INTRODUCCION Continuamos con la serie “Identidad” en la cual hemos confrontado directamente los argumentos del mundo y del enemigo con respecto a su plan de destruir todo aquello que nos identifica como hijos de Dios, también hemos confrontado todos aquellos argumentos que atentan contra el diseño original de Dios cuando creó al hombre y a la mujer. Esto no solo nos ha afectado a nosotros como padres, ya que pudimos haber sido víctimas de algún evento desafortunado, que cambió el plan de vida que Dios tenía para nosotros y nos llevó a resignarnos a una alternativa de vida, alejados de Dios y haciéndonos creer que esta es la vida que nos tocó vivir y que no existe nada después de esto. Ese plan no se detuvo con nuestra generación, sino que continúa lanzándose en contra también de nuestros jóvenes y nuestros hijos, para confundirlos con la identidad de género y engañarlos con una falsa libertad para decidir quienes son y que son. Esta serie está basada en el libro de Efesios, y desde ahí, hoy analizaremos el plan de Dios para nuestra vida y como el mundo busca sabotear ese plan hasta llevarnos a renunciar a nuestra identidad. MENSAJE El Plan De Dios A Nuestras Vidas Nunca Llega Tarde Pablo nos habla en Efesios 3: 6-12 acerca de un plan que Dios tenía de antemano para todos, un plan que no tiene fecha de caducidad, un plan que no pierde sentido, ni propósito, porque aún no se ha cumplido en todos, es un plan que nada lo puede invalidar, que nos incluye a todos y la mejor parte es que abraza esta vida y la eternidad. El versículo 6 dice “Y el plan de Dios, consiste en lo siguiente: “tanto los judíos como los gentiles que creen la Buena Noticia gozan por igual de las riquezas heredadas por los hijos de Dios. Ambos pueblos forman parte del mismo cuerpo y ambos disfrutan de la promesa de las bendiciones porque pertenecen a Cristo Jesús.” Cuando Dios comienza a revelarle su plan a Pablo, nos dice la biblia que Dios se aseguró de que su gran amor, esté al alcance de todos nosotros, y que no exista nada que nos descalifique para ser parte de ese plan, porque él nos incluye a todos. Génesis 37 nos habla la historia de José, un joven de 16 años, para el cual había un plan extraordinario de parte de Dios, su padre Jacob, sin conocer la totalidad del plan, entendía que había algo para Jose, pero no tenía claro el plan. Para que nos demos una idea más clara del porqué Dios no nos revela el plan completo, leamos los versículos 5-11 “5 Un día José tuvo un sueño. Cuando se lo contó a sus hermanos, ellos lo odiaron aún más, 6, pues, les dijo: anoche tuve un sueño, 7 y soñé que estábamos en medio del campo, atando el trigo en manojos. De repente, mi manojo se levantó y se quedó bien derecho, mientras los de ustedes lo rodeaban y se inclinaban ante él. 8 Sus hermanos protestaron: ¡Ahora resulta que vas a ser nuestro rey y nuestro jefe! Y por causa del sueño y por lo que decía, creció en ellos el odio que le tenían. 9 José tuvo otro sueño, y también se lo contó a sus hermanos. Les dije: Fíjense que tuve otro sueño. Resulta que esta vez el sol, la luna y once estrellas, se inclinaban ante mí. 10 Cuando les contó este sueño a su padre y a sus hermanos, su padre lo reprendió, y le dijo: ¿Qué clase de sueño es ese? ¿Quieres decir que tu madre y tus hermanos, y yo mismo, vamos a ser tus esclavos?” Una de las preguntas más comunes que nos hacemos en medio del desarrollo del plan para nuestra vida es: ¿Por qué tiene que ser de esa manera?, para ser sinceros, ni Jose, ni su padre, mucho menos sus hermanos, entendían lo que significaba el sueño, ni siquiera si eso era un plan, ni cuándo sería, ni si pasaría. Muchos de nosotros en algún momento de nuestras vidas hemos tenido una conversación con Dios o con nosotros mismos acerca de lo que estamos viviendo. Y en ocasiones, al no alcanzar la vida que un día soñamos, o llegar a la edad adulta, sin haber experimentado el matrimonio que un día anhelamos, sin experimentar la familia que quisimos formar, llegamos a hacernos preguntas como: ¿De verdad había un plan para mi vida? ¿Será que eche a perder el único plan que había para mí y ya no hay más? ¿Será que el único plan que me queda es, sobrevivir y resignarme al tipo de vida que tengo actualmente? La mayoría de las veces no tenemos la respuesta a estas y otras preguntas, y de alguna manera, al no tener respuesta, optamos por una forma de vida diferente al plan original, porque no encontramos más opciones y asumimos que la vida es así, incluso en algunos casos nos acostumbramos al dolor y nos hacemos indiferentes, nos hacemos más tolerables a las próximas situaciones, por ejemplo; si viene otro divorcio no nos sentimos ajenos al proceso, al dolor, incluso llegamos a sentirnos fuertes para tolerar la experiencia otra vez y comenzamos a tomar decisiones que nos llevan a sabotear nuestras vidas y el plan de Dios para nosotros. Actuando de esta manera, causamos una cascada de eventos que nos alejan a todos de retomar y alcanzar el plan original que Dios creo para nosotros. Hay personas que dicen, ya no me duele lo que la gente diga, no me afecta lo que piensen, y sin darse cuenta, aunque se sienten fuertes, en esta condición son presa fácil del enemigo y del mundo, ya que el mundo viene y les ofrece algo liberador como decirles: tú puedes ser lo que quieras ser; por primera vez tienes la libertad de decidir por ti, haz lo que mejor te haga sentir, olvídate de Dios y olvídate de los demás. Y creamos mentiras que parecen verdades sobre lo que Dios diseñó, engañándonos a nosotros mismos, al punto de pensar qué hay cierto grado de satisfacción al hacer lo que hacemos; o pensar que es muy similar a lo que Dios desea para nuestra vida, llegamos a pensar también que Dios aprueba lo que hacemos y lo justificamos pensando o diciendo cosas como: Dios es amor, no puede juzgarnos ni condenarnos por lo que ahora somos. Hay muchísima verdad en eso, ya que “Dios no nos juzga por quienes somos, sino por lo que estamos haciendo, en otras palabras, como lo hemos escuchado ya muchas veces, Dios ama al pecador, pero aborrece el pecado. Ahora imagine, si como adultos, con las experiencias, caídas y levantadas nos cuesta entender el plan de Dios y saber que Dios puede ayudarnos con todo lo que hemos vivido, imagine nuestros jóvenes que están expuestos a un sin fin de mentiras que parecen verdad, que el mundo les ofrece, para tratar de engañarlos, para que no sientan el dolor o el desprecio, el abandono de sus padres, el abuso que sufrieron de personas que se supone deberían amarlos y se refugian en vidas que son de ellos, en historias que no les corresponden, en planes que Dios nunca creo para ellos, en identidades distorsionadas y viven una lucha interna, un dolor profundo, un llanto ahogado, interno, sin poder sacarlo, porque no saben cómo luchar contra algo así y prefieren tomar las alternativas que el mundo les ofrece. Lo que nos lleva a hacernos las siguientes preguntas. ¿Entonces Cómo Hacemos Para Conocer El Plan De Dios? ¿Cómo hacemos para enseñarle a nuestros hijos que es una mentira lo que el mundo les ofrece? Como lo es la identidad de género, diciéndoles que pueden ser lo que quieran ser, diciéndoles que tienen que ser aceptados por los demás, diciéndoles que no pasa nada si escogen vivir fuera del plan de Dios, diciéndoles que el aborto no es asesinar. ¿Qué podemos hacer como padres para ayudar y enseñar a nuestros hijos?. Si bien todo esto que está pasando asusta y sorprende a muchos, a Dios no lo sorprende, si alguien sabe como lidiar con asuntos como estos es nuestro Dios, porque él fue quien nos creo. Las Amenazas Del Plan De Dios Para Nuestra Vida. No quiero hablarte de la vida de José y todo lo que le pasó, sino que quiero hablarte de lo que amenazó el plan de Dios para su vida. El versículo 11 nos dice: “Y sus hermanos le tenían envidia, pero su padre trataba de entender el significado de sus sueños”. Jacob sabía que Dios tenía un plan para sus hijos, para cada uno de ellos, por eso a todos les había enseñado a amar a Dios, a todos les contó de su relación con Dios, de cómo habían experimentado su poder. Esto nos deja una gran enseñanza, y es el saber que cuando ponemos nuestra confianza en Dios y le servimos, aunque no tengamos toda la información del plan, sabemos que sus planes para nuestra vida y nuestros hijos seguirán el curso normal para completar su propósito. No importa cuan lejos están sus hijos de Dios en este momento, no importa la vida que estén viviendo en este momento, usted no sabe cómo Dios va a cumplir ese plan, así como Jacob no sabía como Dios cumpliría el plan en la vida de Jose, pero lo que tiene que hacer es continuar confiando en que Dios tiene un plan perfecto para sus vidas y creerle a Dios a pesar de lo que vea. Lo que nos hace pensar que si estando en Cristo, sirviendo a Cristo, las mismas amenazas aparecerán en nuestra vida y en la vida de nuestros hijos, imagine cuando vivimos una vida alejada de Dios, sin la dirección de Dios, sin la identidad de Dios, el riesgo de experimentar esto y no saber cómo reaccionar es aún más grande. Por eso Dios quiere que usted sepa que él es fiel y que él no quiere que nadie perezca sin conocer lo desea y puede hacer en cada corazón. Ahora, en esta historia de Jose, identificamos algunas amenazas que vienen a querer destruir el plan de Dios y el propósito, pero sobre todo, aparecerán para traer confusión a nuestra mente y corazón, para poner en duda quienes somos en Dios al punto de dudar de nuestra identidad. En el versículo 20 vemos a sus hermanos inconformes con los sueños de José y vemos como tienen una conversación para actuar en contra de él “Vamos a matarlo y a echarlo en uno de estos pozos, y diremos que algún animal feroz se lo comió. ¡Ya vamos a ver si se cumplen sus sueños!» este versículo nos muestra el plan que amenaza nuestra identidad y es muy parecido a lo que el enemigo intenta cada día con nosotros y con nuestros hijos, como lo dice: Juan 10:10 “El propósito del ladrón es robar y matar y destruir”. Esto muestra que hay otro plan corriendo al lado del plan de Dios, el cual busca a toda costa robar el plan de Dios para nosotros, matar toda esperanza y destruir nuestra identidad. Tres Amenazas Del Plan de Dios AMENAZA # 1 EL POZO. Los hermanos de José, llevaron a su propio hermano a un pozo para tirarlo, con toda la intención de buscar estar en una mejor condición, sin importar el dolor que causarían y sin importar los traumas que le provocarían a su propio hermano. El enemigo usa esta sociedad actual con todos sus recursos para boicotear el plan de Dios en nuestras vidas, él sabe que un evento traumático puede llevar a las personas a un pozo donde la salida pareciera inalcanzable, un pozo donde lo único que se ve alrededor son límites que no le permiten avanzar, obscuridad que crea temor, inseguridad o encierro en lo que pasó, como muchas otras personas que atravesaron también por violaciones, maltratos, abandono, acoso sexual, etc, muchos de ellos por su propia familia, llevándolos a vivir en un pozo. Hoy día hay muchos adultos y jóvenes que están luchando con su identidad y sé sienten, perdidos, en un pozo, donde la salida se ve inalcanzable, donde lo único que les queda es abrazar las mentiras del mundo para que cada vez que volteen a ver la salida, la vean tan lejos, la vean tan inaccesible, que opten por rendirse. Al estar rodeados de tanta obscuridad, pareciera que al ver la luz en la parte alta del pozo, los lastimará, o al menos eso es lo que el mundo les hace creer, que al voltear a ver la luz de Jesús, se lastimarán, porque les hace pensar cosas como: ¿quién quiere convivir con alguien así?, y esto trae condenación a sus corazones. Si las mentiras del mundo le han convencido de que la luz le lastimará, y por miedo a ser más lastimado, prefiere quedarse en el pozo y pensar que es la única opción de sobrevivir, déjeme decirle que la luz de Jesús quiere alumbrarle, darle vida y revelarle lo que lo llevó a ese pozo, y sanar así su corazón, nunca la luz de Jesús te alumbrará para lastimarte, esa es la mentira del diablo y del mundo. AMENAZA #2 EL ANIMAL FEROZ Hoy día estamos observando una tremenda realidad, sobre la estrategia que el mundo está usando para destrozar, hurtar y matar la identidad de nuestros jóvenes, de nuestros hijos y de nuestros nietos, podemos ver como los usan solo para cumplir su agenda, los atraen, los seducen, los usan para sus deleites y nos les importa la condición en la que se encuentren, no les importa su dolor, más bien disfrutan verlos cautivos en esos pozos de muerte y destrucción. ¿Y sabe por qué no les importa? Porque es exactamente como los quieren ver. AMENAZA #3 LA MENTIRA DE LA MUERTE Génesis 37: 26-35 nos dice que sus hermanos trataron de matarlo, pero al final resolvieron venderlo como esclavo. Esto es lo que pasa cuando nuestros jóvenes son violentados en su identidad aun por la propia familia, en la mayoría de los casos, podemos hablar del abuso sexual que muchos atraviesan, pero podemos hablar también del trastorno psicológico y mental que viven con un divorcio o una separación, que viene y desestabiliza su estructura emocional, dejándolos sin esperanza o con la mentira de que no hay nada que hacer, que no existe esperanza, que todo se acabó. Los hermanos de José le dieron la noticia a su padre de que José staba muerto, y cuando el padre recibe la noticia nos explican los 34 - 35: 34 Entonces Jacob rasgó su ropa y se vistió de tela áspera, e hizo duelo por su hijo durante mucho tiempo. 35 Toda su familia intentó consolarlo, pero él no quiso ser consolado. A menudo decía: «Me iré a la tumba[e] llorando a mi hijo», y entonces sollozaba. Los versículos que acabamos de leer nos muestran lo que pasa en el corazón de los padres que se sienten indefensos para tratar los eventos que dañaron a sus hijos y observamos que el dolor es fuerte, hay lágrimas, hay gritos ahogados, corazones tan cargados por no saber qué hacer o cómo ayudarlos. CONCLUSION De Regreso Al Plan Original Pero, por otro lado, nos dice el 36: “Mientras tanto, los mercaderes madianitas llegaron a Egipto, y allí le vendieron a José a Potifar". Esto nos debe llevar a detenernos y tomar un momento para pensar que estaría pasando en la mente y el corazón de un joven de apenas 16 años, como procesa estos episodios, los sueños de este joven quedaron esclavizados, de la misma magnitud es el sentir de nuestros jóvenes en medio de esta sociedad que los esclaviza con la mentira de que todo está acabado, de que no hay nada que hacer, y les dicen, eres esclavo, tienes una nueva identidad y eso no cambiará. Puede imaginar el daño, yo no puedo imaginarlo, pero lo que puedo decir es que sí conozco a aquel que diseñó un plan totalmente diferente, 2 Corintios 10: 3-5 dice “Somos humanos, pero no luchamos como lo hacen los humanos. 4 Usamos las armas poderosas de Dios, no las del mundo, para derribar las fortalezas del razonamiento humano y para destruir argumentos falsos. 5 Destruimos todo obstáculo de arrogancia que impide que la gente conozca a Dios. Capturamos los pensamientos rebeldes y enseñamos a las personas a obedecer a Cristo”. Todo comienza en casa y todo comienza con nosotros como padres: ‘ 1.- Destruya los argumentos falsos y arrogantes que le impiden conocer a Dios, ¿cómo?, no le ponga peros a dejarse discipular, no le ponga pretextos a Dios de la razón del porqué aún no se bautiza, no trate de justificar el porqué no está sirviendo en la iglesia, el porqué no da sus diezmos y ofrendas, derriba de una vez por todas las fortalezas que hay en su razonamiento, déjese moldear y obedezca a Cristo. 2.- Si usted no orienta a su hijo, primero con su ejemplo, luego enseñándoles el plan original de Dios, el propósito de porque fueron creados y como esta verdad debe permanecer generación a generación, créeme que hay fieras rapaces que desean con todas sus fuerzas que se los dejen en charola de plata para devorarlos. Nuestros hijos son su platillo favorito y si usted y yo, no hacemos nada, se los estamos sirviendo en la mesa. Nos cuenta la biblia que José experimento más episodios que fueron parte de su proceso, fue vendido como esclavo, fue acusado falsamente por algo que él no cometió, fue llevado a la cárcel donde aparentemente pasaría el resto de su vida. Dios tiene un plan de rescate de nuestra condición, tal como lo hizo con José, Dios tiene el plan que nos puede sacar de la condición más oscura, más solitaria, es el plan original de Dios, como dice: Efesios 3:11 “Ese era su plan eterno, que él llevó a cabo por medio de Cristo Jesús nuestro Señor. 12 Gracias a Cristo y a nuestra fe en él, podemos entrar en la presencia de Dios con toda libertad y confianza". El plan está, Dios lo tiene, el recurso para cambiar nuestra vida y sacarla del engaño de este mundo, Dios lo proveyó con Cristo. Dios quiere que hoy podamos entender que las heridas, el dolor, podrán venir a meterle en una prisión por varias cosas, para que no sea libre o para impedir que proclame libertad, a sus hijos, a sus nietos, a su familia. Usted no puede cambiar lo que pasó, pero lo que si usted puede cambiar son los pasos que dará y lo que hará de ahora en adelante. ¿Qué podemos hacer como padres?, ¿qué nos toca hacer ahora a nosotros? Tener un encuentro con Jesús, como padres preocupados por nuestros hijos, que están amenazados por la disforia de género y que a veces nos sentimos igual de indefensos como el padre de José, lo primero que podemos hacer es venir nosotros primero a Jesús. Poner nuestra confianza en él. Vive una vida para Cristo, no se trata de solo enviarlos a la iglesia o enviarlos al campamento, si en casa no estamos dispuestos a mostrarles su libertad en Cristo con nuestro ejemplo. Déjese sanar por Dios en su mente y corazón y buscarlo cada día más. Comienza a cambiar las cosas que hacía, las decisiones que tomaba, los hábitos, y esas costumbres que solo le mantienen en el pozo. Tal vez se pregunte y ¿cómo puedo comenzar?, ¿qué puedo hacer?, hay muchos recursos, Grupos CAFE, ECC, Nuevos Comienzos, bautizarte, etc., piensa en esto, si usted no hace nada para salir del pozo y voltear a ver la luz de Dios, no podrá sacar a nadie, por más dolor que le cause ver a sus hijos en esa condición. El plan de Dios está cargado de amor y es importante que usted sepa que es su hijo amado, que es su hija amada, es importante que sep que el dejarnos abrazar por su amor provocará que podamos vivir para declarar que: NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO