INTRODUCCION Cuántos en este día desean celebrar su progreso? Porque el hecho de enfocarse en su progreso es una forma de alabar a Dios. Me imagino que muchos conocen la frase de que “nuestra actitud afecta nuestra altitud en la vida”; en otras palabras, eso significa que nuestra actitud determina cuán lejos podemos avanzar. Porque como piensa un hombre en su corazón, eso viene a ser. Y debemos poner cuidado en cómo pensamos, porque nuestros pensamientos determinarán lo que seremos en el futuro. Significa que no tenemos que pensar sobre todo lo que nos llegue a la cabeza, sino en pensar cosas a propósito. Es recordar y hacer memoria de todas las cosas buenas que Dios ha hecho en nuestro pasado, en nuestra vida. Si pensamos que al momento Dios no está haciendo nada positivo en nuestra vida, recordemos entonces lo que ha hecho en el pasado y que lo volverá a hacer. Es como decir que tomamos una botella de aderezo del refrigerador para poner a la ensalada, en ese momento todo lo bueno y rico del aderezo está en la parte de abajo del fondo de la botella y si de esa manera lo volteamos o ponemos sobre la ensalada, todo lo que saldría sería aceite y no fuera algo rico. Y lo primero que hacemos al usar el aderezo es que lo agitamos y batimos bien para que se mezcle todo lo rico y bueno con lo no tan bueno y de esa manera nos parece delicioso lo que estamos comiendo. ¡Y así mismo sucede con nuestra vida! Si lo único que estamos pensando es en las cosas negativas o si dejamos que lo malo salga hasta el flote, y eso es lo que más sobresale en nuestros pensamientos y conversaciones, definitivamente que la vida no va a tener entusiasmo ni emoción. Pero si uno se motiva y recuerda en todas las cosas buenas, lindas y agradables que Dios ha hecho y mostrado en nuestra vida; en conocer cuán maravilloso ha sido Dios y que aunque no esté haciendo algo espectacular en este momento de su vida, aún puede recordarlo con emoción y gozo en su corazón. MENSAJE Por eso hoy vamos a estar hablando de un Corazón Agradecido. Porque estoy convencida de que todos en diferentes tiempos y momentos de nuestras vidas, Dios ha hecho algo maravilloso, por lo cual podamos vivir agradecidos; pero no solo vivir agradecidos, sino tener memoria intencional de eso. En muchas ocasiones en la Biblia podemos ver cómo las personas que eran bendecidas por Dios, se olvidaron de qué tan bendecidos eran y lo rechazaban o rechazaban la bendición de Dios con el anhelo de tener lo que querían, pero que no necesitaban. Este es el caso de David que Dios le había bendecido con todo lo que ni tan siquiera él se imaginaba y en el proceso, cuando vio a Betsabé, pensó que era lo que necesitaba. En ese momento, David no pensó en todo lo que Dios le había entregado, todo lo que Dios había hecho por él, todo lo que Dios había hecho en él, y únicamente se dejó llevar no por la manera en la que Dios lo había bendecido, sino que se dejó llevar por el deseo de su corazón y por lo que pensaba le traería satisfacción. 2 Samuel 11: 2-3, Dice “2Una tarde, después del descanso de mediodía, David se levantó de la cama y subió a caminar por la azotea del palacio. Mientras miraba hacia la ciudad, vio a una mujer de belleza singular que estaba bañándose. 3 Luego envió a alguien para que averiguara quién era la mujer y le dijeron: «Es Betsabé, hija de Eliam y esposa de Urías el hitita”. David tenía de todo, al menos, siete esposas y dieciséis hijos, sin contar las hijas en ese momento. Pero el problema, cuando no agradecemos lo que Dios nos ha dado, lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, es que vivimos anhelando más, queriendo más, buscando más. Y mientras David estaba en la azotea (balcón) mirando hacia la ciudad, se dio cuenta de que quería algo más. David se encontraba administrando, dirigiendo el país más grande que jamás haya controlado el pueblo judío en su historia; pero pudo encontrar el tiempo y la energía para tener una aventura amorosa, que era muestra de su insensatez. Pero el problema era que la persona que él quería no debía tenerla. Y el desear a Betsabé le llevó a menospreciar todo lo que Dios le había entregado, lo llevó a comprometer sus principios y aún su relación con Dios. Es necesario entender que todo lo que hacemos que nos lleve a comprometer nuestra relación con Dios, nos llevará a un nivel de desenfreno. Eso fue lo mismo que sucedió con David; al hacer lo que hizo con Betsabé comprometió su relación con Dios y eso lo llevó a un nivel de desenfreno, un nivel de comportamiento destructivo donde luego de eso David trató de buscar la forma de engañar al esposo de Betsabé hasta que planificó que lo mataran. ¿Cómo llegó este hombre de Dios a este punto? Lo podemos ver más adelante en la Biblia en 2 Samuel 12: 7-10, “7 Entonces Natán le dijo a David:—¡Tú eres ese hombre! El Señor, Dios de Israel, dice: “Yo te ungí rey de Israel y te libré del poder de Saúl. 8 Te di la casa de tu amo, sus esposas y los reinos de Israel y Judá. Y si eso no hubiera sido suficiente, te habría dado más, mucho más. 9 ¿Por qué, entonces, despreciaste la palabra del Señor e hiciste este acto tan horrible? Pues mataste a Urías el hitita con la espada de los amonitas y le robaste a su esposa. 10 De ahora en adelante, tu familia vivirá por la espada porque me has despreciado al tomar a la esposa de Urías para que sea tu mujer”. Dios le reclama a David por medio del profeta Natán el por qué no se percató o por qué menospreció todas las bendiciones que Él le había dado. Por qué no vivió agradecido con Dios por como Dios lo había bendecido y se olvidó de todo lo que Dios hizo por él. Tengamos en cuenta unas cosas claves y muy importantes aquí que no debemos de ignorar: Te libré de la muerte y de la vida que llevabas, Te di mucho más de lo que esperabas, Te pude haber dado más, mucho más, Despreciaste mi propósito al despreciar mi Palabra, - Me despreciaste a Mí, Pagarás las consecuencias tú y tu familia. Para cuando David quiso arrepentirse fue muy tarde, tuvo que pagar las consecuencias y esto es lo que sucede en muchas ocasiones con muchas personas. Que no aprecian del todo lo que Dios les ha dado, todo lo que Dios les ha librado, todo lo que Dios ha hecho y terminan menospreciando las bendiciones de Dios en sus vidas por anhelar lo que creen que necesitan y muchas veces para cuando se dan cuenta, ya es muy tarde. Esto puede suceder de muchas maneras en nuestra vida; sucede con el cónyuge que busca a otra persona pensando que le dará una mejor vida, una mejor relación; también sucede cuando las personas están en Cristo y se apartan de Dios por irse al mundo o ganar más dinero, pensando que les irá mejor. Sucede con la mujer que mira la casa de su amiga y vecina, y ahora decide que invertirá en la suya para dar una estética mayor, aunque esto le cueste ir por encima de lo que realmente puede porque supone que la casa le dará algo mejor. Esto lo podemos ver de muchas maneras, pero lo peor de todo es que para cuando nos arrepentimos ya es muy tarde. Realmente yo creo, que insultamos a Dios cuando no somos agradecidos con lo que Él nos ha dado. Sabes una cosa: por naturaleza no nos esforzamos para no ser agradecidos, pero tenemos que esforzarnos para ser agradecidos. Mientras nosotros no aprendamos a ser agradecidos con lo que tenemos, hay una garantía de que vamos a permanecer en el mismo lugar. Sin avances, sin progreso, sin crecimiento. Es muy fácil permanecer viviendo mirando todo lo que no tenemos, es tan fácil como seguir mirando todo lo que nos hace falta. Pero mientras más ves lo que no tienes, más te hace falta lo que SÍ tienes. Por ejemplo; no somos capaces de agradecer detalles como el agua caliente, en un país como este donde abunda el frío en temporada. No agradecemos el agua potable donde no tenemos que caminar millas y millas para conseguirla. No agradecemos porque se nos hace más fácil enfocarnos en lo que no tenemos y anhelarlo, aunque comprometa mis principios y relación con Dios. Tengo mis extremidades de manos y pies, puedo ver y escuchar, y ni siquiera puedo imaginar cuánto tiempo le cuesta a un parapléjico el ir al baño por sí mismo. Nos quejamos de nuestra pareja en ocasiones, pero recuerda que al otro lado del mundo hay una mujer soltera deseando tener a tu marido. Cómo podemos vivir una vida agradecida de manera en la que no caigamos en la tentación que nos lleva a anhelar más y comprometer nuestros principios, relación con Dios, nuestro futuro, familia o destino. Proverbios 3: 5-10 nos dice 5 Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. 6 Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar. 7 No te dejes impresionar por tu propia sabiduría. En cambio, teme al Señor y aléjate del mal. 8 Entonces dará salud a tu cuerpo y fortaleza a tus huesos. 9 Honra al Señor con tus riquezas y con lo mejor de todo lo que produces.10 Entonces él llenará tus graneros, y tus tinajas se desbordarán de buen vino”. Al analizar cada uno de estos puntos podremos ver cómo es que podemos vivir una vida agradecida: 1. Confía En El Señor Con Todo Tu Corazón La confianza en el Señor es clave para vivir una vida agradecida, porque muchas veces lo que nos lleva a no vivir una vida de agradecimiento es el hecho de que nos vemos en situaciones donde sentimos que nos falta algo y que Dios nos está limitando de algo. Por tanto, debe haber un compromiso total de nosotros mismos en espíritu, alma y cuerpo al Señor. Debemos confiar en Él, no solo para la salvación de nuestra alma, sino también para la dirección de nuestra vida. En otras palabras, debe haber una sana desconfianza de uno mismo, que viene a ser lo mismo que reconocer que no sabemos lo que más nos conviene, y que no somos capaces de guiarnos a nosotros mismos. 2. No Dependas De Tu Propio Entendimiento Nuestro entendimiento es lo que nos lleva a vivir una vida donde limitamos el agradecimiento, porque nuestro entendimiento nos lleva a analizar todo desde nuestra propia perspectiva y no desde la perspectiva de Dios. Cuando tomamos decisiones sin considerar lo que Dios piensa o dice al respecto o lo que es peor, cuando tomamos decisiones que sabemos que van en contra de la voluntad de Dios, es que comenzamos a pagar las consecuencias. David se dejó llevar por su propio entendimiento y al razonar en su mente pensó que Betsabé era lo que necesitaba y por eso pagó las consecuencias. Por tanto, debemos de entregar a Su control cada área de nuestra vida, sin quedarnos nada de voluntad propia, sino solo el único deseo de conocer su voluntad y ponerla por obra. Si esperamos, Él nos mostrará Su dirección de una manera tan clara que rechazarla sería desobediencia deliberada. 3.Busca y Haz La Voluntad De Dios Es el buscar y hacer la voluntad de Dios lo que abre las puertas de la bendición en nuestras vidas, o más bien nos permite ver la manifestación de la bendición en nuestras vidas. Por eso nosotros tenemos que comenzar a hacer la voluntad de Dios, aunque nos duela, aunque se nos dificulte. Cuando David dejó de hacer la voluntad de Dios y se quedó en casa cuando debió haber salido a la guerra, fue que comenzó el principio de su fracaso. El engreimiento nos frena en lo que a la dirección divina se refiere. El hacer la voluntad de Dios no te da lo que quieres, pero te prepara para recibir lo que Dios ha determinado para tu vida. 4.No Te Dejes Llevar Por Tu Propia Sabiduría Aquí es donde muchas veces fallamos y fracasamos al pensar que nuestra sabiduría es mejor que la de Dios. El Pensar que tenemos una idea mejor que la de Dios. Nuestra propia sabiduría es lo que nos lleva a no querer perdonar cuando la Biblia nos explica que el perdonar nos hace libres. Nuestra propia sabiduría es lo que nos lleva a no querer diezmar porque nos informa que al hacerlo tendremos menos, cuando la Biblia nos enseña que Dios abre las ventanas de los cielos y derrama bendición hasta que sobreabunde. Una de las maneras en las que podemos honrar el señorío de Cristo es en la mayordomía de nuestros bienes o posesiones. Todo lo que tenemos le pertenece, y nosotros no somos más que mayordomos, responsables de la administración. Es un privilegio escoger un estilo de vida dispuesto para la obra de Dios, y confiar en Dios en cuanto al futuro. Cuando nos dejamos llevar por nuestra propia sabiduría comenzamos a considerar que Dios entiende, cuando Dios tiene un propósito mayor que lo que podemos imaginar. 5. Vivamos Con El Temor De Dios Es el temor de Dios lo que nos lleva a vivir una vida de agradecimiento, es el reconocer lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, lo que nos lleva a jamás olvidarnos de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas. La razón por la que nosotros no obedecemos a Dios en todas las áreas de nuestra vida, es la falta de temor a Dios. Otra manera de reconocer al Señor es sometiéndonos a Su disciplina. Y disciplina no es castigo o maltrato, disciplina es corrección, consejo, advertencia, ánimo. Debemos ser conscientes de que los propósitos de Dios se obtienen mediante la disciplina, y el propósito de Dios en las disciplinas de la vida es que seamos partícipes de Su santidad. La disciplina es una prueba de amor, no de enojo, y la corrección es una prueba de que somos hijos. 6. Honra a Dios Con Todo Cuando hablamos de esta porción pensamos que solo está hablando de las finanzas, y sí está hablando de las finanzas porque dice: “Honra al Señor con tus riquezas”. Y una de las formas en las que nosotros tenemos que aprender a honrar a Dios es con nuestras finanzas, porque reconocemos que todo lo que tenemos es gracias a Él. Pero si no podemos honrar a Dios con lo más sencillo como lo son las finanzas, cómo entonces podremos honrarlo con nuestras vidas. Aun así nos dice que no solamente debemos honrarlo con las finanzas; sino que cuando lo honramos con las finanzas, con los diezmos, con las ofrendas y con las primicias, entonces podemos honrarlo “con lo mejor de todo lo que produces”. Dios nos llama a que le honremos con las finanzas, pero también con lo mejor de nuestras vidas; con nuestra alabanza, nuestro servicio, nuestra devoción, invirtiéndonos en otros. Y entiende, no nos está diciendo que es una o la otra, que es finanzas o servicio; nos está diciendo: “Honra al Señor con tus riquezas y con lo mejor de todo lo que produces”. Con nuestras riquezas y con todo lo mejor que producimos. CONCLUSION ¿Cómo está tu corazón en el agradecimiento? Porque el tener un corazón no agradecido es inconformidad contra Dios. Cuando no somos agradecidos con todo lo que tenemos y que proviene de la mano de Dios mismo, eso es quejarnos contra Dios. Y la ingratitud es un pecado porque no sabemos valorar la fuente de donde procede todo lo que tenemos y somos. No valoramos al cónyuge, no valoramos a los hijos y la familia, no valoramos el hogar, no valoramos el trabajo, no valoramos nada de lo que nos rodea. Es más, toma el reto de vivir una vida diferente, sé agradecido con Dios por todo. Tú eres lo que Dios ha dicho que eres y nada podrá robar ese lugar que Dios te ha dado; eres su hijo amado, eres creación de su gran amor por ti. Comienza por ahí, por agradecer que tienes herencia en el reino de Dios, que eres fruto de la gran misericordia de Dios, que su perdón cambió tu historia. Tú tienes identidad en Aquel que te amó y mientras tú pongas tu confianza en Él y dependas de Él en lugar de tu entendimiento, mientras vivas en la voluntad de Dios Su respaldo, Su favor y todo Su amor estará sobre ti de tal manera que vivirás saciado de la llenura de Su Espíritu y vivirás con un corazón agradecido. NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO