INTRODUCCION Como iglesia, estamos buscando saturarlo de palabra cargada sobre la vida de Jesús, y lo hacemos a través del estudio de 21 días del libro de Juan, con Mañanas y Noches con CAFE; con esta serie de mensajes etc. La semana pasada el Pastor Darío nos habló de la importancia que tiene la Palabra en nuestras vidas; y en el día de hoy quisiera que miráramos el poder y efecto que tiene en nuestras vidas. En Marcos 5 podemos ver 3 historias donde personas estaban atravesando ciertos eventos en sus vidas y como Jesús interrumpió el efecto que la vida o el enemigo había provocado en cada uno de ellos. Por eso es que le he llamado a este mensaje: “Con el permiso…” porque nos daremos cuenta de lo que sucede cuando interrumpimos a Jesús, cuando reconocemos la necesidad que tenemos y venimos a Él buscando que el estorbe lo que está dentro y alrededor de nosotros. MENSAJE Condición Espiritual Si hay algo que debemos tener muy claro es que todos nosotros tenemos un área en nuestras vidas con una necesidad de avivamiento y de transformación y por lo general invalidamos, no nos percatamos, ignoramos o evitamos esas áreas que se encuentran dentro de nosotros y que nos estorban e interrumpen el propósito de Dios en nuestras vidas; por las áreas que están fuera de nosotros. Las situaciones que están fuera de nosotros, las cosas que están pasando en lo externo, siempre serán más notables y visibles para nosotros que las cosas que están dentro de nosotros; pero lo que hay dentro y no fuera es lo que verdaderamente afecta y estorba en nuestra vida, en nuestro futuro o destino. Cuando miramos a Jesús y vemos que Él hizo un milagro, que impactó la vida de alguien por lo general veremos también que su enfoque no era en lo que estaba pasando externamente , sino que su enfoque era ministrar una condición interna. Por eso es que vemos que los fariseos tenían tanto conflicto con El, porque ellos vivían enfocados en lo externo, y no se percataban de su propia condición interna. Pero antes de criticarlos debemos analizar que nosotros somos iguales, todo el tiempo le estamos pidiendo a Dios que resuelva una situación que estamos atravesando en lo externo; pero no le pedimos que trabaje con una condición nuestra en lo interno. Le pedimos a Dios que nos sane, que restaure nuestra familia, que nos bendiga, que nos ayude en nuestro matrimonio, que nos de un mejor trabajo, que nos de una novia; pero cuántos de nosotros continuamente le clamamos a Dios para que quite nuestro orgullo, nuestra rebelión, nuestra desobediencia, nuestra indiferencia, nuestra maldad? Por ejemplo cuando leemos Marcos 5 sobre el hombre gadareno en lo que más nos enfocamos es en su situación externa, que nos describe cómo vivía; : vivía en cuevas de entierro, lo ataban con cadenas, vagaba entre cuevas, se cortaba con piedras afiladas. Sin embargo la Biblia nos dice en el v. 2 que ̈Cuando Jesús bajó de la barca¨ este hombre ¨salió de entre las tumbas a su encuentro¨. Jesús llegó a la ciudad y este hombre que parecía no estar en su razonamiento, vio la necesidad interna que tenía, su espíritu se percató que alguien mayor había llegado, que alguien a quien él tenía que someterse estaba en el territorio. Lo que atormentaba a este hombre; lo que lo tenía limitado y afectado no era su situación externa, sino que lo que lo tenía limitado; devastado, desesperado era su condición interna. Por eso es que Jesús cuando trata con él, no le dijo: te voy a sanar las heridas que te causaste con las piedras, te voy a dar un mejor lugar para vivir; sino que lo que le dijo fue: Sal de este hombre espíritu maligno. Lo que más nos limitará en la vida, son las áreas no resueltas dentro de nosotros, son las áreas internas, las que no permitimos que nadie vea, las que mantenemos en secreto y las que pensamos y no hablamos porque nos da vergüenza aceptarlas. Por ejemplo, la envidia nos afecta más que la limitación económica; el resentimiento nos afecta más que el dolor que nos causaron. El problema es que mientras no tratemos las áreas que nos afectan verdaderamente, nunca podremos avanzar y siempre tendremos una excusa, una razón o una justificación para mantenernos en la misma condición en la que nos encontramos. La razón más común por la que las personas se mantienen en su condición es porque es más fácil y más notable el enfocarnos en nuestra situación externa, que en nuestra condición interna. Proceso de Restauración Si reconocemos que tenemos una condición interna que nos está afectando, que está afectando a los que están a nuestro alrededor, es necesario que no la ignoremos, porque afectarán más de lo que nos imaginamos y no solo a nosotros, sino a los que nos rodean. Por ejemplo Hebreos 12: 15 nos dice: ¨…Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene a muchos.¨ Este versículo nos demuestra que esta condición que describe que nos afecta no se encuentra fuera de nosotros, sino dentro de nosotros, inclusive en la Biblia nunca vemos que Dios nos enseñe que las condiciones externas son las que nos limitan, sino las internas, el orgullo, el resentimiento, la altivez, la maldad, el pecado, la avaricia, la inmadurez, la indiferencia etc. El problema es que estas condiciones no desaparecen con el tiempo, ni por casualidad, sino que las vencemos cuando de forma intencional hacemos algo al respecto. Por eso es que vemos que este hombre cansado de su condición nos dice el v. 6 que: ̈ Cuando Jesús todavía estaba a cierta distancia, el hombre lo vio; corrió a su encuentro; y se inclinó delante de él y por último el v. 7 nos enseña que ya postrado; clamó. Este hombre ya estaba tan cansado de su condición que Jesús todavía estaba lejos cuando él lo vio, y aun estando Jesús a la distancia, él no esperó a que viniera donde él, sino que nos dice que él corrió a su encuentro y cuando llegó donde Jesús se inclinó, le rogó y clamó. Este mismo proceso lo vemos de diferentes formas a lo largo de este capítulo, 3 eventos diferentes con un proceso similar. Luego vemos el caso de Jairo que nos dicen los v. 22 – 23 que cuando Jairo: Vio a Jesús, cayó a sus pies y le rogó con fervor. Luego vemos el caso de la mujer del flujo de sangre, la cual tenía una condición interna que la estaba atormentando por 12 años; ella pudo haberse resignado, especialmente después de haber gastado todo su dinero sin éxito. Pero nos dicen los v. 27 y el v. 33 que ella: había oído de Jesús; se le acercó y lo tocó; luego se arrodilló y le confesó. Cada una de estas personas que vemos en esta escritura, estaban atravesando por una situación que ellos decidieron no ignorar, una situación que era más fuerte que ellos mismos y tomaron la decisión de: Venir a Jesús. Postrarse ante Jesús. Clamar a Jesús. Hay una diferencia muy grande en cómo resolvemos nuestros conflictos y situaciones externas, comparado con nuestra condición interna. Muchos de nuestros conflictos externos pueden tener una solución externa; por ejemplo; no tengo dinero, busco trabajo; no estoy casado, me busco una esposa; tengo un problema con la vecina, me muevo de casa. Pero los conflictos internos, los que nos limitan, los que nos atormentan, los que no queremos que nadie se entere; los que nos afectan más allá de lo que imaginamos; no tienen una solución externa; si estoy en amargura, no importa cuánto dinero tenga, no importa cuántos hijos tenga, si estoy en amargura, el tener más no quitara mi amargura. Por ejemplo; cuando Ana no podía tener hijos y su rival Penina la atormentaba, Ana cayó en un grado de angustia que era mayor que su situación externa; y su esposo Elcana en 1 Samuel 1: 8 le dice: ¿Por qué lloras, Ana? ¿Por qué no comes? ¿Por qué estás desanimada? ¿Solo por no tener hijos? Me tienes a mí, ¿acaso no es mejor tener diez hijos? Por arrogante que eso parezca, Elcana estaba buscando proveer a Ana una solución externa a una condición interna. Por eso vemos que en los v. 9 – 10 nos dice que: ¨Ana se levantó y fue a orar… 10 Ana, con una profunda angustia, lloraba amargamente mientras oraba al Señor¨. Al igual que estos 3 casos anteriores Ana y cada uno de ellos, sabía y conocía que era Dios quien tenía la solución para su condición interna, que era Dios quien podía restaurar, consolar, sanar, edificar, transformar, liberar y por eso es que vemos que cada uno de ellos en medio de su condición, no perdieron la oportunidad de correr a El, postrarse delante de Él y clamar a Él. En este tiempo sigue siendo Cristo quien tiene la solución a nuestra condición, sigue siendo Cristo quien puede darnos libertad, sanidad, restauración, transformación, sigue siendo Cristo y por eso es que mi anhelo es que vayamos a Cristo, nos postremos ante Cristo y clamemos a Cristo. CONCLUSION Con el Permiso Por lo general, cuando uno necesita llamar la atención de alguien importante; uno llega y le dice a esa persona: Con el permiso; con esta frase llamamos la atención de esa persona para que se fije en nosotros o atienda nuestra necesidad. Todas estas personas que hemos mencionado hoy, atravesaron un proceso, donde la condición que estaban pasando necesitaba la atención inmediata de Dios; por eso es que mientras Jesús estaba en algún proceso; ellos vinieron a Jesús y llamaron la atención de Jesús con adoración y clamor. La Biblia nos explica en muchas ocasiones lo que sucede cuando clamamos a Dios, cuando interrumpimos a Dios para que escuche nuestro clamor, cuando nos postramos delante de Dios para encontrar consuelo, restauración, paz etc. Lo que vimos en cada uno de estos eventos, fue que cuando ellos llamaron la atención de Jesús, ahora ellos provocaron que Jesús desatara una palabra sobre sus vidas y cuando Dios desata una palabra, esa palabra que Él desata; nada ni nadie pueda interrumpir de que se cumpla. Por ejemplo: A este hombre que estaba endemoniado por años nadie lo podía atar; pero cuando Jesús ordenó que esta legión de demonios saliera de Él, la legión de demonios tuvo que salir. Usted dirá: Pero la mujer del flujo ella tocó a Jesús y sanó; es que el flujo de sangre era su condición externa; pero en el v. 34 Jesús le declaró: ¨Hija tu fe te ha sanado. Ve en paz. Se acabó tu sufrimiento¨ El sufrimiento era su condición interna. Y Jairo. ¿Qué condición interna tenía? Su miedo e incredulidad; la enfermedad de la hija de Jairo era su situación externa; el miedo y la incredulidad eran su condición interna. Por eso es que cuando de la casa de Jairo le dijeron que su hija había muerto Jesús ministró su condición interna y por eso le dijo a Jairo en el v. 36 ̈ No tengas miedo. Solo ten fe¨. Cada uno de ellos, tenía una situación externa que los llevó a buscar a Jesús, y Jesús desató una palabra que impactó su condición interna que era mayor y más profunda que la externa. Por eso es que cuando reconocemos que en lo interno, que en nuestro corazón, que en nuestra alma, que en nuestro ser tenemos una necesidad profunda de Dios, una necesidad de su presencia y clamamos a ÉL cosas maravillosas suceden que se revelan en lo externo, pero que tienen su inicio en lo interno. El clamor a Dios revela que tenemos una necesidad profunda de Dios, que dependemos totalmente de Dios, provoca que Dios hable sobre nuestras vidas; por eso es que cuando clamamos y provocamos que Dios desate su Palabra sobre nuestras vidas, nos dice el Salmo 29 que: La voz del Señor truena sobre la superficie del mar; la voz de Dios es potente y majestuosa; la voz de Dios hace pedazos los cedros del Líbano; La voz de Dios resuena como relámpagos; hace temblar al lugar desolado, sacude el desierto; la voz de Dios le da fuerza a su pueblo y los bendice con paz. Debemos entender que cuando tenemos una necesidad profunda en nuestro interior y venimos a Jesús y clamamos a Jesús y Jesús desata su palabra sobre nuestras vidas, no hay nada que pueda evitar que lo que Él declaró se cumpla, porque todo se somete ante su voz. Por eso es que en toda situación debemos venir a Él, debemos clamar a Él, debemos confiar en Él, debemos alabarlo a Él, adorarlo a Él, porque ni la enfermedad, ni la muerte, ni aun los demonios podrán evitar que Dios cumpla su propósito en nuestras vidas. Es posible que estés aquí porque estés atravesando una situación externa, pero lo maravilloso es que cada una de estas personas estaban atravesando una situación externa, pero Jesús identificó una condición interna que estaba provocando una situación externa y cuando la condición interna fue confrontada, ellos tuvieron el resultado también en la situación externa. Por eso es que con lo primero que Jesús quiere trabajar son con las áreas internas de nuestro corazón que nos limitan en todo lo externo, lo primero que Jesús quiere trabajar en nuestra vida no es hacer un milagro en lo externo, sino en hacer un milagro de salvación en nuestras vidas, lo primero que El anhela hacer es salvarnos y darnos vida eterna. Por eso es que si en este día, quieres que tu vida sea verdaderamente restaurada y transformada: ven a Él, entrégale tu vida a Él y pídele que entre en tu corazón. Aún nosotros, podemos tener áreas que están detenidas en nuestra vida, porque hay situaciones internas que no le hemos permitido a Dios trabajar, por esa razón es que debemos en este día clamar a Él, pedirle que trabaje con las raíces de amarguras, con la falta de perdón, con el miedo, con la incredulidad, con la avaricia, con lo que sea que este limitando la operación de Dios en nuestras vidas y solo así es que podremos ver la obra de Dios completa en nuestras vidas. Palabras Finales Dios siempre estará más interesado en trabajar primero con las áreas internas de nuestras vidas; porque son las áreas internas las que nos limitan, son las áreas internas las que nos afectan; son las áreas internas las que no nos permiten ver que el plan de Dios para nuestras vidas es perfecto y que su amor es mayor que cualquier situación que estemos atravesando; por eso en medio de cualquier circunstancia no dudemos del amor de Dios y solo así viviremos declarando en cualquier situación que: NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO