Dios Es . . . 11

Mi Padre

By Richard Martínez, Pastor Principal, November 06, 2022

MENSAJE

Dios Como Padre

En el Antiguo Testamento Dios se reveló a su pueblo de diferentes maneras. Por ejemplo:

  • Génesis 1 se refiere a Dios como Elohim - Dios creador.
  • Génesis 2 - Yahweh - Jehová Dios.
  • Génesis 14 Elyon - Dios Altísimo.
  • Génesis 15 - Adonay - Mi Señor.
  • Génesis 17 - El Shaddai - Dios Todopoderoso.
  • Éxodo 15 - Jehová Rapha - Dios Sanador.
  • Jueces 6 - Jehová Shalom - Dios de paz.

Sin embargo, en el Nuevo Testamento cuando Jesús habló acerca de Dios, no se refirió a Él como Señor, Dios, Elohim, Adonay o Elyon, sino que se refirió a Dios como Padre y así lo dio a conocer.

Cuando Jesús habló de Dios, dijo cosas como:

  1. Tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará.
  2. Pero tú, cuando ores, apártate a solas, cierra la puerta detrás de ti y ora a tu Padre en privado. Entonces, tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará.
  3. No seas como ellos, porque tu Padre sabe exactamente lo que necesitas, incluso antes de que se lo pidas. Ora de la siguiente manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, que sea siempre santo tu nombre. Que tu reino venga pronto.
  4. Si perdonas a los que pecan contra ti, tu Padre celestial te perdonará a ti; pero si te niegas a perdonar a los demás, tu Padre no perdonará tus pecados.
  5. Así que si ustedes, gente pecadora, saben dar buenos regalos a sus hijos, cuánto más su Padre celestial dará buenos regalos a quienes le pidan.

Personalmente, no creo que haya una mejor manera de relacionarnos con el amor de Dios que entendiendo que Él es nuestro Padre y que somos sus hijos. Por ejemplo, dice en

1 Juan 3: 1 - 3: “Miren con cuánto amor nos ama nuestro Padre, que nos llama sus hijos, ¡y eso es lo que somos! Pero la gente de este mundo no reconoce que somos hijos de Dios, porque no lo conocen a él. 2 Queridos amigos, ya somos hijos de Dios, pero él todavía no nos ha mostrado lo que seremos cuando Cristo venga; pero sí sabemos que seremos como él, porque lo veremos tal como él es”.

Para muchas personas esto puede ser complicado, porque cuando hablamos del padre, algunos piensan en el padre que posiblemente los maltrató, que los abandonó o que les dio una mala vida. Y lo piensan porque son los padres los que dan la identidad a los hijos, si no tuvo un padre o si lo tuvo, pero no fue el mejor ejemplo, o no le afirmó, no le dio la identidad correcta. Pero debemos tener gozo al saber que ahora que estamos en Cristo, nuestra paternidad, nuestra identidad la recibimos de nuestro Padre Celestial.

Como nos dice en

Efesios 1: 3 - 5: “Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales, porque estamos unidos a Cristo. 4 Incluso antes de haber hecho el mundo, Dios nos amó y nos eligió en Cristo para que seamos santos e intachables a sus ojos. 5 Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo.”

Lo que nos demuestra que con Dios como Padre no nos falta nada, que aun si hemos sido abandonados, o rechazados por el padre terrenal; ahora somos bendecidos con toda clase de bendiciones; somos amados, elegidos, adoptados por Dios y no solo eso, sino que todo esto fue y es iniciativa de Dios y le dio gran gusto hacerlo.

Inclusive nos dice en

Gálatas 3: 29: “Y ahora que pertenecen a Cristo, son verdaderos hijos de Abraham. Son sus herederos, y la promesa de Dios a Abraham les pertenece a ustedes.”

Es posible que tu padre terrenal se haya olvidado de ti y te hayas sentido desechado; pero tu Padre Celestial te llama su verdadero hijo y no solo su hijo, sino también su heredero y heredero de sus promesas.

Por eso es que de lo que más orgulloso me siento en la vida, lo que me da identidad, no es que soy Pastor, ni ministro, ni cristiano, ni puertorriqueño, ni que soy Martínez, ni que soy negro, de lo más que me siento orgulloso, bendecido, edificado, afirmado, identificado es de que soy hijo de Dios.

El Corazón del Padre

En el libro de Lucas 15: 11 - 24 vemos una historia que nos ayudará a entender mejor el amor del Padre por nosotros. Esta parábola que Jesús cuenta era para contestar a una pregunta que hicieron los fariseos del porqué Jesús comía con pecadores.

Y Jesús les cuenta 3 parábolas, la primera de una oveja perdida, la segunda de una moneda perdida, luego la tercera de un hijo perdido y nos enseña que un hijo: le dijo al padre:*** “Quiero la parte de mi herencia ahora, antes de que mueras”.*** Entonces el padre accedió a dividir sus bienes entre sus dos hijos.

Pocos días después del padre darle la herencia, se marchó lejos del Padre y derrochó su dinero en una vida desenfrenada y según se iba acabando su dinero, así mismo llegó una hambruna en todo el país y él comenzó a morirse de hambre.

En ese proceso el joven convenció a un agricultor que le permitiera cuidar a sus cerdos y en el

  1. 16 dice: “El joven llegó a tener tanta hambre que hasta las algarrobas con las que alimentaba a los cerdos le parecían buenas para comer, pero nadie le dio nada.”

La razón por la que nadie le dio nada, es porque este joven no tenía en realidad valor para nadie, como el valor que tenía para el padre, él no le importaba a nadie cómo le importaba al padre, nadie lo amaba más que su padre, nadie lo cuidaría mejor que su padre. Por eso vemos que nos dice la Biblia en los

  1. 17 - 19: “Cuando finalmente entró en razón, se dijo a sí mismo: “En casa, hasta los jornaleros tienen comida de sobra, ¡y aquí estoy yo, muriéndome de hambre! 18 Volveré a la casa de mi padre y le diré: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no soy digno de que me llamen tu hijo. Te ruego que me contrates como jornalero.”

¿Por qué usted cree que le entregamos nuestras vidas a Cristo?

Fue porque un día el Padre nos hizo entrar en razón de que una vida lejos del Padre es una vida de dolor, de vacíos, de amargura y por eso es que cuando el Padre nos hizo entrar en razón corrimos al Padre. Porque nadie te amará como te ama el Padre, nadie te cuidará como te cuida el Padre, para nadie tendrás más valor que el valor que tienes para el Padre. Es por eso que estamos aquí, porque somos amados por Él.

Yo tengo que testificar que si yo estoy aquí hoy es porque el Padre me hizo entrar en razón, el Padre me rescató de la vida que llevaba, el Padre me buscó cuando estaba perdido, el Padre me amó cuando nadie me amaba y me hizo entrar en razón de que el mundo no tenía nada para mí, que lo único que el mundo me proveía era un vacío horrible, dolor y amargura.

Pero la realidad es que esta historia no se centra en el hijo, sino en el amor del Padre; porque cuando el hijo venía de camino, nos dice que el Padre lo vio venir y lleno de amor y compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó; no solo eso, sino que ordenó que lo vistieran con la mejor túnica, que pusieran un anillo en su dedo, sandalias en sus pies, que hicieran una celebración con un banquete.

Luego el padre hizo una declaración impresionante, él dijo que hicieran todo esto en el

  1. 24 “porque este hijo mío estaba muerto y ahora ha vuelto a la vida; estaba perdido y ahora ha sido encontrado. Entonces comenzó la fiesta.”

Me fascina esta declaración del Padre, porque era como diciendo: Yo pensaba que lo había perdido, que había muerto, pero ahora ha vuelto a la vida, ahora ha sido encontrado; el enemigo no me lo pudo arrebatar, no pudo prevalecer, no me lo pudo robar y ahora que está de regreso, no lo dejaré ir jamás. Y dice que luego de esa declaración del Padre es que dice: Entonces comenzó la fiesta.

CONCLUSION

Beneficios De Los Hijos

Un concepto que me ha marcado lo vemos en

Romanos 8: 15 - 17: “Y ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice al miedo. En cambio, recibieron el Espíritu de Dios cuando él los adoptó como sus propios hijos. Ahora lo llamamos «Abba, Padre». 16 Pues su Espíritu se une a nuestro espíritu para confirmar que somos hijos de Dios”.

La razón por la que esto me ministra, es porque nosotros fuimos adoptados por Dios como sus propios hijos y porque somos hijos; su Espíritu, se unió a nuestro espíritu para confirmarnos que somos hijos de Dios.

En otras palabras; la experiencia que tenemos con el Espíritu Santo de Dios, debe ser la evidencia no de que somos cristianos, no de que somos buenos, sino que es la evidencia y la confirmación de que somos hijos de Dios.

  1. Ese gozo que sentimos cuando alabamos a Dios.
  2. Esa paz que sentimos cuando adoramos a Dios.
  3. Esa fortaleza que sentimos cuando estamos orando.
  4. Ese amor que sentimos cuando buscamos a Dios; todo eso es lo que nos confirma que somos hijos de Dios.

Dios quiso confirmarnos, recordarnos, asegurarnos de que somos hijos de Dios; que llegó al punto que unió su Espíritu a nuestro Espíritu, para que sepamos de que somos hijos de Dios.

Esta adopción no fue un proceso cualquiera, sino que Pablo en

Gálatas 4: 4 - 7 nos dice: “Sin embargo, cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la ley. 5 Dios lo envió para que comprara la libertad de los que éramos esclavos de la ley, a fin de poder adoptarnos como sus propios hijos; 6 y debido a que somos sus hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestro corazón, el cual nos impulsa a exclamar «Abba, Padre». 7 Ahora ya no eres un esclavo, sino un hijo de Dios, y como eres su hijo, Dios te ha hecho su heredero.”

En estos días me dieron una perra, la verdad es que a mí no me gustan los perros, pero me encariñé con ella, se había perdido y postee en las redes que la había encontrado, apareció la dueña, como ya me había encariñado con la perra le pregunté a la dueña si quería venderla y accedió, me la vendió; le di el dinero y adopté la perra como mía. Pero la perra come comida de perros, duerme en una jaula, en otras palabras ella sigue siendo una perra, no mi hija.

Pero la adopción de Dios por nosotros, no fue un intercambio sencillo, no fue que Dios dijo: pues qué haré, ahh, ya sé, voy a adoptar a Richard, pero lo voy a dejar afuera, voy a atenderlo cuando pueda. Nada de eso, sino que la adopción de Dios por nosotros fue de modo que Dios envió a su hijo para que comprara nuestra libertad, entregando su vida y derramando su sangre en la cruz del Calvario, y esto cuando estábamos en nuestros delitos y pecados y al adoptarnos nos hizo como sus propios hijos y ese sacrificio de amor que sufrió en la cruz, ese amor que nos mostró al adoptarnos, es lo que nos debe impulsar a exclamar: Abba Padre.

Dios no quiso que cuando meditáramos en su amor, pensáramos en Él como Jehová, Elohim, Yahweh, El Shaddai, sino que el propósito de Dios es que cuando meditemos en su amor lo reconozcamos con la mayor expresión y revelación de intimidad, amor, identidad y afirmación que es Abba Padre que es como decir: Papito, Querido Padre, Amado Padre.

Esa es la manera en la que Dios quiere que lo conozcamos,

  1. Como Padre.
  2. Como el Padre que no nos abandona.
  3. Como el Padre que está al pendiente de nosotros.
  4. Como el Padre que nos amó estando en la peor condición de nuestras vidas.
  5. Como el Padre que decidió amarnos aún estando en la peor condición de nuestra vida.
  6. Como el Padre que siempre está listo para socorrernos, ayudarnos, levantarnos, afirmarnos, sanarnos, edificarnos.
  7. Pero sobre todo, el meditar en esto es lo que nos debe afirmar, porque este Padre conoce nuestros corazones, hace que el Espíritu Santo interceda por nosotros, provoca que todo coopere para nuestro bien; nos puso en relación correcta con Él, no permite que nada pueda separarnos, de su amor, ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni demonios, ni los poderes del infierno, nada puede separarnos del amor de nuestro Padre.

Por eso es que tenemos que venir a Él como PADRE.

Recuerdo un día que mi hijo Jonathan estaba jugando en una silla y yo le advertí que se podía caer y golpearse y así pasó, tuvimos que llevarlo al hospital y cuando lo llevamos al hospital, él tenía muchas piedritas pequeñas incrustadas en una herida en su cráneo. Cuando el médico de urgencias comenzó a sacarle esas piedritas; él comenzó a gritar de dolor.

Pero él no gritaba: Pastor Richard, autor de libros Richard, predicador Richard, maestro Richard, esposo de Maria Martínez, lo que mi hijo en medio del dolor gritaba era: Papi, ayúdame, por favor, papi, ayúdame que me duele, papi, papi, papi. Mi corazón se deshacía y no podía hacer nada al respecto.

Por eso es que vemos a Jesús que estando en la cruz, en el momento más devastador de su proceso, en el momento de mayor dolor e incertidumbre, dice Mateo 26: 39 que cuando su alma estaba destrozada de tristeza, Él no oraba: Elohim ayúdame, Él no oraba El Shaddai sálvame, sino que oraba: «¡Padre mío! Si es posible, que pase de mí esta copa de sufrimiento. Sin embargo, quiero que se haga tu voluntad, no la mía; luego, en la cruz, en medio del dolor, el escarnio y las ofensas, Él no exclamó: Jehová Rapha sálvame, Adonay recíbeme, si no que nos dice

Lucas 23: 46 que: “Después Jesús gritó: «Padre, ¡encomiendo mi espíritu en tus manos!». Y con esas palabras dio su último suspiro.”

Creo que esa es una de las razones por las que tenemos que entender cómo es que Dios es nuestro Padre, para que en los momentos de angustia podamos venir a Él como hijos, podamos orar a Él como hijos y podamos venir a Él con confianza.

  • ¿Acaso usted conoce cuánto le ama el Padre?
  • ¿Acaso usted puede meditar cuánto le ama su Padre Celestial?
  • ¿Lo valioso e importante que es usted para el Padre? ¿Acaso ha meditado todo lo que el Padre ha hecho para que vengas a Él?
  • ¿No te gustaría venir en este día al Padre y recibir el amor del Padre?

El Apóstol Juan dijo; miren con cuánto amor nos ama nuestro Padre, que nos llama sus hijos, ¡y eso es lo que somos!. Cuando meditamos en ese amor, eso cambia nuestra perspectiva de cómo vemos a Dios, de cómo oramos, de cómo servimos a Dios, de como diezmamos, de cómo adoramos.

Dios es tu Padre, Dios es tu Padre, eres amado por el Padre, eres bendecido por el Padre, eres lleno por el Padre, eres salvado por el Padre, el Padre es celoso contigo, no te deja, no te abandona, no te suelta, así es el amor del Padre.

Por eso, en este día, si estás angustiado, afligido, deprimido, enfermo, abatido, ven al Padre, busca al Padre, ven como hijos, no hay nada que el Padre no haga por nosotros, no hay nadie que nos ame más que el Padre, así que hoy recibe la seguridad que viene de Él, estés pasando lo que estés pasando, adóralo y recibe la fortaleza y afirmación que solo viene del Padre.

Es tiempo de amar al Padre, de vivir para el Padre, es tiempo de que volver al primer amor con el Padre, es tiempo de servir al Padre, es tiempo de vivir para declarar que:

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO