ninguno de ellos les da vergüenza expresar su posición; pero cuando se trata de ser radicales por Cristo, hablarles a las personas de Cristo, nos da vergüenza, nos preocupa lo que la gente puede pensar; porque nos han hecho pensar que no debemos ser radicales en nuestra fe, que lo que vayamos a creer y decir, lo hagamos calladitos sin hacer mucho ruido.

Sin embargo, hay otro grupo de personas que no aceptan el mensaje del Evangelio, no porque creen que es una locura, pero porque se le hace difícil creer o aceptar el amor de Dios. Personas que están viviendo como un día estuvimos nosotros, que vienen arrastrando cantidad de situaciones, experiencias difíciles en sus vidas, sufrimientos, peso de conciencia, engaños, resentimientos, malas decisiones etc.; es muy difícil dejar atrás todo eso.

Me explico,

es difícil para una persona que fue abandonada, creer que Dios está con él; es difícil para una persona que fue víctima de maltrato creer que Dios le ama; para una persona que ha tomado malas decisiones en su vida creer que Dios le perdona es complicado;

y se les hace más fácil recurrir a otros métodos tratando de aliviar su dolor, porque es más fácil que creer que Cristo les ama y que hay esperanza en Cristo.

Por eso es que no podemos callarnos, porque muchas personas vienen arrastrando cantidad de cosas en sus mentes y corazones que necesitan ser guiados a una relación con Cristo.

Por eso es que

lo que Cristo ha hecho en nosotros debe ser tan significativo como para no vivir intimidados o avergonzados por nuestros principios y fe.

Porque nuestra historia y testimonio, puede ser la clave para que alguien se identifique, ponga su fe en Cristo y alcance Vida Eterna.

Una Experiencia Radical

Hace unas semanas atrás hablamos de la mujer samaritana y vimos cómo esta mujer estaba en una necesidad impresionante de Dios al punto tal que Cristo en Su amor, vino a ella para traerle la esperanza que ella había perdido por su estilo de vida y las decisiones que había tomado en su vida.

Si recordamos; Jesús le dijo a la mujer en

Juan 4: 13 – 14 ¨Cualquiera que vuelva a beber de esa agua volverá a tener sed, pero todos los que beban del agua que yo doy no tendrán sed jamás. Esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ellos y les da vida eterna¨.

Esta declaración de Jesús fue muy interesante, porque un manantial es una corriente de agua que mana del suelo o de las rocas de forma natural. El agua del manantial mientras fluye por las rocas adquiere propiedades y minerales que son de beneficio para el que la toma.

Lo que significa que cuando Jesús le dice a esta mujer que vivía una vida deplorable, que saciaría su sed a punto que jamás volvería a tener sed, y viviría una vida plena que llenaría los vacíos de su alma; ella quedó tan impactada que le dijo en el

  1. 15 “Por favor Señor, dame de esa agua”.

Pero Jesús no sólo le dijo que la saciaría, sino que también le dijo en el v. 14 que: Lo que estoy haciendo en ti, no sólo será para ti, sino que lo que estoy haciendo en ti, es también para que de dentro ti, de tu vida fluya un manantial que sirva para saciar a otros. Jesús compara lo que haría en esta mujer no con un lago de agua estancada, sino que con lo que haría en ella lo compara con un manantial de agua fresca que serviría para saciar la sed de otros como la de ella fue saciada.

La experiencia radical que esta mujer tuvo con Jesús fue tan impresionante que ella no se calló, sino que obedeció y su vida sirvió como un manantial para que otros fueran saciados. Por eso nos dice la Biblia en

Juan 4: 39 que: ¨Muchos samaritanos de esa aldea creyeron en Jesús, porque la mujer había dicho…¨

La mujer lo que hizo fue que les contó la experiencia que había tenido con Jesús, les contó cómo su vida había sido impactada con Jesús; nadie le enseñó a evangelizar, nadie le dijo cómo hablarle a un inconverso, no hicieron un programa en la Iglesia; ella no sabía de doctrina ni teología, todo lo que ella sabía era que lo que había experimentado con Jesús fue impresionante y esto fue suficiente para ella vivir una vida radical y hablarles a las personas de Jesús.

Esta mujer que había tenido 6 maridos, que había sufrido engaños, decepciones, amarguras, maldad; su vida fue transformada a tal punto que ahora no podía, ni quería callarse, cuando ella se dio cuenta de todo lo que Jesús la había perdonado y cómo su vida había sido transformada por el amor de Dios; ahora no podía ni quería callarse, sino que comenzó a vivir de manera tan radical que muchos samaritanos creyeron en Jesús, porque la mujer había dicho.

Luego dicen los

  1. 40 – 41 que le pidieron a Jesús que se quedara en la aldea y nos dice: que Jesús se quedó dos días, tiempo suficiente para que muchos más escucharan Su mensaje y creyeran¨.

La vida radical de esta mujer ahora se volvió en una cadena de reacción, su vida fue impactada, luego la vida de los que la escucharon fue impactada por lo que escucharon de ella y luego ellos también hicieron lo mismo y muchos más escucharon el mensaje y creyeron.

Luego las personas le dijeron a la mujer en el

  1. 42 ¨Ahora creemos, no solo por lo que tú nos dijiste, sino porque lo hemos oído en persona. Ahora sabemos que él es realmente el Salvador del mundo¨

Cuando esta mujer que vivió una vida deplorable, de pecado, una vida de miseria espiritual, una vida emocionalmente trágica, románticamente fracasada, una vida sin esperanza y sin fe; conoció el amor de Dios, lo que Dios hizo en ella fue tan impresionante y maravilloso que de ella fluyó un manantial que trajo perdón, salvación, esperanza, fe, amor, gracia a muchas personas a su alrededor.

Así mismo es lo que Cristo hizo en nosotros, fue tan significativo que callarnos y no compartirlo nunca puede ser una opción. Estas personas conocieron a Jesús por el testimonio de una persona que no se consideraba digna del amor de Dios. Así mismo,

cuando le hablemos de Cristo a las personas por las que estamos orando y ellos vengan y conozcan a Cristo, ellos también dirán: Ahora creemos, no sólo por lo que tú nos dijiste, sino porque lo hemos oído en persona. Ahora sabemos que Él es realmente el Salvador del mundo¨.

Por eso, no tengamos vergüenza de hablar de Cristo.

La mejor manera de vivir una vida radical por Cristo es, jamás olvidando el momento en el que Cristo nos manifestó cuando no lo merecíamos.

CONCLUSIÓN

Esfuerzo Radical

Lo que Dios nos llama a hacer es como lo que vemos en

Marcos 2: 1 - 2 donde vemos que: ¨Cuando Jesús regresó a Capernaum… había corrido la voz de que había vuelto a casa. Pronto la casa donde se hospedaba estaba llena de visitas que no había lugar ni siquiera frente a la puerta.¨

Mientras dicen los v. 3 – 5 que vinieron cuatro hombres cargando a un paralítico en una camilla, cuando llegaron a la casa donde estaba Jesús, la casa estaba tan llena que no pudieron entrar por la puerta de enfrente. Inclusive dice el

  1. 4:¨… no podían llevarlo hasta Jesús debido a la multitud…¨.

Lo que esto me lleva a asumir es que posiblemente ellos trataron de pedirle a las personas que le permitieran pasar con la persona que tenía más necesidad que todos ellos; pero pareciera que las personas estaban más preocupadas por ellos recibir de Jesús que el permitir que esta persona que tenía una mayor necesidad recibiera lo necesario para sanar su condición.

La Biblia describe a las personas que estaban en ese lugar como visitantes, multitud, maestros de la ley; pero no nos dice que ninguno de ellos tenía una necesidad mayor y aún así estaban limitando la entrada a la persona que tenía la mayor necesidad.

Esto no es una crítica con las personas que estaban recibiendo a los pies de Jesús, porque Jesús le dijo a Marta que María había escogido la mejor parte por sentarse a sus pies.

Pero a lo que quiero llegar es que

en ocasiones podemos estar tan enfocados en nuestras propias necesidades que podemos llegar a ignorar que alguien cerca de nosotros tiene una necesidad mayor que la mía,

porque yo he llegado a un punto donde la Palabra me sacia, me fortalece, me ministra; pero hay alguien cerca de mí que necesita que la Palabra le sane, le levante o le resucite.

Éstos amigos del paralítico cuando vieron que no podían llevarlo a donde estaba Jesús, ellos no se rindieron, ellos no se desanimaron; porque así también nos pasa, que cuando se nos dificulta el que Cristo sea formado en una persona o las personas son difíciles o que se requiere un poco más de sacrificio, preferimos rendirnos porque pensamos: pues no es mi problema, no quiero compromisos, no tengo tiempo, etc…

Y es que

estamos acostumbrados a invertir en Cristo y en otros el tiempo que nos sobra y lo que no nos incomoda o no nos saca de nuestra zona de confort.

Pero estos amigos sabían que la solución para la condición y para el alma de este hombre estaba dentro de la casa, estaba allí sentado, ellos sabían que la solución para su condición estaba en Jesús y ellos estaban determinados a no rendirse hasta llevarlo a Jesús; ellos estaban determinados hacer lo que fuera necesario para que la vida de este hombre fuera transformada para siempre.

Por eso la Biblia nos enseña en los v. 4 – 5 que como no pudieron llevarlo por la puerta de la forma más fácil, ellos tomaron una decisión radical; y subieron al hombre por el techo, hicieron un agujero en el techo y bajaron al hombre en la camilla, justo delante de Jesús.

Meditemos en esto por un momento. Estos hombres caminaron sabe Dios desde dónde con este hombre en una camilla, cuando llegan se les complican las cosas y en vez de rendirse, ellos reconocen la necesidad que este hombre tenía y en vez de rendirse porque posiblemente estaban cansados de cargarlo, prefieren sacar fuerzas para subirlo por el techo; romper el techo y luego bajarlo justo delante de Jesús.

A diferencia de todos los demás que querían estar cerca de Jesús para escuchar a Jesús, estos hombres permanecieron en el techo, mientras acercaban a la persona en necesidad a los pies de Jesús; ellos no pensaron en su condición, en su necesidad, ellos prefirieron sacrificarse y esforzarse para que la vida de aquel hombre fuera radicalmente impactada.

Ellos ya no eran espectadores, sino ahora eran colaboradores, porque

cuando traemos a alguien a Jesús y la vida de esa persona es impactada, pasamos de espectadores a colaboradores.

Cuando ellos bajan al paralítico delante de Jesús, dice el

  1. 5 que ¨Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico: «Hijo mío, tus pecados son perdonados¨.

El esfuerzo, amor y dedicación de estos amigos, trajo sanidad y salvación al paralítico.

La fe de ellos, no del paralítico, sino la fe de estos hombres movió a Jesús a perdonar los pecados del paralítico, fue la fe de ellos; Jesús no le dijo al hombre: porque tú creíste en Mí, tus pecados son perdonados; sino que fue gracias a la fe de los amigos, que le dijo al hombre: Hijo mío tus pecados son perdonados. ¿Se fija en lo que puede suceder cuando usted se esfuerza por traer a alguien delante de Jesús?

Es interesante que Jesús no sanó al paralítico primero para que luego el paralítico fuera salvo, sino que decidió salvarlo primero, para luego sanarlo. La razón por la que los amigos lo trajeron a Jesús fue porque él era paralítico y querían que Jesús lo sanara.

Jesús no trata con su condición externa y física, antes de tratar con su condición interna y espiritual; porque

Dios siempre estará más interesado en tu destino eterno que tu condición presente.

La verdad es que es posible que si este hombre no llega a ser paralítico, no hubiese sido salvo; pero como estaba en ese estado y en esa condición los amigos hicieron lo necesario para traerlo a Jesús.

Por eso es, que fue más adelante que Jesús lo sanó y dice el

  1. 12 que: ¨el hombre se levantó de un salto, tomó su camilla y salió caminando entre los espectadores, que habían quedado atónitos. Todos estaban asombrados y alababan a Dios, exclamando: «¡Jamás hemos visto algo así!¨

Hay ocasiones que Dios permite que atravesemos por ciertas situaciones en nuestra vida, para que vengamos a Él y así Él atender una situación mayor que es la de nuestra alma.

Porque Jesús quiere tratar primeramente con nuestra condición interna, antes de tratar con nuestra situación externa.

Muchos aquí vinimos a Cristo como este paralítico, con una situación dolorosa; que estaba fuera de nuestro control y vinimos a Jesús buscando que nos ayudara y lo primero que hizo fue que nos salvó y nos dio vida eterna y luego nos fortaleció, nos bendijo, nos sanó, nos restauró, etc.

Así mismo hay alguien en su trabajo, en su familia, en su comunidad, en su escuela que tiene una necesidad y Jesús quiere que lo traigas a sus pies para Él perdonar sus pecados, salvar su alma, darle Vida Eterna para luego bendecirle.

La vida de este hombre fue radicalmente transformada, gracias a unos amigos que no se rindieron y tomaron una decisión radical de llevarlo hasta los pies de Jesús; las personas de toda una aldea tuvieron un avivamiento porque una mujer que había tenido una experiencia radical no se calló y le habló a todos de lo que Jesús había hecho en su vida.

Porque la solución para un alma en dolor y quebranto es Cristo, la solución para la drogadicción es Cristo, la solución para el pecado es Cristo, la solución para el adulterio es Cristo, la solución para el alcoholismo es Cristo, la solución para la enfermedad, la soledad y la angustia es Cristo.

Seamos radicales y hablemos de Cristo, mostremos a Cristo, sirvamos a Cristo hasta que todos declaren que

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANOS