INTRODUCCION Continuamos en esta serie de mensajes analizando aquellos obstáculos que se levantan en nuestras vidas y limitan la manifestación de la fe. La semana pasada estuvimos mirando cómo es que el obstáculo del amor propio nos limita en nuestra fe y devoción a Dios. Creo que uno de los mayores peligros que la iglesia está enfrentando hoy día es la indiferencia que han desarrollado aquellas personas que han conocido a Cristo como su Señor y Salvador. Muchas personas le atribuyen el resultado de esto al Covid. Pero yo no lo veo de esa manera; yo no culpo al covid por la indiferencia de los cristianos. Creo que ya había cierta frialdad en el corazón de las personas, todo lo que se necesitaba era una oportunidad para que se manifestara. La temporada de COVID, solo le dio lugar a lo que ya existía en el corazón y por eso es que vemos tanta indiferencia en el pueblo de Dios. Por eso estaremos hablando el día de hoy del obstáculo de la indiferencia. MENSAJE Aclarando El Texto Existe cierta controversia en la porción de la Escritura de Santiago 2: 14 - 26 “Amados hermanos, ¿de qué le sirve a uno decir que tiene fe si no lo demuestra con sus acciones? ¿Puede esa clase de fe salvar a alguien? 15 Supónganse que ven a un hermano o una hermana que no tiene qué comer ni con qué vestirse 16 y uno de ustedes le dice: «Adiós, que tengas un buen día; abrígate mucho y aliméntate bien», pero no le da ni alimento ni ropa. ¿Para qué le sirve?” . Algunas personas entienden que Santiago está contradiciendo al Apóstol Pablo; porque el Apóstol Pablo escribió en Romanos 8: 28 que “Así que somos justos a los ojos de Dios solos por la fe y por obedecer la ley”. Personalmente, creo que lo que Santiago establece en el capítulo 2 no es una contradicción, sino todo lo contrario. Santiago explica que la fe debe estar acompañada de acción. La palabra clave que causa controversia es la parte donde Santiago pregunta: ¿Puede esa clase de fe salvar a alguien? Santiago no está diciendo que para alcanzar la salvación eterna tenemos que cumplir ciertos requisitos. Eso sería contradictorio a lo que Pablo declaró en Romanos 3: 28. Porque ciertamente somos salvos solo por la fe, no por obedecer la ley. Inclusive Pablo también dijo en Efesios 2: 8 - 9: “Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. 9 La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo”. Santiago no está diciendo que las personas alcanzan la salvación si hacen cosas buenas por los demás, lo que está diciendo es que una persona que es salva por la gracia de Dios; debería estar tan agradecido que se le debe notar en la forma en la que vive. Inclusive el mismo Apóstol Pablo dijo algo similar en Efesios 2: 10 cuando añade: “Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás”. El segundo error que podemos cometer es leer esta porción desde una perspectiva superficial, sin tratar de descubrir más a fondo cómo es que se aplica a nosotros. Por eso es que muchas personas cuando leen esta porción inmediatamente piensan cosas como: Por eso es que tenemos que tener un ministerio para los deambulantes, y comienzan a buscar la forma de hacer cosas no porque sienten una carga por las personas que tienen necesidad, sino porque los hace sentirse bien con ellos mismos, se sienten que son cristianos en otra categoría, que son parte de la Élite Especial de la iglesia. Cuando el problema aquí es aún más profundo. Santiago 2: 14 - 17, nos enseña que nuestras acciones deben reflejar lo que expresamos porque muchas personas dicen tener fe, amar a Dios, vivir para Dios, pero sus acciones no concuerdan con sus palabras y ese es el mayor argumento de Santiago en esta porción. Por eso es que él nos da el ejemplo. Para poder entender el ejemplo que aquí nos da, no podemos olvidar para quién fue dirigida la carta. Les recuerdo, la iglesia estaba bajo persecución, muchos cristianos cuando llegó la persecución perdieron todo lo que tenían y ahora estaban en una necesidad profunda. Santiago no estaba diciendo: A cada persona que veas que tiene necesidad tienes que cubrirla porque eres cristiano; tampoco estaba diciendo: tienes que ayudar a toda persona que busca aprovecharse de ti. Si no que el ejemplo especifica que: Si ves a un hermano, que está en necesidad y eres indiferente a su necesidad, y no te importa, pero dices tener fe, ese tipo de fe indiferente es inútil. Él estaba confrontando la indiferencia del corazón de las personas, que viven solo para ellos, que no invierten en nadie más, que solo están pensando en ellos. Ese es el verdadero argumento aquí. Porque las personas estaban en tal necesidad, pasando por tantas situaciones que solo se estaban enfocando en ellos mismos, en sus necesidades, sin preocuparse por las necesidades de los demás. En la iglesia de hoy también puede suceder lo mismo, algunas personas vienen a la iglesia, son parte de la iglesia, se congregan en la iglesia, pero solo se preocupan por ellos, por sus necesidades, que les sirvan a ellos, esas son las personas que dicen: Yo vengo a escuchar la Palabra de Dios, pero no a comprometerme con nada; no tengo tiempo para hacer nada más, yo vivo muy ocupado para invertirme en alguien más; yo entro y salgo y no me involucro con nada, porque yo vengo a lo mío. Esa indiferencia del corazón es la que Santiago está confrontando y cómo se adapta a nosotros. La Evidencia De La Fe Santiago continúa explicando que cualquiera puede decir que tiene fe, cualquiera puede decir que ama a Dios, pero les cuestiona donde está la evidencia de su fe, amor y devoción. Y por eso vemos que dice en el v. 18: “Ahora bien, alguien podría argumentar: «Algunas personas tienen fe; otras, buenas acciones». Pero yo les digo: «¿Cómo me mostrarás tu fe si no haces buenas acciones? Yo les mostraré mi fe con mis buenas acciones». ¿Que está diciendo aquí? Él explica que algunas personas pueden decir: yo tengo fe y otros que tengan las buenas acciones y él contrarresta ese pensamiento diciendo: Yo prefiero decir: Yo te mostraré que tan agradecido estoy con Dios, que tanto amo a Dios, que tanta fe tengo, con mí fe y mis acciones. Inclusive hace una fuerte confrontación a otro posible argumento; porque él dice en los 19 - 20: “Tú dices tener fe porque crees que hay un solo Dios. ¡Bien hecho! Aun los demonios lo creen y tiemblan aterrorizados. 20 ¡Qué tontería! ¿Acaso no te das cuenta de que la fe sin buenas acciones es inútil?” . Él confronta aquí a las personas que dicen que tienen fe porque creen en Dios, y en un tono sarcástico les dice: Eso no te hace especial, porque aun los demonios creen en Dios, los demonios no niegan la existencia de Dios, los demonios saben que Jesús es el Salvador, los demonios saben que la Biblia es verdad, los demonios creen en la vida eterna, los demonios conocen la soberanía de Dios, los demonios conocen toda la teología y todos los conceptos doctrinales de la fe, pero aun así siguen siendo demonios. Él expresaba que el que una persona conozca todas estas cosas no los hace especiales, porque los demonios también conocen todo eso. Pero lo que los demonios no pueden hacer son buenas acciones, mientras que nosotros sí tenemos la oportunidad y la habilidad de hacer buenas acciones, la cuales son el producto de nuestra fe y agradecimiento a Dios por la salvación de nuestras almas. Esto debe llevar a preguntarnos si: ¿mis acciones y mi estilo de vida, concuerdan con lo que digo? ¿Digo que amo a Dios o vivo para amar a Dios? La respuesta que Santiago presenta es: No me digas que tienes fe, que crees en Dios, que amas a Dios y que vives agradecido con Dios, si tu estilo de vida no concuerda con tus palabras, porque si tú dices que amas a Dios; ¿Qué estás haciendo para expandir el Reino de Dios? ¿Qué estás haciendo para que otros vengan a Cristo? ¿Qué estás haciendo para que otros no se pierdan? Porque si somos sinceros, una persona que no tenga que vestir no se condenará eternamente, pero una persona que vive y muere sin Jesús, vivirá eternamente en el infierno. Si decimos que amamos a Dios, estamos agradecidos con Dios. ¿Qué estamos haciendo para que otros conozcan a Jesús? O solo estamos viviendo enfocados en nosotros mismos, en hacer lo que me da placer, como si no tuviéramos que rendirle cuentas a Dios. El mismo Apóstol Pablo dijo a los corintios en 2 Corintios 5 : 10 - 11: “Pues todos tendremos que estar delante de Cristo para ser juzgados. Cada uno de nosotros recibirá lo que merezca por lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en este cuerpo terrenal. 11 Dado que entendemos nuestra temible responsabilidad ante el Señor, trabajamos con esmero para persuadir a otros. Dios sabe que somos sinceros, y espero que ustedes también lo sepan”. El Apóstol Pablo explicó que todos tendremos que estar delante de Cristo para ser juzgados, pero hace una declaración aún más fuerte que la de Santiago. Porque expresa que Cada uno de nosotros recibirá lo que merezca por lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en este cuerpo terrenal. Que lo que hagamos con nuestras vidas si va a ser pesado por Dios. Él aún añade que el tener conciencia de que seremos juzgados por lo que hicimos o no hicimos es la razón por la que ellos entendían su temible responsabilidad ante el Señor que trabajaban con esmero para alcanzar a otros. Aun Mateo 25: 31 - 46 nos enseña que cuando Jesús regrese él separará a los de la derecha y la izquierda y les dice a los de la derecha que heredarán la vida eterna, porque cuando tuvo hambre le dieron de comer, cuando tuvo sed le dieron de beber, cuando estuvo preso lo fueron a visitar, y ellos preguntarán: ¿Cuándo hicimos eso por ti? Y nos dice el 40: Y el Rey dirá: “Les digo la verdad, cuando hicieron alguna de estas cosas al más insignificante de estos, mis hermanos, ¡me lo hicieron a mí!”. Pero continúa enseñando en los 41 - 45: “Luego el Rey se dirigirá a los de la izquierda y dirá: “¡Fuera de aquí, ustedes, los malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus demonios! 42 Pues tuve hambre, y no me alimentaron. Tuve sed, y no me dieron de beber. 43 Fui extranjero, y no me invitaron a su hogar. Estuve desnudo, y no me dieron ropa. Estuve enfermo y en prisión, y no me visitaron”. 44 »Entonces ellos responderán: “Señor, ¿en qué momento te vimos con hambre o con sed o como extranjero o desnudo o enfermo o en prisión y no te ayudamos?”. 45 »Y él responderá: “Les digo la verdad, cuando se negaron a ayudar al más insignificante de estos, mis hermanos, se negaron a ayudarme a mí”. La diferencia entre el uno y el otro no se determina por cuanto cantaron, por cuanto creyeron, por cuanto conocimiento tenían, ni por cuando declararon, ni por cuanto decretaron, sino que se determina por el cómo vivieron, si vivieron para ellos o para alcanzar a otros. CONCLUSION Fe En Acción La mejor ilustración de la fe en acción la vemos en Marcos 2: 1 - 5. Había un hombre paralítico y cuatro hombres lo cargaron para llevarlo a Jesús, pero cuando llegaron no podían entrar a causa de la multitud, ellos pudieron resignarse y decirle al paralítico: Ni modo, al menos tratamos. Pero eso no fue lo que hicieron, sino que al no poder llegar hasta donde Jesús, subieron al hombre por el techo de la casa, abrieron un agujero en el techo y lo bajaron en la camilla delante de Jesús. Imagínese el esfuerzo que se necesitó, la planeación que se requirió, la disposición, el sacrificio. Pero lo más impresionante es que nos dice que Jesús estaba de acuerdo con Santiago; porque nos dice en el 5: “Al ver la fe de ellos, Jesús le dijo al paralítico: «Hijo mío, tus pecados son perdonados”. ¿Usted cree que estos cuatro hombres que llevaron al paralítico cuando lo vieron levantarse, estarían diciendo: Wow, por estar cargando a este hombre me perdí el juego, o me perdí la novela, o me perdí de ganarme el overtime en el trabajo? Por supuesto que no, sino que al darse cuenta de que eran parte de algo mayor, que fueron parte de algo sobrenatural tiene que haberles producido un gozo incalculable, una alegría que tuvieron que haber estado hablando de eso toda su vida. Así puede ser su vida, su vida puede servir para transformar vidas, para impactar vidas, para restaurar vidas. Te garantizo que cuando veas vidas transformadas y sepas que fuiste parte de ello, tu vida jamás será la misma, sentirás un gozo incalculable, una alegría y una pasión inexplicable. Me fascina esta declaración porque nos dice: Al ver la fe de ellos. Lo que nos muestra que la fe, si se puede ver con buenas acciones. De la misma manera que la fe de los maestros de CAFE Kids se deja ver, que de los mentores, los de Media, los de Parking, los ujieres, los Pastores de ministerio, los de la Alabanza, Mí Café, Food Pantry, ECC, Staff, Bienvenida, CY, CYA, Food Pantry, Moderadores de Matrimonio, Voluntarios, Servidores. La fe de esas personas que sirven a Dios si se puede ver por sus buenas acciones. Y deberíamos darle un aplauso. Dios creó el universo, lo que significa que Dios no necesita de nosotros para nada, lo que Dios se determina hacer, lo hace y punto. La razón por la que Dios nos permite servir y colaborar en su Reino es con el fin de que nos mantengamos admirados de sus grandezas, que al poder ver vidas transformadas, familias restauradas, personas siendo edificadas y saber que fuimos colaboradores juntamente con Cristo en ese proceso, eso debe llevarnos a vivir admirados y debe producir un gozo en nosotros impresionante. Si supiéramos que lo que hacemos para Dios nunca será en vano, Santiago inclusive menciona en el 25: “Rahab, la prostituta, es otro ejemplo. Fue declarada justa ante Dios por sus acciones cuando ella escondió a los mensajeros y los ayudó a regresar sin riesgo alguno por otro camino”. Esta mujer prostituta de Jericó, arriesgó su propia vida por servir y ocultar a los espías de Dios cuando Josué los envió y por su fe junto con sus buenas acciones, nos dice Hebreos 11: 31: “Fue por la fe que Rahab, la prostituta, no fue destruida junto con los habitantes de su ciudad que se negaron a obedecer a Dios. Pues ella había recibido en paz a los espías”. Esta mujer que comenzó su vida como espía, puso su fe en Dios y junto con sus buenas acciones ahora también le permitió ser parte de la genealogía de Jesús. Cuando ella hizo lo que hizo no estaba pensando que ella sería parte de la genealogía del Mesías, el Salvador del mundo. Si no que ella hizo lo que tuvo que hacer y Dios le supo recompensar más allá de lo que ella podría imaginar. ¿Quién diría que de una prostituta que puso su fe en Dios y junto con sus buenas acciones, ahora estaríamos hablando de ella miles de años después? Así mismo es cuando nosotros servimos a Dios, y acompañamos nuestra fe con buenas acciones, con servir a los demás, con invertirle a los niños, los jóvenes, los hermanos, la iglesia, los inconversos, nunca sabemos hasta donde nuestras buenas acciones pueden llevar a una persona. Los que nos invertimos por los demás, Dios nos recompensa, aun en nuestra propia familia. Comencemos a servir a Dios y ser un ejemplo para nuestras generaciones, que vean lo apasionados que estamos por Cristo, que vean que creemos en nuestro Señor y Salvador y que vale la pena servirle. Creo que Dios puede usarnos con poder, usarnos para alcanzar la vida de otra persona, pongámonos en las manos de Dios y sirvamos a Dios y veremos lo asombroso que es nuestro Dios. Vivamos poniendo acción a nuestra fe, si no está sirviendo, comience a servir, si aún no se anima a hacer discípulos, comience hoy mismo con sus libros de Vida Discipular, pero mientras tanto tomemos la decisión de hablarle esta semana a alguien de Jesús, hágalo x1+, para alcanzar a uno más, bendecir a uno más, discipular a uno más, hasta que todos declaren que: NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO