CAOS En La Familia 6

Ataduras Paternales

By Richard Martínez, Pastor Principal, July 11, 2021

INTRODUCCION

Recordemos que las Ataduras

son conductas aprendidas que no hemos confrontado

y que nos llevan a desarrollar comportamientos y actitudes que justificamos y a las cuales eventualmente nos conformamos.

Por ejemplo; si creció en un hogar donde hubo maltrato, peleas, griterías o manipulación, es muy posible que usted inintencionalmente reaccione de la misma forma porque fue lo que aprendió, convirtiéndose eso en una atadura.

También puede ser posible que sea todo lo contrario, que haya desarrollado una actitud o comportamiento donde no expresa lo que siente por miedo a experimentar lo mismo que vivió en su pasado y esto también es una atadura.

Muchos de nosotros dentro del matrimonio y la familia podemos estar operando en las ataduras que aprendimos y vivimos, las cuales pueden pasar de generación en generación.

MENSAJE

Que Clase de Padre y Esposo Quiero Ser?

Cuando estaba en mi proceso; donde consideraba divorciarme de mi esposa, recuerdo que una mañana me puse a orar y le decía a Dios que ese día me iría de la casa. Mientras oraba Dios me dijo: Richard si te sales; Yo te voy a amar, Yo voy a estar contigo y Yo te voy a usar.

Luego Dios me hizo una pregunta y me dijo: Todo está en que hombre quieres ser. Hijo ¿Que hombre quieres ser? Desde ese día, no he dejado de hacerme la misma pregunta; no porque quiera abandonar a mi familia, sino que la hago para todo lo relacionado a mi vida .

  • ¿Qué tipo de hombre quiero ser?
  • ¿Qué tipo de esposo quiero ser?
  • ¿Qué tipo de padre quiero ser?

Por ejemplo:

  1. Cuando estoy cargado o siento que las pruebas son tan fuertes que quisiera tirar la toalla me pregunto:

¿Que tipo de hombre quiero ser?

  1. Cuando me veo enfrentado a una situación donde mi orgullo se quiere manifestar, me hago la pregunta:

¿Que tipo de hombre quiero ser?

  1. Cuando quiero tomar la decisión más fácil me hago la misma pregunta.

Creo que todo padre, toda madre y todo hijo debería hacerse la misma pregunta:

  • ¿Qué tipo de hombre quiero ser?
  • ¿Qué tipo de mujer quiero ser?
  • ¿Qué tipo de padres queremos ser?

Porque al hacernosla lidiamos con las áreas que pusimos en piloto automático, las áreas que ignoramos y las que ya vemos como normales.

Es lo que vemos en el Edén, cuando el hombre pecó; nos dice Génesis 3: 9 que:

El Señor Dios llamó al hombre: ¿Dónde estás?.

Dios supo todo el tiempo donde estaba el hombre, pero lo que Dios quería era que no solo meditara en lo que había hecho sino que reconociera también su condición.

Cuando nosotros nos hacemos la pregunta: ¿Que tipo de hombre quiero ser? ¿Qué tipo de esposo quiero ser? ¿Qué tipo de padre quiero ser?

Podemos meditar en lo que estamos haciendo, en que decisiones estamos tomando, que cambios estamos realizando, y poder así no vivir por las consecuencias, sino vivir conforme al destino que esperamos para nuestra familia y para nosotros.

Desde que soy abuelo lo que más cautiva mi mente es; ¿Qué tipo de mundo encontrará mi nieta cuando crezca? ¿Qué desafíos va a encontrar? Pero no solo mi nieta, sino los hijos de esta generación, los jóvenes de esta iglesia, los niños de CAFE Kids, me pregunto: ¿Cómo va a ser la vida en los próximos 10 o 20 años?.

Por eso me encanta la pregunta que Dios me hizo; ¿Qué tipo de hombre quiero ser?. Porque quiero hacer todo lo que esté en mis fuerzas para que pase lo que pase en el mundo; pueda ser un ejemplo para la próxima generación, ese es el hombre que quiero ser.

Lo menos que deseo es que

mis decisiones o comportamientos lleven a mis hijos y nietos a desarrollar un estilo de vida de ataduras.

Ataduras Paternales

Es preocupante ver una generación operando en ataduras y muchas de ellas aprendidas de sus padres; inclusive muchos de nosotros aún en Cristo podemos estar operando en ataduras, muchos de nosotros sin saberlo podemos estar atando a nuestros hijos a las ataduras con las que venimos arrastrando de nuestro pasado y si no hacemos nada al respecto sus ataduras vendrán a ser peores que las nuestras, y si no hacemos nada, las de sus hijos serán aún peores.

Podemos atar con palabras o comentarios que hacemos y que pueden sonar inofensivas, por ejemplo: Por eso es que yo estoy mejor sola, porque yo no me dejo de nadie; el que me la hace me la paga; tu no seas tonta, tu no necesitas ningún hombre; tu no seas tonto, si no funciona sigue tu camino, todas estas palabras, frases, expresiones que parecen inofensiva, son producto de un corazon resentido y atado.

Pero hay situaciones peores y son cuando no los atamos con palabras, sino con lo que ellos ven en nosotros, con el ejemplo que les damos, con nuestros comportamientos que nacen del dolor que nos han causado o de las decisiones que hemos tomado.

Esto es lo que vemos en Génesis 35: 16 - 18 vemos el proceso de la atadura familiar y nos dice:

¨16 Una vez que salieron de Betel, Jacob y su clan avanzaron hacia Efrata; pero Raquel entró en trabajo de parto mientras aún estaban lejos de allí, y sus dolores eran intensos. 17 Luego de un parto muy difícil, la partera finalmente exclamó: «¡No temas; tienes otro varón!». 18 Raquel estaba a punto de morir, pero con su último suspiro puso por nombre al niño Benoni (que significa «hijo de mi tristeza»). Sin embargo, el padre del niño lo llamó Benjamín (que significa «hijo de mi mano derecha»).¨

Cuando miramos la historia nos damos cuenta que Raquel estando embarazada iba con Jacob de camino a Efrata;

Efrata se conocía como un lugar fructífero

y luego pasó a ser

Belén que es conocida como la Casa de Pan o lugar de bendición.

Cuando ellos partieron; el plan era llegar a Efrata para allí dar a luz. Pero en el proceso las cosas se complicaron porque a Raquel le llegaron los dolores de parto y tuvo que dar a luz en el camino.

La vida de Raquel cambió de un momento a otro, todos sus planes cambiaron de un momento a otro, las cosas no salieron como ella esperaba o como tenía planificado y lo que se suponía que fuera un plan de bendición, ahora se convirtió en una crisis y una experiencia dolorosa.

Lo mismo sucede con nosotros, la mayoría operamos en las diferentes ataduras. Muchas veces porque algo no salió como esperábamos, algo sucedió que nos afectó, que nos marcó y nos hirió gravemente y en el proceso permitimos que el dolor determine nuestras vidas.

Por eso es que vemos que cuando Raquel dio a luz a su hijo,

llamó a su hijo de acuerdo a la condición en la que ella se encontraba, lo llamó Benoni, que significa hijo de mi tristeza.

Como toda madre cuando está embarazada, Raquel esperaba a su hijo con anhelo, estaba emocionada por la nueva etapa que atravesaría; pero en el proceso no por el niño, sino por la situación, hizo que se convirtiera en una experiencia dolorosa y llena de angustia para ella.

Raquel estaba llamando a su hijo conforme a la atadura en la que ella se encontraba y en el proceso Raquel no se estaba percatando que estaba atando a su hijo a las mismas ataduras que ella misma estaba atravesando. Como ella estaba sufriendo, el desahogo de su dolor fue causarle dolor a su hijo y lo marcó de por vida.

Como padres no es nuestra intención llamar a nuestros hijos Benoni, pero tenemos que analizar que nuestras decisiones, comportamientos o estilos de vida pueden estar directa o indirectamente atando a nuestros hijos a las mismas ataduras que nosotros podemos estar arrastrando. Raquel no quiso atar a su hijo, ella impartió lo que tenía dentro de ella.

CONCLUSION

Cuando Jacob se percató del peligro que había en permitir que su hijo llevara ese nombre y lo que representaba esto para su futuro ; él no se quedó sin hacer nada, sino que tomó una decisión e inmediatamente le cambió el nombre de:

hijo de mi dolor a Benjamin, HIJO DE MI MANO DERECHA .

Con esta acción lo que Jacob hizo fue que desató a su hijo de la posible atadura con la que viviría el resto de su vida. Se imagina lo que hubiese sido para Benjamin, cuando le preguntaran: ¿y porque te llamaron Benoni? Y cuando él contestara tuviera que explicar: Porque yo le causé tal dolor a mí madre que con mi nacimiento ella murió. Esto marcaría a este hijo de por vida, por eso el padre decidió hacer algo al respecto y no permitir que su hijo viviera en esa atadura.

Esto es lo que todos los padres estamos llamados a hacer, estamos llamados a hacer la diferencia en la vida de nuestros hijos; desatar a nuestros hijos de los efectos del dolor, aún de aquellos que nosotros mismos pudimos haber causado.

Todos nosotros tenemos una decisión que tomar hoy y es hacer algo al respecto para que nuestros hijos sean libres.

Si queremos dejar un legado de bendición para nuestros hijos, los primeros que tenemos que deshacernos de las ataduras somos nosotros mismos, tenemos que renunciar a las ataduras que nos tienen limitados y que hemos aprendido a sobrellevar; solo así es que podremos estar en una posición de ayudar a nuestros hijos a ser libres de las de ellos. Y para comenzar este proceso de libertad; es necesario dar el Próximo paso; y ese próximo paso para algunos es entregar su vida a Cristo, para otros conocer más de Cristo.

Por eso siempre me preguntaré: ¿Qué clase de hombre quiero ser? ¿Qué clase de esposo quiero ser? ¿Qué clase de padre quiero ser?.

Porque cuando medito en el hombre que puede llegar a ser, como pude haber destruido la vida de mis hijos, cómo pude haberle dado un ejemplo del cual luego yo lamentaría, no puedo más que vivir agradecido de que Cristo llego a mi vida, me alcanzó, me salvó y me liberó.

Por esa razón no quisiera tener que llegar al final de mi carrera y al final de mi vida y pensar que pude hacer algo más para darle a mis hijos la oportunidad de conocer a Cristo, de que lo amen y vivan para él, no quiere llegar lamentarme de no haberlo hecho y morir con el cargo de conciencia de que probablemente no le llame Benoni, pero tampoco los dirigí a amar a Cristo.

Palabras Finales

El padre de Benjamín hizo algo al respecto, la descendencia de Benjamin fue una bendición, porque su tribu se convirtió en una de las tribus más hábiles, fuertes y valientes de Israel. Creo con todo mí corazón que en una familia donde se ama a Cristo, donde hay padres que sirven a Cristo, que viven apasionados por Cristo, eventualmente esos hijos tendrán la oportunidad de vivir para declarar que:

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO