Inquebrantable 10

Una Generación Inquebrantable

By Richard Martínez, Pastor Principal, March 12, 2023

INTRODUCCION

Yo estoy convencido de que este es el tiempo en que tenemos que parar de pensar que la formación de nuestros hijos depende del gobierno, la escuela, la iglesia, la sociedad y comenzar a entender que es nuestra responsabilidad formar el destino de nuestros hijos. Porque vamos a estar en graves aprietos si dejamos la formación de nuestros hijos a las escuelas, el gobierno, etc.

Ya no solo tenemos personas que se identifican como mujeres, y que quieren que se les respeten sus derechos, existen también hombres adultos que se identifican como niñas menores de edad, que quieren tener el derecho de estar y participar con las niñas. Personalmente, creo que lo que vemos en nuestra sociedad hoy día es tan deplorable, tan horrible y tan desagradable, que si no tenemos cuidado, perderemos a toda una generación.

El capítulo 10 de Daniel nos da algunos principios que nos pueden mostrar como formar una generación con una fe, una devoción y pasión inquebrantable por Cristo.

MENSAJE

Principios para formar una generación inquebrantable

Nos tiene que doler. Daniel 10 v. 2 - 3

Cuando Daniel recibe la visión, en vez de sentir que no era su problema porque estaría muerto para cuando algunas de estas cosas sucedieran, nos explica los

  1. 2 - 3 que: “En aquellos días yo Daniel estuve afligido por espacio de tres semanas. No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con ungüento, hasta que se cumplieron las tres semanas.”.

Esto llevó a Daniel a una aflicción profunda, en vez de una actitud de indiferencia.

Yo creo que los cristianos, los padres y abuelos, cuando miramos lo que está sucediendo, cuando miramos los peligros a los que nuestros hijos y nietos se enfrentan, eso debe llevarnos a una preocupación profunda y a preguntarnos:

  • ¿Qué legado estamos dejando?
  • ¿Qué ejemplo estamos sembrando en nuestra descendencia?
  • ¿Qué estamos haciendo con nuestra vida para dejar un futuro mejor a nuestros hijos y nietos?

En ocasiones me duele ver como los padres viven tan indiferentes o inconscientes a lo que les rodea, posiblemente porque en la dirección en que va la sociedad, pareciera mejor resignarse, que considerar la posibilidad de que hay algo que podemos hacer.

¿Le preocupa de verdad lo que está sucediendo? O ¿piensa que es una exageración mía preocuparme que el destino eterno de nuestros hijos y nietos está en peligro?

Porque, si nos duele, entonces eso debe llevarnos al segundo punto.

Debemos motivarnos a emprender una búsqueda profunda de la presencia de Dios.

El dolor que Daniel sintió por la próxima generación, le permitió tener un encuentro angelical, los v. 2 - 8 nos dicen como tuvo lugar este encuentro con este ángel. Pero algo que considero interesante de esta Escritura es que solo Daniel vio la visión, posiblemente porque solo a él le dolía o porque solo Daniel estaba con la expectativa de ver a Dios moverse en el proceso.

Por eso es que no nos debe sorprender que las demás personas no vean lo que vemos, que no crean como creemos.

Si usted entiende que la niñez y juventud está en peligro, es porque lo está y si siente que esto es más fuerte y complicado de lo que podemos resolver, es porque lo es. Hoy más que nunca tenemos que buscar la presencia de Dios, buscar mayores experiencias, para llevar Su Presencia a nuestros hogares y encontrar la paz, estrategias, consuelo, fortaleza de Dios por medio de su presencia y que sea Su presencia la que llene nuestras vidas, matrimonios, familias y hogares.

Una vez más quiero animarlos a tomar la actitud que vimos en Jairo cuando vio que no había nada que podía hacer por su hija que estaba enferma, él no se esperó, él no envió a alguien que buscara a Jesús, él no le envió un comunicado a Jesús, a él no le importó lo que las personas pensaran, no le interesó lo que la sociedad a su alrededor pensara de Jesús, y lejos de resignarse, él simplemente entendió el peligro, entendió lo que podía llegar a acontecer y buscó a Jesús y cuando lo encontró, nos dice

Lucas 8: 41 que “cayó a sus pies y le rogaba que lo acompañara a su casa”

En otras palabras, Jairo le rogaba a Jesús no que le hiciera el milagro, sino que fuera con él a su casa. Yo anhelo la presencia de Dios constantemente en mi casa, yo quiero que mis hijos y nietos sientan su presencia en mí, casa, que él ambiente que se respira en mí, casa, sea el de la presencia de Dios.

Y la mejor forma que tenemos para llevar a Cristo a nuestros hogares es apasionarnos por Dios, desarrollando un deseo, un anhelo profundo por la presencia de Dios y contagiando a nuestros hijos y nietos con el ejemplo que nosotros le demostramos de la pasión que tenemos por Dios y Su presencia. Lo que nos lleva a nuestro próximo punto.

Caigamos de rodillas. Daniel 10 V 10 - 12

El próximo paso a tomar es que tenemos que volver a post, tenemos que volver a la oración. Cuando miramos lo que sucedió con Daniel, nos dice la Biblia en el

  1. 10: “En ese momento, una mano me tocó y, aun temblando, me levantó y me puso sobre las manos y las rodillas.”

Fijémonos como es que nos dice que la mano lo levantó y lo puso sobre manos y las rodillas.

Cosas poderosas suceden cuando nos ponemos de rodillas, cuando nos humillamos ante Dios. El mismo Jairo entendía este concepto; porque nos dice en

Lucas 8: 41 “Y un hombre llamado Jairo, líder de la sinagoga local, se acercó y cayó a los pies de Jesús mientras rogaba que lo acompañara a su casa.”

El endemoniado en el mismo capítulo en el

  1. 28 nos dice: “En cuanto vio a Jesús, soltó un alarido, y cayó al suelo frente a él, y gritó: «¿Por qué te entrometes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? ¡Por favor, te suplico que no me tortures!”

El asunto es que Daniel, el endemoniado y Jairo tenían situaciones completamente diferentes, pero los 3 tenían algo en común y es que estaban en una profunda angustia y tormento, también tenían en común que sabían que tenían a un Dios al cual no se avergonzaban de humillarse ante Él.

En medio de nuestras angustias, se nos puede hacer muy fácil rendirnos, someternos, deprimirnos, desesperarnos y rendirnos ante la situación;

pero es por eso que tenemos que ir a nuestras rodillas, porque de rodillas, no solo estamos buscando consuelo y paz, sino que cuando en medio de la angustia nos humillamos, y oramos, estamos declarando que aun en medio de nuestra angustia, nuestra confianza sigue siendo Dios.

Por eso es que los padres tenemos que definitivamente orar más, clamar más, interceder más. Porque fue de rodillas que el ángel le reveló a Daniel el amor de Dios por él, cuando le dijo en el

  1. 11 “Entonces el hombre me dijo: «Daniel, eres muy precioso para Dios, así que presta mucha atención a lo que tengo que decirte.”

Es en nuestras rodillas que recibimos el consuelo y la paz que necesitamos. Porque nos dice el

  1. 12 “Entonces dijo: «No tengas miedo, Daniel. Desde el primer día que comenzaste a orar para recibir entendimiento y a humillarte delante de tu Dios, tu petición fue escuchada en el cielo. He venido en respuesta a tu oración”

Cosas sobrenaturales suceden cuando oramos, respuestas llegan cuando oramos, milagros ocurren cuando oramos, familias se restauran cuando oramos, corazones son transformados cuando oramos; vidas oprimidas y atadas son liberadas cuando oramos; personas sanan cuando oramos, fortaleza es alcanzada cuando oramos, demonios huyen cuando oramos, potestades son derribadas cuando oramos;

no hay límites a lo que Dios hace cuando oramos.

Entendamos que es una batalla espiritual v. 13

Tenemos que entender que el orar, no es una fórmula de que hacemos una oración y todos nuestros problemas se acaban, en ocasiones así sucede, pero en otras es una batalla, una batalla de fe, una batalla de confianza, una batalla de persistencia.

En el v. 12 vimos como es que desde el momento en que Daniel comenzó a orar, su petición fue escuchada; pero nos presenta que en la respuesta a su oración hay una batalla espiritual. Esto es importante porque se nos puede hacer muy fácil en que cuando no encontramos respuestas inmediatas a nuestras oraciones, desanimarnos y dejar de orar.

Daniel persistió en la oración, entendiendo que sólo Dios podía hacer algo al respecto, que sólo Dios podía darle el consuelo que necesitaba, que sólo Dios, podía hacer un milagro; sabía que si Dios no los libraba de la situación, es porque Él es Dios y es quien tiene todo bajo su absoluto control.

Jairo tuvo sus propias batallas; cuando Jesús fue a su casa, se percata de que Jesús se detiene, porque había sido tocado por alguien y poder se desprendió de él, cuando la mujer que le había tocado lo confiesa, Jesús habla con ella y nos dice

Lucas 8: 49 - 50: “Mientras él todavía hablaba con ella, llegó un mensajero de la casa de Jairo, el líder de la sinagoga, y le dijo: «Tu hija está muerta. Ya no tiene sentido molestar al Maestro». 50 Cuando Jesús oyó lo que había sucedido, le dijo a Jairo: «No tengas miedo. Solo ten fe, y ella será sanada».

Eso es una verdadera batalla espiritual, el recibir la evidencia de que la situación empeoró y tener que confiar en lo que Jesús nos está diciendo; estoy seguro de que Jairo se vio en la batalla, de salir corriendo a ver su hija o seguir esperando y confiando en Jesús.

Las mayores batallas espirituales en ocasiones no son con demonios, sino con nosotros mismos, con nuestra incredulidad, con nuestra falta de fe, y si a eso se le añade el hecho de que también hay una guerra en el mundo espiritual lo hace peor.

Por ejemplo, supongamos que tenemos un hijo atormentado por las drogas; él se encuentra en una profunda batalla espiritual, no sabríamos decir con cuantos demonios o legiones; sin embargo, para los que estamos orando por ese hijo, nuestra batalla es diferente, nuestra batalla es de fe, es decidir si continuamos orando, si continuamos creyendo, confiando, si disciplinamos, si consentimos, si lo corremos, si toleramos, si creemos, si no creemos.

Todo esto puede llegar a ser complicado y abrumador, por esa razón es que tenemos que recordar que es una batalla espiritual, que no nos desesperemos, ni desmayemos, ni nos rindamos en el proceso, sino que persistamos, porque al final venceremos.

CONCLUSION

Tengamos paz, ánimo y fuerzas a través de la Palabra v. 16 - 21

Daniel se sentía muy angustiado en medio de todo lo que estaba aconteciendo; pero en el proceso el ángel lo tocó, y cuando lo tocó recuperó sus fuerzas, nos dice en el

  1. 19 que le dijo: “No tengas miedo—dijo—, porque eres muy precioso para Dios. ¡Que tengas paz, ánimo y fuerza!”

Cuando recobró las fuerzas, nos dice que Daniel le expresó a Dios unas palabras poderosas; la segunda parte del

  1. 19 dice: “Mientras me decía estas palabras, de pronto me sentí más fuerte y le dije: —Por favor, háblame, señor mío, porqué me has fortalecido”

Daniel dijo: Por favor, háblame, señor mío, porqué me has fortalecido.

Daniel quería que Dios le hablara, él quería escuchar a Dios, recibir de Dios y eso es lo que necesitamos nosotros en este tiempo, necesitamos no más emoción, sino más convicción, no más especulación, sino más Palabra de Dios.

Yo quisiera que todos entendiéramos el poder que tiene la Palabra de Dios, que esta Biblia que tenemos no es solo para traer a la iglesia, sino que es para leerla, para cada día abrirla y decirle a Dios: Por favor, háblame, señor mío, porque me has fortalecido; que en medio de nuestras situaciones recordemos lo que en ella está escrita y volvamos a ella y digamos: Por favor, háblame, señor mío, porque me has fortalecido; que cuando nos den una mala noticia vayamos a nuestras notas de un mensaje y con la Biblia abierta digamos: Por favor, háblame, señor mío, porque me has fortalecido.

Con Jairo sucedió algo similar; nos dice

Lucas 8: 49 - 50; “Mientras él todavía hablaba con ella, llegó un mensajero de la casa de Jairo, el líder de la sinagoga, y le dijo: «Tu hija está muerta. Ya no tiene sentido molestar al Maestro». 50 Cuando Jesús oyó lo que había sucedido, le dijo a Jairo: «No tengas miedo. Solo ten fe, y ella será sanada”

Jairo se vio en la encrucijada de creer lo que le decían de su hija o creer a las palabras del Señor, creería a los que tenían la evidencia porque vieron a su hija morir o al que por Sus Palabras le animaba a tener fe y que todo estaría bien, esto tenía que haber sido difícil y complicado. Pero Jairo optó por tener paz, ánimo y fuerzas a través de la Palabra. Inclusive fue por la Palabra que su hija fue levantada. Porque nos dice en

Lucas 8: 54 - 55: “Entonces Jesús la tomó de la mano y dijo en voz fuerte: «¡Niña, levántate!». 55 En ese momento, le volvió la vida, y se puso de pie enseguida!…

No fue cuando Jesús tocó a la niña que la niña se levantó, fue cuando Jesús dijo en voz fuerte: Niña levántate; que ella volvió a la vida y se puso de pie.

Es mi oración en este día que todos nosotros, podamos creer más a la Palabra de Dios, que a las palabras del enemigo, que a lo que nuestros ojos ven, que a los comentarios, que a las noticias, que a las amenazas, que le podamos creer más a la Palabra de Dios que a nuestros propios pensamientos y que en el proceso tengamos paz, ánimo y fuerza.

Enfoquemos toda nuestra atención, en adorar al Rey de Reyes y Señor de Señores, porque le creemos a Él, confiamos en Él, esperamos de Él y lo amamos a Él. Derramemos nuestro corazón en adoración delante de Él, y levantemos un clamor por nuestros hijos, y los hijos de nuestros hijos. Vamos a creer que ni el mundo, ni la sociedad, ni las olas de maldad alcanzarán a nuestros hijos, que nuestros hijos serán libres de toda opresión, pecado, condenación, maldad, levantemos esta adoración al Señor creyendo y confiando en Dios por el futuro y destino de nuestros hijos.

Daniel 10: 21 nos dice: Mientras tanto, te diré lo que está escrito en el libro de la verdad.

Lo animo a que lea el libro de la verdad, a que atesore la Palabra de Dios, que la crea, que la repita, que se apasione por ella, para que le sembremos principios de Dios a la próxima generación y que ellos junto a nosotros vivan para declarar que:

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO