INTRODUCCIÓN Hoy empezamos esta nueva Serie de Mensajes llamada ATRAPADOS. No hay nada más desesperante en la vida que sentirte atrapado, en un ascensor, en un carro o en peores situaciones en una prisión o en un lugar que no conoces. Pero hay otra forma de sentirte atrapado que no es necesariamente física. Esa sensación de impotencia, de vulnerabilidad, de culpabilidad, de sentir que no sabes qué más hacer; es la que muchas veces tenemos en nuestro caminar con Cristo. Es la sensación de sentirte atrapado y no saber qué puedes hacer. MENSAJE JERICÓ Quiero contarles la historia para muchos ya conocida y es la del pueblo de Israel y Josué. La Biblia nos cuenta que al morir Moisés, Dios le dice a Josué con unas pautas bien específicas que fuera a conquistar la ciudad de Jericó. Ahora, pongámonos a pensar y a dimensionar lo que en ese momento tenía que hacer Israel. Un millar de personas, sin hogar, sin una casa fija, deambulando por el desierto, sobreviviendo con lo que día a día Dios les daba del cielo; sin poder conseguir metal, madera, sin herramientas, con personas que sólo sabía armar una carpa y desarmarla, sin experiencia militar, sin armamentos. Dios le pide a estas personas que se dirijan a una de las ciudades más modernas y fortificadas del mundo de la época, con unas murallas que en ese momento ningún ejército de la historia había podido atravesar. Ahora tienen que hacer algo que para ellos ni para nadie tiene sentido. Deben ir a dar siete vueltas a la ciudad durante siete días, en silencio marchando y el último día deben hacer algo que a los ojos de cualquier persona puede parecer absurdo, deben gritar y las murallas caerán. Sabes cuántas personas habrán dicho: sólo eso, cuántos habrán dudado que algo así era totalmente imposible. Pero Dios les dice: Tú encárgate de lo posible que Yo me encargo de lo imposible! De la misma manera Dios ha hecho con la salvación de tu alma. La Biblia nos enseña que todos somos pecadores, que ninguno ha podido dar la talla perfecta, que ninguno de nosotros es capaz de poder ver a Dios cara a cara, de frente y sin mancha; que ninguno es apto para heredar la vida después de la muerte, que todos estamos condenados a morir e ir al infierno, porque todos hemos fallado. Pero Dios te dice: sólo debes acercarte, sólo debes declarar con tu boca y creer en tu corazón, que Yo Soy Dios. Romanos 10:9 “Si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo". Y tú te preguntas y dices: sólo eso, sólo debo declararlo y creerlo; y Dios te responde SÍ; tú encárgate de lo posible que Yo me encargo de lo imposible. Y a través de la muerte de Jesús en la Cruz, lo que para todos, aún el día de hoy les parece imposible, Dios lo sigue haciendo posible, ese es el poder de la salvación. CONSECUENCIAS Pero la historia del pueblo de Israel con Jericó no quedó sólo allí. La Biblia nos cuenta que Dios dio una orden específica de quemar todo lo que estaba en la ciudad, no podían quedarse con absolutamente nada. Pero imagina un pueblo, acostumbrado durante 40 años a vivir en el desierto. Cualquier cosa de valor para ellos, prácticamente era un tesoro. Imaginas a una familia que se encuentra en medio del desierto una cobija, un pedazo de comida, algún tipo de madera. Eso para ellos era valioso. Se acostumbraron a vivir guardando cualquier cosa que encontraban porque no sabían si al otro día la necesitarían. Ellos crearon todo un sistema cultural de vida que se basaba en la supervivencia en el desierto; crearon costumbres y hábitos que les permitieron sobrevivir durante tantos años difíciles en el desierto. Ahora imagina a todas esas personas, que venían de vivir sin cosas materiales, sin lujos, entrar a una ciudad completamente llena de tesoros preciados, de cosas invalorables, de comodidad, de cosas de valor; ellos debían ignorar todo eso, dejarlo a un lado y quemarlo. Esa era la orden dada por Dios. Olvidar tu manera de vivir y empezar a pensar de una manera diferente, porque debes seguir conquistando. Ahora se deben enfrentar a un nuevo reto, porque la vida en el desierto sigue. Viene un nuevo reto, vienen nuevas batallas y conquistas que alcanzar; pero para sorpresa de Israel, después de haber visto el increíble milagro de las murallas, uno de sus enemigos más insignificante los derrota casi de inmediato. Josué y el pueblo se sienten ATRAPADOS, sienten que tal vez era mejor no haber experimentado el milagro de la murallas, tal vez era mejor quedarnos vagando en el desierto. La incertidumbre de sentir esa sensación de impotencia y vulnerabilidad, de no saber qué hacer, de preguntarse ¿dónde está Dios? Si Él nos trajo hasta acá. Pero allí es donde Dios te habla y te dice: Hay hábitos que debes eliminar por completo de tu vida, hay pensamientos y actitudes que debes desechar por completo, hay una orden específica que te di. Ante Mí nada puedes ocultar. Y alguien del pueblo no siguió la orden que Yo les di, hay algo oculto, pequeño, que no te va a dejar seguir avanzando para la siguiente conquista. Uno entre ustedes se ha quedado con el anatema, con la maldición y ha dañado a todo el pueblo. Imagino a Josué diciendo: pero ¿quién es Señor?, cómo voy a descubrir la personas si hay miles en este lugar? ¿Qué tan difícil se nos puede hacer cambiar esas conductas a las que estamos habituados?, ¿qué tan difícil se nos hace identificarlas y cambiar nuestra forma de pensar?. La Biblia nos cuenta que Dios Le pidió al pueblo que debía ser expuesto a la luz; el día siguiente todos salieron frente a Josué y a los sacerdotes y por un proceso de selección, Dios fue mostrando dónde estaba el anatema. Y al mirarlo Josué le dice, hijo ¿por qué nos has traído tal maldición?. El pueblo junto con Josué deben eliminar todo aquello que no agradaba a Dios, porque el propósito de Israel era tan grande, que no podían avanzar teniendo las actitudes y costumbres que ÉL les estaba pidiendo que cambiaran. De la misma manera muchos nos encontramos después de haber visto el increíble milagro de la Salvación y Amor de Jesús. Después de haber experimentado tal convicción y haber sentido el enorme y maravilloso amor de Cristo, Dios nos llama a la siguiente conquista; pero parece que no pudiéramos avanzar, pareciera que todos nos quedamos ATRAPADOS EN UN CÍRCULO y no vemos los cambios que Dios nos prometió nos quería dar. Gálatas 5: 1 ¨Por lo tanto, Cristo en verdad nos ha liberado. Ahora asegúrense de permanecer libres y no se esclavicen de nuevo a la ley¨. Allí es cuando Dios nos llama y nos dice: hay actitudes, costumbres y hábitos que debe eliminar por completo de tu vida. Hay cosas que hacías antes, que ahora ya no puedes hacer porque hay una ciudad que está esperando para ser conquistada con lo que quiero hacer contigo. CONCLUSIÓN Así nos sentimos muchas veces. Pero Dios sabe cómo darte la siguiente victoria. Aunque te haya costado un gran sacrificio dejar todo atrás; burlas, desprecio, enemistades, rechazo, dolor, Dios es especialista en mostrarte cuánto te ama y ponerte en lugares donde otros jamás imaginaron que estarían. Josué 8:1-2 “Entonces el SEÑOR le dijo a Josué: «No tengas miedo ni te desanimes. Toma a todos tus hombres de guerra y ataca la ciudad de Hai, porque te he entregado al rey de Hai, a su pueblo, su ciudad y su tierra. Los destruirás tal como destruiste a Jericó y a su rey. Pero esta vez podrán quedarse con el botín y los animales. Preparen una emboscada detrás de la ciudad»". Ahora la recompensa llega, después de un proceso doloroso de depuración y limpieza, Dios habla a tu vida y te dice: ya estás preparado, tu siguiente conquista no sólo te llevará al siguiente nivel, sino que consigo trae la recompensa y el gozo. Dios sólo quiere que descubras las actitudes y hábitos, los expongas y los elimines totalmente de tu vida, porque el siguiente nivel está pronto a llegar y traerá la recompensa consigo. NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO