Obstáculos De La Vida De Fe 3

El Obstáculo De La Desobediencia

By Alex Robles, Pastor, April 23, 2023

INTRODUCCION

Creo que después de la incredulidad, la desobediencia a la palabra de Dios debe ser el mayor obstáculo de fe que podemos encontrar.

Sin embargo, muchas personas prefieren pensar que tienen una mejor opción para resolver su vida que la de obedecer a Dios; y por eso viven conforme a lo que creen y no a lo que Dios les dice que tienen que hacer y por eso no experimentan el resultado de su fe.

  • En la Biblia encontramos muchas promesas que toman lugar luego de obedecer lo que está escrito en la Palabra, por ejemplo:

  • Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y toda tu casa.

  • Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todo lo demás será añadido

  • El que creyere y fuere bautizado será salvo.

  • Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente, no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo donde quiera que vayas.

  • El que habita al abrigo del altísimo morará bajo la sombra del omnipotente.

  • Los que esperan en Jehová, levantarán alas como las águilas, correrán y no se cansaran, caminaran y no se fatigarán.

  • A los suyos vino, más los suyos no le recibieron, más a todos los que lo recibieron les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

Por eso es que vemos que Santiago dice en

Santiago 1: 22 - 25: “No solo escuchen la palabra de Dios; tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos. 23 Pues, si escuchas la palabra, pero no la obedeces, sería como ver tu cara en un espejo; 24 te ves a ti mismo, luego te alejas y te olvidas cómo eres. 25 Pero si miras atentamente en la ley perfecta que te hace libre y la pones en práctica y no olvidas lo que escuchaste, entonces Dios te bendecirá por tu obediencia”.

MENSAJE

Un ejemplo que refleja perfecto el versículo 23 es:

¿Cuántas mujeres traen un espejo en sus bolsos?, si les preguntara ¿antes de salir de casa mientras se arreglaban, se vieron en el espejo?, y para qué lo cargan si en la mañana se vieron?, las mujeres contestarán; para asegurarnos de verse bien, que el rimel no se corra, que no falte maquillaje, que el labial se vea colorido, etc. ¿Si le preguntara a los hombres, cuántos traen en la bolsa de su pantalón un espejo?, ¿cuántos se vieron al espejo esta mañana mientras se arreglaban?, y ¿por qué no traen su espejo?, ¿sabe por qué no lo traen?, porque lo que vieron en la mañana fue suficiente no?

Por eso, como en los hombres y de la misma manera, como dice el verso 23-25, te ves, te vas y te olvidas o no le das importancia a cómo te ves; pero si fuera como las mujeres, que aunque se ven en la mañana, cargan su espejo para asegurarse de verse bien durante el día, de verse bien siempre.

Si tuviéramos el mismo cuidado no solo de vernos al espejo de la palabra cada domingo, sino que procuramos vernos constantemente, diariamente, a cada momento, al reflejo de la palabra, podríamos identificar imperfecciones y corregirlas, al reflejo de la palabra.

Muchos piensan que con solo venir el domingo, es suficiente para verse un poco arreglado en su relación con Dios y durante la semana no hacen nada más.

La definición de desobediencia según el diccionario es: “No hacer lo que le mandan o hacerlo mal”,

Santiago 1: 22 ‘No solo escuchen la palabra de Dios; tienen que ponerla en práctica. De lo contrario, solamente se engañan a sí mismos”

No obedecer como se debe, nos limita para recibir la bendición de Dios, y cuando no la recibimos, nos frustramos, nos enojamos con Dios y en el peor de los casos, pues nos vamos de la iglesia, culpando a Dios porque no nos bendijo, Santiago nos dice claramente que el resultado de obedecer y poner en práctica lo que está establecido en la Palabra es donde encontraremos la bendición de Dios.

CONSECUENCIAS DE LA DESOBEDIENCIA

En 1 Samuel 15: 1:6 vemos que Dios le habla al rey Saúl a través del profeta Samuel y le da una orden muy clara, para que vaya a destruir a una nación, a todos en la nación, junto con todos los animales que poseían, porque se opusieron a la salida del pueblo de Israel cuando fueron libres de Egipto, y cuando Dios le da está orden, parece que todo estaba claro para Saúl, así que fue a buscar a la nación de Amalec para destruirla, pero nos dicen los versículos del

7 al 12 lo siguiente; “Luego Saúl mató a los amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, al oriente de Egipto. 8 Capturó a Agag, el rey amalecita, pero destruyó por completo a todos los demás. 9 Saúl y sus hombres le perdonaron la vida a Agag y se quedaron con lo mejor de las ovejas y las cabras, del ganado, de los becerros gordos y de los corderos; de hecho, con todo lo que les atrajo. Solo destruyeron lo que no tenía valor o que era de mala calidad 10 Luego el Señor le dijo a Samuel: 11 «Lamento haber hecho a Saúl rey, porque no me ha sido leal y se ha negado a obedecer mi mandato». Al oírlo, Samuel se conmovió tanto que clamó al Señor durante toda la noche. 12 Temprano a la mañana siguiente, Samuel fue a buscar a Saúl. Alguien le dijo: «Saúl fue a la ciudad de Carmelo a levantar un monumento en su propio honor y después continuó a Gilgal».

Mire lo que pasa cuando no obedecemos a Dios, cuando nos distraemos y cedemos a la desobediencia, en la mayoría de los casos, es porque estamos enfocados en levantar monumentos para nosotros mismos, es decir, nos enfocamos en lo que nos interesa, nos enfocamos en lo que a nosotros nos parece importante, preferimos ser leales a lo que para nosotros es importante.

“13 Cuando por fin Samuel lo encontró, Saúl lo saludó con alegría. Que el Señor te bendiga—le dijo—. Llevé a cabo el mandato del Señor. 14 —Entonces, ¿qué es todo ese balido de ovejas y cabras, y ese mugido de ganado que oigo?—le preguntó Samuel. 15 —Es cierto que los soldados dejaron con vida lo mejor de las ovejas, las cabras y el ganado—admitió Saúl—, pero van a sacrificarlos al Señor tu Dios. Hemos destruido todo lo demás. 16 Entonces Samuel le dijo a Saúl: ¡Basta! ¡Escucha lo que el Señor me dijo anoche! —¿Qué te dijo?—preguntó Saúl. 17 Y Samuel le dijo: Aunque te tengas en poca estima, ¿acaso no eres el líder de las tribus de Israel? El Señor te ungió como rey de Israel, 18 te envió en una misión y te dijo: “Ve y destruye por completo a los pecadores—a los amalecitas—hasta que todos estén muertos”. 19 ¿Por qué no obedeciste al Señor? ¿Por qué te apuraste a tomar del botín y a hacer lo que es malo a los ojos del Señor? 20 —¡Pero yo sí obedecí al Señor!—insistió Saúl—. ¡Cumplí la misión que él me encargó! Traje al rey Agag, pero destruí a todos los demás. 21 Entonces mis tropas llevaron lo mejor de las ovejas, de las cabras, del ganado y del botín para sacrificarlos al Señor tu Dios en Gilgal. 22 Pero Samuel respondió: ¿Qué es lo que más le agrada al Señor: tus ofrendas quemadas y sacrificios, o que obedezcas a su voz? ¡Escucha! La obediencia es mejor que el sacrificio, y la sumisión es mejor que ofrecer la grasa de carneros. 23 La rebelión es tan pecaminosa como la hechicería, y la terquedad, tan mala como rendir culto a ídolos. Así que, por cuanto has rechazado el mandato del Señor, él te ha rechazado como rey”.

Nos volvemos expertos en justificar el porqué no somos obedientes, en justificar porque dedicamos más tiempo a nuestros intereses que en avanzar en nuestro proceso de transformación.

El problema con la desobediencia es que afecta el proceso para desarrollar nuestra Fe, nos enreda en justificaciones vanas y sin sentido, que llegan hasta lo ridículo, al querer convencer a otros de que no somos diligentes en hacer lo que Dios espera de nosotros.

TESTIMONIO

Cuando estaba en México, yo servía en la iglesia dirigiendo el grupo de alabanza, con otros dos directores, para ese tiempo ellos tenían sus propios negocios y yo los veía como hacían llamadas, cerraban negocios antes de comenzar un ensayo del grupo de alabanza y yo los veía y decía yo quiero experimentar eso, y le oraba a Dios; dame la oportunidad, mira, si puedo tener algo así, imagina solamente, si ahora te sirvo, ahora que tengo que cubrir un horario, imagina si soy mi propio jefe, te voy a dar lo mejor a ti, tendré más tiempo para servir; con el paso del tiempo Dios me concedió poder tener mi propia compañía de construcción ligera le decía yo, porque reparaba los interiores de oficinas, casas, todos lo que tenía que ver con remodelaciones y Dios me concedió que antes de comenzar los servicios ya para comenzar a cantar, me hablaban mis clientes, ingenieros y arquitectos y me decían; Alex, te envíe los planos de tal proyecto, quiero que envíes la cotización para que empieces lo antes posible, y yo recordaba lo que le había dicho a Dios y colgaba la llamada y les decía al grupo, ok vamos a darle, vamos a alabarle, gloria a Dios aleluya!!… y así seguí, luego vino más y más trabajo, y yo decía; es Dios bendiciendo, gloria al Señor!!!… yo no sabía que Dios estaba probando mi corazón, para ver si le cumplía lo que le prometí, como dice el

Salmo 66: 13-14 “Ahora vengo a tu templo con ofrendas quemadas para cumplir los votos que te hice, 14 sí, los votos sagrados que hice cuando me encontraba en graves dificultades.”

Lo que pensé que era bendición, nunca pensé que era una prueba, para probar la lealtad que prometí, y decía wow, tengo mucho trabajo, recuerdo que al punto que tenía ensayo con el grupo y comencé a decirles; disculpen no puedo ir al ensayo, es por trabajo, y luego otra vez y otra vez, no puedo reunirme a ensayar con el grupo por el trabajo!!!… ahhh ¿el que le pediste a Dios?, sí!!!

Hay quienes tienen la misma justificación que yo tenía, le pedimos tanto un trabajo o iniciar un negocio, pero ahora no podemos obedecer por causa del trabajo que él nos dio, otros oran por una casa, y luego ya no pueden estar en un grupo, difícilmente vienen a la iglesia porque están arreglando la casa que le pidieron a Dios y que Dios les dio, a otros les pasa lo mismo con los hijos, le piden a Dios un hijo y ahora no pueden hacer nada porque están al cuidado de sus hijos.

Así somos, a esos casos llegamos, para justificar la desobediencia y como consecuencia nuestra Fe se ve limitada, nuestra Fe se ve afectada y no crece, porque al igual que Saúl preferimos ir y construir estatuas a nuestro propio honor y nos resulta más fácil desobedecer a Dios.

VENCIENDO LA DESOBEDIENCIA

Santiago 4: 17 “Recuerden que es pecado saber lo que se debe hacer y luego no hacerlo.”

Recordemos que la desobediencia nos lleva a dos tipos de pecados, los de comisión, que son aquellos que deliberadamente cometemos y que la biblia llama obras de la carne, pero también están los de omisión, que nos seducen a la desobediencia, sabemos lo que necesitamos hacer y no lo hacemos.

El Salmo 1 nos habla claramente de la diferencia entre los que obedecen la Palabra de Dios y los que no y nos dice:

“Qué alegría para los que no siguen el consejo de malos, ni andan con pecadores, ni se juntan con burlones, 2, sino que se deleitan en la ley del Señor meditando en ella día y noche. 3 Son como árboles plantados a la orilla de un río, que siempre dan fruto en su tiempo. Sus hojas nunca se marchitan, y prosperan en todo lo que hacen. 4 ¡No sucede lo mismo con los malos! Son como paja inútil que esparce el viento. 5 Serán condenados cuando llegue el juicio; los pecadores no tendrán lugar entre los justos. 6 Pues el Señor cuida el sendero de los justos, pero la senda de los malos lleva a la destrucción”.

Para vencer el obstáculo de la desobediencia, es necesario que abracemos lo que acabamos de leer:

  • No seguir malos consejos aunque vayan disfrazados de bendición.

  • No consentir con aquellos que no es su prioridad obedecer a Dios.

  • No consentir con aquellos que tienen en poco ser obedientes a Dios y que les da igual avanzar o no en su proceso de transformación.

  • En cambio, seamos obedientes a la palabra, meditemos en la palabra, disfrutemos la palabra, anhelemos la palabra, deseemos la palabra, provocando la oportunidad para leerla de día y de noche.

  • Entonces, seremos como un árbol plantado junto a corrientes de agua.

  • Que da su fruto en su tiempo.

  • Sus hojas no se marchitan.

  • Y todo lo que hacen próspera.

CONCLUSIÓN

Por último vaya conmigo a

Deuteronomio 11: 26 - 28: “Escucha bien: ¡hoy te doy a elegir entre una bendición y una maldición! 27 Recibirás bendición si obedeces los mandatos del Señor tu Dios que te entrego hoy; 28, pero recibirás maldición si rechazas los mandatos del Señor tu Dios y te apartas de él y rindes culto a dioses que no conocías”.

Deuteronomio nos presenta este marco de la bendición y la maldición, pero nunca nos obliga a obedecer la Palabra de Dios, nos deja tomar la decisión de hacer conforme a lo que nosotros entendemos.

¿Qué vas a decidir hoy?

No justifiquemos la desobediencia, porque solo retrasara el plan que Dios tiene para nosotros, eso en el mejor de los casos, porque la realidad no sabemos cuando será nuestro fin en este mundo, por esa razón es preferible, pensar y enfocarnos en la eternidad, en invertir a que nuestra Fe crezca, no nos deslumbremos con lo que este mundo no pueda ofrecer, porque cuando estemos delante de él, solo nuestra Fe en que fuimos salvos por él, nos sostendrá.

Derribemos todo obstáculo de desobediencia, para que podamos declarar fiel y diligentemente que:

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO