INTRODUCCION El hablar o explicar sobre los atributos y las características de Dios, generalmente puede llegar a ser para el ser humano un tema difícil de entender o comprender en su totalidad, porque es difícil tratar de explicar a un Dios tan impresionante y maravilloso; creo que ni todos los libros, blogs, páginas webs, videos, podcast; ni todas las mentes unidas, ni todos los profesores de las mejores universidades pudieran alcanzar a entender y mucho menos explicar como es o cómo opera Dios; debido a que es demasiado complejo para el razonamiento humano. Sin embargo, aunque creo que es importantísimo leer la Biblia diariamente para conocer más de Dios y a Dios, también creo que Dios se da a conocer por medio de eventos que complementan lo que leemos y aprendemos en su palabra. El día de hoy quisiera hablar de un tema que en algunos círculos pareciera controversial, pero que no tiene por qué serlo, hablaré de “Dios es… milagroso.” MENSAJE Milagroso La palabra milagroso definitivamente define a Dios, porque milagroso significa: que hace milagros o que no se puede explicar por las leyes de la naturaleza. Por eso es que el único que hace y puede hacer un milagro es Dios mismo. ¿Por qué? Porque un milagro es un evento o acontecimiento en el cual los resultados van más allá de lo natural. La mejor forma que encuentro para definir milagro es cuando tenemos la evidencia en lo natural de lo que Dios hizo en lo sobrenatural, pero al mismo tiempo no tenemos una explicación lógica de cómo lo hizo. Personalmente, pienso que hemos usado la palabra milagro de una manera muy irresponsable, ya que llamamos milagros a eventos tan superficiales, en los cuales no se necesitó la intervención divina de Dios; como: la aprobación de un préstamo, el encontramos con una persona que hace tiempo no veíamos, que mi equipo que no era muy bueno gane el partido. Por eso es que me interesa hablar de que “Dios es… Milagroso”, porque siento que en ocasiones podemos ver a Dios como un consejero o un amigo, que nos ayuda a atravesar el dolor o las situaciones difíciles que estamos atravesando, buscamos a Dios para que nos ayude a soportar los problemas de la vida, pero muy pocas veces lo buscamos para que intervenga y haga un milagro. Inclusive, muchas de nuestras oraciones están más basadas en que Dios nos consuele en medio de nuestras situaciones, en vez de orar para que Dios haga un milagro en nuestras vidas, la Biblia nos dice en Efesios 3: 20: “Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros.” Cuando los discípulos estaban bajo persecución, ellos no oraron por consuelo, nos dice Hechos 4: 29 - 31 que ellos oraban: “Y ahora, oh Señor, escucha sus amenazas y danos a nosotros, tus siervos, mucho valor al predicar tu palabra. 30 Extiende tu mano con poder sanador; que se hagan señales milagrosas y maravillas por medio del nombre de tu santo siervo Jesús». 31 Después de esta oración, el lugar donde estaban reunidos tembló y todos fueron llenos del Espíritu Santo. Y predicaban con valentía la palabra de Dios.” Ellos no querían ser consolados, querían ver a Dios interviniendo de forma sobrenatural en su situación natural. Y mi deseo hoy es que nosotros vivamos con esa expectativa. La razón por la que yo creo que muchas personas han dejado de esperar, orar y clamar por un milagro en sus vidas, es porque se nos hace más fácil conformarnos a lo que estamos viviendo o atravesando, que pagar el precio de la incertidumbre de la fe. Lo digo de esta manera porque muchas veces lo que nos limita de orar por un milagro, es el nivel de incredulidad que manejamos. La otra razón por la que considero que las personas ya no están a la expectativa de un milagro, es porque en la iglesia les hemos hecho creer que ciertas personas son las que tienen la habilidad de hacer milagros, cuando la realidad es que nadie tiene la habilidad de hacerlos, solo Dios hace milagros y nadie tiene más autoridad de ir a Dios y clamar por uno, que la persona que lo necesita. Cuando estoy necesitando un milagro, no necesito que usted ore por mí, no necesito que nadie me imponga las manos, no necesito ir a medio estadio dónde está el mega predicador, cuando necesito un milagro de parte de Dios a donde necesito ir es a mis rodillas, doblarlas e ir a Dios como su hijo y pedirle que intervenga de forma sobrenatural en mi situación o condición natural. El Caso de Lázaro Juan 11: 3 - 6 dice: “Así que las dos hermanas le enviaron un mensaje a Jesús que decía: «Señor, tu querido amigo está muy enfermo». 4 Cuando Jesús oyó la noticia, dijo: «La enfermedad de Lázaro no acabará en muerte. Al contrario, sucedió para la gloria de Dios, a fin de que el Hijo de Dios reciba gloria como resultado». 5 Aunque Jesús amaba a Marta, a María y a Lázaro, 6 se quedó donde estaba dos días más.” Estos versículos nos enseñan que ellas mandaron a llamar a Jesús, porque sabían que Jesús tenía la habilidad de sanar y tenía el poder de hacer un milagro en la vida de su hermano, ellas sabían que Jesús tenía el poder de hacer un milagro que les evitara el dolor que podían llegar a atravesar si Lázaro moría. Todos queremos ver a Dios haciendo un milagro en nuestras vidas, que evite el dolor, pero el mismo Dios que puede hacer un milagro que nos evite el dolor, es el mismo Dios que nos puede hacer el milagro, y darnos las fuerzas que necesitamos para soportar dicho dolor. Si nos fijamos, Jesús, en vez de correr a la situación, como Él es Alfa y Omega, y sabía de antemano lo que sucedería, Él decidió quedarse dos días más. Jesús dijo: “La enfermedad de Lázaro no acabará en muerte. Al contrario, sucedió para la gloria de Dios, a fin de que el Hijo de Dios reciba gloria como resultado.” Cuando clamamos a Dios por un milagro, es importante entender que ese milagro que Dios hará, no lo hará para nuestra comodidad, sino para darle la gloria a Él. Muchas personas me preguntan por qué Dios no les hace un milagro y yo siempre les digo que rebusquen en sus corazones si el milagro que están pidiendo, lo están pidiendo para su comodidad o para darle la gloria a Dios como resultado del milagro. En ocasiones las personas le piden a Dios que haga un milagro en sus matrimonios para no tener problemas, pero no piden el milagro para ver cómo le pueden servir ambos a Dios. Por eso vemos que nos dicen los 5 - 6: “Aunque Jesús amaba a Marta, a María y a Lázaro, 6 se quedó donde estaba dos días más.” Jesús amaba a Marta y a María y aun así, tomó la decisión de esperar dos días más, sabiendo que ellas enfrentarían un proceso doloroso, de confusión y de luto. Pero la realidad es que Dios, en su soberanía, estaba haciendo algo mayor, aunque eso les doliera a ellas. En el momento Martha y María no lo entendieron, pero eso no lo limitó de hacer lo que Él había determinado y que le daría mayor gloria y honra. Cuando Jesús llega a Betania, nos dice la Biblia que las dos hermanas en su momento le hacen el mismo reclamo a Jesús: Señor, si tan solo hubieras estado aquí, mí hermano no hubiera muerto. En otras palabras: ¿Por qué no viniste? ¿Por qué no me hiciste el milagro que te pedí? ¿Por qué no llegaste a tiempo? ¿Por qué no nos evitaste este dolor? Ninguna de las dos dudaban de Jesús, más bien las dos conocían que Jesús tenía el poder de haberles evitado el dolor, conocían que Jesús tenía el poder de hacer el milagro, lo que le reclamaban era, ¿por qué no lo hiciste? Lo menciono porque lo mismo sucede con nosotros, no tenemos duda de que Dios puede hacernos el milagro, nuestro cuestionamiento, es ¿Por qué no lo hizo? ¿Por qué no lo ha hecho? Cuando Jesús está a punto de realizar el milagro, nos enseñan los v. 38 - 39 que Jesús llega a la tumba y ordena que la piedra que tapaba la entrada fuera removida. En el momento en que Jesús estaba por hacer el milagro que Él había determinado hacer, Marta le dice a Jesús en el 39: “Señor, hace cuatro días que murió. Debe haber un dolor espantoso.” Lo que me preocupa de esta declaración es que ella estaba usando el razonamiento humano y natural y eso la estaba llevando a la resignación; la resignación es el peor recurso que nosotros podemos utilizar para aliviar la pérdida y el dolor; porque resignación, significa que dejamos de luchar aun cuando tenemos la oportunidad de lograrlo, es el conformarnos con un resultado cuando no hemos agotado todos los recursos. En último caso, lo que Marta pudo haber pedido en ese momento era consuelo, que significa: encontrar alivio al dolor, ante la pérdida de su hermano. Marta optó por la resignación, aún sabiendo a quién tenía delante de ella, porque ella misma dijo en el 22: “Yo sé que Dios te dará todo lo que pidas.” Lo que significa que Marta sabía que Jesús podía hacer el milagro, pero prefirió resignarse que creer. Es por eso que Jesús le contesta en el 40: “¿No te dije que si crees, verás la gloria de Dios?” La palabra creer no significa: saber que puede hacerlo, para muchas personas eso es creer, como diciendo: yo creo que él lo puede hacer. Si no que la palabra crees aquí es pisteo que significa: poner tu total confianza hasta encontrar afirmación; ser persuadido por Dios. Era como Jesús diciéndole a Marta: Deja de ver las cosas en tu razonamiento lógico y humano y pon tu total confianza en mí hasta que encuentres la afirmación necesaria; si utilizamos el segundo significado podemos decir que era Jesús distrayendo a Marta de la situación en la que se encontraba para que así pudiera poner en Él su confianza y poder ver la gloria de Dios. Esto lo podemos aplicar a nuestras vidas, porque lo mismo sucede con nosotros, Dios está buscando que dejemos de estar enfocados en la situación y nos enfoquemos en Él, para encontrar lo que necesitamos; Dios nos está haciendo un llamado a enfocarnos en Él hasta encontrar en Él la confianza y afirmación que necesitamos para ver la gloria de Dios y un milagro en nuestras vidas. Si solo te enfocas en el dolor que sientes, si solo te enfocas en lo mucho que te preocupa lo que estás atravesando, si solo te enfocas en la pérdida, será imposible razonar la condición en la que te encuentras; pero si en el proceso eres persuadido por Dios y te enfocas en Dios, pones tu mirada en Dios, buscas a Dios, te acercas a Dios, amas a Dios, adoras a Dios, conoces a Dios, honras a Dios, clamas a Dios, entonces recibirás de Dios la afirmación que necesitas, para recibir de Dios el milagro que estás esperando. CONCLUSION Una razón por la que creo que muchas personas prefieren no creer en milagros, es porque el resultado que esperan es el que su razonamiento humano determina, cuando en ocasiones el milagro de Dios no se encuentra en lo que yo estoy esperando, sino en algo mayor que Él ha determinado. Tenemos que creer que cuando Dios no nos contesta de la forma en la que esperamos, es porque está haciendo algo mayor, que aunque nos lo tratara de explicar, no lo podríamos entender. Por esa razón es que no podemos dejar de creer, no podemos dejar de orar, no podemos dejar de clamar, porque si yo no he recibido el milagro en mi vida, o si Dios decide hacer algo diferente a lo que yo estoy esperando, es porque Dios está haciendo algo mayor. Por ejemplo; el milagro de la salvación, la salvación de nuestras almas, es algo en lo cual no podemos ver el resultado total, pero es el mayor milagro que Dios ha hecho en mi vida, y que puede hacer en la vida de cualquier persona que está en este lugar. Quien diría que un día yo fui a esa iglesia y ese pastor me dijo si quería entregarle mi vida a Cristo, y yo no entendía nada de lo que me estaba diciendo, yo solo sabía que necesitaba cambiar mi vida, y Dios me persuadió y le dije que sí a Dios, y le pedí a Jesús que entrara en mi vida y en ese día mi vida jamás fue la misma y aquí estoy hoy. Ese mismo milagro es el que Dios quiere hacer en tu vida el día de hoy. El mayor milagro que puedes ver, no es como Dios te sana, como restaura tu matrimonio o cómo te libra de la muerte, porque ninguna de esas cosas que Dios hace en tu vida son eternas, por eso es que el mayor y más impresionante milagro que Dios realiza en nuestras vidas, es el milagro de la salvación, es el tomar un corazón endurecido, lleno de rencores, resentimientos, maldad y transformar ese corazón, en un corazón que lo ama a Él, que lo busca a Él, que es consolado por Él, es tomar la vida de alguien que no tiene esperanza y llevarlo a poner su esperanza en Él, es tomar una vida vacía y llenarla con su presencia, es tomar una vida sin consuelo y llevarla a encontrar consuelo en Él, porque cuando Cristo llega a tu vida y te salva, ese milagro es para toda la eternidad. Pero Dios también hace milagros donde tenemos la evidencia en lo natural, de lo que Dios hace en lo sobrenatural; como lo que les conté con mi nieta Noemí, según los médicos se supone que naciera deforme o que no pudiera nacer y dejamos de enfocarnos en lo que decían los médicos y clamamos a Dios y hoy está fuerte y saludable; que me dice el cómo Neima no podía dar a luz y hoy tenemos a Milah y ahora el segundo bebe que viene en camino; o cuando Marisol la hija de Alma Salas estaba por perder la vida y Dios le dio otra oportunidad de vida, cuando Laura Aguilar estaba sin Cristo y sin dirección y Dios no le había dado la oportunidad de quedar embarazada, pero vemos hoy que desde que entregó su vida a Cristo, Dios le dio la bendición de poder abrazar una hermosa bebe en Madison, como no voy a creer en milagros cuando miro a Alejandra Gómez y de pensar que pudo haber muerto, y hoy la vemos hoy en su casa completamente sana. Dios hace todo esto, no para nuestra comodidad, no porque nos tiene lástima, Dios lo hace para que nos demos cuenta cuan grande, impresionante y asombroso es Él, lo hace para que veamos cuánto Él nos ama. Por eso es que vemos milagros todo el tiempo, vemos aquí tantas personas que han entregado sus vidas a Cristo y sus vidas jamás han sido las mismas, tantos matrimonios restaurados, tantas sanidades, tantos milagros financieros, tantos corazones transformados, Dios si hace milagros. El 45 dice: “Al ver lo que sucedió, muchos de entre la gente que estaba con María creyeron en Jesús.” Esto nos demuestra que el milagro que Dios ha hecho en tu vida y que hará en tu vida, no es para tu comodidad, sino para que otros crean. Por eso es que no te puedes callar, tienes que contarles a otros lo que Dios ha hecho en tu vida, hazlo para darle gloria a Dios y x1+, para alcanzar a uno más, bendecir a uno más, discipular a uno más, hasta que todos declaren que: NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO