Bendecidos Para Bendecir 2

Bendición Mal Enfocada

By Richard Martínez, Pastor Principal, February 13, 2022

INTRODUCCION

La semana pasada comenzamos la serie “Bendecidos para Bendecir” y estuvimos viendo cómo Dios nos bendice con recursos materiales, físicos y emocionales, y como no podemos estar midiendo a Dios por aquello que creemos que necesitamos y que aún no tenemos.

Un detalle que creo interesante y a la vez peligroso del medir a Dios por los recursos físicos, materiales, emocionales o sentimentales es que la mayoría de las personas se resienten con Dios por algo que perdieron o algo que no han obtenido.

Pero muy pocas personas se resienten con Dios porque no les ha dado más de su presencia, o más revelación, o más convicción de la Escritura o más dones, más perdón, más sabiduría, más de su Espíritu, más paz, más convicción eterna, más fe,

no nos resentimos con Dios porque no nos da más de todas las cosas que son más importantes que todo lo que pensamos que necesitamos.

MENSAJE

Mal Enfocado

Lucas 18: 18-21 dice “Cierta vez, un líder religioso le hizo a Jesús la siguiente pregunta: Maestro bueno, ¿qué debería hacer para heredar la vida eterna. ¿Por qué me llamas bueno? —le preguntó Jesús—. Solo Dios es verdaderamente bueno; pero para contestar a tu pregunta, tú conoces los mandamientos: “No cometas adulterio; no cometas asesinato; no robes; no des falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre”. El hombre respondió: —He obedecido todos esos mandamientos desde que era joven.” En resumen Jesús le dijo que obedeciera los mandamientos a lo que él respondió que siempre los había obedecido. Pero cuando Jesús escuchó la respuesta le dijo en el v. 22: “Hay una cosa que todavía no has hecho. Vende todas tus posesiones y entrega el dinero a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo. Después ven y sígueme. Pero luego dice en el v. 23: Cuando el hombre oyó esto, se puso muy triste porque era muy rico.”

Hay dos conceptos importantes en estos versículos:

  1. Jesús estaba buscando que el hombre pusiera en Dios su confianza y no en sus posesiones, porque lo que él le estaba pidiendo no podía obtenerlo con toda su riqueza, él estaba buscando la respuesta para llenar el vacío de su corazón, buscaba sentirse bendecido, pleno, completo, buscaba la paz para su alma, porque aunque tenía muchas riquezas, aún se sentía vacío.

  2. Jesús estaba retando a este hombre a que usara lo que Dios le había permitido obtener para bendecir la vida de alguien más y así le podría confiar más.

Cuando el hombre se fue, Jesús dijo estas famosas palabras que creo que son una de las Escrituras más malinterpretadas de la Biblia, El dijo en los

  1. 24 - 25: “¡Qué difícil es para los ricos entrar en el reino de Dios! 25 De hecho, ¡es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de Dios!”

Digo que es una de las Escrituras más malinterpretadas, porque Jesús no estaba argumentando que estaba mal tener posesiones, sino que para los que ponen su confianza en las posesiones y en sus riquezas se les hará más difícil poner su confianza en Dios.

Cuando los demás escucharon esto, dijeron:

¿Entonces quién podrá ser salvo?

Esta pregunta revela el contexto, porque ellos no eran ricos, pero aún así estaban preocupados de que como entonces ellos serían salvos, puesto que reconocían que también ellos cometian el error de anhelar las posesiones para encontrar paz.

Luego vemos en los

  1. 28 - 30 que: “Pedro dijo: Nosotros hemos dejado nuestros hogares para seguirte. 29 —Así es—respondió Jesús—, y les aseguro que todo el que haya dejado casa o esposa o hermanos o padres o hijos por causa del reino de Dios 30 recibirá mucho más en esta vida y tendrá la vida eterna en el mundo que vendrá”.

Si el hombre rico hubiese entendido este concepto, su vida hubiese sido diferente, si hubiese puesto su confianza en Dios y no en sus riquezas, hubiese alcanzado lo que anhelaba su alma y habría sentido una mayor satisfacción en su vida.

Sin embargo, un capítulo después en Lucas 19 vemos a un hombre que era un estafador y tenía tal necesidad de saciar la sed de su alma que se subió a un árbol para poder ver a Jesús de lejos; pero Jesús vino a él y nos dicen los

  1. 5 - 6 que: “Cuando Jesús pasó, miró a Zaqueo y lo llamó por su nombre: «¡Zaqueo!—le dijo—. ¡Baja enseguida! Debo hospedarme hoy en tu casa». 6 Zaqueo bajó rápidamente y, lleno de entusiasmo y alegría, llevó a Jesús a su casa”.

Cuando Zaqueo tuvo este encuentro con Jesús, estaba tan impactado, tan ministrado, tan agradecido que dijo en el

  1. 8: “Señor, daré la mitad de mi riqueza a los pobres y, si estafé a alguien con sus impuestos, le devolveré cuatro veces más”.

Decidió usar lo que tenía para bendecir a alguien más, no para su propia exaltación y reconocimiento, sino por lo agradecido que se sentía del encuentro que tuvo con Jesús.

En ese momento nos dicen los

  1. 9 - 10 “que Jesús dijo: La salvación ha venido hoy a esta casa, porque este hombre ha demostrado ser un verdadero hijo de Abraham. 10 Pues el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar a los que están perdidos.”

Zaqueo era un hombre que estafaba a las personas, un hombre despreciado por su pueblo y Jesús vino a él, Zaqueo estaba tan agradecido con Jesús que decidió poner su confianza en Dios y no en sus posesiones y fue ahí que Jesús declaró que la salvación no solo había venido sobre él, sino sobre toda su casa, porque pudo poner su confianza en Jesús.

El Peligro Del Interés Propio

Cuando nuestro enfoque está en las posesiones, las riquezas o la comodidad, cometeremos graves errores y nos sentiremos insatisfechos, pero cuando nuestro enfoque está en Cristo, nos sentiremos saciados aunque no tengamos; todo está en donde ponemos nuestro enfoque.

Lucas 12: 13 dice: “Entonces alguien de la multitud exclamó: Maestro, por favor, dile a mi hermano que divida la herencia de nuestro padre conmigo”. Cuando Jesús escucha esta petición Él les contesta en el v. 15: Y luego dijo: «¡Tengan cuidado con toda clase de avaricia! La vida no se mide por cuánto tienen».

Al leer esta contestación inmediatamente podemos llegar a considerar que no es para nosotros, porque pensamos que no tenemos un problema de avaricia; ya que uno de los significados de la avaricia es el amor y la ambición al dinero; pero la avaricia va mucho más allá de eso, porque su raíz está en el interés propio, en pensar en uno mismo, en preocuparse por uno mismo sin importarle los demás.

Por eso es que cuando este hermano le dice a Jesús: Dile a mí hermano que divida la herencia de nuestro padre conmigo, pareciera que Jesús estaba hablando del dinero, pero no era del dinero, sino de la maldad que produce el interés propio, el cual nos lleva a enfocarnos en nosotros mismos y nos lleva a desarrollar un nivel de egoísmo, estos hermanos en vez de unirse a llorar la muerte de su padre, estaban divididos por un corazón lleno de avaricia e interés propio.

Podemos pensar que el hermano al que le quedó la herencia era el avaro, pero la realidad es que los dos estaban llenos de avaricia, a uno su avaricia lo llevaba a no compartir la herencia, el otro a envidiarla, porque la avaricia se manifiesta de muchas formas. Dice Proverbios 28: 25: La avaricia provoca pleitos; confiar en el Señor resulta en prosperidad.

Luego Jesús le relató una parábola en los

  1. 16 - 21: " Luego les contó una historia: «Un hombre rico tenía un campo fértil que producía buenas cosechas. 17 Se dijo a sí mismo: “¿Qué debo hacer? No tengo lugar para almacenar todas mis cosechas”. 18 Entonces pensó: “Ya sé. Tiraré abajo mis graneros y construiré unos más grandes. Así tendré lugar suficiente para almacenar todo mi trigo y mis otros bienes. 19 Luego me pondré cómodo y me diré a mí mismo: ‘Amigo mío, tienes almacenado para muchos años. ¡Relájate! ¡Come y bebe y diviértete!’”. 20 »Pero Dios le dijo: “¡Necio! Vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado?”. 21 »Así es, el que almacena riquezas terrenales pero no es rico en su relación con Dios es un necio».

Hay un mensaje más importante en esta parábola que el dinero y los bienes materiales y es el interés propio. Inclusive, los bienes materiales no eran el enfoque de la persona de la que se habla en esta parábola, el enfoque era él mismo y su propia comodidad, era el poder llegar a vivir una vida libre de preocupaciones y enfocada solo en él. Así como la vida que muchos anhelan tener y lo que muchos consideran bendición.

Muchas personas han confundido la bendición de Dios con el interés propio, con el pensar en uno mismo, con el obtener más; y esa es la razón principal por la que muchas personas aún no sirven al Señor y no entienden que sus vidas han sido bendecidas por Dios para bendecir a los demás. ¿Por qué no lo hacen? Por el interés propio, “No tengo tiempo”, “no quiero compromiso”, “es mucho lo que exigen”.

El interés propio no se trata solamente de dinero, se trata de comodidad, se trata de pensar en mí, de preocuparme por mí, de que me sirvan a mí, pero yo no servir a nadie o buscar servir a los demas lo menos posible; porque cuando me sirven a mí me hace sentirme bien, pero cuando se trata de servir a los demás y salir de mí zona de confort, eso me ya no es tan agradable.

Este hombre consideraba que si tenía más recursos y mayores graneros, produciría más dinero y ese dinero le daría estabilidad, paz y comodidad; por eso dijo:

“Voy a tirar mis graneros, voy a hacer unos más grandes para almacenar mis cosechas” y dice en el v. 19: “Me pondré cómodo y me diré a mí mismo: ̈Amigo mío, tienes almacenado para muchos años. ¡Relájate! ¡Come y bebe y diviértete!”

Él consideraba que los bienes materiales que había obtenido y los bienes que obtendría le darían la vida bendecida que él quería y que aún hoy día muchos están buscando, lo cuál Jesús describió como una vida de avaricia.

La vida de este hombre estaba tan enfocada en el mismo y tan vacía que dice el

  1. 17: “Se dijo a el mismo: ¿Que debo hacer?”

Ni tan siquiera tuvo con quien consultarlo, sino que se dijo a él mismo, y solo pensó en él mismo y cuando se desarrolla una vida así, nos estamos limitando de enfocarnos en Dios.

Ese es el problema de muchos en este tiempo, cuando son bendecidos solo piensan en ellos, en su círculo y familia y no piensan en cómo es que Dios los ha bendecido con el fin de bendecir a otros; y cuando no tienen lo que quieren solo se enfocan en eso y no valoran lo que sí tienen.

CONCLUSION

El v. 20: Pero Dios le dijo: “¡Necio! Vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado?”.

De nada le serviría a este hombre todo lo que tenía, si esa misma noche moriría y se vería delante de Dios teniendo que rendir cuenta no de cuanto tuvo sino de cómo vivió.

Por eso Dios le dijo en el

  1. 21: »Así es, el que almacena riquezas terrenales pero no es rico en su relación con Dios es un necio».

Aquí podemos ver que Dios no tiene problema con darnos abundancia, ni aún con darnos recursos materiales, Dios no tenía problemas con que este hombre tuviera abundancia, el problema fue cuando su enfoque fue la abundancia, su comodidad y su interés propio en vez de que su enfoque fuera el Dios que le había dado todo lo que tenía.

Esto no se manifiesta solo con el dinero, cuando mí enfoque es mí trabajo más que Dios, mí familia, mis hijos, mí negocio, mí tiempo, mí carrera, mí negocio, mí vida, mí relación, mis amigos, mí casa, mí ministerio, mí futuro, mí comodidad, cualquiera de estas cosas más que Dios, es una vida mal enfocada y es una vida dirigida por la avaricia.

Debemos anhelar y desear ser ricos en nuestra relación con Dios. El ser ricos en nuestra relación con Dios no solo trata de lo que hacemos por Él, sino de estar satisfechos con todo lo que Dios nos ha provisto.

El mayor peligro de la avaricia y el interés propio es que nos lleva a enfocarnos en aquello que no nos puede traer salvación, aquello que tiene apariencia de bendición pero no lo es, nos lleva a enfocarnos en lo que no sacia nuestra alma, nos lleva a olvidarnos de quién es nuestro Dios y nos lleva a enfocarnos en lo que nos puede llevar a la destrucción, el peligro de la avaricia es que podemos hacer de cosas, recursos, bienes, personas, posiciones y nosotros mismos nuestro Dios y nos puede llevarnos a olvidarnos de aquel que nos amó a tal punto que entregó su vida y derramó toda su sangre por nosotros en la cruz del Calvario.

Muchas personas han cometido graves errores por perseguir su interés propio y no valorar lo que ya tenían de parte de Dios.

muchas personas siguen buscando como encontrar la felicidad cuando ya tienen a Cristo.

Muchas personas se les dificulta aún valorar su propia familia porque solo se enfocan en los problemas que tienen y no en la bendición de tener una familia.

Muchas personas aún siguen persiguiendo sus sueños aunque eso signifique limitar lo que Dios quiere hacer en sus vidas y a través de su vida.

Muchas personas aún no dan el paso de tener una vida verdaderamente entregada y devota a Cristo;

y generalmente todas estas personas que han o están limitando a Cristo en sus vidas aún se sienten vacíos, que les falta algo, se sienten que Dios no está cerca.

Sólo Jesús tiene la habilidad de llenar los vacíos de nuestro corazón, pero necesitamos poner nuestra confianza en Cristo, y poder así experimentar un gozo y una paz que todas las fortunas del mundo no pueden brindarnos.

Haz a Cristo tu enfoque, se rico para con Dios y vivirás para declarar que:

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO