Dios Es . . . 6

Mi Proveedor

By Richard Martínez, Pastor Principal, September 25, 2022

INTRODUCCION

Durante esta serie hemos estado analizando las diferentes características que encontramos en las Escrituras acerca de Dios.

Y antes de comenzar el mensaje de hoy quiero hacer un ejercicio: Piense en todo lo que posee, piense en las cosas más valiosas y las más necesarias, como su familia, sus hijos, su hogar, su casa, su salud, su trabajo, su negocio, su carrera, su cordura, su alacena y medite en todo ello.

Ahora quiero preguntarle:

  • ¿Qué papel juega Dios en todo lo que pensó?
  • ¿Qué papel cree que tuvo o tiene Dios en todo eso que consideró valioso?
  • ¿Lo obtuvo por su esfuerzo, por su talento, por su carácter?
  • ¿o simplemente porque Dios es nuestro sustento y proveedor?
  • ¿Lo obtuvo porque lo merece o porque Dios le ama?

MENSAJE

Dios Es Proveedor

Una de las características más notables de Dios es que Dios es proveedor, Él provee en todo tiempo, en todo momento, para toda situación y en toda circunstancia. Inclusive uno de los nombres de Dios es Jehová Jireh que significa: El Señor proveedor o El Señor es mi proveedor.

Si hay un principio que nos conviene entender a todos, es que Dios es la fuente de todo, absolutamente todo proviene de Él. Por ejemplo,

1 Crónicas 29: 11 - 12 dice: “Tuyos, oh Señor, son la grandeza, el poder, la gloria, la victoria y la majestad. Todo lo que hay en los cielos y en la tierra es tuyo, oh Señor, y este es tu reino. Te adoramos como el que está por sobre todas las cosas. 12 La riqueza y el honor solo vienen de ti, porque tú gobiernas todo. El poder y la fuerza están en tus manos, y según tu criterio la gente llega a ser poderosa y recibe fuerzas.

Dice el

Salmo 23: 1 - 3: “El Señor es mi pastor; tengo todo lo que necesito. 2 En verdes prados me deja descansar; me conduce junto a arroyos tranquilos. 3 Él renueva mis fuerzas. Me guía por sendas correctas, y así da honra a su nombre.”

Cuando leemos estos versículos nos damos cuenta de que Dios nos provee desde su propia iniciativa y provee para toda necesidad; pero la parte vital es que el ser proveer es una de las maneras en que Dios da honra a su nombre.

A través de toda la Biblia vemos como Dios continuamente proveyó para su pueblo; creó el Edén con todo árbol delicioso, con todos los recursos que el hombre necesitaba para vivir, y una vez que estaba en su lugar, entonces creó al hombre y lo puso en el Edén.

Cuando Dios sacó al pueblo de la esclavitud de Egipto, le proveyó una nube que los cubría de día y una columna de fuego que los calentaba de noche, les proveyó maná que descendía del cielo, aves para comer, agua de la roca, Dios siempre proveyó todos los recursos que su pueblo necesitaba.

Nosotros tenemos un concepto equivocado de la provisión de Dios, porque la manera en la que la vemos es como si Dios estuviera en el camino, inventando que o como nos proveerá; lo vemos como la mamá que llega a la casa y no sabe qué hay en el congelador, pero dice: “Qué prepararé, mientras reniega del porqué siempre tienen que esperar a que ella llegue de trabajar para cocinar”; y así muchos vemos a Dios. Otros vemos a Dios como que Dios tiene pensar de qué manera nos proveerá mientras vamos caminando y por eso es que oramos para ver si lo convencemos de que se apiade de esta pobre criatura de Dios.

La realidad del caso, es que Dios no provee de esa manera, Dios no es el Dios que se inventa las cosas en el proceso, ya vimos que Dios es omnisciente, que Dios conoce todo, lo que significa que Él ya conoce lo que vas a necesitar antes de que lo necesites; y proveyó para esa necesidad de antemano.

Entonces debemos entender que lo que Dios crea, lo sustenta. Por ejemplo, cuando Dios creó los cielos y la tierra, no fue que al otro día dijo: Déjame ver que le falta a la tierra… ah se me había olvidado esto. Por supuesto que no, sino que cuando

Él declara y es hecho todo se sostiene por su Palabra; por eso es que el mundo opera, como opera.

La biblia dice en

Mateo 6: 31 - 33: »Así que no se preocupen por todo eso diciendo: “¿Qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿qué ropa nos pondremos?”. 32 Esas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos, pero su Padre celestial ya conoce todas sus necesidades. 33 Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás, y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.”

Cuando Dios nos creó no fue que dijo: ¿Qué necesitará el hombre para vivir? Deja y creo los alimentos. Por supuesto que no, cuando creó, junto con su creación, así mismo estableció todos los recursos necesarios para sostenerla. Lo que significa que Dios conoce exactamente de que es lo que tenemos necesidad, Él conoce exactamente que es lo que usted necesita antes de que usted sepa que lo necesita.

Creer, Depender y Agradecer

Por lo general se nos hace fácil malinterpretar como Dios provee, porque pensamos que Dios nos provee conforme a lo que hacemos, diezmo y Dios me provee; oro y Dios me provee, sirvo y Dios me provee, porque así es que opera el mundo, trabajamos y luego cobramos.

Pero Dios no opera así, ya Él proveyó para todas nuestras necesidades, por ejemplo: Dios no espera a que nos esté faltando el oxígeno para proveer, ya Él proveyó oxígeno, porque sabe que sin oxígeno no podemos vivir, ÉL no esperó que te estuvieras muriendo de sed, para crear el agua, sino que de antemano, creó el agua porque sabía que sin ella no podíamos vivir. El reconocer que Dios nos proveyó todos los recursos que necesitamos, nos debe llevar a creer, depender y agradecer a Dios por todo lo que hace por nosotros.

Me explico mejor; yo no diezmo para que luego Dios abra las ventanas del cielo; yo diezmo porque creo que ya Dios me proveyó y reconozco que todo lo que tengo es por su gracia, y eso me lleva a una mayor dependencia de Él. Pero como reconozco que lo que Dios ha hecho por mí es mucho más de lo que merezco, vivo agradeciendo a Dios, en obediencia a su palabra.

Cuando Dios dice en

Malaquías 3: 10: “Traigan todos los diezmos al depósito del templo, para que haya suficiente comida en mi casa. Si lo hacen—dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—, les abriré las ventanas de los cielos. ¡Derramaré una bendición tan grande que no tendrán suficiente espacio para guardarla! ¡Inténtenlo! ¡Pónganme a prueba!”

Dios no les estaba diciendo, quiero probar su fe, así que diezmen, Dios les estaba diciendo, Yo soy, su Proveedor, pero ustedes se han olvidado de donde viene su provisión y por eso no han sido fieles con sus diezmos y ofrendas.

Dios no les reclama por la falta de fe, Dios les reclama por la falta de fidelidad y les estaba dando la oportunidad de enfocarse nuevamente en Él, de depender de Él, para entonces continuar proveyéndoles abundantemente.

Dios nunca te pedirá algo que Él ya no te haya provisto abundantemente; si Dios te pide que plantes un árbol de naranjas, es porque ya te dio las naranjas, que traen la semilla y quiere que confíes en Él en el proceso y la siembres; cuando Dios te pide que tengas fe, es porque ya te capacitó y proveyó de fe, no nos inventamos la fe, Dios nos dio la fe; cuando Dios te pide que ames, es porque ya Él te proveyó de su amor incondicional, cuando Dios te pide que lo alabes es porque ya Él te dio su Espíritu en tu vida; cuando Dios te pide que te perdones, es porque ya Él te ha perdonado; todo lo que Dios te pide, es porque ya Él lo proveyó abundantemente.

Tal vez usted podrá decir, pero Dios le dijo a Abraham en el

Génesis 22 v. 2: “Toma a tu hijo, tu único hijo—sí, a Isaac, a quien tanto amas—y vete a la tierra de Moriah. Allí lo sacrificarás como ofrenda quemada sobre uno de los montes, uno que yo te mostraré.”

La Biblia nos dice que a la mañana siguiente Abraham se levantó temprano y partió para obedecer lo que Dios le había dicho, aunque tenía un solo hijo, porque Ismael ya no estaba con él. Luego dice en los

  1. 7 - 8: “Isaac se dio vuelta y le dijo a Abraham: —¿Padre? —Sí, hijo mío—contestó Abraham. —Tenemos el fuego y la leña—dijo el muchacho—, ¿pero dónde está el cordero para la ofrenda quemada? 8 —Dios proveerá un cordero para la ofrenda quemada, hijo mío—contestó Abraham. Así que ambos siguieron caminando juntos.”

Aquí podemos ver que Abraham estaba seguro de que aunque él no entendiera lo que Dios le estaba pidiendo, él sabía que Dios jamás faltaría a su promesa y por eso le creyó a Dios; sin embargo, aunque el proceso fue complicado y difícil, Abraham decidió creer en el Dios que le había dado su hijo y por eso cuando Isaac le dice que ya tenía el fuego y la leña, pero que donde estaba el cordero; Abraham contestó: Dios proveerá un cordero; porque había visto cómo Dios le había provisto milagrosamente.

Es difícil ser fieles a Dios cuando dependemos de nosotros, pero es fácil ser fieles a Dios cuando sabemos que todo lo que tenemos es gracias a Él. Inclusive, Abraham confiaba tanto en la provisión de Dios que dice en

Hebreos 11: 19 “Abraham llegó a la conclusión de que si Isaac moría, Dios tenía el poder para volverlo a la vida; y en cierto sentido, Abraham recibió de vuelta a su hijo de entre los muertos”.

Abraham conocía que Dios siempre había provisto y que aún en este proceso complicado; Dios también proveería, y por eso es que estaba convencido de que si pasaba por el proceso que él quería evitar, ese Dios maravilloso y proveedor, aún proveería el milagro de resucitar a su hijo.

Tenemos que dejar de pensar en que hacer, para que Dios nos provea, o en que tenemos que convencer a Dios para que nos provea, si no que más bien pensemos y meditemos en que ya Dios nos proveyó, y lo único que tenemos que hacer es serle fiel, enfocarnos y depender de Él.

CONCLUSION

Nuestra ActitudAnte La Limitación:

Sin embargo, usted puede preguntarse: Si Dios es mi proveedor. ¿Por qué estoy pasando necesidades? ¿Por qué estoy atravesando por situaciones difíciles o financieras?

La Biblia nos enseña en Deuteronomio 8: 2 - 5 que Dios pasó a su pueblo por un proceso en el cual durante todo ese tiempo pensaban que Él se había olvidado de ellos, que Dios no les había provisto, que Dios ya no estaba con ellos y Dios les dijo:

“Recuerda cómo el Señor tu Dios te guió por el desierto durante cuarenta años, donde te humilló y te puso a prueba para revelar tu carácter y averiguar si en verdad obedecerías sus mandatos. 3 Sí, te humilló permitiendo que pasarás hambre y luego alimentándote con maná, un alimento que ni tú ni tus antepasados conocían hasta ese momento. Lo hizo para enseñarte que la gente no vive solo de pan, sino que vivimos de cada palabra que sale de la boca del Señor. 4 En todos esos cuarenta años, la ropa que llevabas puesta no se gastó, y tus pies no se ampollaron ni se hincharon. 5 Ten por cierto que, así como un padre disciplina a su hijo, el Señor tu Dios te disciplina para tu propio bien.”

Cuando miramos esta Escritura nos damos cuenta de cómo es que Dios opera en los momentos en los que nos sentimos limitados. Nosotros vemos las limitaciones como ocasiones en las que Dios se ha olvidado de nosotros, pero en la limitación del pueblo de Israel, lo que Dios estaba haciendo era guiándolos; la palabra guiándolos tiene un significado tan importante en este proceso, porque en hebreo es halak que significa: estar al pendiente; caminar adelante; atender las necesidades, cuidado continuo, caminar alrededor, hostigar.

Cuando el pueblo estaba pensando que Dios se había olvidado de ellos, más bien era que Dios estaba al pendiente de ellos, y por eso es que mientras los humilló y los probó, a la vez estaba formando su carácter y sus corazones; y es lo mismo que Dios hace con nosotros. Los procesos complicados de nuestra vida funcionan para formar nuestro carácter y nuestros corazones, Dios los utiliza para que nos desenfoquemos de la situación y reconozcamos nuestra inhabilidad, nos enfoquémonos en Él, pongamos nuestra mirada en Él y dependamos de Él.

Por eso es que Dios les enseña que aunque habían sufrido, Él estuvo al pendiente de ellos, que su ropa nunca se gastó y jamás se ampollaron o hincharon sus pies. Dios quería mostrarles que aunque el proceso fue duro, Él siempre estuvo ahí, y nunca los dejo, porque lo mejor que tenemos en la vida no es la provisión de Dios, sino Dios mismo, lo mejor que tenemos en la vida no es lo que Dios pueda proveernos, sino que lo mejor que tenemos en la vida es a Dios mismo.

Así mismo sucede con nosotros, es cierto que hemos sufrido, y que sufriremos, que hemos pasado y pasaremos necesidades, pero cuando estemos en ese proceso, es cuando más tenemos que enfocarnos en Dios, poner nuestra mirada en Dios, confiar en Dios y depender de Dios, porque cuando lo hagamos entenderemos que Él es todo lo que necesitamos, y al final, al otro lado de la prueba y el dolor, nos daremos cuenta de cómo es que Dios siempre estuvo al pendiente de nosotros; caminando adelante; atendiendo nuestras necesidades; teniendo un cuidado continuo; caminando alrededor y pendiente al más mínimo detalle, y todo esto para que al poner nuestra mirada en Él podamos ver que en medio de todo tenemos lo mejor de Dios, que es Dios mismo.

Así que en este día, lejos de quejarnos por lo que no tenemos, debemos darle gracias a Dios por todo lo que ha hecho por nosotros, medite en cuántas cosas maravillosas Dios ha hecho, cuántas bendiciones le ha dado, de cuánto favor le ha rodeado, con cuánto amor le ha amado, medite en todos los milagros que ha hecho por usted, medite en todas las oraciones que le ha contestado y eso le dará la convicción de darle a Dios su mejor y mayor alabanza.

El amor de Dios es tan grande que nos proveyó salvación por medio Cristo Jesús, nos dice Juan 3: 16: “Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” Dios le proveyó la salvación para su alma por medio de Jesús, la pregunta es: ¿Aceptarás esa provisión o no?

Vivamos dándole gracias a Dios por lo que ha hecho, cuando usted medite en todo lo que Dios le ha provisto, le garantizo que vivirá para declarar que:

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO