INTRODUCCION En uno de mis viajes de buceo conversé con un hombre y él me decía: Yo no puedo creer en un Dios que sea tan complicado de entender y le contesté: si Dios fuera fácil de entender o descifrar; entonces no sería Dios. Pero él insistía que como creer en un Dios que no entendemos. En ese momento había una joven vomitando porque el mar estaba fuerte y las olas estaban azotando la lancha y le pregunté: ¿Sabes por qué esa mujer está vomitando? El me contesta que no; y le dije: porque antes de montarse en la lancha se comió una hamburguesa, por lo que es normal que vomite, eso se puede interpretar; si comes fuerte antes de subirte en una lancha, te pueden dar deseos de vomitar. Pero ¿porque la lancha se está moviendo?; el contesta: por las olas, obvio; y ¿de donde vienen las olas? Él contesta: son impulsadas por el viento. Le pregunto ¿y de donde viene el viento? El contesta: del espacio. Yo le pregunto: ¿Pero cuál es su origen? El contesta: No lo se. Le dije: Puedes creer en el viento que no estás viendo y que no conoces su origen y crees que el viento es la razón que están moviendo las olas, que están moviendo el barco y que llevaron a esa pobre mujer a vomitar; pero no puedes creer en el Dios que creó el espacio, por donde corre el viento, que impulsa las olas, que mueve la lancha y que tiene a esa pobre mujer vomitando. Para terminar le dije: El tratar de descifrar a Dios es prácticamente imposible y difícil de identificarse con Él; porque Dios es infinitamente grande, majestuosamente bueno; incalculablemente poderoso; pero cuando conoces a Cristo todo cambia, cuando conoces a Cristo todo cobra sentido, porque cuando conoces a Cristo no puedes ignorar el amor de Dios. Por eso en este día comenzamos esta serie de mensajes llamada: Jesús; y es mi oración que podamos enamorarnos de Él a tal nivel que vivamos para demostrar que Jesús es nuestro Señor. MENSAJE La Voz que Clama en el Desierto Marcos 1 comienza con el mensaje de Juan el Bautista, el cual después de 400 años en que Dios no habló más a su pueblo, ahora Juan aparece anunciando la venida del Mesías y comienza a clamar en el desierto de que era tiempo de arrepentirse. Estos 400 años que se conocen como los 400 años de silencio de Dios no fueron cualquier cosa, fueron 400 años desde el último profeta hasta Juan y las personas estaban en un tiempo de oscuridad, de desesperación, de desorden, se sentían vacíos; porque fueron 400 años sin esperanza, sin dirección, sin una voz de fortaleza y aliento; hasta que llegó la voz de Dios por medio de Juan. La mayoría conocemos lo que es vivir alejados de Dios, conocemos lo que era nuestra vida antes de Cristo, antes de que el amor de Dios se manifestara en nuestras vidas, conocemos la vida tan devastadora que vivíamos sin su dirección y podemos dar fe de la diferencia de nuestras vidas ahora comparado con la vida que teníamos cuando estábamos sin Cristo. Ahora imagínese toda una nación entera sintiéndose lejos de Dios, y sin esperanza. Las personas estaban tan desesperadas, estaban tan necesitadas de un cambio en sus vidas que Lucas 3: 10 nos enseña que la gente le preguntaba a Juan: ¿̈ Que hacemos; cómo hacemos eso; que haremos¨? Todos los que vinieron a Juan querían y anhelaban un cambio para sus vidas y él les decía: Tomen la decisión de cambiar sus vidas, tomen una decisión de hacer algo diferente. El nivel de desesperación de las personas por ver un cambio en sus vidas, por salir de la condición en la que se encontraban los llevaba a buscar dirección. Vemos que el v. 18 nos dice ¨Juan usó muchas advertencias similares al anunciar la Buena Noticia al pueblo.¨ Este termino de “buenas noticias o buenas nuevas” se utilizaba cuando un ejército ganaba la guerra y conquistaban a su enemigo, luego de eso , ellos enviaban atalayas (mensajeros) a los pueblos que pregonaban: tenemos buenas noticias o buenas nuevas; la guerra ha sido ganada a favor de ustedes y ahora son libres. Esto produjo en la vida de estas personas una gran expectativa, esto los llevó nuevamente a tener esperanza y es lo mismo hoy en día ; porque aún hoy, cuando estamos en una condición de calamidad, de dolor, de desolación, de desesperación; sigue siendo el mensaje de esperanza de Cristo lo que nos da vida, sigue siendo el mensaje de Cristo lo que transforma los corazones, lo que trae bendición y restauración. El mensaje de Cristo es tan poderoso que es capaz de cambiar toda la vida de una persona, es el mismo mensaje que quebranta al soberbio, que saca de las drogas al drogadicto, que redarguye al adúltero, que produce fe en el enfermo; es esa “Buena Noticia” que cuando llega a los corazones los transforma totalmente. Por esa razón es que cuando escuchamos el mensaje de Cristo, cuando escuchamos las Buenas Nuevas, cuando escuchamos el mensaje de salvación, de restauración debemos entender que es la invitación que Dios nos está haciendo a una vida de bendición, a salir de tinieblas a la luz, de la perdición a la salvación; de la vida vacía a una vida plena; de la calamidad a la restauración, y por eso no debemos resistir el mensaje de amor de Jesús. El Bautismo y la Tentación Luego Marcos nos enseña con el ejemplo de Jesús la importancia del bautismo; por eso es que el primer paso para una persona es aceptar la Buena Noticia, pero una vez que acepta la Buena Noticia, el próximo paso es el bautismo. Jesús hizo que Juan lo bautizara y nos enseña en Marcos 1: 10 – 11 que: ¨Cuando Jesús salió del agua, vio que el cielo se abría y el Espíritu Santo descendía sobre él como una paloma. 11 Y una voz dijo desde el cielo: «Tú eres mi Hijo muy amado y me das gran gozo¨. Cuando Jesús se bautizó sucedió algo impresionante porque en un mismo lugar se manifestó el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; se escuchó la voz del Padre, estaba presente el Hijo y el Espíritu Santo descendió en forma de paloma y reposó sobre el Hijo y cuando tu y yo nos bautizamos es algo súper especial. Una de las razones por las que el bautismo es importante es porque es la declaración pública de que Cristo es nuestro Señor; pero hay algo más que anunciamos y declaramos por medio del bautismo y es que anunciamos que el Reino de las tinieblas ya no nos domina, que tenemos autoridad; pero lo más que produce el bautismo en nosotros es identidad; identidad de que somos hijos de Dios. Esto fue lo que sucedió en el bautismo de Jesús; el Padre lo afirmó; El Padre afirmó su amor por Él, afirmó su identidad de hijo, afirmó su aprobación. Pero luego del bautismo de Jesús y la afirmación del Padre nos dicen los v. 12 - 13: ¨Y luego el Espíritu le impulsó a ir al desierto, donde Jesús fue tentado por Satanás durante 40 días¨. Alguna vez se ha preguntado: ¿Por qué el Espíritu Santo impulsó a Jesús al desierto para ser tentado por Satanás? Esta puede ser la razón: En Génesis 3; cuando Dios afirma al hombre en el Edén y lo rodea de todo bien; Satanás lo tentó y el hombre pecó y llevó al hombre al fracaso. Pero esta vez Dios tenía otro plan, esta vez Dios no esperó a que el diablo viniera a tentar a Jesús; sino que esta vez fue Dios quien envió a Jesús para ser tentado, fue Dios que envió a Jesús para hacerle frente al enemigo. Porque Dios sabía lo que había depositado en Jesús. Es por eso que cuando el diablo tienta a Jesús con la misma artimaña que en el Edén donde nos dice Mateo 4: 3 que el diablo le dice a Jesús: ¨Si eres Hijo de Dios...¨ Lo primero que Satanás hace es que intentó confundir la identidad de Jesús, como lo hizo con Eva; pero no lo logró; porque ya Dios lo había afirmado, ya Jesús había recibido su aprobación, afirmación e identidad del Padre. He dicho muchas veces y lo vuelvo a decir: Cuando Dios nos permite atravesar un desierto, un momento doloroso, complicado, complejo, difícil, es porque ya El conoce lo que ha depositado dentro de nosotros, ya Él sabe lo que él ha hecho en nuestras vidas y cuando nosotros tenemos la convicción de lo que Dios ha hecho en nosotros no hay diablo que pueda persuadirnos, vencernos o prevalecer. Por eso es que la verdad de Dios en nuestras vidas siempre debe hablar más fuerte que las mentiras de Satanás. Cada vez que leo esta historia me emociono, no sólo porque Jesús venció al diablo, sino que me emociona el hecho de que el mismo Espíritu Santo que afirmó a Jesús, ahora es el mismo que lo impulsa a enfrentar al enemigo; pero el mismo Espíritu Santo que lo impulsó a enfrentar al diablo; fue el mismo Espíritu Santo que le fortaleció para vencer la tentación. Fueron 40 días de tentación, 40 días de lucha, 40 días de pruebas, día y noche el enemigo buscando tentarlo, persuadirlo, derrotarlo; pero también fueron 40 días de afirmación, de aprobación, 40 días de fortaleza que el Espíritu Santo le impregnó. Lo hermoso de todo esto es que ese mismo Espíritu Santo que estuvo con Jesús en el desierto, es el mismo Espíritu Santo que está con nosotros hoy; tu y yo no hemos tenido victoria porque somos fuertes, hemos tenido victoria porque el Espíritu Santo no nos deja, porque no nos ha desamparado, porque no nos ha abandonado; porque mientras más satanás nos miente, mas el Espíritu Santo nos afirma; mientras más satanás nos ataca, más el Espíritu Santo nos defiende; mientras más Satanás busca persuadirnos, más el Espíritu Santo nos sostiene. La Biblia nos dice que el Espíritu Santo es nuestro consolador, pero la palabra Consolador no quiere decir alguien que me seca las lagrimas y está ahí triste en mi dolor, sino que la palabra Consolador; significa: el que me anima, que me levanta, que me fortalece, que intercede. Lo que significa que cuando estamos en medio de nuestros conflictos, situaciones, angustias, pesares, el Espíritu Santo, no nos deja; El esta ahí animándonos, levantándonos, fortaleciéndonos a que no nos rindamos, a que continuemos hacia delante, está intercediendo por nosotros e impulsándonos hasta que obtengamos la victoria. Aún más, nos dice Romanos 8: 26 – 27: ¨Además, el Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad. Por ejemplo, nosotros no sabemos qué quiere Dios que le pidamos en oración, pero el Espíritu Santo ora por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. 27 Y el Padre, quien conoce cada corazón, sabe lo que el Espíritu dice, porque el Espíritu intercede por nosotros, los creyentes, en armonía con la voluntad de Dios¨. CONCLUSION Arrepentíos y Creed el Evangelio Jesús entra en escena, luego de ser anunciado por Juan, luego de ser afirmado por el Padre, luego de la comisión del Espíritu Santo, y el Espíritu Santo lo lleva al desierto a pelear; ahora Jesús llega y anuncia algo sumamente impresionante en Marcos 1: 15 ¨Por fin ha llegado el tiempo prometido por Dios! —anunciaba—. ¡El reino de Dios está cerca! ¡Arrepiéntanse de sus pecados y crean la Buena Noticia!¨. Una cosa es que Juan lo anunciara, otra cosa es que ahora vieran al que vino a vencer, que ahora vieran al héroe de la película parado delante de ellos y diciéndoles: ¨No se preocupen, ya llegó el tiempo, ya pueden dejar el camino que llevan, ya pueden dar un giro total a sus vida. Imagínese la escena de 400 años de silencio y Juan anunciar que el Mesías vendría y de repente el Mesías pararse de frente y decir: YA ESTOY AQUÍ PARA SALVARTE; AMARTE Y VENCER POR TI. JESÚS hace la siguiente declaración : ¨Arrepiéntanse de sus pecados y crean la Buena Noticia¨. No se trata de que simplemente escuchemos el mensaje; sino que hagamos algo al respecto. Porque arrepiéntanse significa: cambien de dirección, cambien de mente, cambien de forma de pensar, cambien sus conductas, cambien sus vidas. También dice: crean la Buena Noticia; la palabra crean pisteuete que significa: confiar, poner tu fe en, vivir conforme a. La invitación de Jesús no fue solamente a que cambiemos de dirección, sino que vivamos conforme a la verdad de la Buena Noticia, que vivamos esta vida en victoria y libertad. Jesús le estaba haciendo esta declaración a personas que llevaban 400 años de silencio, fueron generaciones, tras generaciones que vivieron lejos de Dios, que no escucharon a Dios, que no vieron a Dios hacer milagros y de repente Jesús aparece y les informa que todo iba a cambiar, que Él había llegado para cambiar todo su destino, toda sus vidas, que ya podrían vivir en libertad. Esto es lo mismo que Él está haciendo y anhela para nuestras vidas en este tiempo; cada vez que Jesús llega a una vida, lo hace con el fin de sacarnos de la oscuridad en la que vivimos, de la calamidad en la que nos encontramos, es para llenar el vacío de nuestras vidas; Jesús llega a nuestras vida para cambiarla y para cambiar nuestro destino. Nuestra vida sin Jesús es un desierto, es un lugar vacío, es un desorden, pero Jesús tomó la iniciativa de venir al mundo, de hacerse hombre, de morir en la cruz por nosotros, por esa razón es que si usted hoy siente que está viviendo una vida desordenada, una vida vacía, una vida donde siente que va de fracaso en fracaso; hoy vengo a anunciarte que la guerra ya fue vencida y todo lo que tienes que hacer es Arrepentirte y creer. Quiero decirte que Cristo si transforma corazones, Cristo si restaura matrimonios, Cristo si sana nuestras enfermedades, Cristo si llena los corazones, Cristo si nos saca de nuestras depresiones, Cristo si nos da una vida nueva, todo esto sucede cuando nos arrepentimos y creemos la Buena Noticia. Así que si quieres esa Nueva Vida, solo acepta a Cristo. Palabra Finales Los v. 16 – 20 nos explican que había ciertos hermanos que vivían de la pesca y Jesús los llamó y les dijo: Vengan, síganme y yo les enseñaré cómo pescar personas¨ y dice: ¨Y enseguida dejaron las redes y lo siguieron¨. Estos hombres inmediatamente dejaron todo para seguirlo y es que lo que Jesús les propuso era una vida plena, una vida llena de satisfacción; porque no hay una mayor satisfacción que ver a alguien que cree la Buena Noticia y su vida es restaurada por siempre. Por eso es que yo les seguiré animando a que se conecte con nosotros a hacer lo que sea necesario x1mas, para alcanzar a uno más, ministrar a uno mas, restaurar a uno más, discipular a uno más, hasta que todos declaren que: NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO