Bendecidos Para Bendecir 6

La Gran Bendición

By Angel López, Pastor, March 13, 2022

INTRODUCCION

En esta serie de mensajes “Bendecidos para Bendecir” hemos aprendido de la gran importancia que reside en el hecho de saber y entender cuán bendecidos somos como hijos de Dios. Y sobre todas las cosas como cada una de esas bendiciones deben ser usadas para bendecir a otros.

Pero dentro de todo el cúmulo de bendiciones que podamos tener como hijos de Dios hay una que tiene la supremacía y la mayor importancia sobre todas las demás;

la gran bendición de haber sido salvos por la gracia de Dios.

Si hay algo por lo cual debemos estar agradecidos con Dios es por nuestra salvación. Ningún otro bien, beneficio o bendición en esta vida nos podrá dar lo que la salvación a través de Jesucristo nos ha otorgado. Es simple y llanamente una cuestión de vida o muerte.

Jesús lo describió de la siguiente manera en

Mateo 16:26-27. “¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero, pero pierdes tu alma? ¿Hay algo que valga más que tu alma? Pues el Hijo del Hombre vendrá con sus ángeles en la gloria de su Padre y juzgará a cada persona de acuerdo con sus acciones.”

Ahora bien, la valoración de la salvación reside en el hecho de entender que lo que Dios ha hecho en nosotros ha sido simplemente un acto de su propia iniciativa y no el producto de una decisión que nosotros tomamos porque somos tan buenos que nos salvamos a nosotros mismos cuando le entregamos nuestras vidas a Cristo.

Efesios 2:8-9 dice “Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo”.

MENSAJE

La gracia es el regalo de Dios que contiene todas las bendiciones. La generosidad de Dios nos ha otorgado unos beneficios que deben ser comprendidos y compartidos.

1. Por la gracia de Dios hemos conocido el amor de Dios.

Juan 3:16 “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.”

Esta expresión es una expresión demostrativa del grado del amor de Dios y ese grado es incalculable e infinito porque usa como medida a su Hijo. La clase de amor expresado aquí es la expresión para amor en griego (Ágape). Ágape se usa para describir el amor que es de Dios y que viene de Él. Agapao es la clase de amor con la cual Dios nos ama. Este amor es tan profundo que está dispuesto a sacrificarse a favor de las necesidades de otro. La característica esencial del amor ágape es dar y lo que Dios hizo es la expresión suprema de ese amor.

2. Por medio de la gracia conocemos la dimensión de nuestra maldad.

La expresión “De tal manera amó Dios al mundo” implica que el mundo es tan malo que se necesita mucho amor para amarlo. El mundo representa a la humanidad pecadora que no es merecedora del amor salvador de Dios. Aparte del amor de Dios, el mundo está bajo la condenación de Dios. Pero en Cristo los creyentes experimentan el amor salvífico de Dios.

### 3. Por la gracia de Dios Él nos ha revelado su propósito.

Dios ofrece la vida en Cristo a todos, sí, pero solo los que cumplen la condición establecida por Dios, el creer en su Hijo, disfrutarán del beneficio ofrecido. Es solo a través de Jesucristo que nos reconciliamos con Dios. La reconciliación del hombre con Dios inicia cuando este reconoce que es un pecador y que necesita arrepentirse de sus pecados aceptando y reconociendo lo que Jesucristo hizo por él en la cruz del calvario. Las implicaciones de creer en Jesús van más allá del simple acto de considerar que él existe y es verdadero. Tiene que haber un acto de genuino arrepentimiento.

Arrepentimiento del griego (metánoia) se refiere a la acción o la condición de cambio, especialmente de conductas y de opiniones.

En el nuevo testamento, por lo general, se refiere al cambio de un estado pecaminoso a uno justo. El arrepentimiento no consiste meramente en lamentarse acerca de algo: es un cambio de perspectiva que tiene como consecuencia un cambio en la conducta. El propósito de Dios es cambiarnos la vida.

4. Por medio de su gracia Dios nos expresó su deseo.

“… no se pierda, sino que tenga vida eterna.”

Esta expresión denota el hecho que el hombre sin Cristo va rumbo a la perdición eterna. Que el hombre sin Cristo está al borde del precipicio, que conduce su vida por la autopista de la perdición y lo que le espera es un choque con la muerte eterna.

La expresión “… no se pierda…” denota el hecho de que el hombre sin Cristo vive un vacío existencial. Que el hombre sin Cristo puede existir, pero no vivir.

Pero el deseo de Dios, su voluntad, es darnos vida, vida eterna.” El deseo de Dios es salvar a sus hijos de la condenación eterna. El deseo de Dios es que sus hijos vivan con Él por la eternidad. La buena noticia es que no tenemos que esperar a llegar al cielo para comenzar a vivir esa vida. Jesús en

Juan 10:9-10 nos dijo; “Yo soy la puerta; los que entren a través de mí serán salvos. El propósito del ladrón es robar y matar y destruir; mi propósito es darle una vida plena y abundante”.

5. Por medio de su gracia podemos vivir una vida en victoria.

El hecho de habernos convertido a Cristo no significa que todos los problemas se hayan acabado y que todo será color de rosa. La vida del cristiano estará llena de constantes retos y dificultades. Constantemente nos veremos enfrascados en una lucha contra la carne y el pecado. Pero la Palabra de Dios nos asegura que sí es posible vivir una vida en victoria.

Junto con la bendición de la salvación, se nos ha provisto los recursos para vivir victoriosos. En 1 de Juan 5:1-5 el Espíritu Santo nos dice donde reside nuestra victoria.

1ra de Juan 5:1-5 “₁ Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha llegado a ser un hijo de Dios. Y todo el que ama al Padre ama también a los hijos nacidos de él. ₂ Sabemos que amamos a los hijos de Dios si amamos a Dios y obedecemos sus mandamientos. ₃ Amar a Dios significa obedecer sus mandamientos, y sus mandamientos no son una carga difícil de llevar. ₄ Pues todo hijo de Dios vence a este mundo de maldad, y logramos esa victoria por medio de nuestra fe. ₅ ¿Y quién puede ganar esta batalla contra el mundo? Únicamente los que creen que Jesús es el hijo de Dios”.

Basados en esta porción bíblica, podemos resumir donde reside nuestra victoria en tres aspectos:

  • Nuestra victoria reside en Jesús por virtud de quién es él; el Cristo. Todo aquel que cree, con una confianza profunda y permanente en el hecho de que Jesús es el Cristo, está creyendo y entendiendo que él es el Mesías, el Ungido de Dios. El ungido de Dios significa que es el escogido por Dios, el separado, el puesto en oficio, para ser Rey y Libertador (Daniel 9:25; Isaías 61). Por lo tanto, como Rey y libertador de nuestras vidas nos ha librado del pecado y la muerte. En Cristo somos más que vencedores (Romanos 8:28-39).

  • Nuestra victoria reside en el hecho de amar y obedecer a Dios. El célebre dicho dice: “Las cosas se demuestran con los hechos” y de ahí “El amor se demuestra con hechos y no con palabras”. La evidencia de que realmente amamos a Dios está en obedecer sus mandamientos. Los resultados de una vida de obediencia a Dios están descritos por Jesús en Lucas 7:46-49. En otras palabras, una vida de obediencia a Dios provoca estabilidad y seguridad ante las inclemencias de la vida.

  • Nuestra victoria reside en lo que hemos creído, nuestra fe. Hemos creído en Jesús el hijo de Dios, esa es nuestra fe. La fe es como un músculo la cual debe ejercitarse cada día para que la misma se siga fortaleciendo y creciendo. La Biblia declara en Hebreos 11 las virtudes de la fe y cómo por medio de ella se pueden hacer proezas en Dios.

¿Cómo Compartimos La Bendición De La Salvación?

¿Qué usted haría si descubriera la cura del cáncer, enfermedad que mata a miles de personas al año? Creo que lo lógico y humanitario sería compartir ese descubrimiento, esa cura con el resto de la humanidad. Así mismo ocurre con el evangelio. El evangelio es la cura para la enfermedad más terrible y mortífera que experimenta todo ser humano, el pecado. Usted debe comprender que debe haber un grado de urgencia en cuanto a compartir a Jesús con otros. La salvación es el regalo más maravilloso que pueda recibir todo ser humano. Cuando nos convertimos en discípulos de Jesús sobre nosotros adviene la responsabilidad y la misión de compartir con otros el mensaje de la gracia. En Mateo 28:19-20 nuestro Señor comisiona a todo aquel que se hace su discípulo con las siguientes palabras:

“₁₉Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos.”

Así que es nuestra responsabilidad ser el portavoz de Dios aquí en la tierra. El problema con muchos creyentes que no se atreven a compartir a Jesús con otros, es que piensan que se necesita ser un Pastor o un gran maestro de la Biblia o un gran Teólogo para así hacerlo. Nada más lejos de la verdad que eso.

Pasos para que puedas cumplir con tu misión de compartir a Jesús.

1. Conexión - Se debe conectar con alguien que no tiene a Jesús, o de lo contrario no se podría compartirlo. Usualmente debes empezar a buscar en tu círculo más íntimo como familiares y amigos. Luego se va expandiendo el círculo hacia las demás personas que rodearan su vida.

2. Servicio-Servir es servir - A la gente no le importará cuánto usted le importe, a menos que a usted le importe. Hágase disponible a otros. Después de todo el gran llamado de Jesús a sus discípulos es a servir.

3. Compartir (Evangelismo) - Es acerca de ser testigo, no se trata de saber todas las respuestas o ser un teólogo, sino de ser un testigo. Un testigo es uno que simplemente ha visto, ha oído y ha experimentado un acontecimiento. Simplemente hable de lo que Cristo hizo y está haciendo en usted.

4. Crecimiento - Jesús nos dijo que esto es acerca de hacer discípulos no de convertir a la gente. Para hacer crecer a otros en Cristo, usted primero tiene que disponer su vida al crecimiento en Dios. El crecimiento es algo intencional y no accidental.

5. Oración - Porque siempre queremos y necesitamos que Dios este en todo esto.

CONCLUSION

Tenga presente que si usted ha recibido la gran bendición de la salvación usted será llamado a cuentas por compartir o no esa bendición.

Hoy le invito a que disponga su oído a escuchar el clamor de las almas que andan sin Dios y esperanza. La condición del mundo actual es el mejor testigo de un mundo que agoniza, que desfallece en la miseria de su pecado. Si usted hoy a podido comprender mejor las dimensiones de la bendición de la salvación, entonces hágase eco de la demostración de la gracia de Dios a sus hijos.

Pregone el amor de Dios al mundo. Haga consciente a otros de la maldad que reside en el hombre el cual le hace merecedor de la condenación eterna. Revele a otros el propósito de Dios de querer reconciliar al hombre consigo mismo a través del sacrificio de Jesucristo demandando arrepentimiento. Afirme el deseo de Dios de otorgar a todo el que cree vida eterna. Y asegure a todo el que crea en Jesús como su salvador, que su victoria en Dios es segura.

Invito a los que aún no han tomado la decisión de venir a los pies de la cruz y con un corazón arrepentido confesar a Jesucristo como su señor y salvador, les invito a meditar en los siguiente. Ciertamente llegará el día en el cual todos los hombres enfrentarán el juicio de Dios.

Todos tendremos que dar cuenta de nuestras vidas. En Apocalipsis 20:12-15 la Biblia declara que en ese juicio se abrirá el libro de la vida y que en ese libro todos nuestros hechos fueron recopilados y que por esos hechos seremos juzgados. Y el versículo 15 dice:

“Y todo el que no tenía su nombre registrado en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”

La única forma de ser inscrito en ese libro de la vida es reconociendo que eres un pecador que necesita arrepentirse de sus pecados aceptando el sacrificio de Jesús que hizo por ti en la cruz del calvario.

Hoy es el día en el que puedes ser bendecido con la bendición más grande que puedas obtener en tu vida, tu salvación. Hoy es el día en donde todo puede cambiar, ven a Jesús.

Invito a las personas que no están sirviendo en algún ministerio o área de la iglesia, aquellos que todavía no son parte de un Grupo Café o aquellos que en alguna forma no están siendo parte del mover de la iglesia a que entiendan lo siguiente. Tu servicio a Dios hace que otros sean bendecidos con la bendición de la salvación. Tu colaboración en el Reino de Dios permite que otros sean restaurados, edificados, discipulados y animados en Dios. Así que ante Dios y el hombre tienes una responsabilidad y un llamado el cual cumplir.

Hoy es el día para que comiences a ser de bendición a otros envolviéndose en la obra del Señor. Se parte de algún ministerio, grupo o mover de esta tu Iglesia, la familia bendecida por la gracia de Dios.

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO