Jesús 10

Esperanza en la Alabanza

By Richard Martínez, Pastor Principal, February 14, 2021

INTRODUCCION

No me canso, ni me cansaré de exhortar, animar, hablar y predicar acerca de la importancia de vivir una vida de devoción a Dios y del poder del clamor y la alabanza. Mientras más estudio los distintos encuentros que diferentes personas tuvieron con Jesús, me doy cuenta que una de las cualidades más comunes y frecuentes entre ellos fue que clamaron y lo alabaron a El.

Muchas personas no ven la importancia de la alabanza y del clamor y como estas dos van de la mano; algunas personas piensan que el clamor y alabar a Dios es una forma en la que provocamos que Dios nos tenga lástima. Pero la alabanza y el clamor nace de una necesidad, pero a la vez de un agradecimiento del corazón; nace cuando reconocemos que no tenemos solución, pero a la vez reconocemos que es Dios quien tiene toda solución; nace cuando reconocemos nuestras imposibilidades, pero a la vez reconocemos que para Él no hay imposibles.

Por esta razón insisto que si algo que tenemos que desarrollar en este tiempo; es un hambre, una sed y una urgencia por la presencia de Dios. Si hay algo que el Covid me ha enseñado es lo frágiles que somos y la necesidad del respaldo, la cobertura, la paz y la presencia de Dios y el clamor la alabanza son indispensables para esto.

MENSAJE

Las Sorpresas de la vida

Marcos 10: 46 – 52 habla de la transformación de un hombre ciego, el nombre de este hombre era Bartimeo. No se conoce mucho de él , pero hay algo interesante y es que por lo general cuando la Biblia habla de una persona, da el nombre de esa persona y de quien era hijo significa que para bien o para mal esa persona era importante.

La Biblia nos menciona que Bartimeo era hijo de un hombre llamado Timeo; hay varias referencias con respecto a este nombre.Timeo significa

  1. Altamente apreciado, de alta estima
  2. Una persona inmunda.

La razón por la que menciono esto es porque si el padre de Bartimeo era altamente apreciado, también significa que Bartimeo debió haber sido altamente apreciado; pero cuando la Biblia se refiere a Bartimeo, lo menciona de la siguiente manera: ¨Un mendigo ciego llamado Bartimeo (hijo de Timeo) estaba sentado junto al camino¨.

No le parece interesante ¿cómo es que la vida y el destino de una persona le puede cambiar de la noche a la mañana? ¿cómo es que todo nos puede cambiar de repente, de un momento a otro?

Al parecer la vida de Bartimeo debió haber sido completamente diferente, al parecer el desenlace de la vida de Bartimeo no debió haber sido estar sentado junto al camino, mendigando; pero la vida le cambió a Bartimeo, cuando la desgracia lo azotó y lo dejó ciego.

Por eso el Salmista expresa en el Salmo 42: 3 - 4

̈ Día y noche solo me alimento de mis lágrimas, mientras mis enemigos se burlan continuamente de mí diciendo: ¿Dónde está ese Dios tuyo? Se me destroza el corazón al recordar cómo solían ser las cosas; yo caminaba entre la multitud de adoradores, encabezaba una gran procesión hacia la casa de Dios, cantando de alegría… en medio de una gran celebración¨.

El Salmista así como Bartimeo atravesaron una situación que les cambió la vida para siempre y se encontraron en una condición donde lo único que podían hacer era recordar y en el proceso de recordar esto les producía aún más dolor, más quebrantamiento, más angustia.

Hay personas que se supone que no estuvieran en la condición en la que se encuentran hoy en día, que no se supone que estén pasando ahora lo que están pasando,

pero cuando la vida les cambió de un momento a otro, se les destrozó el alma, la visión, los sueños, la familia, las esperanzas etc…

Lo peor de Bartimeo es que su condición había determinado su identidad; la gente lo reconocía principalmente como el mendigo, como el ciego que se sentaba junto al camino, antes de reconocerlo como el hijo de Timeo. Y con el Salmista lo que ocurría era que la gente se burlaba de él, de su condición, de su estado de calamidad, de dolor y era el centro de burla de los demás.

¿No le parece injusto que seamos identificados por los fracasos, las calamidades, los tropiezos, los sufrimientos, los pesares que atravesamos en la vida? que una madre que tiene que vivir con el dolor de un hijo preso, sea recordada como: Juanita la que tiene el hijo preso; o José el que se divorció; Juan el drogadicto; o Marta la que la botaron del trabajo.

Modo de la Alabanza

La Biblia nos dice que cuando Bartimeo ya no supo que hacer, cuando ya no supo cómo vivir, lo único que pudo hacer fue sobrevivir, porque cuando no sabemos que hacer, como salir de nuestra situación, como cambiar nuestra historia, como cambiar nuestra vida, lo que hacemos es que buscamos la forma de sobrevivir.

Nos dice la biblia que Bartimeo estaba sentado junto al camino, sobreviviendo; Bartimeo hacía lo que fuera necesario para poder sobrevivir; sobrevivía dependiendo de la compasión de los demás, dependiendo de la lástima de los demás, dependiendo de lo que le sobraba a los demás.

Es fácil criticar a Bartimeo cuando la vida no nos ha azotado tan fuerte; pero cuando atravesamos situaciones que nos sacuden la estabilidad, que nos roban el sueño, cuando la vida nos azota de forma inesperada, cuando los problemas llegan uno detrás del otro, se hace difícil vivir y aprendemos entonces a sobrevivir.

Así estaba el salmista también, él estaba sobreviviendo, por eso dice el Salmos 42: 1 – 2

¨Como el ciervo anhela las corrientes de las aguas, así te anhelo a ti, oh Dios. 2 Tengo sed de Dios, del Dios viviente. ¿Cuándo podré ir para estar delante de él?¨

Hay personas que han estado sobreviviendo por mucho tiempo y cuando esto ocurre es difícil creer que hay algo más allá, es difícil pensar que vamos a escapar de nuestra condición y puede ser muy fácil pensar que Dios no está en el entorno, como le sucedió al salmista que estaba en modo de sobrevivencia, y declaro: Así te anhelo a ti, oh Dios. Tengo sed de Dios. ¿Cuándo podré ir a estar delante de él?

Cuando estamos en modo de sobrevivencia, llegamos a pensar que Dios no está en nuestro entorno, que Dios se ha olvidado de nosotros o que hemos hecho algo que ha provocado que Dios se aparte.

El salmista pensaba que Dios lo había abandonado, pero no es que Dios nos ha abandone sino que cuando estamos en modo de sobrevivencia lo que está a nuestro alrededor habla más fuerte que lo que puedo escuchar o sentir de parte de Dios.

Pero si hay algo que aprendemos de Bartimeo y es que al parecer Bartimeo no se había conformado a su condición, no se había resignado a su situación y lo digo porque nos dice en Lucas 18: 36 - 38 nos dice que Bartimeo:

̈Cuando oyó ruido de la multitud que pasaba preguntó que sucedía. Le dijeron que Jesús de Nazaret pasaba por allí. Entonces comenzó a gritar: Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí ̈.

Esto nos demuestra que Bartimeo no quiso perder la oportunidad de tener una transformación en su vida, él no quiso dejar pasar esta oportunidad de tener un encuentro con Jesús, él decidió en ese momento hacer lo posible por tener un encuentro con El , por presentarse delante de Jesús.

El Salmista dijo en el v. 6

¨¿Por qué estoy desanimado? ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios!. Ahora estoy profundamente desalentado, pero me acordaré de ti¨

El salmista no dijo que sus problemas se habían acabado, ni que su dolor lo había abandonado, sino que en medio de su condición él estaba tomando la decisión de poner su esperanza en Dios, de alabar a Dios, de reconocer a Dios, de honrar a Dios.

Y es que tanto el Salmista, como Bartimeo, como nosotros no tenemos nada que perder y todo que ganar cuando ponemos nuestra esperanza en Dios, cuando ponemos toda nuestra confianza en Dios, cuando en medio del dolor tomamos la decisión de clamar a Él, cuando entendemos que el único puede hacer algo por nosotros es Dios.

Callando las Voces de la pPersuasión

Cuando Bartimeo comenzó a clamar a Jesús, dice Lucas 18: 39:

¨Cállate, le gritaba la gente que estaba más adelante¨.

Las personas que tenían la capacidad de poder estar de pie, pendientes por donde pasaría Jesús le decían a la persona que tenía una necesidad mayor que se callara.

Cuando miramos la situación del salmista nos dicen los v. 9 – 10 que él decía:

¨¡Oh Dios, roca mía! clamo, ¿por qué me has olvidado? ¿Por qué tengo que andar angustiado, oprimido por mis enemigos? Sus insultos me parten los huesos. Se burlan diciendo: «¿Dónde está ese Dios tuyo?¨.

Es sorprendente ver cómo a las personas se le puede hacer muy fácil criticar la condición en la que se encuentra otra persona; pero no muchos se detienen a preguntar:

¿Cómo fue que llegó hasta aquí? ¿Qué sucedió en su vida que lo marcó? ¿Qué evento trágico o que situación a travesó para estar en donde esta?

Pero en realidad esas no son las voces que nos callarán, sino que las voces que buscarán callarnos son las que nos recuerdan el pasado, las que nos vienen a recordar nuestros fracasos, la que nos vienen a recordar nuestros errores, las voces de burla del enemigo que vienen a persuadirnos de creerle a Dios, de buscar a Dios, de alabar a Dios y en ese momento es que tenemos que pensar si va a poder más las voces que vienen a persuadirnos de NO alabar a Dios, buscar a Dios, clamar a Dios, confiar en Dios, amar a Dios, servir a Dios, honrar a Dios o va a poder mas la voz de Dios en nuestra vida que nos recuerda que El nos ama y que murió en la cruz del Calvario por amor a nosotros.

CONCLUSION

Bartimeo ignoró todas las otras voces, pero lo que sí hicieron dichas voces fue que lo motivaron aún más, porque lo que hizo fue gritar más fuerte y mientras más la gente le gritaba que se callase, mas él gritaba y la gente lo mandaba a callar y más el gritaba.

Cuando las voces que nos están gritando que nos rindamos , que nos callemos, que tiremos la toalla, que nos divorciemos, que nos vayamos, que no creamos, que pequemos, que nos hagamos daño no están fuera de nosotros, sino dentro de nosotros, ¿Cómo lidiamos con ellas? Voces que no nos dejan dormir, que nos recuerdan que somos perdedores, que se burlan de nosotros , que nos recuerdan nuestros fracasos. ¿Cómo puedo gritar más fuerte que esas voces? Lo cierto es que no podemos, no hay forma.

Lucas 40 – 42 nos dice que hubo una voz que habló más fuerte que cualquier otra voz, una voz que habló con más fuerza y con más autoridad que cualquier otra voz, una voz que habló más fuerte que la voz de su pasado, habló más fuerte que la voz de su fracaso, habló más fuerte que la voz de su inseguridad, habló más fuerte que la voz de sus dudas, y fue la voz de Jesús que le dijo: ¿Qué quieres que haga por ti? Y esa voz puso en silencio todas las otras voces y Bartimeo le dijo: Señor, quiero ver. Y la voz le dijo:

̈ Bien recibe la vista. Tu fe te ha sanado¨.

Hay una voz en nuestra vida que habla más fuerte que cualquier otra voz, esa voz fue la que yo escuché el día en que me rendí a Él, esa voz fue la que me alcanzó, la que me transformó; esa voz calló la voz de la drogadicción en mi vida, calló las voces que me decían que me divorciara, calló las voces que me decían que me rindiera, calló las voces que me recordaban mis fracasos y fue la voz de Jesús, la que cuando la escuché en el área más profunda de mi ser, nunca jamás volví a ser el mismo, así como Bartimeo mi vida jamás volvió a ser igual.

Esa voz es la que está hablando a su corazón hoy, esa voz está diciendo que en Él hay esperanza, que en Él hay restauración, que en Él hay sanidad, que en Él hay libertad, que no te rindas, que vengas a Él, que le entregues tu vida a Él, esa voz te esta diciendo que Él te ama.

Si queremos callar las voces dentro de nosotros, las voces de duda, e incredulidad, que nos vienen a limitar de creer, que vienen a robarnos la fe, la paz, la salud mental; tenemos que hacer como dijo el Salmista en el v. 11

¿Por qué estoy desanimado? ¿Por qué está tan triste mi corazón? ¡Pondré mi esperanza en Dios! Nuevamente lo alabaré, ¡mi Salvador y mi Dios!.

Por eso en este día yo quiero invitarte a que no permitas que nada, ni nadie te calle, que no permitas que nada te robe la habilidad de alabarlo, de poner tu esperanza en Él, si lo alabaste la semana pasada y nada pasó, vuelve a alabarlo hoy, pero no permitas que nada, ni nadie te robe tu alabanza, porque tu sanidad emocional, tu salud mental, tu paz, tu esperanza, tu confianza, se encuentra en El.

PALABRAS FINALES

Lucas 18: 43 dice que: Al instante el hombre pudo ver y siguió a Jesús mientras alababa a Dios. Y todos los que lo vieron también alabaron a Dios. Si hay una razón por la que no puedo dejar de alabar a Dios, es porque tengo un legado que dejar, tengo una responsabilidad de enseñar con mi ejemplo a mis hijos, a mis nietos; y mi fe es que mi vida será un testimonio y un ejemplo para ellos, para que así como yo lo alabo, lo amo y le sirvo, un día ellos también lo alaben, lo amen y le sirvan.

Por eso es que yo sigo insistiendo para que su vida y la mía sirvan para ministrar a uno más, para alcanzar a uno más, para edificar a uno más, para discipular a uno más: HASTA QUE TODOS DECLAREN QUE

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO