Atrapados 3

Renueva Tu Mente

By Moisés Marquéz, Pastor, February 20, 2020

INTRODUCCIÓN

En esta Serie “Atrapados” queremos hablar de lo que significa vivir en medio de las luchas diarias, las cuales nos llevan a vivir atrapados en diferentes áreas y aspectos de nuestra vida y la importancia de aprender a vivir sabiendo que no importa las circunstancias, tenemos a nuestro favor todo un Reino con armas poderosas y poder Eterno que nos ayudan a vivir en victoria constante.

Romanos 12:2 dice: “2 No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta”.

Aquí el Apóstol Pablo nos llama a ser diferentes a como vive todo el mundo, y para lograrlo tenemos que cambiar nuestra forma de ser y de pensar.

Para cambiar nuestra forma de ser, primero tenemos que cambiar la manera como pensamos; dice en Proverbios 23, que el hombre, tal como es el pensamiento en su corazón, tal es él.

Así que, entre todas las batallas que enfrentamos todos los días, las más feroces son las que suceden en nuestro interior, en nuestra mente.

Nuestra mente es el campo de batalla más grande, en donde enfrentamos a los enemigos más difíciles de vencer y en donde tanto las derrotas como las victorias marcan nuestra vida para siempre, ya sea para vivir en libertad verdadera o en la esclavitud de nuestra mente.

Incluso cuando nuestras vidas parecen estar bien desde el exterior, podemos estar encerrados dentro de un mundo de sufrimiento silencioso; lo que lleva a muchas personas a vivir en depresión, ansiedad, insatisfacción, enojo y en algunos casos hasta en pensar cómo quitarse la vida.

Seguramente te puedes estar haciendo esta pregunta: ¿pero, cómo sé qué tipo de luchas enfrento y cómo sé si estoy venciendo o me encuentro atrapado o en derrota? La respuesta está en revisar nuestras actitudes. Haciendo un análisis personal y sincero, observando cómo enfrentamos cada día y cómo tratamos con las personas, podremos saber si vivo en victoria o no. Revisa tus actitudes. El asunto más complicado es que es difícil detectar en nosotros mismos las malas actitudes. Es como nuestro propio aroma, que nosotros no percibimos pero que la gente que nos rodea sí lo percibe, o como el mal aliento,

¿te ha pasado?

MENSAJE

Quiero hablarte de tres enemigos que enfrentamos día a día, así como darte tres armas muy poderosas que te ayudarán a luchar y a vivir en victoria constante.

ENEMIGO 1: NOSOTROS MISMOS

Es la manera como nos vemos a nosotros mismos y cómo nos comparamos con otros. Hay una historia en la Biblia que ilustra muy bien este concepto y nos muestra cómo el enemigo número 1 en nuestra mente, somos nosotros mismos.

Muchas veces tendemos a culpar a los demás, a las circunstancias, o al mismo diablo; pero tenemos que reconocer que somos nosotros mismos los carceleros, no dejándonos salir de la prisión de pensamientos negativos, de derrota y la mediocridad.

Esta historia se encuentra en

Números 13:25 – 28 “25 Después de explorar la tierra durante cuarenta días, los hombres regresaron 26 a Moisés, a Aarón y a toda la comunidad de Israel en Cades, en el desierto de Parán. Informaron a toda la comunidad lo que vieron y les mostraron los frutos que tomaron de la tierra. 27 Este fue el informe que dieron a Moisés: «Entramos en la tierra a la cual nos enviaste a explorar y en verdad es un país sobreabundante, una tierra donde fluyen la leche y la miel. Aquí está la clase de frutos que allí se producen. 28 Sin embargo, el pueblo que la habita es poderoso y sus ciudades son grandes y fortificadas. ¡Hasta vimos gigantes allí, los descendientes de Anac!”

Esta historia nos narra una misión de reconocimiento de la Tierra Prometida que Moisés llevó a cabo enviando 12 espías a reconocer la tierra para conquistarla. Aquí podemos ver, que al regresar los 12 espías entregaron el reporte a Moisés de la Tierra Prometida, empezaron con lo positivo, reconocieron que era una tierra fértil y buena para vivir, incluso trajeron muestra del fruto de esa tierra, todo parecía bien hasta ese momento; pero… la segunda parte del reporte fue negativo, al ver a los habitantes de esa tierra se intimidaron. Ningún enemigo los vio a ellos, sino que ellos vieron a sus enemigos y eso fue suficiente para que ellos se sintieran insuficientes.

Nota que no fueron los enemigos de ellos los que los amenazaron, sino fueron ellos mismos, sus pensamientos de inferioridad y sus actitudes los traicionaron.

Cuando el pueblo de Israel vio a los enemigos, los muros y los gigantes, sus pensamientos fueron negativos, eso los llevó a una actitud de incredulidad y tomaron la decisión de renegar contra Dios y contra Moisés. Esto los llevó al punto tal que ellos mismos dijeron en

Números 13: 31 – 33 "31 Pero los demás hombres que exploraron la tierra con él, no estuvieron de acuerdo:—¡No podemos ir contra ellos! ¡Son más fuertes que nosotros!32 Entonces comenzaron a divulgar entre los israelitas el siguiente mal informe sobre la tierra: «La tierra que atravesamos y exploramos devorará a todo aquel que vaya a vivir allí. ¡Todos los habitantes que vimos son enormes! 33 Hasta había gigantes,[a] los descendientes de Anac. ¡Al lado de ellos nos sentíamos como saltamontes y así nos miraban ellos!".

Normalmente tendemos a exagerar tratando de justificar nuestra mala percepción de nosotros mismos al compararnos con los demás.

Este es el primer y más difícil enemigo que debemos vencer, nosotros mismos.

ENEMIGO 2: NUESTROS PENSAMIENTOS

Tenemos que aprender a procesar nuestros pensamientos.

Debemos aprender a controlar nuestros pensamientos y no que nuestros pensamientos nos controlen a nosotros.

Por ejemplo, cuando enfrentamos una circunstancia difícil, todo tipo de pensamientos empiezan a cruzar por nuestra mente y es difícil detenerlos; pero sí podemos controlarlos y no permitir que los pensamientos negativos nos lleven a tener actitudes dañinas o pecaminosas.

Tenemos que empezar reconociendo que no es fácil controlar nuestros pensamientos, sobre todo los negativos, pero estos se fortalecen cuando tenemos una mente ociosa. Para vencer este enemigo tenemos que estar alertas y tener la guardia siempre arriba, eso significa que debemos tener nuestra mente ocupada en cosas que nos edifican, que nos ayudan a crecer en todas las áreas de nuestra vida, pero sobre todo en el área espiritual.

La Palabra de Dios nos enseña en

Filipenses 4:8 “8 Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza”.

La manera en que pensamos está totalmente relacionada con lo que alimentamos a nuestra mente, por eso es necesario que estemos siempre conscientes cómo estamos alimentando nuestra mente y nuestro corazón a través de nuestros ojos y nuestros oídos. Qué es lo que sus ojos ven y qué es a lo que le prestas más atención.

ENEMIGO 3: EL DIABLO

El enemigo de nuestras almas es el diablo y definitivamente el único lugar donde nos hace la guerra es en nuestra mente.

Como todo ejército en plena batalla, es necesario que aprendamos a analizar a nuestro enemigo y reconocer cuáles son sus armas y estrategias para derrotarnos, y así hacer frente y vencerlo.

El arma de Satanás contra nosotros es su boca que lanza dardos encendidos dirigidos hacia nuestra mente y su estrategia principal es sembrar duda y mentira en ti para robar tu verdadera identidad y tu verdadero valor. Él te quiere ver derrotado y en la lona. Él no se cansa de hacerte creer que no sirves para nada, que eres un cobarde, que eres un fracasado, que no eres nadie y que nunca lograrás cumplir tus sueños y tus metas; que de nada sirve que vengas al Templo si siempre terminas haciendo lo mismo y así continúa constantemente invadiendo nuestra mente con todo tipo de pensamientos equivocados. Nunca vamos a exaltar al diablo ni tampoco a menospreciarlo, pero de los 3 enemigos de nuestra mente, éste es quizás el menos difícil de vencer.

Muchos le tienen un temor desmedido a Satanás, otros ni siquiera lo tienen contemplado en su campo de batalla y ésto es lo más peligroso, no debemos ignorar al enemigo. Claro que no es algo de lo que no debemos preocuparnos, pero mientras tú permanezcas en Cristo, dos cosas con respecto al enemigo son seguras: la primera es que tú eres su blanco de ataque, sus ataques serán constantes y feroces, estará buscando devorarte como un león que ruge; pero lo segundo y más importante es que en Cristo tenemos la victoria segura, el León de la Tribu de Judá ruge con más poder y autoridad dentro de ti defendiéndote. ¡El enemigo ya fue derrotado y a nosotros nos fue dada la victoria y la autoridad sobre él y sus demonios! ¡ALELUYA!

Quizá él te está recordando en este momento todos tus pecados y tus errores cometidos en el pasado y te está tratando de convencer que tú no tienes más remedio, que no hay salvación para ti y que es inútil que escuches y obedezcas la voz de Dios; pero Dios hoy te está diciendo cuánto te ama y cuánto tú vales, que no hay nada que puedas hacer para merecer Su Amor, porque Él te ama y te ha elegido desde antes que nacieras para que fueras Su hijo, y que está dispuesto a recibirte y perdonarte hoy mismo.

Ten en cuenta esto:

Dios no está interesado en contar cuántas veces has caído intentándolo o cuántas veces más fallarás en el intento, Él está más interesado en levantarte y ver que sigas caminando siempre hacia adelante.

Ahora quiero compartirte tres armas que tienes que aprender a usar para vivir en victoria constante en tu mente.

ARMA 1: LA PALABRA DE DIOS

El arma más poderosa que Dios nos ha dejado para luchar y vencer es Su Palabra.

Mateo 4:1-11 “4 Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que allí lo tentara el diablo. 2 Durante cuarenta días y cuarenta noches ayunó y después tuvo mucha hambre.3 En ese tiempo, el diablo[a] se le acercó y le dijo:—Si eres el Hijo de Dios, di a estas piedras que se conviertan en pan. 4 Jesús le dijo:—¡No! Las Escrituras dicen:“La gente no vive solo de pan, sino de cada palabra que sale de la boca de Dios”[b].5 Después el diablo lo llevó a la santa ciudad, Jerusalén, al punto más alto del templo, 6 y dijo: —Si eres el Hijo de Dios, ¡tírate! Pues las Escrituras dicen:“Él ordenará a sus ángeles que te protejan.Y te sostendrán con sus manos para que ni siquiera te lastimes el pie con una piedra”[c].7 Jesús le respondió:—Las Escrituras también dicen: “No pondrás a prueba al Señor tu Dios”[d].8 Luego el diablo lo llevó a la cima de una montaña muy alta y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria que hay en ellos.9 —Te daré todo esto —dijo— si te arrodillas y me adoras.10 —Vete de aquí, Satanás —le dijo Jesús—, porque las Escrituras dicen:“Adora al Señor tu Dios y sírvele únicamente a él”[e].11 Entonces el diablo se fue, y llegaron ángeles a cuidar a Jesús”.

Este ataque de Satanás estaba dirigido a que Jesús dudara de Sí mismo y terminara rindiéndose ante las tentaciones de la vida. La manera en que Jesús venció fue usando únicamente la Palabra. La Biblia nos dice que la Palabra de Dios es “viva y eficaz” y que toda la Escritura es útil para “corregir y enseñar”; eso significa que la Palabra no es sólo un libro común y corriente, sino que cada Palabra tiene el poder de penetrar y transformar hasta lo más profundo de nuestra mente.

Por eso, es necesario que tomemos la Palabra de Dios todos los días y la convirtamos en nuestra fuente de alimento para que en el momento de ser tentados por el enemigo o que la duda cruce por nuestra mente, sea la Palabra de Dios implantada en nuestra mente la que nos mantenga firmes en esos momentos.

ARMA 2: APRENDE A VIVIR EN LIBERTAD

Volviendo a la historia de Números 13 con respecto a los 12 espías, no todo fue negativo, hubo 2 de ellos que no se dejaron llevar por la mentalidad de derrota, ellos tenían su fe y su mirada puesta en la Promesa que Dios les había dado de que les daría esa tierra.

Números 13:30 “30 Pero Caleb trató de calmar al pueblo que se encontraba ante Moisés. —¡Vamos enseguida a tomar la tierra! —dijo—. ¡De seguro podemos conquistarla!"

Vemos que Caleb tenía otra mentalidad, mentalidad de fe, de libertad y de conquista. Cuando venimos a Cristo, Él nos hace libres de ataduras y prisiones, nuestras cadenas son rotas y no sólo eso, sino que nos hace nuevas personas,

2 Corintios 5:17 – “17 Esto significa que todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!"

El problema es que muchos de nosotros, aunque hemos recibido la libertad, y tenemos una Vida Nueva, nuestra mente sigue viviendo en esclavitud. La nación de Israel ya había sido liberada de su esclavitud y estaba frente a la tierra que Dios les había prometido, lista para ser conquistada, y con la seguridad de que Dios les daría la victoria; pero en su mente ellos siguen viviendo en esclavitud.

Una vez que hemos sido liberados de nuestra manera antigua de vivir, atrapada por el temor, la ansiedad, depresión y pecado es muy importante que aprendamos a vivir en la libertad que nos ha sido dada. Él ya abrió la puerta de la cárcel, ahora nos toca a nosotros salir a vivir nuestra vida en completa libertad.

Esta Nueva Vida en Cristo no está exenta de problemas y aflicciones, al contrario, como hemos dicho antes, nos convertimos automáticamente en blanco de ataques, y empezamos a enfrentar otro tipo de batallas; pero si nos mantenemos firmes en la Promesa y en la Palabra de Dios, la victoria es segura.

ARMA 3: LA IGLESIA

No estás solo, la Iglesia representa el ejército que Dios ha preparado para rescatar a los que necesitan ser liberados, para levantar a los caídos y para cuidar unos de otros.

En CAFE, Dios ha preparado a todo un ejército de hombres y mujeres, encabezados por los Pastores Martínez junto a todos los demás Pastores, Ministros y Mentores que tienen una pasión y esa eres tú. Cada uno ha tomado el reto de luchar por ti y cuidarte en tu caminar con Cristo, sin prejuicios; porque todos nosotros estuvimos donde tú estás ahora, y hubo alguien que nos habló del Amor de Dios, y no sólo eso, sino que también nos cuidó e invirtió su vida en nosotros.

La Iglesia es una familia, un solo cuerpo, mira lo que dice

Romanos 12:3-5 – “3 Basado en el privilegio y la autoridad[b] que Dios me ha dado, le advierto a cada uno de ustedes lo siguiente: ninguno se crea mejor de lo que realmente es. Sean realistas al evaluarse a ustedes mismos, háganlo según la medida de fe que Dios les haya dado.[c] 4 Así como nuestro cuerpo tiene muchas partes y cada parte tiene una función específica, 5 el cuerpo de Cristo también. Nosotros somos las diversas partes de un solo cuerpo y nos pertenecemos unos a otros.”

Cristo es la Cabeza de la Iglesia y cada uno de nosotros, Su Iglesia, somos el cuerpo. Cuando algún miembro del cuerpo se duele, todo el cuerpo se duele y lo consuela y cuando un miembro se alegra, todo el cuerpo se alegra.

Te invito a que, si no lo has hecho, no dejes pasar más tiempo sin dejarte amar y cuidar por esta hermosa Iglesia, tú eres el motivo de ser de nuestra Iglesia. Todo lo que vez y disfrutas está hecho por personas que han invertido tiempo y talentos con el único interés que tú puedas sentir el Amor y la Presencia de Dios.

Usa estas tres armas poderosas que Dios ha puesto a tu disposición y podrás vivir una vida en libertad con una mente renovada día tras día, y así comprobar que

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO