INTRODUCCION Mientras más escribo y desarrollo los mensajes de esta serie, más me lleno de admiración, asombro, temor y amor por Dios. El día de hoy, estaremos hablando de uno de los atributos de Dios que todos conocemos, pero que no logramos absorber a totalidad, hablaremos de la omnipresencia de Dios. MENSAJE La Omnipresencia De Dios Recordemos que la palabra “omni” significa “todo”, entonces omnipresencia, significa que el todo de Dios está presente en todas partes, en todo tiempo y al mismo tiempo. En nuestro razonamiento humano esto es un poco complicado de entender, porque como hemos mencionado anteriormente, tratamos de razonar a Dios desde nuestra perspectiva limitada y humana. Pero lo importante de esto es que sepamos que Dios está en todas partes, en todo momento, no es que su pie está en China, mientras su mano está en Estados Unidos, sino que Dios está totalmente en ambos lugares. Uno de los versículos que mejor nos explica la omnipresencia de Dios es el Salmo 139: 5 - 12 que dice: 5 “Vas delante y detrás de mí. Pones tu mano de bendición sobre mi cabeza. 6 Semejante conocimiento es demasiado maravilloso para mí; ¡es tan elevado que no puedo entenderlo! 7 ¡Jamás podría escaparme de tu Espíritu! ¡Jamás podría huir de tu presencia! 8 Si subo al cielo, allí estás tú; si desciendo a la tumba, allí estás tú. 9 Si cabalgo sobre las alas de la mañana, si habito junto a los océanos más lejanos, 10 aun allí me guiará tu mano y me sostendrá tu fuerza. 11 Podría pedirle a la oscuridad que me ocultara, y a la luz que me rodea, que se convierta en noche; 12 pero ni siquiera en la oscuridad puedo esconderme de ti. Para ti, la noche es tan brillante como el día. La oscuridad y la luz son lo mismo para ti.” No debemos sentirnos mal porque no podemos entender o razonar la omnipresencia de Dios, los atributos de Dios, el amor de Dios o la bondad de Dios, etc. Porque el mismo salmista admite que tal conocimiento, es demasiado maravilloso para el mismo entenderlo. Pero luego declara: “si subo al cielo, allí estás tú; si desciendo a la tumba, allí estás tú, si habita a los océanos más lejanos, aún allí me guiará tu mano; si me oculto en la oscuridad, aún la oscuridad no puede esconderme de ti.” En otras palabras, el salmista nos está dando una clara ilustración de que Dios está totalmente en todo lugar, totalmente en todo momento y que no hay ningún lugar en el que Dios no se encuentre presente. Por ejemplo, dice Jeremías 23: 23 - 24: “¿Soy acaso Dios solo de cerca?—dice el Señor—. No, al mismo tiempo estoy lejos. 24 ¿Puede alguien esconderse de mí en algún lugar secreto? ¿Acaso no estoy en todas partes, en los cielos y en la tierra?», dice el Señor.” Me preocupa el hecho de que muchas personas piensen que Dios está allá en el cielo, muy lejos de nosotros, cuando la Biblia nos enseña que está en cielo y a la vez en la tierra, Él no tiene que volar a la tierra, Él no tiene que venir a donde quiera que estemos, porque Él lo llena todo y está en todo. Esto es importante asimilarlo, porque si cuando oramos a Dios, le alabamos, y le adoramos, pensamos que Él está allá en el cielo, y nosotros estamos acá en la tierra, muy lejos y separados de Él, veremos como que hay un mundo entre Él y nosotros. Por esa razón es que hay personas que dicen cosas como: Griten hasta que Dios los escuche en el cielo; declaren más fuerte para que Dios los escuche en su trono. Dios es omnipresente y sí está sentado en su trono, pero a la vez está aquí con nosotros, porque no existe un lugar donde Dios no esté en su totalidad, no hay un lugar que tenga límites para Él. Esto nos debe llevar a preguntarnos; ¿Entonces porque Jesús nos dijo que cuando oremos lo hiciéramos dirigiéndonos a Dios en el cielo? Mateo 6: 9 que dice: “Ora de la siguiente manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, que sea siempre santo tu nombre”. La razón por la que Jesús nos enseña que oremos al Padre que está en el cielo, es porque primeramente Dios sí está en el cielo, pero eso no descarta que a la vez esté con nosotros, El dirigirnos al Padre que está en el cielo, nos lleva a tener una perspectiva correcta de Dios, nos lleva a entender que Él habita en todo su esplendor y majestad muy por encima de todo. Por otro lado, cuando oramos, como el Salmista en el Salmo 121: 1- 2 que levantaba la vista hacia las montañas, y declararaba que su socorro no venía de las montañas, sino del Señor que hizo los cielos y la tierra, va a ser imposible no admirar la grandeza de nuestro Dios y reconocer que al Dios a quien estamos orando es incomparable y Todopoderoso. Y eso nos debe llenar de asombro y de fe. Dios Está Aquí Cuando leemos el Salmo 139, muchas personas se asustan de la omnipresencia de Dios, porque piensan que Dios está ahí, listo para castigarnos por cada mala decisión que tomamos; pero para mí las palabras del Salmista me llenan de fortaleza y esperanza; porque me aseguran que Dios siempre está conmigo, que el Dios que envió a Jesús a la cruz por mis pecados, siempre está conmigo, que el Dios quien es Todopoderoso, siempre está conmigo y que donde quiera que yo este, Él siempre está conmigo. Dice Hechos 17: 27 - 28: ”Su propósito era que las naciones buscaran a Dios y, quizá acercándose a tientas, lo encontraran; aunque él no está lejos de ninguno de nosotros. 28 Pues en él vivimos, nos movemos y existimos. Como dijeron algunos de sus propios poetas: “Nosotros somos su descendencia”. No hay lugar donde Dios no esté, y lo que es mejor, Él no está lejos de ninguno de nosotros; lo que significa que el Dios que es alto y temible, que el cielo es su trono y la tierra el estrado de sus pies, el Dios que está sentado en su majestuoso trono en el cielo también está aquí conmigo, aunque ande en valle de sombra de muerte, aunque sea echado en un horno de fuego, aunque esté pasando por momentos complicados y dolorosos, porque él no está lejos de ninguno de nosotros. Si tan solo reconociéramos que Dios está en todas partes, muchas cosas cambiarían, nuestra actitud ante la adversidad cambiaría, nuestras oraciones cambiarían, nuestras decisiones cambiarían, nuestras vidas cambiarían, nuestra fe cambiaría, nuestra pasión por Dios cambiaría. Muchas personas hoy día viven tomando decisiones, desarrollando actitudes y comportamientos como si Dios estuviera allá y nosotros acá y como si Dios no estuviera al tanto de nuestras decisiones, pero no es así, Dios está tan cerca que conoce lo que vamos a decir antes de que pronunciemos una sola palabra, está tan cerca que escudriña nuestros corazones, está tan cerca que conoce nuestros pensamientos, está tan cerca que aún las lágrimas que derramamos Él las cuenta, así de cerca está nuestro Dios y eso debe llevarnos a un nivel de asombro, de temor reverente, de agradecimiento y devoción a Él. Qué otro Dios es cómo nuestro Dios, que estando totalmente en el cielo a la vez está totalmente conmigo; que no necesito caminar de rodillas hasta un templo para que me escuche, para que me atienda, porque está totalmente conmigo; que no tengo que hacer sacrificios para acercarme a Él, porque aunque está en su trono, a la vez está totalmente conmigo. Dios llena todo, está en todas partes, en todo momento, pero aunque Él está aquí en este lugar, a la vez está muy lejos de los que no lo honran y mantienen un corazón altivo, tibio, indiferente, hacia Él; como nos dice el Salmo 138: 6: “Aunque el Señor es grande, se ocupa de los humildes, pero se mantiene distante de los orgullosos.” ¿Alguna vez ha estado en un lugar cerca de alguien, pero a la vez siendo totalmente e intencionalmente ignorado a propósito por esa persona? Eso es un ambiente frío y complicado. Ahora, ¿Se imagina ser ignorado por Dios? ¿Cuánto más dolor y frío sentirá? Eso le sucede a los que son orgullosos e indiferentes con Él. Por esa razón es que tenemos que analizar: ¿cómo están nuestros corazones? ¿Qué tanto en realidad amamos a Dios? ¿Qué tanto reconocemos que necesitamos de Dios y a Dios? y venir a Él, con espíritu humilde y arrepentido. No hay un lugar en el cuál podamos evitar a Dios, porque Él lo llena todo, ni aun aquellos que al rechazarlo terminan en el infierno, pueden escaparse de Él; porque aún dice en Apocalipsis 14: 9 - 10: “Después un tercer ángel los siguió mientras gritaba: «Todo el que adore a la bestia y a su estatua o acepte su marca en la frente o en la mano 10 tendrá que beber el vino de la ira de Dios, que se ha servido sin diluir en la copa del furor de Dios. Ellos serán atormentados con fuego y azufre ardiente en presencia de los ángeles santos y del Cordero.” Estos versículos nos enseñan que en el infierno también estará el Cordero, y cuando el vino de la ira de Dios, sea servido sin diluir y los de corazón orgulloso e indiferente, que rechazaron a Jesús, estén siendo atormentados y no encuentren consuelo para su alma; mirarán al Cordero, pero no encontrarán consuelo para su alma; sino que al mirar al Cordero serán recordados de la belleza que pudieron haber experimentado, pero, en cambio, estarán recibiendo el castigo y tormento que escogieron. Por eso es mejor decirle a Dios como le dijo el salmista en Salmo 139: 23 - 24: 23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan. 24 Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna. CONCLUSION La Biblia nos dice en Isaías 57: 15 que: “El Alto y Majestuoso que vive en la eternidad, el Santo, dice: «Yo vivo en el lugar alto y santo con los de espíritu arrepentido y humilde. Restauro el espíritu destrozado del humilde y reavivo el valor de los que tienen un corazón arrepentido.” Mientras Dios habita en su trono y vive en el lugar alto y santo, también está muy cerca de los de espíritu arrepentido y humilde, está tan cerca que Él restaura el espíritu destrozado del humilde y reaviva el valor a los de corazón arrepentido. Esto lo podemos ver en la vida de José, en el proceso doloroso y complicado que tuvo. En Génesis dice: 39: 2 El Señor estaba con José, por eso tenía éxito en todo; 39: 3 Potifar lo notó y se dio cuenta de que el Señor estaba con José, y le daba éxito en todo lo que hacía” 39: 21 Pero el Señor estaba con José en la cárcel y le mostró su fiel amor. 39: 23 El Señor estaba con él y lo prosperaba en todo lo que hacía. El mismo Dios que Isaías vio que estaba sentado en su trono, El mismo Dios que Juan vio sentado en su trono; el mismo Dios que creó los cielos y la tierra, Él NO vino a visitar a Jose, Él NO se encontró con José en la cárcel, no visitó a José en la casa de Potifar, sino que nos dice que: El Señor estaba con José, Dios está totalmente en todas partes y en todo tiempo; estaba totalmente con Jose, y de la misma manera esta, ha estado y estará totalmente con nosotros. En la situación que atravesaste, Dios estaba ahí; en ese momento en el que pensabas que estabas solo o sola, Dios estaba ahí; la razón por la que hoy tienes vida es porque Dios estaba ahí; la fortaleza sobrenatural que sentiste cuando pensabas que ibas a enloquecer, es porque Dios estaba ahí; cuando recibiste la peor noticia de tu vida, Dios estaba ahí. Porque no hay lugar de donde nos podamos escapar de nuestro Dios. Cuántos pueden darle gloria a Dios, gracias a Dios y alabanza a Dios, porque saben que Dios estuvo ahí, que Dios nunca nos ha dejado, nunca nos ha desamparado y no comenzará ahora, es cierto que está en el cielo, pero es tan cierto que está con nosotros en este momento, así que reconozcamos a Dios en este día y humillémonos delante del Señor , digámosle: “Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce los pensamientos que me inquietan. 24 Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna.” Y vengamos ante Él con un corazón humilde y arrepentido. Hoy es un buen día para ponernos a cuenta con Dios, para adorar a Dios, para pedir perdón a Dios, para reconocer a Dios. Si usted aún no le ha entregado su vida a Cristo, entienda de una vez por todas que no hay un lugar en el cual se pueda esconder de Dios, Él lo sabe todo, conoce todos tus pecados y aun así, te trajo este mensaje para que fueras salvo de la condenación eterna. ¿Por qué esperar? Tendrás que confesar a Jesús de una o de otra manera, lo puedes hacer hoy y vivir en la eternidad con Él, o puedes esperar y tenerlo que hacer en el fuego y azufre ardiente. La última promesa que quiero hablar de la omnipresencia de Dios es la que vemos en Mateo 28: 19 - 20 que nos dice: “Por lo tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. 20 Enseñen a los nuevos discípulos a obedecer todos los mandatos que les he dado. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos”. Él nos promete que si lo obedecemos en Hacer Discípulos, enseñar a los nuevos, servirle, hablarle a las personas de Cristo, Él estará con nosotros hasta el fin. Por eso es que yo seguiré haciendo todo lo que yo pueda x1 +, para alcanzar a uno más, bendecir a uno más, discipular a uno más, hasta que todos declaren que: NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO