INTRODUCCION

Aunque estemos enfrentando una temporada de opresión en la familia, nuestro destino final no tiene que ser el vivir en opresión toda la vida. El vivir en una opresión familiar por un largo tiempo es más fácil de lo que las personas creen.

Por ejemplo; cuando una familia tiene situaciones donde NO se hablan entre ellos, dónde hay contiendas, indiferencias o conflictos constantes, esas; son señales de una opresión y no podemos quedarnos conformes, sino esforzarnos por provocar un ambiente de bendición en la familia.

MENSAJE

Proceso De Opresión Familiar

La maldición generacional es cuando los padres toman ciertas decisiones en sus vidas y los hijos son los que pagan las consecuencias y heredan una vida dolorosa o deplorable; aunque ellos no hayan tenido nada que ver.

Uno de los versículos que se utiliza para respaldar esto está en

Éxodo 20: 4 - 6: ¨4 No te hagas ninguna clase de ídolo ni imagen de ninguna cosa que está en los cielos, en la tierra o en el mar. 5 No te inclines ante ellos ni les rindas culto, porque yo, el Señor tu Dios, soy Dios celoso, quien no tolerará que entregues tu corazón a otros dioses. Extiendo los pecados de los padres sobre sus hijos; toda la familia de los que me rechazan queda afectada, hasta los hijos de la tercera y la cuarta generación. 6 Pero derramo amor inagotable por mil generaciones sobre los[b] que me aman y obedecen mis mandatos.¨

Personalmente tengo ciertos conflictos con el tema de las maldiciones generacionales, desde la perspectiva que si hago algo y muero ahora mi hijo paga las consecuencias de mí pecado. Es como si yo mato a alguien y muero sin ser acusado, ahora mi hijo tiene que ir a la cárcel en mí lugar; o si se prueba que soy culpable y voy a la cárcel, mi hijo tiene que ir a la cárcel conmigo.

Veo más la maldición generacional desde el punto de vista de que cuando tomo malas decisiones, tengo actitudes desagradables, desarrollo malos comportamientos y tengo una vida de pecado; como soy el ejemplo a seguir de mis hijos, ellos inevitablemente imitarán lo que ven en mí, imitarán esos comportamientos que desagradan a Dios y pagarán las consecuencias.

Cuando Dios le dice a Moisés que no se incline a ídolos, ni imágenes porque Él es un Dios celoso; lo que veo es que Dios nos ama tanto que Él no tolera que adoremos a ningún otro dios ni imagen, tanto como yo no tolero que mis hijos se den al alcoholismo o las drogas porque no producen nada positivo para sus vidas. Por eso él advierte que las consecuencias de esas conductas es que toda la familia de los que lo rechazan queda afectada, hasta la cuarta generación; porque se convierte en un patrón destructivo para sus vidas y las consecuencias son dolorosas.

El hijo de un alcohólico, puede salir alcohólico no porque el espíritu de alcoholismo estaba en la familia, sino porque el padre vivió y operó en una atadura de alcoholismo que lo oprimió; y ahora su hijo vio en el padre un modelo y él también comenzó a tomar, luego se ató al alcoholismo y ahora está oprimido por el alcoholismo que vio en su padre y que posiblemente su padre vio en su abuelo.

El pueblo de Israel vivio 430 años en esclavitud, lo que significa que los que salieron de Egipto; padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos fueron oprimidos; por esa razón es que a la mayoría de ellos se les hacia complicado creer que había algo mejor y que la libertad no era una opción.

Cuando ellos se encontraban en una situación complicada en el desierto lo que hacían era quejarse, renegar y querer regresar a la opresión de la esclavitud; porque era no solo a lo que estaban acostumbrados, sino que era también lo que habían aprendido de sus padres, abuelos, etc.

Me imagino que la manera en que los padres en la esclavitud le enseñaban a sus hijos era a ser buenos esclavos, sin llevarlos a soñar con la libertad, sin llevarlos a soñar en que había la posibilidad de una vida mejor, sin llevarlos a soñar que Dios tenía planes y propósitos para sus vidas y es que era complicado el poder soñar con algo mayor, ya que fue todo lo que ellos vieron, fue todo lo que ellos experimentaron, fue todo lo que ellos escucharon, todo lo que ellos aprendieron.

Recuerdo ver una película en donde un hombre en Los Ángeles que había sido pandillero toda su vida, ahora le enseñaba a su hijo a hacerlo y se sentían orgullosos porque el abuelo había sido un reconocido pandillero, el muchacho tenía una novia embarazada y hablaba de cómo un día su hijo sería un gran pandillero también. Imagínese el nivel de opresión generacional que se dió en esta familia.

Todos estos padres amaban a sus hijos, todos daban la vida por sus hijos, pero cada una de esas generaciones se desarrollaron en un ambiente de opresión y mentira y le impartieron a sus hijos lo que recibieron de la generación anterior y generación tras generación vivió bajo esa opresión.

La Opresión Generacional

Muchos padres podemos hacer lo mismo sin la intención de lastimar a nuestros hijos, porque por medio de nuestras conductas, testimonio, comportamientos o actitudes podemos llevarlos a una vida de opresión; nuestras conductas hablan más fuerte que nuestras palabras y lo que nuestros hijos ven en nosotros es lo que ellos imitarán.

El pueblo de Israel, generación tras generación vivió bajo opresión y aún después de ser libres de la esclavitud estaban mental y emocionalmente oprimidos. Lo mismo puede suceder con nosotros, muchos de nosotros ya no somos esclavos del mundo y el pecado, somos libres en Cristo, pero es posible que aún estando en Cristo tengamos pensamientos, conductas o recuerdos que nos mantienen oprimidos a eventos del pasado, afectandonos no solo a nosotros sino a nuestras generaciones.

Por esa razón es que vemos que Dios no quería solo liberarlos de la esclavitud, sino que quería liberarlos de la opresión mental y emocional en la que se encontraban.

Por tal motivo es que en Deuteronomio 6 Dios le habla a Moisés y le dice en los

5. 1 - 9: 1 Esos son los mandatos, los decretos y las ordenanzas que el Señor tu Dios me encargó que te enseñara. Obedecerlos cuando llegues a la tierra donde estás a punto de entrar y que vas a poseer. 2 Tú, tus hijos y tus nietos teman al Señor su Dios durante toda la vida. Si obedeces todos los decretos y los mandatos del Señor, disfrutarás de una larga vida. 3 Escucha con atención, pueblo de Israel, y asegúrate de obedecer. Entonces todo te saldrá bien, y tendrás muchos hijos en la tierra donde fluyen la leche y la miel, tal como el Señor, Dios de tus antepasados, te lo prometió.4 »¡Escucha, Israel! El Señor es nuestro Dios, solamente el Señor. 5 Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. 6 Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego. 7 Repetirlos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. 8 Átalos a tus manos y llévalos sobre la frente como un recordatorio. 9 Escríbelos en los marcos de la entrada de tu casa y sobre las puertas de la ciudad.

Dios NO quería solo lograr con esto que las personas fueran buenos seguidores de El, sino también que los padres hicieran lo necesario para cambiar el patrón que ellos habían establecido sobre sus hijos, un patrón de conductas que los identificaban con la esclavitud, un patrón donde un día estaban felices de ser libres y otro día estaban deseando regresar a la esclavitud, un patrón de desanimos y perdida de vision en Dios.

Imagínese lo confuso que sería para un niño de Israel un día ver a su padre cantando y alabando a Dios porque Dios es fiel, porque Dios los liberó, porque Dios les dió la victoria sobre una batalla, y al otro día cuando le faltaba agua, o cuando no tenían carne verlo quejarse y deseando regresar a Egipto; ¿Cuánta confusión causaría esto a la próxima generación?

Se imagina lo confuso que puede ser para nuestros hijos, cuando un día nos ven adorando a Dios, felices por lo que Dios ha hecho en nuestras vidas y otro día nos ven indiferentes con Dios, cuando un día nos ven sirviendo a Dios y otro día desanimados; cuando un día nos ven con la fe que mueve montañas y otro día nos ven renegando; ¿cuánta confusión podemos estarle causando?

Por ello es que creo que Dios le estaba diciendo a los padres, comienza tu a vivir una vida de libertad, comienza a atesorar esta Palabra, escucha primero con atención estos mandatos y asegúrate de obedecerlos. Entonces todo a ti te saldrá bien y tendrás descendientes y luego asegurate que esta Palabra llegue a tu casa y que se repita en tu casa etc.

Y es que la opresión se vence con convicción; no se vence con reprender al diablo, no se vence con echar fuera demonios, la opresión se vence con la convicción de la Palabra de Dios, con atesorar, con creer lo que la palabra dice.

Lo mismo tenemos que hacer nosotros los padres en este tiempo, tenemos que comenzar a vivir con tal convicción, con tal devoción, con tal pasión por el Reino, por nuestro Señor; que la convicción con la que vivimos eche fuera toda opresión que el mundo trate de sembrar en nuestros hijos y familia.

La libertad sobre toda opresión familiar comienza y tiene resultados cuando establecemos los principios de la fe, cuando establecemos los principios de Dios en la casa y en la familia:

• Siendo nosotros un ejemplo y los primeros que aplicamos los principios de Dios.
• Creando un ambiente de la palabra y la presencia de Dios en nuestros hogares.
• Hablándole a nuestros hijos de Dios y no cansándose de motivarlos a seguir y amar a Cristo.

Y esto lo vemos en los versículos v. 1 - 9:

• Si obedeces todos los decretos y los mandatos del Señor, disfrutarás de una larga vida…
• Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego.
• Repíteselos a tus hijos una y otra vez.
• Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes…
• Escríbelos en los marcos de la entrada de tu casa.

CONCLUSION

Creo que el motivo principal por la que Dios en Deuteronomio 6 le ordenó a los padres del pueblo de Israel que enseñaran la palabra a sus hijos fue por lo que vemos en los

5. 20 - 25: ¨En el futuro tus hijos te preguntarán: “¿Qué significan estas leyes, estos decretos y estas ordenanzas que el Señor nuestro Dios nos mandó obedecer?”.21 »Entonces tú les dirás: “Nosotros éramos esclavos del faraón en la tierra de Egipto, pero el Señor nos sacó de Egipto con su mano poderosa. 22 El Señor hizo señales milagrosas y maravillas ante nuestros ojos, envió castigos terribles contra Egipto, contra el faraón y contra todo su pueblo. 23 Nos sacó de Egipto para entregarnos esta tierra que había jurado darles a nuestros antepasados. 24 Entonces el Señor nuestro Dios nos ordenó obedecer todos estos decretos y temerlo a él, para que siguiera bendiciéndonos y preservara nuestra vida como lo ha hecho hasta el día de hoy. 25 Pues cuando obedezcamos todos los mandatos que el Señor nuestro Dios nos ha dado, entonces se nos considerará justos”.

La razón por la que Dios buscaba que los padres obedecieran los mandamientos y los decretos de Dios era para que pasaran de una mentalidad de opresión a una de bendición.

Por eso tenemos que enseñarle a nuestros hijos con nuestro ejemplo, con nuestra pasión, con nuestro testimonio la vida maravillosa que tenemos en Cristo, la vida bendecida que tenemos en Cristo, no podemos ser ambivalentes en nuestro mensaje donde un día nos ven que estamos felices por la vida que Dios nos ha dado y otro día nos ven viviendo como el mundo, amando al mundo. Porque eso les trae confusión y ya el mundo les está produciendo suficiente confusión que los está llevando a la opresión.

¿No le gustaría que su familia vaya de opresión a bendición? Comience con entregar su vida a Cristo, comience usted a tomar la decisión de que su propia vida sea renovada por Cristo, para que ahora pueda usted ser un ejemplo para sus hijos y familia y que ellos pasen de opresión a bendición.

Debemos vivir vidas donde cuando nuestros hijos nos pregunten, ¿Por qué es que vamos a la Iglesia,? ¿Por qué es que tenemos nuestro devocional familiar? ¿Por qué es que vivimos una vida diferente? nosotros podamos decir: Nosotros éramos esclavos del mundo y del pecado, pero Cristo nos amó tanto que murió en la cruz por nosotros y de esa manera nos sacó de la opresión con su mano poderosa.

El Señor hizo grandes cosas por nuestra familia y nos dió salvación y vida eterna y una vida de bendición. Y por eso hoy lo alabamos, lo obedecemos, hacemos discípulos, le servimos, para que ahora ustedes tengan un ejemplo a seguir y así Él siga bendiciendolos como lo ha hecho hasta el día de hoy. Pues cuando obedezcamos todos los mandatos que el Señor nuestro Dios nos ha dado, entonces se nos considerará justos.

Por eso tomemos la decisión de vivir una vida libre de opresión y vivamos con convicción, para poder llevar a nuestras familias de opresión a bendición y que así todos podamos vivir para declarar que:

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO