Sin-Verguenza 7

Una Familia Bendecida

By Richard Martínez, Pastor Principal, February 16, 2020

INTRODUCCIÓN

Yo creo con todo mi corazón que cuando Cristo llega a la vida de una persona toda la casa de esa persona es impactada, todas las generaciones a partir de la decisión de esa persona son impactadas, todo lo que esa persona era ya no tiene control ni dominio sobre la vida de esa persona; sino que ahora esa persona está operando en una Nueva Vida, con un nuevo corazón, con una nueva manera de pensar y todo de ahí en adelante será diferente.

Por eso, es que quiero hablar en este día del efecto que tiene el Evangelio en nuestras familias.

MENSAJE

Las Consecuencias De Nuestras Decisiones

La semana pasada estuvimos mirando cómo es que tenemos que mantenernos firmes en la fe, cómo mantenernos firmes en Cristo, y mencionamos…

Para mantenernos firmes es necesario:

  • Enfocarnos en Jesús.
  • No permitir que el pasado nos limite.
  • No rendirnos jamás.

Esto es importante entenderlo porque cuando Cristo llega a nuestras vidas, no sólo está buscando impactar nuestras vidas, sino que está buscando impactar toda nuestra descendencia; está buscando impactar la vida de nuestros hijos, nietos, bisnietos, tataranietos.

Porque en Cristo se quiebra toda maldición pasada y trae bendición a las generaciones futuras.

Por esa razón, es que es importante que revisemos las decisiones que tomamos. Porque las decisiones que tomamos no sólo nos afectan a nosotros, sino que afecta a toda nuestra descendencia.

Cuando los padres tomamos decisiones sin considerar el efecto que eso produce en nuestros hijos, las consecuencias pueden ser eternas.

Porque puede afectar dramáticamente no sólo el futuro de nuestros hijos, sino aún la manera en que abrazan la fe y esto produce consecuencias eternas.

Por ejemplo, en Josué 7 vemos cómo Dios le había dado instrucciones a los israelitas de que cuando entraran a Jericó no tomaran nada para ellos, que todo lo consagraran a Él; Dios quería hacer esto porque quería que ellos vivieran dependiendo sólo de Él.

Pero Acán decidió robar algunas de las cosas que habían sido consagradas a Dios. Acán cometió el error que muchos cometen y es que,

muchos padres piensan que tienen una mejor idea para sus vidas y para sus familias que el propósito de Dios y toman decisiones que terminan afectando la familia.

La decisión que Acán tomó fue devastadora, porque para cuando se arrepintió ya era demasiado tarde.

Lo mismo sucede con nosotros, que la mayoría de las veces que tomamos decisiones sin pensar en las consecuencias, éstas terminan afectando el destino de nuestra familia y para cuando nos arrepentimos ya es demasiado tarde.

Un padre deja la familia pensando que es la mejor decisión, pero para cuando se arrepiente ya es tarde, el daño está hecho en la vida y el corazón de sus hijos; una familia toma la decisión de apartarse de Dios y para cuando se arrepienten ya el daño está hecho; la fe de los hijos está fragmentada y afectada; un matrimonio toma la decisión de pelear constantemente, ofenderse, dañarse, pero para cuando se arrepienten ya es tarde porque la estima de los hijos está afectada.

Y es lo que vemos con la decisión de Acán que no solo afectó a Acán, sino que afectó a toda la familia, porque toda la familia de Acán sufrió las consecuencias de su decisión (v. 25).

Inclusive, muchas personas están viviendo hoy el resultado de las decisiones de sus padres, y viven conforme a lo que aprendieron y vieron en casa; se criaron en un ambiente tóxico y doloroso, y es la forma en que ahora viven porque lo que vio en su casa y en su familia es el único marco de referencia que tuvieron y eso se convirtió en su estilo de vida y pasa de generación en generación.

Pero cuando Cristo llega a la vida de un padre, de una madre, todo es hecho nuevo, y no tenemos que vivir conforme a los errores de nuestros padres porque la Biblia nos dice en

2 Corintios 5: 17 que: "…todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una nueva persona. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!".

Yo no puedo cambiar lo que sucedió en mi pasado, yo no puedo reparar los errores que cometieron mis padres, lo único que puedo hacer es enfocarme en Cristo para yo no cometer los mismos o mayores errores y esto termine afectando el futuro y destino de mis hijos;

porque yo no soy responsable de los errores de mis padres, sólo soy responsable de los míos y

mis hijos no pagan las consecuencias de los errores de mis padres, mis hijos pagan la consecuencia por mis errores.

El Efecto De Un Hogar Transformado

Pero cuando una persona entrega su vida a Cristo esto impacta a la familia de forma sobrenatural. Porque el cambio que experimenta un padre, una madre, un esposo, una esposa; el amor que recibe, la gracia en la que opera, la misericordia que experimenta, el gozo que siente, la paz en la que vive la persona que decide amar a Cristo revoluciona a toda la familia.

El mejor ejemplo de esto lo encontramos en Hechos 16 donde nos habla de cuando Pablo y Silas fueron azotados y encarcelados, y de cómo ellos alabaron a Dios mientras estaban en la cárcel y Dios envió un terremoto que abrió las puertas de la cárcel y las cadenas de todos los presos se cayeron.

Cuando el carcelero que había azotado a Pablo y Silas pensaba que los presos se habían escapado; él se iba a quitar la vida. Y cuando estaba a punto de matarse nos dice el

  1. 28 que Pablo le gritó: Detente, no temas, no te mates. Estamos todos aquí.

Pablo y Silas no escaparon ni permitieron que nadie escapara. Cuando el carcelero vio esto, quedó tan asombrado que dice el

  1. 30 que le preguntó a Pablo y Silas: Señores, ¿Qué debo hacer para ser salvo? Y ellos le contestaron: Cree en el Señor Jesús y serás salvo con todos los de tu casa.

Aquí vemos que

el deseo de Dios no es sólo salvar nuestra vida; que el deseo de Dios es cambiar, restaurar, edificar, transformar, salvar, ministrar, sanar toda nuestra casa y nuestra familia.

Lo que esto nos enseña es que este carcelero, este esposo y padre de familia en lo que consideraba el peor día de su vida, donde llegó al punto en el que se iba a quitar la vida, le hablaron de Cristo y cuando él le entregó su vida a Cristo esto revolucionó su vida a tal punto que le dijo a Pablo y a Silas:

Señores, ¿Qué debo hacer para ser salvo?

Esa noche su vida fue transformada; pero no sólo eso; sino que el carcelero los llevó a su casa y dicen los

  1. 32 – 34 ¨ 32 Y le presentaron la palabra del Señor tanto a él como a todos los que vivían en su casa. 33 Aun a esa hora de la noche, el carcelero los atendió y les lavó las heridas. Enseguida ellos lo bautizaron a él y a todos los de su casa. 34 El carcelero los llevó adentro de su casa y les dio de comer, y tanto él como los de su casa se alegraron porque todos habían creído en Dios.¨

Nos dice que por la decisión de este padre, de este esposo; tanto él como los de su casa se alegraron porque todos habían creído en Dios. Por eso es, que es tan importante hablarle a las personas de Cristo; porque cuando una persona entrega su vida a Cristo, no sólo está siendo impactada la vida de esa persona; sino que estamos dando la oportunidad a que las generaciones futuras también sean ministradas, salvadas, impactadas, transformadas; son generaciones que están saliendo de tinieblas a su luz admirable.

La decisión de este padre, creó tal impacto en el corazón de los de su casa que ahora ellos también creyeron y pusieron su fe en Cristo.

No hay límites a lo que puede suceder en nuestros hogares cuando ellos son testigos de la transformación de nuestras vidas, cuando ellos ven lo que Dios ha hecho en nuestros corazones y nuestras vidas, cuando ellos ven el impacto que Jesús ha provocado en nuestras vidas; porque nosotros somos el mejor y mayor ejemplo para la vida de nuestros hijos.

# CONCLUSIÓN

La Familia Bendecida

Hay unos beneficios impresionantes cuando los padres buscamos a Dios, amamos a Dios, servimos a Dios, honramos a Dios, alabamos a Dios y enseñamos a nuestros hijos a hacer lo mismo.

Esto lo apreciamos en 2 Samuel 6 vemos que David no quiso llevar el Arca de Dios a su casa porque tuvo temor de lo que sucedería en su casa si llevaba el arca. (1 Samuel 13: 12 – 14) Y nos dice en

2 Samuel 6: 10 que David llevó el Arca de Dios a la casa de Obed-edom.

Obed-edom era:

  • Servidor del Templo del Señor.
  • Servidor de las puertas del Templo.
  • Cuidaba los recursos del Templo.
  • Músico y adorador en el Templo, y fue a la casa de este servidor del Templo de Dios que Dios escogió para que llevaran el Arca del Señor.

Y dice el

  1. 11: ¨El arca del Señor permaneció en la casa de Obed-edom por tres meses, y el Señor bendijo a Obed-edom y a los de su casa¨.

En tres meses Dios bendijo a Obed-edom y su familia.

Obed-edom trajo bendición a toda su casa, no porque hizo algo impactante, sino porque vivía una vida de impacto. No porque hizo algo extraordinario, sino porque vivía una vida extraordinaria, una vida de amor y servicio a Dios.

Y por esa razón cuando Dios quiso bendecir una casa, escogió bendecir la casa de Obed-edom.

Fue el estilo de vida de Obed-edom lo que atrajo la bendición de Dios a toda su casa.

La manera en que vivimos y nos comportamos, siempre hablará mejor que nuestras palabras.

Luego dicen los v. 12 – 14 que cuando David se enteró de cómo Dios había bendecido a Obed-edom y a los de su casa; él fue a buscar el Arca para traerla a su casa, él quería la misma bendición que recibió Obed-edom y su familia.

Y dice que cuando David buscó el Arca hizo una gran celebración, sacrificó animales a nombre del Señor, danzaba con todas sus fuerzas delante del Señor, cantaban entre gritos de alegría y música; pero aún así con todo lo que hizo, nunca recibió la bendición que recibió Obed-edom.

¿Por qué? Primeramente, porque Obed-edom no hizo algo para ganar la bendición de Dios, Obed-edom vivía una vida íntegra, sin apariencias y eso atrajo la bendición de Dios a su familia y su casa; Segundo, porque Obed-edom metió el Arca en su casa y David llevó el Arca al patio de su casa. Cuando usted estudia la vida de David, se da cuenta que los hijos de David vivieron y algunos murieron por las consecuencias de los errores de David y esto partió el alma de David.

Porque no hay nada más doloroso que después que pasa el tiempo y ya no podemos hacer nada al respecto tener que reconocer que lo que mis hijos están sufriendo, están enfrentando, están viviendo es el resultado de mis decisiones.

Algunas personas aquí aún están afectados por el dolor que les causó las decisiones de sus padres.
Algunas personas que están aquí vinieron de un hogar dividido, disfuncional, tóxico; donde había violencia, maltrato, separación, drogadicción, abandono; algunos no conocieron a su padre o a su madre, algunos enfrentaron los peores y más dolorosos procesos de parte de las personas que se suponía que le amaran y cuidaran y eso no se supone que fuera así, eso no tenía que suceder; pero sucedió y no hay nada que podemos hacer con nuestro pasado, no hay manera de cambiarlo; lo único que podemos hacer es perdonar y seguir, perdonar y vivir.

Pero lo que sí podemos hacer es tomar nosotros una decisión que no vamos a permitir que lo que YO sufrí en el pasado sea lo que me de identidad, que no voy a permitir que lo que atravesé en el pasado me afecte y me lleve a afectar a los que amo; no voy a permitir que se repita la historia con mi descendencia, con mis hijos, sino que vamos a hacer lo que tenemos que hacer para cambiar la historia, para romper el ciclo y decidir que de mí en adelante, la historia será diferente.

Por ejemplo: Yo vengo de un linaje donde mi abuelo paternal tenía muchas amantes, mi papá continuó el mismo patrón y yo también seguí el mismo patrón; por parte de mi madre, su familia el alcoholismo era el estilo de vida y yo también seguí el mismo patrón. Por ambos lados había algo.

Pero cuando me hablaron de Cristo y le entregué mi vida; toda maldición y pecado que me dominaba, toda la herencia que me perturbaba, todo el ejemplo que aprendí; todo lo que tenía encadenado mi corazón, todo el engaño del enemigo, toda atadura que me controlaba, todo, todo, todo se rompió, se pudrió, se canceló gracias a Jesús.

Por eso es que dice en

2 Timoteo 2: 25 – 26 ¨ 25 …Tal vez Dios les cambie el corazón, y aprendan la verdad. 26 Entonces entrarán en razón y escaparán de la trampa del diablo. Pues él los ha tenido cautivos, para que hagan lo que él quiere.¨

Cuando la verdad llegó a mi vida, cambió mi corazón; Cristo me hizo entrar en razón y fue lo que me ayudó a escapar de la trampa del diablo que tenía cautivo a todos mis antepasados y también a mí; pero por la gracia y la misericordia de Dios yo puedo declarar que los que vienen después de mí, seguirán un nuevo estilo de vida, su orgullo no será cuántas mujeres tuvieron, sino cuántos años han durado con la misma esposa hasta que la muerte los separe; su orgullo no será cuántos amigos tienen, sino cuántos discípulos hicieron, no necesitarán del alcohol para pasar un buen tiempo; sino que la Presencia de Dios les dará gozo; no los identificará cuánto éxito tuvieron, sino cuánto a Dios sirvieron. Eso es lo que Yo declaro sobre mi descendencia.

Yo hoy declaro y usted puede declarar por su familia; puede declarar sobre sus hijos, sobre su matrimonio, sobre sus nietos, que la maldición de nuestros antepasados, la maldición que como familia nos ataba, que nos controlaba, que nos dominaba, que nos engañaba fue rota por Cristo; que el yugo fue podrido por Cristo, que las ataduras fueron quebradas por Cristo, que el dolor se fue por Cristo, y que la bendición ha llegado por Cristo; que el amor triunfó gracias a Cristo, que el gozo permanece por Cristo, que la salvación es segura por Cristo; que mi casa y mi descendencia será una de bendición, que Yo y mi casa serviremos a Jehová, que mis hijos y nietos son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios; que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni ninguna cosa creada, los separará del amor de Dios.

Usted y Yo

tenemos la oportunidad de cambiar el destino de nuestra familia, tenemos la oportunidad de cambiar la atmósfera de nuestra casa, porque somos nosotros los que edificamos nuestra casa cambiando nuestro corazón y permitiendo que Cristo sea nuestro Señor en todo.

Es tiempo que nuestras vidas sirvan para ser un ejemplo a las generaciones futuras, que nos vean que amamos a Cristo con todo nuestro corazón, que servimos a Cristo, que honramos a Cristo, que vivimos para Cristo; para que sus vidas también sean transformadas, edificadas, salvadas, rescatadas, ministradas, liberadas y vivan para declarar que:

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO