Bendecidos Para Bendecir 1

La Verdadera Bendición

By Richard Martínez, Pastor Principal, February 06, 2022

INTRODUCCION

En esta serie queremos enseñar que si estamos en Cristo ya somos y estamos bendecidos, que cuándo Dios nos exige algo en la Escritura no tenemos que esperar nada para hacerlo o cumplirlo, porque ya Él nos bendijo para poder realizar o cumplir aquello que Él espera de nosotros.

Efesios 1: 3 - 7 “Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo. 4 Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos. 5 Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo. 6 De manera que alabamos a Dios por la abundante gracia que derramó sobre nosotros, los que pertenecemos a su Hijo amado. 7 Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados. 8 Él desbordó su bondad sobre nosotros junto con toda la sabiduría y el entendimiento.”

Vemos claramente que todos tenemos la habilidad de poder alabar a Dios, porque Él nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales; las bendiciones de Dios no pueden ser interrumpidas por circunstancias algunas, ni por ningún poder del Reino de las tinieblas, también nos enseña que antes de haber hecho al mundo, Dios nos amó, lo que significa que la iniciativa de la bendición de Dios no es nuestra, no es basada en nuestras acciones, ni en tratar de convencerlo de algo para que nos bendiga; sino que Dios dispuso bendecirnos porque decidió amarnos antes de hacer el mundo.

Inclusive, nos enseña otro concepto y es que Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia, luego dice que eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo. Esto explica que Dios se deleita más en bendecirnos que en nosotros recibir la bendición y el favor de Dios.

Cuando reconocemos esto, no hay nada que nos pueda limitar de alabarlo, cuando analizamos estos versículos o todo el capítulo nos damos cuenta que somos mucho más bendecidos que lo que creemos o consideramos, porque lo que Dios ha hecho sobre nuestras vidas y lo que continuará haciendo es tan profundo y poderoso que no podemos ignorarlo.

Sin embargo, creo que uno de los problemas que tenemos es que no analizamos cuán bendecidos somos y lejos de darle gracias por lo que ya ha hecho y sigue haciendo, vivimos reclamando por lo que sentimos que aún no ha hecho.

MENSAJE

La Verdadera Bendición

Muchos de nosotros no comprendemos lo bendecidos que somos y esto se debe a que no entendemos lo que significa verdaderamente la palabra bendición.

Por ejemplo, algunas personas cuando adquieren una casa, un carro, un nuevo dispositivo o tienen vacaciones, por lo general dicen, es una bendición, mira con lo que Dios me ha bendecido; otras, cuando conocen a la pareja de sus sueños dicen, Dios me ha bendecido con un buen hombre o una buena mujer.

Pero . . .

  • ¿Qué sucede cuando se daña el carro que consideré una bendición y la reparación cuesta $1500 que no tenemos?
  • ¿Qué sucede cuando se rompe la tubería de la casa que vi como una bendición?
  • ¿Qué sucede cuando tenemos problemas con la pareja que declaré que Dios me había dado como una bendición?
  • ¿Sigue siendo una bendición cuando las cosas que un día consideré como bendición ahora me están produciendo estrés, dolor, carga o angustia?

Dios sí puede manifestar su favor con cosas materiales, lo vemos en el huerto del Edén cuando Dios bendijo a Adan y Eva con todo árbol y todo lo necesario para sus vidas; sin dejar de considerar un solo detalle. Pero aún así Adan y Eva fueron persuadidos a pensar que Dios no los había bendecido del todo y por eso le desobedecieron.

También vemos a través de toda la historia, todo lo que Dios hizo por su pueblo; el favor con el que los rodeó, como los guió por el desierto y los llevó a la Tierra Prometida, cómo su presencia los libraba de los enemigos hasta llegar al punto de enviar a su hijo a morir en la cruz del Calvario, cómo se rasgó el velo del templo para tener acceso a Él, cómo regaló vida eterna para estar con Él por los siglos de los siglos. Pero aún así ellos preferían pensar que aún les faltaba algo e iban trás de dioses ajenos.

La palabra bendecir en Hebreos es barak o baruk , una de las palabras más frecuente que encontramos en las Escrituras y que significa,

el favor de Dios para los que viven bajo su aprobación; todo y cualquier bien dado por Dios a quienes le temen.

En el Nuevo Testamento la palabra bendición se refiere mayormente a el favor que proviene como resultado de nuestra fe en Cristo como vimos en Efesios 1: 3.

Cuando analizamos el significado de la Palabra bendición no podemos entonces limitarlo a lo material, ni aún a lo emocional; sino entenderlo como el favor de Dios sobre nuestras vidas, pero sobre todo como la manifestación del amor de Dios sobre nuestras vidas, la cual es la mayor bendición de Dios. Por eso, muchas personas no se sienten bendecidas y otros están constantemente buscando la bendición porque no han podido entender que nuestra mayor bendición es Dios mismo.

La Confusión De La Bendición

En la parábola del hijo pródigo, ( Lucas 15:11-32) vemos que el hijo le pide a su padre los bienes materiales, y el padre no tuvo ningún problema en darle lo que tanto su hijo anhelaba; él decidió darle lo que le pertenecía aunque él no había muerto, y no le pesaba hacerlo porque amaba a su hijo.

Muchas personas piensan que Dios quiere limitarlos de bienes materiales, pero no es así, inclusive nos dice en

Mateo 6: 25 - 26: “Por eso les digo que no se preocupen por la vida diaria, si tendrán suficiente alimento y bebida, o suficiente ropa para vestirse. ¿Acaso no es la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? 26 Miren los pájaros. No plantan ni cosechan ni guardan comida en graneros, porque el Padre celestial los alimenta. ¿Y no son ustedes para él mucho más valiosos que ellos?”

Aquí vemos que Dios se deleita en darnos todo lo que necesitamos y en abundancia.

El problema de este hijo era que él pensaba que estaría mejor lejos del padre, que si tenía los bienes no necesitaba estar sometido y aunque en su casa lo tenía todo, él se enfocó en lo que podía lograr lejos. Nos dice el v . 13 - 16 que él empacó sus pertenencias y se fue lejos a una tierra distante donde derrochó su dinero, y empezó a morirse de hambre ya que vino una hambruna en todo el país. La condición del joven era tan deplorable que aún la comida de los cerdos le parecía deliciosa.

El v. 17 - 19: dice “Cuando finalmente entró en razón, se dijo a sí mismo: “En casa, hasta los jornaleros tienen comida de sobra, ¡y aquí estoy yo, muriéndome de hambre”

En ese momento el hijo valoró la provisión, el amor, el cuidado, los recursos, la bondad, la cobertura, la gracia y los beneficios que tenía cuando vivía en la casa de su padre.

Él entendió que la bendición sobre su vida no eran los recursos del padre, no era la herencia del padre, sino que era el padre mismo.

¿Hasta cuándo nosotros continuaremos pesando a Dios por lo que tenemos o no tenemos; pesando el amor de Dios por lo que nos ha dado o lo que no nos ha dado?

¿Cuándo llegaremos a entender que lo mejor que tenemos de Dios no es lo que puede o no darnos, sino que lo mejor que tenemos de Dios es a Dios mismo?

CONCLUSION

Una vez que el hijo entró en razón, una vez que el hijo entendió que no era la herencia, que no eran los recursos del padre su bendición, sino el padre; nos dicen los

  1. 18 - 19 que dijo: “Volveré a la casa de mi padre y le diré: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no soy digno de que me llamen tu hijo. Te ruego que me contrates como jornalero.”

En otras palabras el dijo, volveré pero reconozco que no merezco ser un hijo, sino un jornalero. Pero el amor del padre por el hijo era tan impresionante que nos dice el

  1. 20 “Entonces regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó.”

El amor del padre nunca cesó, sino que estuvo a la espera del regreso de su hijo y aunque el hijo se había gastado todos los recursos materiales, al padre lo menos que le importaba era eso, al padre lo que le importaba era que su hijo estaba en casa.

Después de que lo abrazó y lo besó, ordenó que:

  • Trajeran la mejor túnica que hubiera en la casa y que lo vistieran.
  • Le pusieran un anillo en su dedo y sandalias en sus pies.
  • Mataran un ternero engordado.
  • Hicieran una celebración en su nombre.

Lejos del padre, el hijo perdió todo y vivió una vida desenfrenada, pero el padre lo vistió con una túnica nueva porque su pasado había sido eliminado; lejos del Padre, enfrentó los peores momentos de soledad, pero el padre le puso un anillo de compromiso y pacto en sus dedo; lejos del padre pasó hambre donde pensaba que moriría, pero el padre mandó a cocinar un ternero engordado para él; lejos del padre nadie hizo nada por él, pero el padre hizo una fiesta a su nombre.

En otras palabras,

en la casa del padre siempre hubo abundancia de recursos para los hijos; pero él no lo había visto, él no lo había notado porque él había menospreciado su amor.

Una vida bendecida no es una vida en la que se tiene todo lo que se quiere, sino que

la vida de bendición es la vida que vive alabando al Padre, sirviendo al Padre, obedeciendo al Padre, buscando al Padre, honrando al Padre, amando al Padre, dependiendo del Padre.

Es tiempo de volver a nuestro primer amor, de volver a una relación intensa con nuestro padre, a que si estamos fuera de su voluntad, si sabemos que le estamos dando el tiempo que nos sobra, la atención que nos sobra, los recursos que nos sobran, el talento que nos sobra, volvamos a vivir una vida apasionada e intencional con Él; que vivamos entendiendo que el Padre nos ha bendecido con toda clase de bendiciones y que deseemos vivir nuestra vida amándolo y honrandolo porque reconocemos que todo lo que queremos y necesitamos lo tenemos en el Padre.

Evaluémonos, ¿Cómo está su relación con el Padre? ¿Cómo está su corazón hacía el Padre? ¿Le está dando lo mejor de usted al Padre?.

Escudriñe su propio corazón y vuelva a una relación intensa, genuina y cercana con él, porque lo más importante para nuestras vidas, no son los recursos del Padre, sino el Padre mismo

Ya que hemos sido bendecidos, seamos de bendición para alguien más esta semana y hablemosles del amor de Cristo, para que ellos también conozcan el amor de Dios, para que ellos también puedan vivir una vida bendecida, hagámoslo para alcanzar a uno más, para ayudar a uno más, para bendecir a uno más, hasta que todos declaren que:

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO