Obstáculos De La Vida De Fe 2

El Obstáculo De La Tentación

By Angel López, Pastor, April 16, 2023

Santiago 1: 12 - 15

INTRODUCCION

Si hay un obstáculo con el cual constantemente nos enfrentamos, es el obstáculo de la tentación. Una de las cosas que más ignoran muchas personas es el hecho de entender el poder y el efecto que puede tener la tentación en nuestras vidas. Tenemos que enfrentar el hecho de que todos los días seremos tentados. Por más maduro, espiritual y capaz que te puedas sentir la realidad es que la tentación constantemente tocará a tu puerta. De hecho, es el problema más antiguo que experimenta la humanidad, ya que tuvo sus comienzos en el Jardín del Edén y existe hasta ahora.

Poder tener una buena comprensión de la tentación nos ayudará a poder lidiar con efectividad en contra de ella y vencerla.

El error más común al tratar con la tentación es pensar que la tentación solo tiene que ver con cosas muy grandes y pecaminosas.

Pero la realidad es que la tentación también es la idea de no decirle nada a la cajera cuando te diste cuenta qué pasó por alto el cobrarte ese artículo insignificante que solo cuesta unos centavos, o mentir en tus impuestos con la excusa de que es mejor que te los quedes tú y no que se los robe el gobierno , o mentir en esa solicitud de empleo, o de ayuda estatal con el fin de obtener un beneficio. Cosas que aparentan ser sencillas, pero ante Dios igualmente siguen siendo pecado.

Todos nos podemos ver siendo tentados por algunas de estas cosas, pero quiero que entienda lo siguiente con toda claridad. El problema no es ser tentado, el gran problema es ceder a la tentación, ahí es donde reside el pecado.

MENSAJE

Santiago nos presenta el marco referencial de cómo es que opera la tentación, nos dice

Santiago 1: 12 - 15 “Dios bendice a los que soportan con paciencia las pruebas y las tentaciones, porque después de superarlas, recibirán la corona de vida que Dios ha prometido a quienes lo aman. 13 Cuando sean tentados, acuérdense de no decir: «Dios me está tentando». Dios nunca es tentado a hacer el mal y jamás tienta a nadie. 14 La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran. 15 De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte”

¿Qué es la tentación?

En Génesis vemos el primer evento de la tentación, en la Biblia podemos ver que la tentación es una invitación, es una incitación para desobedecer la Palabra, las órdenes, instrucciones o mandamientos de Dios con una promesa falsa de grandeza o autogratificación. En ocasiones viene como engaño o persuasión.

Dicho de otra forma, es el impulso de hacer o tomar algo atrayente, pero que puede resultar inconveniente.

Lo primero que debemos mencionar es que la tentación no proviene de Dios. La razón por la que nosotros podemos llegar a este punto es porque muchas personas, aun hasta el día de hoy, cuando se ven que son tentados o actúan de cierta manera, dicen cosas como: Si Dios quiere que yo no cometa tal cosa que me lo quite; o si Dios no me quiere en esta relación que no le agrada que lo aparte de mí.

Cuando en realidad el tomar la decisión de hacer lo correcto es una decisión que tenemos que tomar por fe, no esperar a que ese obstáculo desaparezca para ahora yo tomar la decisión de creerle a Dios. Cuando así pensamos estamos poniendo a Dios como el iniciador de la tentación y en este caso cuando Santiago les escribe a los judíos les está dejando claro que Dios nunca es tentado a hacer el mal, por lo tanto, tu tentación no proviene de Dios.

Si nos fijamos esto fue lo que Adán hizo cuando fue confrontado por Dios, su respuesta a Dios fue: La mujer que me diste… haciendo a Dios indirectamente culpable de su pecado y desobediencia. Pero ellos conocían muy bien lo que Dios había establecido y lo que Dios les había ordenado.

La Biblia es muy clara en definir la naturaleza de la tentación. Santiago nos dice en el capítulo 1 y versículo 14

"La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran.”

Esto es simplemente decir que nuestros deseos internos nos llevan a la tentación. El deseo de más, más grande o mejor en sí mismo no está mal, pero a Satanás le encanta tomar nuestros deseos y convertirlos en deseos desbocados que nos tientan a hacer lo que está mal. Está bien que desees a tu esposa, pero no a la de otra persona. Está bien que quieras más dinero, pero no haciendo trampa en tus impuestos o haciendo actividades que están fuera de la ley.

El problema con nuestros deseos es que están corrompidos por nuestra naturaleza pecaminosa. Constantemente nos encontraremos en una batalla entre el Espíritu y la carne.

Gálatas 5:16-18 “Por eso les digo: dejen que el Espíritu Santo los guíe en la vida. Entonces no se dejarán llevar por los impulsos de la naturaleza pecaminosa. 17La naturaleza pecaminosa desea hacer el mal, que es precisamente lo contrario de lo que quiere el Espíritu. Y el Espíritu nos da deseos que se oponen a lo que desea la naturaleza pecaminosa. Estas dos fuerzas luchan constantemente entre sí, entonces ustedes no son libres para llevar a cabo sus buenas intenciones”.

nuestros deseos más internos, nos hace tomar responsabilidad y control de nuestras vidas sometiéndonos cada día más a la vida del Espíritu.

El segundo paso que tiene lugar cuando somos tentados es el engaño. El texto dice que somos seducidos, arrastrados. Esto significa que somos engañados como un pez con una buena carnada para que muerda el anzuelo. Es precisamente en este punto donde lo que estamos pensando o a lo que estamos siendo atraídos, está matizado de hermosos colores, pero en el fondo es completamente oscuro y siniestro.

Es en ese momento en que lo que se nos está siendo presentado tiene apariencia de gratificación, satisfacción y grandeza, pero eso es una completa falsedad. En reiteradas veces la Palabra de Dios nos llama a resistir la tentación. En

1 de Pedro 2:11 se nos dice: “Queridos amigos, ya que son «extranjeros y residentes temporales», les advierto que se alejen de los deseos mundanos, que luchan contra el alma. Todo lo que ofrece el mundo es pasajero, pero lo que ofrece Dios es eterno”.

El tercer paso es la acción pecaminosa. El versículo 15 del capítulo 1 nos dice:

“De esos deseos nacen los actos pecaminosos, y el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte.

Una vez que damos el paso de actuar sobre el deseo equivocado, la tentación se convierte en pecado. Es aquí donde tenemos que entender la gravedad del asunto. El pecado es el mayor obstáculo para vivir una vida de fe.

La palabra pecado viene de la palabra en griego “Hamartia” y en esencia significa “perder o errar el blanco”.

El pecado es todo aquello que nos aleja de Dios. Es todo aquello que no nos permite apuntar en la dirección correcta, teniendo consecuencias negativas en todas las áreas de nuestra vida.

Cuando vamos a Génesis 3:6 podemos ver el proceso y la estrategia que Satanás utilizó para tentar a Eva. Mismo proceso y estrategia que sigue usando contra la humanidad.

Génesis 3:6 “La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también comió”.

Esto demuestra que el tentador puede tentarnos en tres áreas.

  • Los deseos de la carne.
  • Los deseos de los ojos.
  • La vanagloria de la vida.

El Apóstol Juan nos exhorta a no ceder en cada una de estas áreas.

1 Juan 2:15-17 “No amen a este mundo ni las cosas que les ofrece, porque cuando aman al mundo no tienen el amor del Padre en ustedes. 16 Pues el mundo solo ofrece un intenso deseo por el placer físico, un deseo insaciable por todo lo que vemos, y el orgullo de nuestros logros y posesiones. Nada de eso proviene del Padre, sino que viene del mundo; 17 y este mundo se acaba junto con todo lo que la gente tanto desea; pero el que hace lo que a Dios le agrada vivirá para siempre.”

La mujer cedió a los deseos de la carne, ya que vio que el fruto del árbol era apetitoso. Si analizamos bien el texto en Génesis 3 notaremos que Eva no había puesto real atención en el árbol del conocimiento del bien y del mal hasta que la serpiente, bajo engaño y mentira, dirigió toda su atención hacia el árbol, despertando así un deseo por el árbol.

Génesis 3:1-6ª “—¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del huerto? 2—Claro que podemos comer del fruto de los árboles del huerto —contestó la mujer—. 3Es solo del fruto del árbol que está en medio del huerto del que no se nos permite comer. Dios dijo: “No deben comerlo, ni siquiera tocarlo; si lo hacen, morirán”. 4—¡No morirán! —respondió la serpiente a la mujer—. 5Dios sabe que, en cuanto coman del fruto, se les abrirán los ojos y serán como Dios, con el conocimiento del bien y del mal. 6La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso…”

Es interesante que al momento en que la serpiente planta el deseo en Eva, ella todavía estaba en un estado completo de inocencia, o sea, el pecado todavía no había tomado lugar en la vida de Adán y Eva.Esto es importante destacarlo porque si aun en un estado de completa inocencia como en el que estaba Eva, el deseo en su carne fue despertado, cuanto más nos puede ocurrir a nosotros, seres que hemos heredado la naturaleza pecaminosa.

Es claro que constantemente nuestra carne tratará de satisfacer sus deseos. Cuando vemos, cómo opera la tentación a través de toda la Biblia; podemos ver que siempre comienza con buscar, conectarse con una necesidad, un deseo, una debilidad como lo dice Santiago, pero el resultado siempre termina siendo devastador.

Un perfecto ejemplo para poder ilustrar esto es la historia de David y Betsabé. En 2 Samuel 11 vemos que David cuando vio a Betsabé bañándose, él la deseó en su corazón, al punto que por más que le advirtieron, le hablaron, él no quiso detenerse, ya estaba persuadido, atrapado y arrastrado. Seducido por los deseos de su carne, la mandó traer al palacio y se acostó con ella quedando embarazada. Pero su pecado no solo trajo muerte a su hijo, sino también a Urías.

Porque una vez que nos dejamos vencer por la tentación, no hay límites hasta dónde podemos llegar.

Cuando el profeta Natán fue a confrontar a David, vemos, en las palabras que le dio, mucha revelación de cómo el pecado nos limita. En

2 Samuel 12: 7 - 12 vemos que Natán le dijo a David: “Entonces Natán le dijo a David: ¡Tú eres ese hombre! El Señor, Dios de Israel, dice: “Yo te ungí rey de Israel y te libré del poder de Saúl. 8 Te di la casa de tu amo, sus esposas y los reinos de Israel y Judá. Y si eso no hubiera sido suficiente, te habría dado más, mucho más. 9 ¿Por qué, entonces, despreciaste la palabra del Señor e hiciste este acto tan horrible? Pues mataste a Urías el hitita con la espada de los amonitas y le robaste a su esposa. 10 De ahora en adelante, tu familia vivirá por la espada porque me has despreciado al tomar a la esposa de Urías para que sea tu mujer”. 11»Esto dice el Señor: “Por lo que has hecho, haré que tu propia familia se rebele en tu contra. Ante tus propios ojos, daré tus mujeres a otro hombre, y él se acostará con ellas a la vista de todos. 12 Tú lo hiciste en secreto, pero yo haré que esto suceda abiertamente a la vista de todo Israel”.

El Deseo De Los Ojos

El deseo insaciable por todo lo que vemos es la otra área en la cual podemos ser tentados. La mujer fue también tentada de esta forma al mostrarse agradable el fruto del árbol ante sus ojos:

“Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso”.

Para la mayoría de las personas, la principal ventana de percepción del mundo es a través del sentido de la vista. Es a través de nuestros ojos por donde la mayoría de nuestras tentaciones tendrán entrada.

Jesús nos dice que los ojos son la lámpara del cuerpo.

Mateo 6:22-23 NVI “» Los ojos son la lámpara del cuerpo. Por tanto, si tus ojos son buenos, todo tu ser disfrutará de la luz. 23Pero si los ojos son malos, todo tu ser estará en oscuridad. Si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué densa será esa oscuridad!”.

En otras palabras, lo que permitas entrar en tu vida a través de tus ojos podrá traer luz, vida o podrá traer oscuridad, muerte. Que nuestros ojos siempre estén alumbrados por la luz de Cristo.

Finalmente, la mujer cedió ante la tentación de la vanagloria de la vida: “y quiso la sabiduría que le daría”.

La vanagloria de la vida es un deseo desmedido por todo aquello que, de poder, riqueza, posesiones, logros, estatus, etc. Estas personas están llenas de orgullo, vanidad, arrogancia y presunción. En algún momento todos hemos estado expuestos o estaremos expuestos también a esta tentación. Es bueno querer progresar y tener éxito en la vida. Pero cuando esos sentimientos no están enmarcados ante todo en querer hacer la voluntad de Dios, estaremos tratando de forjar caminos en nuestro propio parecer, los cuales al final pueden conducir a la muerte.

Proverbios 14:12 “Delante de cada persona hay un camino que parece correcto, pero termina en muerte.”

El Apóstol Juan nos dice que todas estas tentaciones vienen del mundo y que el antídoto para vencerlas es no amando al mundo ni a las cosas que ofrece. Pone en evidencia que todos estos ofrecimientos junto con el mundo mismo se acabarán, pero el que hace la voluntad de Dios vivirá para siempre.

Jesús es nuestro mayor ejemplo de haber vencido estas tentaciones en estas tres áreas de la vida. La Biblia nos asegura de que para poder cumplir cabalmente su misión en esta tierra, él fue tentado en todo. No solo para cumplir su misión, sino también para así compadecerse de nosotros y ayudarnos en nuestras debilidades.

Hebreos 4:14-16 “14 Por lo tanto, ya que tenemos un gran Sumo Sacerdote que entró en el cielo, Jesús, el Hijo de Dios, aferrémonos a lo que creemos. 15 Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo, él nunca pecó. 16Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos”.

Si algo podemos aprender de la tentación de Jesús es la forma en la que él venció la tentación a través de la Palabra de Dios.

Mateo 4:1-11 1 Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que allí lo tentara el diablo. 2 Durante cuarenta días y cuarenta noches ayunó y después tuvo mucha hambre. 3 En ese tiempo, el diablo se le acercó y le dijo: —Si eres el Hijo de Dios, di a estas piedras que se conviertan en pan. 4 Jesús le dijo: —¡No! Las Escrituras dicen: “La gente no vive solo de pan, sino de cada palabra que sale de la boca de Dios”. 5 Después el diablo lo llevó a la santa ciudad, Jerusalén, al punto más alto del templo, 6y dijo: —Si eres el Hijo de Dios, ¡tírate! Pues las Escrituras dicen: “Él ordenará a sus ángeles que te protejan. Y te sostendrán con sus manos para que ni siquiera te lastimes el pie con una piedra”. 7Jesús le respondió: —Las Escrituras también dicen: “No pondrás a prueba al Señor tu Dios”. 8Luego el diablo lo llevó a la cima de una montaña muy alta y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria que hay en ellos. 9—Te daré todo esto —dijo— si te arrodillas y me adoras. 10 —Vete de aquí, Satanás —le dijo Jesús—, porque las Escrituras dicen: “Adora al Señor tu Dios y sírvele únicamente a él” .11Entonces el diablo se fue, y llegaron ángeles a cuidar a Jesús.

CONCLUSION

Comencé este mensaje haciéndoles entender enfáticamente que el problema no está en el hecho de ser tentados, sino en el hecho de ceder a la tentación.

El Apóstol Santiago, claramente, nos expresa la bendición que hay para los que soportan con paciencia la tentación. Lo que nos lleva a comprender que los elementos que nos harán vencerla están en sí mismos envueltos en la propia comprensión de lo que es la tentación. Me explico. Cuando yo sé que la tentación está enraizada en mis propios deseos, soy yo el que debe tomar responsabilidad por mis propios actos y no echarles la culpa a los elementos externos que también están siendo parte o pueden ser parte de la tentación. Ejemplo: Si usted sabe que tiene una debilidad con el sexo opuesto y cuando alguien del sexo opuesto se le acerca con intenciones seductoras y usted no le pone un alto y le da cabida al juego, póngale un sello de que será tentado. Es usted el único responsable de tomar las acciones pertinentes para que eso se detenga. Es usted el que está consciente de su debilidad.

Santiago nos explica como poder vencer la tentación y así esta no sea un obstáculo para nuestra vida de fe.

Santiago 1:12-18

En primer lugar, tenemos que soportar con paciencia la tentación (v12).

La palabra que utiliza Santiago para soportar es la palabra en griego “jupomeno” literalmente significa “perseverar” o “mantenerse debajo de”.

Mantenerse debajo de, implica que algo está ejerciendo un peso, una fuerza, pero lo que está debajo es tan fuerte, que no cede, no se doblega, no se rinde.

Soportar con paciencia la tentación es mantenernos firmes con la ayuda de Dios.

  • En segundo lugar, estar conscientes de la gran bendición y recompensa que hay para los que vencen (vr. 12).
  • En tercer lugar, analizarnos y evaluarnos internamente (vr. 14).
  • En cuarto lugar, reconocer el engaño y las consecuencias de ceder a la tentación (vr. 15-16).
  • En quinto lugar, encontrar nuestra satisfacción en Dios (vr. 17).
  • Cuando encontramos nuestra satisfacción en Dios, todo lo demás no
    tiene valor.
  • Disfrutar nuestra plenitud en Cristo (versículo 18).

Hoy te invito a que en el ejercicio de tu fe en Dios puedas más que nunca estar consciente de tu responsabilidad ante la tentación para que esta no sea un obstáculo a tu vida de Fe. Hoy te invito a que estés consciente de las maquinaciones del enemigo, para que este no se aproveche de ti. Hoy te invito a que perseveres y a que como dice

Romanos 12:21 “No dejen que el mal los venza, más bien venzan el mal haciendo el bien.”

Y así todos juntos podamos declarar que

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO