Jesús 9

Limitación Del Corazón

By Richard Martínez, Pastor Principal, February 07, 2021

INTRODUCCION

Hemos estado hablando en esta serie de los encuentros que diferentes personas han tenido con Jesús y cómo sus vidas han sido transformadas e impactadas a partir de ese encuentro.

Hablamos también del efecto que tiene un corazón endurecido y cómo vencerlo; de cómo la incredulidad nos atrapa y de la operación de la fe en nuestras vidas.

En esta ocasión estaremos hablando del corazón limitado y como vencerlo. Hay personas que aunque no disfrutan su condición presente, se han acostumbrado a vivir en esa condición y han permitido que esta determine su identidad, hay otras que han vivido por tanto tiempo en esa misma condición que no ven la posibilidad de pensar que hay vida, que hay sanidad y que hay solución a su situación y condición.

Por eso hay tantas personas viviendo bajo las consecuencias del resentimiento y la falta de perdón, porque en vez de buscar la sanidad, prefieren vivir resignadas a su condición presente; el problema con esto es que en ocasiones puede llevar a la persona a que tenga comportamientos y a tomar decisiones decisiones que la destruyen, que la limitan, que la afectan y todo porque no se atreve a creer que cuando viene a Cristo hay sanidad, hay libertad, hay salvación, hay restauración.

Por eso, estaremos hablando de cómo superar la limitación del corazón.

MENSAJE

El Dolor de la Superstición

Juan 5 nos explica que cuando Jesús llegó a Jerusalén; pasó por un estanque llamado Betesda, Betesda significa: Casa de Misericordia. En este estanque había cientos y cientos de personas que estaban ahí por una superstición o un mito, donde por años se creía que cada cierto tiempo, las aguas del estanque se agitaban y el que entraba primero en el estanque quedaba sano de cualquier enfermedad.

Por años los judíos habían creído este mito o esta fabula; al parecer alguien un día dijo que conocía a alguien que había sido sanado y esto habia atraido a mas personas a creer esa mentira, mito o superstición.

Cientos de personas poniendo su mirada en la misma mentira, poniendo su mirada en el mismo mito; buscando una salida a su situación o buscando algo mejor para ellos: si entro primero que los demás, si soy el primero en entrar cuando las aguas se agiten, saldré de la condición en la que me encuentro.

Nos podemos preguntar

  • ¿Cómo esto afectaría la fe de esas personas?
  • ¿Cómo ellos miraban este asunto?
  • ¿Pensarían ellos que había una lotería en el cielo?
  • ¿Qué Dios les estaba jugando una broma?

Esto no es muy diferente a lo que sucede hoy en día con nosotros; porque aun siendo cristianos muchos hemos creído en mitos, en supersticiones; hemos creído que si tenemos más dinero estaremos mejor; que si somos famosos eso nos llenará; que si tenemos una familia perfecta eso nos hará felices y muchos cristianos no admiten que viven con esa superstición; pero aun así se esfuerzan por lograrlo, aún así hacen todo lo posible por ser relevantes a otros; por recibir más likes o views, por hacer más dinero etc. Todo porque aunque no queramos aceptarlo también hemos creído una superstición.

El problema de creer estas o cualquier superstición es que inevitablemente viviremos atados a la decepción, porque cuando pones tu confianza en una superstición, vivirás en decepción.

¿Te Gustaría Sanar?

Entre los cientos de personas que se encontraban en este estanque esperando un milagro había un hombre que llevaba 38 años enfermo, de una parálisis. Este hombre se encontraba en un estado en el cual por más que trataba de avanzar, padecía de una condición que lo limitaba.El mayor problema de este hombre no era su parálisis, el mayor problema de este hombre es que se encontraba en una condición de abandono, dolor y desesperanza; lo que nos muestra que su mayor limitación se encontraba en su corazón y su alma.

Hay personas que viven con esta misma limitación del alma y del corazón, resignados a su condición, resignados a la forma en la que se encuentran, llenos de excusas, resentidos con el mundo por lo que les hicieron.

La limitación del alma es cuando decimos: No puedo perdonar, porque lo que me hicieron me dolió tanto; la limitación del alma es cuando vivo enojado con las personas porque no me han ayudado, la limitación del alma es cuando vivimos renegando por todo, es cuando culpamos a los demás del desenlace de mi vida; es cuando soy prisionero de la angustia y el dolor.

Por eso es que Jesús cuando lo vio no lo sanó inmediatamente; sino que nos dice el v. 6 que: Cuando Jesús lo vio y supo que hacía tanto tiempo que padecía la enfermedad, le preguntó: ¿Te gustaría recuperar la salud? Jesús en vez de sanarlo inmediatamente le dio la opción al hombre para ver si quería continuar lamentándose en su condición o quería hacer algo al respecto.

Parece una pregunta innecesaria pero no lo es. Porque hay personas que se han acostumbrado a vivir en la prisión de la desesperanza y el resentimiento; hay personas que detestan el lugar o la condición en la que se encuentran; pero prefieren permanecer ahí. Por eso Jesús le da la opción al hombre y le preguntó: ¿Te gustaría recuperar la salud?

Por ejemplo, hay personas que han sido lastimadas y saben que para sanar tienen que perdonar, pero la sola idea de pensarlo les choca, no quieren vivir con ese sentimiento de amargura; pero es posible que si Jesús le dice: Te gustaría recuperar la salud; le contestes que NO.

¿Por qué? Porque aunque no lo creas hay personas que prefieren vivir con el resentimiento que perdonar.

Hay personas que viven limitados en ciertas áreas de su vida y saben que lo que tienen que hacer es tener fe, pero es posible que si Jesús le dice: Te gustaría recuperar la salud en esa área de tu vida; le contesten que NO; porque prefieren vivir en la esclavitud de la excusa que en la libertad de la fe.

Cuando Jesús le hace esta pregunta, el hombre contesta en el v. 7:

¨Es que no puedo, señor, porque no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se agita el agua. Siempre alguien llega antes que yo.

La respuesta de este hombre estaba llena de limitación, pero es normal que estuviera operando en una actitud o un espíritu de limitación, porque su fe estaba puesta en una superstición.

Este hombre en una sola oración expresó 4 excusas para permanecer en su condición de limitación;

  1. No puedo.
  2. No tengo a nadie.
  3. Necesito ayuda.
  4. Siempre alguien…

Hay muchas personas hoy en día en la Iglesia operando en esta misma actitud de limitación; con estas mismas excusas, cuando Dios quiere impulsarlos, levantarlos, restaurarlos por lo general dan una de estas excusas o a todas. Por ejemplo: Dios quiere que restaures tu matrimonio: No puedo; es que el o ella siempre; Dios quiere que te prepares para ser mentor: No puedo, Necesito ayuda; Dios quiere que le creas a El: Es que No tengo a nadie.

Y por esa razón es que vivimos atados a una superstición, a la superstición de que si tengo dinero, que llegue alguien que me haga feliz, que si tengo una casa; que si tengo un ministerio, que si me pasara esto o aquello y por eso hay tantas personas marcados por la decepción.

CONCLUSION

Proceso de Recuperación

La pregunta que tenemos que hacernos hoy es:

¿Cómo sanó la limitación del corazón y del alma?

El proceso de este hombre nos ayuda a responder esta pregunta. Básicamente, si quieres vivir una vida libre e ilimitada, debes:

1. Renuncia a la resignación y anhela la sanidad.

Jesús le dio al hombre la opción y le dijo: Te gustaría recuperar la salud. Esto explica dos cosas:

Que estuvo saludable en un momento determinado y algo sucedió que le robó la salud; Que no era la voluntad de Dios que él estuviese viviendo en esa condición.

Con esa pregunta estaba demostrando que era su decisión, que no tenía que sentirse obligado a salir de su condición. Creo con todo mi corazón que muchas de las situaciones que nosotros estamos viviendo están atadas a una decisión, hay situaciones difíciles y complicadas que Dios nos permite atravesar para formar nuestro carácter; pero también creo que hay situaciones que estamos atravesando que vienen como resultado de nuestras propias decisiones.

Hay matrimonios que no se han restaurado no porque Dios este limitado, ni porque Dios no quiera restaurarlos, sino porque ya se han acostumbrado a la condición en la que viven, ya se acostumbraron a tratarse como se tratan y ninguno está dispuesto a cambiar. En cualquier área de nuestras vidas tenemos que renunciar a la resignación si anhelamos la sanidad, la restauración y salir de nuestra condición

Recordemos que el hecho de que no nos guste la condición en la que nos encontramos no significa que estamos dispuestos a cambiar, que estamos dispuestos a sanar;

porque la queja y el lamento es la mejor herramienta que tiene una persona resignada para mantenerse en su condición.

2. Renuncia a la queja y Abraza la Alabanza.

Cuando Jesús le preguntó al hombre si quería sanar; lo que el hombre hizo fue quejarse; pero la queja limita la alabanza, la queja nos persuade a vivir atados a la imposibilidad. Este hombre le expresó 4 excusas a Jesús en una sola contestación, pero Jesús no se dejó llevar por ninguna de ellas.

Si nosotros queremos cambiar nuestra condición, tenemos que renunciar a la queja, tenemos que cambiar nuestra manera de hablar y abrazar la alabanza, abrazar el lenguaje de la fe, el lenguaje de la Biblia, el lenguaje de Dios, el lenguaje que le da gloria y honra a Él, tenemos que abrazar un estilo de vida de alabanza.

El lenguaje de la fe, no es el que dice: Nada está pasando, sino que el lenguaje de la fe, es el que dice:

Me encuentro así, Pero Dios…; estoy en esta condición, pero Dios…, estoy enfermo, pero Dios…

Yo acepto cualquier proceso que Dios tenga en mi vida, pero no me resignaré en ninguno; si Dios me permite estar enfermo, yo lo acepto, pero no me voy a resignar, sino que seguiré declarando que por sus llagas soy sanado; es posible que este limitado de recursos y acepto el proceso; pero no me voy a resignar seguiré alabando y siendo fiel a Él; es posible que mi matrimonio este en crisis y acepto el proceso, pero no me voy a resignar, seguiré declarando que se restaurará; es posible que uno de mis hijos se descarrile y abrazaré ese proceso, pero no me voy a resignar, sino que seguiré declarando que ellos vendrán a Cristo; pero no me quejaré, sino que alabaré, porque la queja me mantiene limitado, me mantiene mirando enfocado en mi circunstancia, mientras la alabanza me mantiene enfocado en Cristo, me mantiene motivándome a seguir, a no rendirme, a perseverar.

2 Corintios 4: 8 – 10: dice

̈ Por todos lados nos presionan las dificultades, pero no nos aplastan. Estamos perplejos pero no caemos en la desesperación. 9 Somos perseguidos pero nunca abandonados por Dios. Somos derribados, pero no destruidos. 10 Mediante el sufrimiento, nuestro cuerpo sigue participando de la muerte de Jesús, para que la vida de Jesús también pueda verse en nuestro cuerpo. ̈

3. Renuncia a la Superstición y Abraza la Palabra.

Como hemos mencionado, este hombre había puesto su confianza en una superstición y cuando en el v. 8 Jesús le dijo:

¨Ponte de pie, toma tu camilla y anda¨.

Ahora este hombre se vio confrontado entre la superstición que había creído por años o abrazar y obedecer la Palabra que recibió de Jesús. Ahora llegó el momento de la verdad, ahora llegó el momento en que iba a tomar la decisión de cambiar o iba a seguir lamentándose ; iba a seguir quejándose o a hacer algo al respecto.

Es duro estar 38 años en una misma condición, resignado a una misma condición, viviendo en una misma condición y ahora el tener que obedecer algo que pareciera ilógico.

Jesús no puso sus manos sobre él; él no sintió un calentón en todo su cuerpo; Jesús no escupió en tierra y le unto en las piernas; Jesús simplemente le habló y le dijo:

¨Ponte de pie, toma tu camilla y anda¨

no fue algo que le paró los pelos, no sintió mariposas en el estómago; simplemente escuchó a Jesús decir: Ponte de pie, toma tu camilla y anda. En otras palabras: Te doy la orden, te doy la palabra, el asunto está en si la obedeces o no, en si le crees mas a mi palabra que a tu condición, en que si me crees mas a mi que a la superstición, en si abrazas la fe, mas que tu dolor.

Para cualquier persona esto hubiese sido una ridiculez, cualquiera hubiese dicho: Porque mejor no te quedas aquí conmigo y así me empujas al estanque; porque mejor no me haces un favor y me consigues como moverme. Cualquier persona se hubiese reído y dicho algo como: llevo 38 años aquí y ahora tu vienes y me dices: ponte de pie, toma tu camilla y anda y así nada más se supone que lo haga, ¿no crees que lo hubiese hecho si hubiese podido?

Pero al parecer este hombre ya estaba tan cansado de su condición que cuando Jesús le declaró se pusiera de pie, tomara su camilla y anduviera, el no perdió tiempo y obedeció y dice el v. 9

Al instante, el hombre quedó sano.

Enrolló la camilla y comenzó a caminar. El no esperó, él escuchó lo que Jesús le estaba hablando y simplemente obedeció; porque al parecer ya estaba cansado de su condición.

Y esto es precisamente lo que Cristo viene a hacer en nuestras vidas. Posiblemente te encuentres como este hombre que llevas años en amargura, o depresión, o angustia, o con un vacío profundo en tu corazón, posiblemente estés resignado a tu condición, lamentándote en la limitación o posiblemente estas diciendo: ya no aguanto mas la vida que llevo; o Ya para mi no hay solución.

Posiblemente has atravesado un proceso duro y devastador que te afectó, te robo la estima, la juventud, la niñez, la hombría o el valor, posiblemente lo que atravesaste fue tan devastador y doloroso que tan solo hablar de eso le causa dolor; pero así como este hombre recibió su sanidad en el instante así mismo Cristo quiere sanarte, así mismo Cristo quiere bendecirte, fortalecerte, salvarte, hoy puedes tener un nuevo comienzo en tu vida, si decides creerle a Él y confiar en El.

En este tiempo muchas personas han perdido su pasión, han perdido su primer amor, su visión, su propósito, los deseos de orar, de leer la Biblia, de servir a DIos y están esperando a que algo mágico suceda, están esperando ese mensaje que le pare los pelos, esa oración que los quebrante; es milagro que los anime nuevamente y eso es una superstición como la de estar en el estanque de Betesda, como estar esperando a que un ángel sacuda algo en nosotros; si lo que Cristo hizo en la cruz del Calvario y que aun te tiene con vida no sacude algo dentro de ti, nada lo va a sacudir y para ser honestos, ninguno de nosotros queremos que Dios nos sacuda, porque cuando él sacude duele.

Si usted quiere encontrar su pasión nuevamente, si quiere encontrar su propósito, ánimo, su primer amor, sus deseos de servir a Dios, va a tener que pelear en oración, en alabanza, en adoración, va a tener que morir a sí mismo;

y esto no sucede como algo mágico, puede venir el mejor predicador y orar por ti y caerte y en un año estar en la misma condición, porque todo lo que tenemos que hacer para vencer es amar a Cristo, buscar a Cristo y obedecer a Cristo.

PALABRAS FINALES

No creo que este hombre después de caminar haya dicho: cuanto extraño estar nuevamente en el estanque, cuanto extraño estar en la misma condición que antes. Por eso digo hoy; pelea con tu pasión, abandona la vida de mediocridad espiritual, vuelve a tu primer amor, vive una vida apasionada por Cristo y sobretodo vive declarando que:

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO