INTRODUCCION A través de esta serie de mensajes, podemos ver como el libro de Daniel nos revela no solo una historia de esa época, sino lo que siempre ha ocurrido. Es decir, lo que hemos podido ver en el libro de Daniel es lo que aún acontece hasta el día de hoy. Estaré hablando en este mensaje de la importancia de desarrollar una vida de oración, para mantener la fe en medio de cualquier situación o tribulación. MENSAJE Cuando Los Malvados Conspiran En la primera parte de Daniel 6 vemos que luego de que Belsasar fuera asesinado, entró en Babilonia un nuevo imperio, el imperio Medo-persa gobernado por el rey Darío. La Biblia nos enseña que este nuevo rey, establece un nuevo orden en el reino. En esta nueva estructura, el rey escoge a 3 personas como administradores que protegieran los intereses del rey, entre ellos escoge a Daniel. Para este tiempo Daniel tenía un promedio de 80 años, y aun en su vejez, las personas que lo rodeaban continuaban conspirando en su contra y buscando matarlo. Porque nos dice la Biblia en el v. 4 que los funcionarios comenzaron a buscar una falta en Daniel; pero no pudieron encontrar nada, nada que criticar o condenar; porque Daniel era fiel, responsable y digno de confianza. Yo no tengo idea porque estas personas insistían en que Daniel muriera, por qué continuaban buscando la manera de afectarlo; posiblemente haya sido, porque Daniel vivía una vida íntegra e intachable; el 3 dice que “Daniel demostró ser más capaz que los otros administradores y altos funcionarios.” Al parecer Daniel era odiado o le caía mal a los que lo rodeaban, todo porque Dios estaba con él; porque el Espíritu de Dios estaba en él y para ser honesto, esta es la clase de vida y de fe que yo quiero tener, no que le caiga mal a la gente, sino que deseo vivir mi vida de tal manera que al diablo le caiga mal la pasión, la devoción, el amor, la entrega y lo que pueda llegar a desarrollar por Dios. Los funcionarios del rey se presentaron delante del él para convencerlo de que estableciera una ley por 30 días que prohibiera a las personas orarle a un dios que no fuera el rey. Esto lo hicieron porque se percataron que Daniel era tan fiel a Dios que no obedecería esta ley. Lo que vemos a través de la vida de Daniel, nos es solo lo que sucedió, si no lo que siempre sucede y lo que sucederá, y por eso es que tenemos que aprender a vivir con una fe, una devoción y una pasión inquebrantable, porque llegará el día en que así como Daniel tengamos que decidir, si nos mantenemos firmes en nuestra fe, o si el miedo, la intimidación, la maldad y las amenazas del diablo, del mundo y del gobierno nos harán negar la fe. Ese tiempo ya llegó, estamos en el tiempo donde el mantener nuestra fe y principios, ofende a las personas, donde el vivir una vida apasionada por Cristo, molesta a las personas, en donde el enseñar a nuestros hijos a vivir conforme a la Palabra, incomoda a las personas. Esto que vemos en Daniel es evidencia de lo que sucederá en el final de los tiempos y ya estamos en ese tiempo. Cuando Daniel se entera de la orden del rey, él toma una decisión, no de desafiar al rey, sino de hacer lo que siempre hacía, nos dice en el 10 “Sin embargo, cuando Daniel oyó que se había firmado la ley, fue a su casa y se arrodilló como de costumbre en la habitación de la planta alta, con las ventanas abiertas que se orientaban hacia Jerusalén. Oraba tres veces al día, tal como siempre lo había hecho, dando gracias a su Dios”. La pregunta que yo me hago es: ¿Que hubiese hecho yo, que haríamos nosotros? Si se hubiese establecido una ley así. ¿Oraríamos como quiera aun si nuestra nos costara la vida? Diríamos algo como: Dios entiende que no podemos orar; porque Dios no quiere que yo muera. Estoy seguro de que si la orden del rey hubiese sido, que no comieran, Daniel no hubiese comido; si hubiese sido que no se bañaran, no se hubiese bañado, pero cuando la orden del rey, chocaba con sus principios, fue ahí que Daniel no estuvo dispuesto a someterse a la orden del rey. Pero creo que había algo mayor en esto y es lo que posiblemente Daniel había descubierto acerca de la oración, porque nos dice que él oraba tres veces al día, tal como siempre lo había hecho. Lo que significa que la oración era su estilo de vida y al parecer había descubierto algo en la oración que aunque su vida dependiera de ello, no podía dejar de hacerlo. El Poder De La Oración Cuando analizamos las diferentes situaciones que atravesó Daniel, nos damos cuenta de que él nunca invirtió el tiempo en tratar de defenderse, en tratar de justificarse, cuando Daniel sabía que su vida corría peligro, dependía de lo que en todo tiempo había dependido, de su relación con Dios por medio de la oración. Yo estoy seguro de que cuando Daniel recibe la noticia de lo que el rey había determinado, no es que Daniel se haya llenado de valentía y coraje, es posible que Daniel haya tenido que debatir en su corazón entre obedecer a Dios o la orden del rey y en el proceso decidió obedecer a Dios. El asunto con esto es como hemos explicado antes, cada uno de nosotros en algún momento dado de nuestras vidas nos encontraremos en una encrucijada, si obedecer a Dios, honrar a Dios, vivir para Dios u obedecer al mundo y lo que el mundo tiene para ofrecer y Daniel decidió obedecer a Dios y orar a Dios como lo solía hacer. Es como lo que vimos del salmista en el Salmo 57; que estaba bajo la persecución de un rey malvado, y en el proceso, mientras entraba en la cueva de Adulám; declara en los 1 - 3 “¡Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia! En ti busco protección. Me esconderé bajo la sombra de tus alas hasta que haya pasado el peligro. 2 Clamo al Dios Altísimo, a Dios, quien cumplirá su propósito para mí. 3 Él mandará ayuda del cielo para rescatarme, y avergonzará a los que me persiguen. Mi Dios enviará su amor inagotable y su fidelidad.” El salmista no dependió de su estrategia militar, no dependió de su conocimiento, no dependió de su influencia, sino que dependió del mismo Dios que había estado con él, cuando derribó al gigante Goliat y ahora que tenía un nuevo enemigo, ahora que estaba bajo otro tipo de persecución, ahora continuaba dependiendo del mismo Dios que le había dado la victoria ya una vez. Lo mismo que Daniel, cuando Daniel escuchó el edicto del rey, él tuvo que tomar una decisión de depender del mismo Dios que había estado con él, durante toda su vida, del mismo Dios que le había salvado la vida una y otra vez, del mismo Dios que se encontró con sus amigos en el horno de fuego. Así mismo nosotros tenemos que hacer, tenemos en todo tiempo, en todo momento, en cada circunstancia, entender que Dios está con nosotros, que Él nunca nos deja, que Él nunca nos desamparará. Cuando nos veamos en medio de la persecución, de la angustia, de la calamidad, de la injusticia, no es de pie que tenemos que pelear, sino de rodillas. Cuando el enemigo se levanta en nuestra contra, cuando aun las personas en la tierra se levantan contra nosotros, cuando el infierno entero se levanta contra nosotros, sea en este tiempo o en el tiempo de la persecución, nosotros no tenemos que defendernos, todo lo que tenemos que hacer es lo mismo que hemos hecho siempre, orar, buscar el rostro de Dios y encontrar en Dios, por medio de la oración la paz que necesitamos. La Biblia no nos promete una vida libre de persecución, de conflictos o problemas, tenemos un enemigo que nos odia, que nos quiere ver derrotados, que nos quiere llevar a negar la fe, pero en medio de todo esto, podemos descansar en lo que Pedro nos enseña en 1 Pedro 5: 6 - 11 “Así que humíllense ante el gran poder de Dios y, a su debido tiempo, él los levantará con honor. 7 Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes. 8 ¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar. 9 Manténganse firmes contra él y sean fuertes en su fe. Recuerden que su familia de creyentes en todo el mundo también está pasando por el mismo sufrimiento. 10 En su bondad, Dios los llamó a ustedes a que participen de su gloria eterna por medio de Cristo Jesús. Entonces, después de que hayan sufrido un poco de tiempo, él los restaurará, los sostendrá, los fortalecerá y los afirmará sobre un fundamento sólido. 11 ¡A él sea todo el poder para siempre! Amén. El Apóstol Pedro nos enseña, que en medio de la persecución, en medio de los ataques, en medio de la angustia, en medio del dolor, en medio de las tribulaciones, en medio de las injusticias; nos humillemos, no ante ellos, no ante las personas, sino ante el gran poder de Dios; porque cuando nos postramos y oramos, es porque estamos dependiendo de su gran poder. . En este momento podemos ilustrar lo que sucede, cuando nos postramos ante el poder de Dios, cuando una persona ora, Dios lo levanta con honor para ser Él quien pelea por nosotros. Pedro añade y nos dice que por medio del humillarnos, es que ponemos todas nuestras preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios; porque Él cuida de nosotros. Pero no nos promete una vida libre de persecución; sino que nos enseña que si sentimos el respirar del león, los rugidos amenazantes de un león, que nos quiere devorar, en ese momento, en ese tiempo, tenemos que mantenernos firmes, y ser fuertes en nuestra fe. ¿Cómo somos fuertes en nuestra fe? Dependiendo de Dios por medio de la oración. CONCLUSION Entre Leones Luego de que Daniel orara, fue arrestado y echado en el foso de leones, el rey Darío hace una declaración poderosa y le dice en el v. 16 “Que tu Dios, a quien sirves tan fielmente, te rescate. Y luego nos dice el v. 17: Así que trajeron una piedra y la colocaron sobre la boca del foso. El rey selló la piedra con su sello real y los sellos de sus nobles para que nadie pudiera rescatar a Daniel.” ¿Pudo ver lo que Dios hizo? Se aseguró de que nadie que no fuera él mismo pudiera rescatar a Daniel. ¿Se fija cómo es que, en ocasiones, Dios si permitirá que la única solución que tengamos para nuestra situación y condición sea Él? Daniel fue echado en el foso de los leones y ¿Qué piensa que Daniel hizo cuando entró? Para mí , él hizo lo que siempre hacía, arrodillarse como de costumbre y orar a Dios. Al otro día el rey se levantó muy temprano y fue al foso de los leones, el v. 21 - 22 dice que el rey gritó con angustia: “¡Daniel, siervo del Dios viviente! ¿Pudo tu Dios, a quien sirves tan fielmente, rescatarte de los leones? Se imagina lo que debe haber sentido cuando escucha del otro lado de la piedra: ... ¡Que viva el rey! 22 Mi Dios envió a su ángel para cerrarles la boca a los leones, a fin de que no me hicieran daño, porque fui declarado inocente ante Dios, y no he hecho nada malo en contra de usted, su majestad”. La impresión que se llevó el rey fue tan increíble que ordenó a los que conspiraron contra Daniel, que fueran echados en el foso de los leones, donde los leones los despedazaron antes de tocar el suelo, El rey declaró en los 26 - 27: “Ordeno que en mi reino toda persona tiemble con temor delante del Dios de Daniel. Pues él es el Dios viviente, y permanecerá para siempre. Su reino jamás será destruido, y su dominio nunca tendrá fin. 27 Él rescata y salva a su pueblo; realiza señales milagrosas y maravillas en los cielos y en la tierra. Él ha rescatado a Daniel del poder de los leones». Es lo mismo que describe el salmista en su situación devastadora en el Salmo 57: 4; él describió la situación diciendo: Me rodean leones feroces que con avidez devoran a sus presas humanas; sus dientes penetran como lanzas y flechas, y sus lenguas cortan como espadas. Pero en medio de la situación; él no se enfocó en los leones feroces, sino que más bien en medio de su situación, declaró en el 5 “Exaltado seas, oh Dios, por encima de los cielos más altos! Que tu gloria brille sobre toda la tierra.” Luego en el 7 “Mi corazón está confiado en ti, oh Dios; mi corazón tiene confianza. ¡Con razón puedo cantar tus alabanzas!” Esa debe ser nuestra declaración en este día, esté pasando lo que esté pasando, esté atravesando lo que esté atravesando, aún si se siente como el salmista; como si leones feroces amenazaran contra su vida, aun si siente que la situación no tiene solución. Tenemos que orar, buscar el rostro de Dios, poner en Él nuestra confianza, alabarlo con todo nuestro corazón y dejar que en medio del dolor, en medio de la angustia, en medio de la ansiedad, en medio de la duda, en medio de la persecución, en medio de la injusticia, en medio de la calamidad, en medio de la tristeza, podamos con confianza, cantar sus alabanzas; porque cuando confiamos en Él, Él se encuentra con nosotros en medio de cualquier situación y veremos su victoria en nuestras vidas. Dios te está permitiendo leer este mensaje para que puedas entender cuánto Él te ama y el cuidado que Él tiene de ti; que Él ha llegado a tu vida, para darte salvación y vida eterna y que escapes de la condenación eterna. Pero para ello tienes que confesar a Jesús como tu Señor y único Salvador. En un momento dado de nuestras vidas, atravesaremos, procesos difíciles y dolorosos, procesos de injusticia y angustia, todo esto es inevitable; pero en medio de todos ellos, ore y mientras más difícil se haga la situación, más dependa de la oración, porque solo así es que en medio de toda situación, vivirá para declarar que: NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO