Sin-Verguenza 6

Hasta El Final

By Richard Martínez, Pastor Principal, February 09, 2020

INTRODUCCIÓN

Hemos estado hablando esta Serie de Mensajes Sin Vergüenza y en esta serie hemos querido motivar a la Iglesia con las palabras que dijo el Apóstol Pablo en

Romanos 1: 16 ¨Pues no me avergüenzo de la Buena Noticia de Cristo, porque es poder de Dios en acción para los que creen…¨

En estas últimas semanas, muchas personas en CAFE han entregado sus vidas a Cristo y es maravilloso cada vez que vemos que alguien entrega su vida o reconcilia su vida con Cristo, porque significa que salió de la oscuridad para venir a la luz, escapó de una vida vacía para tener una vida plena.

Pero lo cierto es, que algunas personas pueden llegar a enfrentar varios conflictos como:

  • ¿Qué va a decir la gente cuando sepan que voy a la Iglesia?

  • ¿Qué va a decir mi familia cuando sepan que soy Cristiano?

  • ¿Cómo me rechazarán mis amigos?

Conflictos con el pecado y cosas que le afectan.

Por otro lado, cuando el tiempo va pasando y vamos creciendo en la fe y en relación con Dios el Cristiano comienza a enfrentar otros conflictos diferentes, como: la indiferencia, el orgullo, el chisme, el anhelo de grandeza, el deseo de reconocimiento, el desánimo, la rebelión, etc.

La realidad es que todas estas batallas vienen a interrumpir el proceso de Dios en nuestras vidas, el cual nos impulsa al plan perfecto de Dios para nuestras vidas.

Cuando al principio de nuestro caminar en Cristo permitimos que lo que piensa la gente, o las cosas que nos separan de Dios tengan lugar en nuestra vida y dejamos de congregarnos y crecer en fe, eso interrumpe el plan perfecto de Dios para nuestras vidas.

De igual manera, cuando llevamos algún tiempo en Cristo y ahora comenzamos a pelear con los hermanos, con los Líderes, a hablar de la gente, a resentirnos, a ser indiferentes con Dios, a desanimarnos por las cosas; eso también interrumpe el plan perfecto de Dios para nuestras vidas.

Por esa razón es, que queremos en este día entender lo importante que es mantenernos firmes en nuestra relación con Cristo y nuestra convicción en Cristo.

MENSAJE

MANTENTE ENFOCADO

Todos

Tenemos que aprender a pelear las luchas y los conflictos que vienen a interrumpir el plan de Dios en nuestras vidas.

El que lleva poco tiempo en Cristo tendrá que luchar con la crítica, la burla, el rechazo; el que lleva más tiempo, con el desánimo, la indiferencia, la rebelión, el orgullo, etc. No importa en qué nivel estemos, todos tendremos una batalla que pelear que viene a distraernos del propósito de Dios en nuestras vidas.

En Filipenses 3: 7 – 10 el Apóstol nos da unos consejos que nos ayudan a mantenernos enfocados en Cristo y Su propósito y así no perder de vista el plan perfecto de Dios para nuestras vidas.

En los primeros versículos de Filipenses 3 él hablaba de todas las cosas que para él un día eran valiosas, como su religión, su nacionalidad, su trasfondo; pero él dice en los v. 7 – 8 que cuando conoció a Cristo, todas las cosas que un día consideraba valiosas, ya no tenían valor alguno; todas las cosas que un día significaban todo para él, ahora lo veía como basura.

Él lo dijo así:

Antes creía que esas cosas eran valiosas, pero ahora considero que no tienen ningún valor debido a lo que Cristo ha hecho; 8 Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor.

Lo que aquí él menciona es,que hubo un tiempo en que su corazón estaba tan vacío, su vida estaba tan falta de dirección que él estaba buscando llenar su corazón de la manera que él entendía y buscaba cómo llenarla y valoraba cosas pensando que eso le llenaría; pero cuando conoció a Cristo, eso lo llenó a tal nivel, eso le bendijo de tal forma que todo lo que él antes consideraba importante ya no tenían valor para él, ya lo consideraba basura por haber conocido el amor de Dios.

Es como nos sucede a muchos de nosotros, que estábamos buscando llenar nuestras vidas de todas las maneras posibles; para algunos buscaban llenar el vacío de sus corazones con una pareja, otros con alcohol, otros con dinero, otros con sexo, y todo eso sólo llena temporera y superficialmente.

Pero,

Cuando Cristo llega a nuestras vidas crea tal impacto en nuestros corazones que todo lo demás no se compara con la llenura que experimentamos en Cristo.

Por ejemplo, el ambiente y la atmósfera que usted siente cuando entra a esta Iglesia no se compara con el mejor día en cualquier reunión que usted tenga; lo que siente en la Alabanza no se compara con el concierto de JLO y Shakira en el Súper Bowl; porque la emoción que esas cosas le producen son temporeras; pero lo que aquí experimenta, la llenura del Espíritu Santo, el amor que recibe es Eterno.

Y por esa razón es, que cuando una persona le entrega su vida a Cristo lo que ocurre en la vida de esa persona es tan impresionante que Pablo decía: todo aquello lo tomo como basura; yo lo que quiero es más y más de lo que estoy sintiendo, yo lo que quiero es más y más de esto que estoy conociendo, porque esto me llena completamente.

Ahora Pablo en

Filipenses 3: 10 expresa: “10 Quiero conocer a Cristo y experimentar el gran poder que lo levantó de los muertos. ¡Quiero sufrir con él y participar de su muerte”.

Él estaba aquí mostrando que este amor que Cristo Le mostró cuando lo alcanzó, cambió radicalmente su vida y su vida había sido tan impactada que ahora su pasión lo mantenía enfocado en Cristo.

La mejor manera que podemos vivir nuestras vidas es enfocados en Cristo, con nuestros ojos puestos en Cristo, con nuestra mirada en Cristo.

Es como lo que vemos en Mateo 14: 22 – 32 que nos dice que: Cuando los discípulos estaban en la barca y luchaban con una gran tormenta nos dice la Biblia que Jesús venía caminando sobre el agua y mientras ellos estaban aterrados oyeron la voz de Jesús decirles en el

  1. 27 ¨No tengan miedo. Tengan ánimo. Yo estoy aquí¨.

En ese momento Pedro le dijo: “Señor si eres tú, ordéname que vaya hacia ti caminando sobre el agua”. EL asunto es que mientras Pedro mantuvo su mirada enfocada en Cristo, todo le fue bien; pero cuando se desenfocó, cuando enfocó su mirada en lo externo comenzó a hundirse.

Así nos sucede también a nosotros,

Cuando mantenemos nuestro enfoque y nuestra mirada en Jesús, podemos sobrepasar cualquier obstáculo; pero cuando enfocamos nuestras miradas en lo superficial, nos hundiremos.

No importa el nivel espiritual que pienses tener, la clave está en mantener nuestro enfoque en Jesús.

HAZ PAZ CON TU PASADO

Lo segundo que el Apóstol Pablo explica, es que él hizo la paz con su pasado. Él dijo en el

  1. 13 ¨…olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante¨.

Algo que nosotros tenemos que entender en nuestro andar con Cristo es que

Nuestro pasado siempre buscará la manera de alcanzarnos, para limitarnos a cumplir lo que Dios nos ha llamado, y así de esa manera atormentarnos por el resto de nuestras vidas.

Es como lo que dice Juan 9, que cuenta que había un hombre ciego de nacimiento y los discípulos le preguntaron a Jesús en los

  1. 2 – 3 ¨Rabí, ¿por qué nació ciego este hombre?, le preguntaron sus discípulos. ¿Fue por sus propios pecados o por los de sus padres? No fue por sus pecados, ni tampoco por los de sus padres . Nació ciego para que todos vieran el poder de Dios en él.¨

Con esa pregunta, ellos estaban tratando de descifrar cuál era la causa de la condición de este hombre; por qué este hombre estaba así, qué pecado había cometido en su pasado que lo estaba limitando; pero la contestación de Jesús mostró que Jesús no estaba interesado en la causa por la que este hombre estaba así, Jesús no estaba enfocado en su pasado; Jesús estaba enfocado en el resultado de la vida de este hombre, Jesús estaba enfocado en su destino.

La única herramienta que el enemigo tiene en nuestra contra es nuestro pasado, pero Dios no está interesado en nuestro pasado; Dios está interesado en las decisiones que tomamos hoy para que podamos heredar el destino que Él ha preparado para nosotros.

Por esa razón, cuando este hombre tuvo un encuentro con Jesús y Jesús Le dijo que se fuera a lavar en el estanque de Siloé, él no había visto a Jesús, él no sabía quién era Jesús; él sólo sabía que Jesús Lo envió y cuando regresó del estanque, regresó viendo y completamente transformado, al punto tal, que aún los que lo conocían dudaban de que fuera él.

Ahora, consideremos esta escena por un momento. Este hombre había sido ciego toda su vida y de repente pasa un hombre llamado Jesús, escupe en tierra, hace lodo, le unta en los ojos y le dice véte y lávate en el estanque. A cualquier persona que le hubiera sucedido esto, posiblemente sentiría que es una pérdida de tiempo, por qué tendría que hacer algo así.

Pero posiblemente este hombre estaba cansado de su condición, estaba cansado de seguir limitado, estaba cansado de estar pidiendo limosnas y por eso, cuando tuvo un encuentro con Jesús no vaciló, no dudó, no perdió la oportunidad de obedecer y por eso recibió la bendición para su condición.

Y es que,

Jamás tomaremos una decisión de cambio en nuestra vida hasta que no estemos cansados de vivir en la condición que estamos viviendo.

Él pudo permitir que su pasado le limitara, que su pasado le vendiera una mentira; pero estaba listo para algo nuevo y por eso, cuando Jesús Le ordenó él sólo obedeció.

Por eso es, que Pablo dijo en el v. 13 no lo he logrado, pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante… El pasado siempre buscará alcanzarte para recordarte tus fracasos, tus debilidades, tus errores, tus enemistades, tus dolores, pero no lo dejes que te alcance; porque si te alcanza te limita, pero si dejas el pasado en el pasado y avanzas al propósito que Dios tiene para ti, no hay limites a lo que Dios puede hacer.

Si dejas que tu vida pasada te alcance, si dejas que tus tentaciones pasadas te alcancen, si dejas que el dolor pasado te alcance, siempre estarás fijando la meta en el pasado y tropezando en el futuro; pero si fijas tu mirada en lo que Dios tiene por delante para ti, disfrutarás de la sanidad, el gozo, la paz, el amor, la bendición, la restauración, el gozo de Dios y todo lo que Dios tiene para ofrecerte.

CONCLUSIÓN

JAMÁS TE RINDAS

Por último, en los v. 12 – 14 el

Apóstol dijo: ¨ 12 No quiero decir que ya haya logrado estas cosas ni que ya haya alcanzado la perfección; pero sigo adelante a fin de hacer mía esa perfección para la cual Cristo Jesús primeramente me hizo suyo. 13 No, amados hermanos, no lo he logrado, pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así 14 avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús.¨

Éste último es bien importante, porque éste último punto todo el mundo lo ha atravesado; todo Pastor lo ha atravesado, no importa tu nivel espiritual, cuán fuerte de carácter seas; lo has atravesado en el Ministerio, en tu relación con Dios, en tu trabajo, con tu familia, seas Pastor, seas nuevo, seas viejo, todo el mundo ha enfrentado el deseo de rendirse.

Venimos a la Iglesia y pensamos que todo va a estar mejor y cuando no lo vemos mejor queremos rendirnos; le pedimos a Dios que nos ayude en las finanzas y cuando nos va de mal en peor en las finanzas queremos rendirnos; le pedimos a Dios que restaure nuestro matrimonio y cuando se pone peor queremos rendirnos; esperamos que las cosas en el Ministerio vayan mejor y cuando no sucede queremos rendirnos, todos en un momento dado querremos rendirnos.

Al hombre ciego lo pusieron delante de un grupo de personas que odiaban a Jesús y lo hostigaron, lo insultaron, lo menospreciaron, aún sus padres lo rechazaron, lo expulsaron; pero él no se rindió, él siguió declarando que Jesús fue Quien Lo sanó, que Jesús fue Quien Lo salvó; él decía: Yo no lo he visto, pero Él me dijo: véte y lávate, y yo fui y me lavé y ahora puedo ver. Lo único que sé es que Quien me sanó fue Jesús! Y por más que querían que lo negara, él no pudo negarlo porque conocía lo que había sido hecho en él. Tampoco nosotros no podemos negarlo, porque sabemos lo que Él ha hecho en nuestras vidas.

Por eso, cuando te lleguen los deseos de rendirte en la fe, no lo hagas; no te rindas, posiblemente las cosas no vayan como tú esperas pero no te rindas, a lo mejor los muchachos no se comportan como quisieras pero no te rindas, es posible que te rompan el corazón pero no te rindas; es posible que te sientas que estás solo en la vida pero no te rindas, es posible que todos te rechacen pero no te rindas; si te abandonaron no te rindas, te criticaron pero no te rindas, no tienes el dinero pero no te rindas; no te rindas, no te rindas, porque es posible que no tengas nada de eso, pero tienes a Cristo.

Yo sé lo que es quererse rendir! Yo he pasado momentos en que he querido tirar la toalla en el Ministerio, en mi familia ha habido momentos en que he querido salir corriendo, en mi vida ha habido momentos en que no me he querido levantar de la cama, ha habido momentos en que me he preguntado: ¿Para qué? Yo también sé lo que es tener que seguir cuando me quiero rendir.

Es bien difícil permanecer cuando lo que quiero es correr; alabar cuando lo que quiero es llorar; orar cuando lo que quiero es renegar; es difícil seguir cuando todo va mal y me quiero rendir.

Por eso Pablo dijo que:

Para no rendirnos debemos:

  • Seguir adelante.
  • Fijar la mirada en lo que tengo por delante.
  • Avanzar hasta llegar al final de la carrera.

Porque Pablo también sabía lo que era el deseo de rendirse. Cuando nos queremos rendir, tenemos que pelear contra nosotros mismos para seguir; tenemos que pelear contra nosotros mismos para seguir adelante, para fijar la mirada, para avanzar en la carrera.

Yo no sé cuántas cosas hayas perdido en tu vida, cuántas traiciones hayas recibido, cuántas pruebas hayas atravesado, cuánto dolor hayas sentido; pero pase lo que pase, no te rindas, mantén la fe, no te rindas sigue adelante, no te rindas concéntrate en lo que esta adelante; no te rindas fija tu mirada en lo que está adelante, no te rindas, avanza hasta que llegues.

Aunque te duela no te rindas, aunque te ataquen no te rindas, aunque no te vaya como esperabas, no te rindas; aunque no recibas lo que creías no te rindas, aunque estés a ciegas como este hombre yendo a un estanque lleno de dudas, de incertidumbres, de cuestionamientos, de críticas, de malas experiencias; pero pase lo que pase y venga lo que venga, no te rindas con Cristo, no te rindas en Cristo, sigue en Cristo, obedece a Cristo y llega a la meta de Cristo y recibirás la bendición de Cristo.

Tú sabes lo que Cristo ha hecho en tu vida, tú lo has sentido dentro de ti, tú has escuchado Su voz, tú has sentido Su Presencia y eso nadie te lo puede quitar; por eso es que:

Para mantenerse firme en Cristo,

  • Mantengase enfocado en Cristo.
  • No permita que su pasado te limite.
  • No te rindas y vivirás para declarar que,

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO