Atrapados 5

Atrapados Por El Perdón

By Marisol Reyes, March 04, 2020

INTRODUCCION

Continuamos aprendiendo acerca de las muchas maneras en que podemos mantenernos atrapados a tal nivel que nos limitemos o estanquemos de ver y conocer el propósito de Dios para nuestra propia vida. Pudimos ver anteriormente que el no sentirnos libres de abandonar ciertos hábitos, nos llevarán a no creer lo que Dios es capaz de hacer en lo imposible.

De que hay unas batallas tanto internas como externas que es necesario reconocerlas para permitirle al Espíritu Santo que nos transforme. De la forma tan poderosa en que nuestros pensamientos nos pueden llevar a ser cautivos y vivir en una esclavitud; y hasta que no nos cansemos de vivir en la misma condición, seguiremos atrapados.

Y hoy vamos a hablar de una de las cosas que más nos atrapa y limita que es la falta de perdón. Pero que sin embargo, algo que más trae libertad a una persona es el perdonar.

Mateo 5. 21-26 “21Han oído que a nuestros antepasados se les dijo: “No asesines. Si cometes asesinato quedarás sujeto a juicio”[a]. 22 Pero yo digo: aun si te enojas con alguien,[b] ¡quedarás sujeto a juicio! Si llamas a alguien idiota,[c] corres peligro de que te lleven ante el tribunal; y si maldices a alguien,[d] corres peligro de caer en los fuegos del infierno.[e]23 »Por lo tanto, si presentas una ofrenda en el altar del templo y de pronto recuerdas que alguien tiene algo contra ti, 24 deja la ofrenda allí en el altar. Anda y reconcíliate con esa persona. Luego ven y presenta tu ofrenda a Dios.25 »Cuando vayas camino al juicio con tu adversario, resuelvan rápidamente las diferencias. De no ser así, el que te acusa podría entregarte al juez, quien te entregará a un oficial y te meterán en la cárcel. 26 Si eso sucede, te aseguro que no te pondrán en libertad hasta que hayas pagado el último centavo.[f]”.

Si nos fijamos, aquí Jesús decía que, ante Dios no era solamente culpable el hombre que cometiera asesinato; el que se enojaba con su hermano sería juzgado y hallado culpable. No era solamente culpable el que cometiera adulterio; el que permitiera que un pensamiento impuro se le alojara en el corazón también sería culpable.

En otras palabras, Jesús prohíbe el enojo que se cultiva, el enojo que no se quiere olvidar, el enojo que se niega a pacificarse, el enojo que busca venganza. Porque el enojo que se mantiene por demasiado tiempo, te lleva a sentir desprecio por otra persona.

Y no hay nada más contrario al Espíritu de Cristo, que el desprecio. Jamás deberíamos mirar con desprecio a cualquier persona por quien Cristo murió.

Hay matrimonios que fracasan por la falta de perdón, hay Iglesias divididas por la falta de perdón, hay personas que nunca llegan a vivir felices por la falta de perdón; la falta de perdón se convierte en rencor y el rencor puede llegar hasta convertirse en odio, por eso en este día vamos a aprender a perdonar para poder vivir una vida llena de bendiciones.

MENSAJE

La palabra perdón en griego es “áfesis” que significa: perdonar, remisión (quitar) y libertad. La palabra perdonar en hebreo es “nasá ” que significa: enaltecer, engrandecer, estimar, exaltar, honrar, libertar, sufrir, tolerar.

Una de las cosas que más difícil se le hace al ser humano es perdonar a aquellos que le hicieron algún mal, algún daño o alguna traición; sin embargo, el perdón es una de las cosas más exigidas para la vida de un Cristiano, porque si hay alguien que nunca puede olvidarse de cómo fue perdonado, es un Cristiano.

Hay cinco cosas que Jesús enseñó acerca del perdón y de perdonar:

1- Dios Nos Perdona Según Perdonamos

Mateo 6. 12-15 “y perdónanos nuestros pecados, así como hemos perdonado a los que pecan contra nosotros. 13 No permitas que cedamos ante la tentación, sino rescátanos del maligno. 14 »Si perdonas a los que pecan contra ti, tu Padre celestial te perdonará a ti; 15 pero si te niegas a perdonar a los demás, tu Padre no perdonará tus pecados.”

Esta enseñanza está tan llena de sabiduría que muchas veces no pudiéramos hacerla nuestra. Si yo paso por la vida diciendo: “No le perdonaré a Fulano lo que ha hecho”, “No perdonaré jamás lo que Fulano me ha hecho”; estamos pidiendo a Dios mismo que no nos perdone.

De la manera más clara posible Jesús dice que si no perdonamos a otros, Dios se negará a perdonarnos. Por lo tanto, cuando caminamos con una grieta de tal magnitud en nuestro corazón, nosotros mismos estamos pidiendo a Dios que no nos perdone.

2- Nuestra Bendición Está Limitada a Nuestro Perdón

Marcos 11. 24-25 “24 Les digo, ustedes pueden orar por cualquier cosa y si creen que la han recibido, será suya. 25 Cuando estén orando, primero perdonen a todo aquel contra quien guarden rencor, para que su Padre que está en el cielo también les perdone a ustedes sus pecados”.

Esto es muy importante entenderlo, porque cuando uno tiene falta de perdón se vuelve una persona amargada. Y la oración de un amargado no puede atravesar el muro de su propia amargura. Cuando nosotros hablamos con Dios en oración, tiene que haber un contacto entre nosotros y Dios; pero ciertamente no puede haber ninguna intimidad entre 2 personas que no tienen nada en común. Ya que una persona amargada levanta una barrera entre él mismo y Dios.

Para que se pueda dar esa intimidad con Dios, la persona debe pedirle a Dios que le limpie su corazón de ese espíritu de amargura y le llene con un espíritu de amor. Así podrá hablar con Dios y Dios contestará.

3- El No Perdonar Nos Pone En Manos Del Devorador

Mateo 18. 23-35 nos habla de un hombre que debía mucho dinero y que su deuda le fue perdonada, pero este mismo hombre después al encontrarse con alguien que le debía muy poco dinero no le perdonó. Esta acción movió al Señor a entregarlo a los verdugos, o al devorador.

Aquí tenemos una lección de que nada que los hombres puedan hacernos se puede comparar jamás con lo que nosotros hemos hecho a Dios; pero Dios nos ha perdonado toda deuda con Él, por tanto debemos perdonar a otros de igual manera. Nuestros pecados causaron la muerte del Hijo de Dios y aún así Dios nos perdonó. No podemos esperar a ser tratados con misericordia, si no tenemos misericordia con otros.

4- El Perdonar Produce Amor

En Lucas 7. 36-48 nos habla de una mujer prostituta la cual le fueron perdonados sus pecados y cómo ella en agradecimiento al Señor, trajo un pote de alabastro con perfume, y con aquel perfume carísimo ungió los pies de Jesús. Luego de ser criticada por el fariseo, Jesús le dice al fariseo en el

  1. 47 “Te digo que sus pecados —que son muchos— han sido perdonados, por eso ella me demostró tanto amor; pero una persona a quien se le perdona poco demuestra poco amor.”

Esta mujer reconoció en Jesús su gran necesidad que a su vez la llevó a inundarse de amor hacia quien podía suplirla, lo cual la llevó a recibir el perdón y a vivir completamente agradecida de ese amor.

5- El Poder Que Opera En El Perdón Es a La Vez Sanador

En Lucas 5. 17-25 la Biblia nos habla de un paralítico que fue llevado por sus amigos hasta donde estaba Jesús, al traerlo Jesús le dijo al hombre:

“Tus pecados son perdonados” y luego le dijo “Ponte de pie, toma tu camilla y vete a casa”.

La manera más fácil de eliminar la mala hierba de un jardín es llenarlo de plantas útiles. La manera más fácil de guardarse de la falta de perdón es llenarse de la actividad sana de perdonar.

Lo qué hay en el corazón no puede salir a la superficie nada más que a través de los labios; y una persona no puede producir a través de sus labios nada más que lo que tiene en el corazón.

Las Limitaciones Del Perdón:

Con todo esto podemos aprender muchas cosas en cuanto al perdón y a la prosperidad. Cómo van ligados uno del otro; lo primero es que Dios no va a permitirnos disfrutar de una verdadera vida próspera cuando en nuestro corazón existen raíces de amargura o falta de perdón.

Hebreos 12: 14 – 17 “14 Esfuércense por vivir en paz con todos y procuren llevar una vida santa, porque los que no son santos no verán al Señor. 15 Cuídense unos a otros, para que ninguno de ustedes deje de recibir la gracia de Dios. Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene a muchos. 16 Asegúrense de que ninguno sea inmoral ni profano como Esaú, que cambió sus derechos de primer hijo varón por un simple plato de comida. 17 Ustedes saben que después, cuando quiso recibir la bendición de su padre, fue rechazado. Ya era demasiado tarde para arrepentirse, a pesar de que suplicó con lágrimas amargas.”

Una de las estrategias que más usa el enemigo para limitarnos de gozar nuestra bendición, es provocar situaciones que producen falta de perdón y raíces de amargura. Existen tantas personas heridas, enojadas unas con otras, en contiendas y chismes, con resentimientos; y es necesario entender que la falta de perdón es una atadura, es sinónimo de hechicería; porque por lo que nosotros no perdonamos a otros con eso mismo los atamos, como el hechicero ata a sus victimas.

Muchos de nosotros que guardamos resentimientos, que tenemos rencores, que tenemos raíces de amargura y falta de perdón no queremos darnos cuenta del profundo daño que esto provoca. Y que esto nos ata no sólo a nosotros sino aún más a las personas a las que no hemos podido perdonar. Vimos en Hebreos 12 que esto nos limita de heredar la bendición de Dios.

Perdonemos:

El perdonar no es un sentimiento, el perdonar es una decisión! NO hay que sentirlo hay que simplemente hacerlo! Jesús nos enseñó que si no perdonamos tampoco nuestro Padre nos perdonará, si no perdonamos seremos entregados al verdugo, si no perdonamos nuestras oraciones no podrán ser contestadas; pero lo más importante es, que si no perdonamos cómo podemos decir que verdaderamente amamos a Dios.

Si nosotros verdaderamente nos consideramos hijos de Dios tenemos que PERDONAR Y AMAR. Yo creo que Dios debe estar cansado de tanta queja, de tanta contienda y rencor, de que personas que dicen ser Sus hijos no sepan amarse, no sepan llevarse, no sepan perdonarse; cuando Él aún siendo nosotros pecadores y no merecedores, Él murió por nosotros y nos amó incondicionalmente.

Perdonando Efectivamente:

Cómo podemos perdonar efectivamente? Bendiciendo y no maldiciendo! Muchos de nosotros tenemos la costumbre de que cuando alguien nos hace algún mal comenzamos a maldecir, a criticar, a juzgar, a comentar acerca de aquella persona que nos hizo mal.

Pero si queremos cerrar la puerta a la falta de perdón, al rencor, al resentimiento, tenemos que comenzar a bendecir a aquellos que nos hicieron mal; bendecirlos más allá de nuestros sentimientos, más allá de nuestros pensamientos, bendecir a aquellos que nos maltrataron, a aquellos que nos traicionaron, atrevernos a bendecirlos para poder ser libres, sentirnos libres y poder prosperar.

Mira lo que dice

Romanos 12: 17 – 21 “17 Nunca devuelvan a nadie mal por mal. Compórtense de tal manera que todo el mundo vea que ustedes son personas honradas. 18 Hagan todo lo posible por vivir en paz con todos. 19 Queridos amigos, nunca tomen venganza. Dejen que se encargue la justa ira de Dios. Pues dicen las Escrituras: Yo tomaré venganza; yo les pagaré lo que se merecen, dice el Señor. 20 En cambio, Si tus enemigos tienen hambre, dales de comer. Si tienen sed, dales de beber. Al hacer eso, amontonarás carbones encendidos de vergüenza sobre su cabeza. 21 No dejen que el mal los venza, más bien venzan el mal haciendo el bien.”

CONCLUSION:

En Génesis vemos a un hombre llamado José. José atravesó en su vida una fuerte situación de ver cómo sus hermanos lo quisieron matar, de cómo sus hermanos lo maltrataron, lo vendieron como esclavo; por culpa de sus hermanos José terminó en casa de Potifar y luego en la cárcel.

Después de varios años, José tiene un encuentro consigo mismo y al ver que su primer hijo nació, José entendió que no podía cargar más con la amargura de la falta de perdón, porque la consecuencia de la falta de perdón la heredarían sus hijos y José tuvo que en ese momento decidir perdonar.

Con esto José quiso decir: ya perdoné a todos los de la casa de mi padre, era como si José supiera de alguna manera que esta raíz de amargura le estorbaría y muchos serían los contaminados. José dijo: Mi descendencia no puede ser contaminada por mi desgracia, ALGUIEN tiene que parar el ciclo de amargura, así que le pondré a mi hijo Manasés (el que hace olvidar), y así declaro que hoy yo perdono, que hoy soy libre de mi dolor, que hoy quedo libre de mi amargura, que mis hermanos hoy los desato y son libres.

Esto es lo que Dios quiere que entendamos por medio de esta Palabra, Dios no quiere que pase un día más, una semana más, un mes más, un año más de miseria en nuestras vidas; Dios quiere que seamos libres de la aflicción, libres de la amargura, libres de la angustia y que desatemos a aquellas personas que nos han hecho mal, a aquellas personas que nos maltrataron, que nos traicionaron, que nos engañaron, que nos violaron, aquellos que nos hicieron mal, que los perdonemos hoy y seamos libres y toda nuestra casa sea libre.

Y es que cuando perdonamos la prosperidad nos sigue y nos alcanza; la Biblia nos dice que cuando José pudo perdonar, llamó a su segundo hijo Efraín (fructífero), porque Dios lo prosperó en medio de la aflicción.

Cuando Jesús en la Cruz del Calvario dijo:

“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”,

eso fue un acto increíble de amor y perdón. Esa expresión mostró el verdadero amor de Jesús por la humanidad a tal grado que expresó Su perdón y misericordia por los que Le hacían mal.

Imagínate a Jesús siendo golpeado, y diciendo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”, y con cada azote decía: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”, con cada humillación decía: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”, con cada martillazo en los clavos decía: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”, mientras agonizaba expresaba entre dientes: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

Todavía hoy sigue clamando:

“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

Tiempo de intimidad, pedir a todos inclinar su cabeza y cerrar sus ojos, levantar las manos quien tiene falta de perdón, respetar este tiempo. Pedir a todos los Pastores que ocupen todos los lugares del Santuario y visualicen a una persona con las manos levantadas para levantar un clamor a Dios.

Como hijos de Dios tenemos la habilidad de perdonar,

Colosenses 3: 12 – 14 “12 Dado que Dios los eligió para que sean su pueblo santo y amado por él, ustedes tienen que vestirse de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia. 13 Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros. 14 Sobre todo, vístanse de amor, lo cual nos une a todos en perfecta armonía.”

Seamos libres de una vez por todas, libres de la amargura, libres de la aflicción, libres de la falta de perdón; para que podamos prosperar y dar frutos de nuestra aflicción y poder seguir declarando que:

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO