Obstáculos De La Vida De Fe 10

El Obstáculo De La Autosuficiencia

By Richard Martínez, Pastor Principal, June 11, 2023

INTRODUCCION

Continuamos con la serie “Obstáculos de la vida de fe” y el día de hoy estaremos hablando de la autosuficiencia.

La autosuficiencia es la capacidad de satisfacer nuestras necesidades sin ninguna dependencia externa,

en este caso, sin depender de Dios. Para muchos la autosuficiencia pareciera ser algo positivo, pero en realidad es un peligro, la autosuficiencia nos motiva a depender más en nosotros y menos en Dios.

MENSAJE

La Arrogancia De La Autosuficiencia

Por eso vemos lo que Santiago escribió en

Santiago 4: 13 - 16: “Presten atención, ustedes qué dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y nos quedaremos un año. Haremos negocios allí y ganaremos dinero». 14 ¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana? La vida de ustedes es como la neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma. 15 Lo que deberían decir es: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello». 16 De lo contrario, están haciendo alarde de sus propios planes pretenciosos, y semejante jactancia es maligna”.

Santiago no nos está diciendo que tiene algo de malo hacer planes para el futuro, ni tampoco tiene nada de malo ganar dinero, sino que el problema que está confrontando es que al ellos verse en cierta necesidad, hacían planes para ver cómo salir de la necesidad en la que se encontraban y esto los llevaba a poner su confianza en ellos mismos y no en Dios y el peligro de ello es que lo que hacemos en nuestras fuerzas, puede hoy parecer una bendición, pero mañana puede convertirse en nuestra peor pesadilla.

El Peligro De La Autosuficiencia

Una ilustración de la autosuficiencia la vimos en la serie pasada en Daniel 4; después de Nabucodonosor declarar que el Dios de Daniel era el único Dios. Él añade en los

  1. 2 - 4 lo siguiente: “Quiero que todos conozcan las señales milagrosas y las maravillas que el Dios Altísimo ha realizado en mi favor. 3 ¡Cuán grandiosas son sus señales y cuán poderosas sus maravillas! Su reino durará para siempre, y su dominio por todas las generaciones. 4 Yo, Nabucodonosor, vivía en mi palacio con comodidad y prosperidad”.

Luego Nabucodonosor tiene un sueño en el que cuando Daniel se lo interpreta, le declara que viviría expulsado de la sociedad, con los animales salvajes y comerá pasto como el ganado y le dice en el

  1. 27: “Rey Nabucodonosor, por favor, acepte mi consejo. Deje de pecar y haga lo correcto. Apártese de su perverso pasado y sea compasivo con los pobres. Quizá, entonces, pueda seguir prosperando”.

Pero en vez de Nabucodonosor ser humilde se movió en arrogancia y autosuficiencia y nos dice en los

  1. 29 - 30 que: “Doce meses más tarde, el rey caminaba sobre la terraza del palacio real en Babilonia 30 y mientras contemplaba la ciudad, dijo: “¡Miren esta grandiosa ciudad de Babilonia! Edifiqué esta hermosa ciudad con mi gran poder para que fuera mi residencia real a fin de desplegar mi esplendor majestuoso”.

Y en ese momento Dios lo expulsó de la sociedad como le había declarado.

La razón por la que utilizo este ejemplo es porque así mismo nos puede suceder a nosotros,

cuando se nos olvida que quien nos ha levantado,

restaurado, alcanzando, bendecido, edificado ha sido Dios, cuando nos vemos mejor sea en nuestra familia, matrimonio, nuestras finanzas, nuestra salud, nuestra vida espiritual, se nos olvide que fue Dios quien lo hizo.

Muchas personas vienen a Jesús o buscan a Jesús, cuando están atravesando alguna necesidad y una vez que en Cristo resuelven su situación o encuentran restauración, se les puede hacer muy fácil sentirse autosuficientes, olvidándose de la condición en la que se encontraban cuando Jesús les alcanzó.

No consideran que la razón por la que Dios les permitió salir de la condición en la que se encontraban no era para que se sintieran autosuficientes, sino que lo hizo con el fin de que de movernos a una vida de agradecimiento, de mayor devoción, fidelidad y entrega a Él.

Por eso vemos que Santiago reprende aún a los ricos en Santiago 5: 1 - 6, no por ser ricos, sino porque habían puesto su confianza en la riqueza y su abundancia había corrompido sus corazones. Aun Daniel le demostró a Nabucodonosor que su prosperidad no era el problema, sino su corazón. Él le dijo a Nabucodonosor en el

  1. 27: “Rey Nabucodonosor, por favor, acepte mi consejo. Deje de pecar y haga lo correcto. Apártese de su perverso pasado y sea compasivo con los pobres. Quizá, entonces, pueda seguir prosperando.”

Nabucodonosor mismo reconoció que su prosperidad había venido de parte de Dios, pero en el proceso cayó en la trampa de la arrogancia y la autosuficiencia y el pensar que todo lo que tenía era gracias a su propio esfuerzo y no reconocer que fue gracias a Dios.

Es importante entender que Dios no tiene problema preparándonos, personalmente creo que Dios quiere prosperar a sus hijos; pero debemos tener cuidado en que esa prosperidad no nos lleve a no ser agradecidos con Dios o a no reconocer que todo lo que somos, alcanzamos y tenemos es gracias a Él y gracias a lo que Él hizo por nosotros en la cruz, porque entonces lo que esa prosperidad puede producir en nosotros es llevarnos a la arrogancia y la autosuficiencia.

Por eso es que nunca he entendido por qué a algunas personas les molesta cuando se les habla del diezmo y otras se les dificulta dar sus diezmos y ofrendas, cuando Dios dio lo mejor de Él, cuando entregó a su hijo en la cruz del Calvario por nosotros.

¿Cómo podemos llegar a sentirnos tan autosuficientes como para no obedecer, lo que dice en su Palabra?

Con pretextos de autosuficiencia y arrogancia, cuando aún todo lo que tenemos, desde la familia, la casa, el trabajo, la salud, el negocio, las fuerzas, la energía, la vida, aun el suspiro que estamos dando en este momento es gracias a Él?

  1. Cuando Dios nos saca de una crisis no es para que nos acomodemos, sino para que recordemos que fue Él quien nos sacó y vivamos una vida de adoración a Él.

  2. Cuando Dios nos da abundancia no es porque lo merecemos, sino que es para que constantemente recordemos que fue Él, quien nos bendijo y para que vivamos una vida de agradecimiento y generosidad.

  3. Cuando Dios nos sana de la enfermedad no es para que vivamos cómodos, sino para que aprovechemos la salud y le sirvamos a Él con todas nuestras fuerzas.

  4. Cuando Dios nos salva, nos restaura o nos liberta, no es para nuestra comodidad, sino para que le contemos a todos lo que Él hizo por nosotros y ellos también puedan creer en Él.

  5. Nada de lo que Dios hace por nosotros es para llevarnos a la autosuficiencia, sino para llevarnos a una vida de humildad, devoción, agradecimiento y dependencia en Él.

CONCLUSION

El deseo de Dios no es que vivamos limitados, ni en fracaso, pero tampoco es que vivamos una vida de autosuficiencia, sino que el deseo de Dios es que vivamos en una constante dependencia de Él.

Porque el problema de la autosuficiencia es que nos mantendrá dependiendo de nosotros mismos, lo cual hace que vivamos frustrados y limitados de poder ver lo mejor de Dios para nosotros.

Por eso miremos como Proverbios 3: 5 - 10 nos da conceptos poderosos para vencer la autosuficiencia en nuestras vidas y nos dice:

“Confía en el Señor con todo tu corazón; no dependas de tu propio entendimiento. 6 Busca su voluntad en todo lo que hagas, y él te mostrará cuál camino tomar. 7 No te dejes impresionar por tu propia sabiduría. En cambio, teme al Señor y aléjate del mal. 8 Entonces dará salud a tu cuerpo y fortaleza a tus huesos”.

1. Lo primero que nos dice para vencer la autosuficiencia es que Confiar solo en el Señor.

La palabra Confía que encontramos aquí, significa: encontrar seguridad, descanso y reposo. Lo que significa que Dios nos llama a crear tal dependencia en Él que podemos encontrar descanso, seguridad.

Imagínese que usted hereda 100 millones de dólares, el problema no son los 100 millones de dólares, el problema sería si ponemos nuestra confianza en los 100 millones de dólares por la estabilidad económica que provee.

¿Por qué digo que eso es un problema?

Porque el dinero tarde que temprano se acaba; pero, aun así, no nos garantiza paz, no garantiza reposo, no garantiza gozo, porque el único que puede garantizar todo eso y mucho más es Dios. Por eso es que aun teniendo los 100 millones de dólares tenemos que vivir una vida de total dependencia de Dios. . Ahora bien, la dependencia de Dios parece algo complicado de entender, pero no es difícil, la dependencia de Dios la desarrollamos cuando entendemos que todo lo que estamos viviendo es gracias a Él. Que si tenemos trabajo, casa, es porque Dios no lo dio y ahora en vez de depender de todo ello, continuamos enfocándonos en Dios, viviendo agradecidos y honrándolo.

2. No depender de nuestro entendimiento.

El depender de nuestro entendimiento es llegar a pensar que tenemos la solución, que el hecho de que hemos logrado, de que hemos avanzado, significa que ya estamos bien. Esto fue lo que Jesús explicó en Lucas 12: 16 - 21 cuando contó la parábola del hombre rico, nos dice en los v. 16 - 19 que él dependió de su propio entendimiento, de lo que debía hacer, de cómo debía vivir, independiente de Dios, sin saber que esa misma noche iba a morir. Aún dice en el

  1. 21 “Así es, el que almacena riquezas terrenales, pero no es rico en su relación con Dios es un necio”.

Depender de nosotros mismos es una necedad, porque el único que es Alfa y Omega es Dios. Por eso Santiago dijo en

Santiago 4: 14: ¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana?”.

Si queremos ser sabios, debemos invertir menos en nuestro razonamiento y más en nuestra relación con Dios. Porque

sí invertimos en nuestra relación con Dios no hay manera de errar y podemos tener paz en cualquiera que sea nuestra situación.

3. Busquemos al Señor en todo lo que hagamos.

Por eso es que nos dice en Proverbios 3: 6 que el estilo de vida que debemos tener es uno de busqueda constante.

Santiago también lo dijo; en el

  1. 15: “Lo que deberían decir es: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello”.

Santiago dice que si dependemos de nosotros mismos, quitamos a Dios de la ecuación y ponemos otras cosas antes que Dios, y añade en el

  1. 16: “De lo contrario, están haciendo alarde de sus propios planes pretenciosos, y semejante jactancia es maligna”.

No solo significa que quitamos a Dios de la ecuación, sino que corremos el peligro de que nuestros planes sean pretenciosos y no honren a Dios.

Por eso es que tenemos que buscar a Dios en todo lo que hagamos, exponerle todo por medio de la oración y filtrarlas por medio de la Palabra.

Para algunos esto puede sonar exagerado, pero la verdad es que es la mejor forma de nosotros vivir una vida de bendición y paz es en total dependencia de Dios , Proverbios 3: 7 - 8 nos da una gran promesa y nos enseña que cuando vivimos una vida de dependencia total de Dios: Él nos mostrará qué camino tomar; Él dará salud a nuestros cuerpos, fortaleza a nuestros huesos y desbordaremos de gozo y bendición; eso es lo que está en el corazón de Dios por nosotros.

No se deje engañar por el enemigo, lo único seguro que tenemos en la vida es a Cristo. Medite en cómo era su vida antes de Cristo y se dará cuenta de que Dios nos dio juntamente con Cristo todas las cosas, porque ahora que estamos en Cristo, tenemos paz, gozo, bendición, salvación, plenitud, etc.

  • ¿Por qué dudar que en Él tenemos todo lo que necesitamos?
  • ¿Si él nos demostró cuánto nos amó cuando nos salvó, porque creer ahora que no nos cuidará?

Es todo lo contrario, Dios nos amó, nos ama y nos amará por la eternidad. Nos ama tanto que creó la vida eterna, para estar con nosotros, usted cree que nos quiere limitar aquí en la tierra. Es todo lo contrario, lo que quiere es que tengamos paz y confianza de que es Él quien está en control de nuestras vidas y por eso nos llama a vivir una vida de total dependencia de Él.

Si aún usted no le ha entregado su vida a Cristo, medite en lo que dice

1 Juan 4: 9 - 10 que dice: “Dios mostró cuánto nos ama al enviar a su único Hijo al mundo, para que tengamos vida eterna por medio de él. 10 En esto consiste el amor verdadero: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo como sacrificio para quitar nuestros pecados”.

Imagínese cuánto le ama Dios, que envió a su Hijo al mundo para que usted tenga salvación y vida eterna, imagínese cuánto le ama, que no esperó a que usted le amará, para amarlo. El hecho de que usted esté leyendo este mensaje, es un claro indicativo de que Dios le ama y quiere que usted en este día ponga su confianza y su vida en sus manos.

Vivamos una vida de dependencia de Dios, porque su amor nunca se agota, no caduca, no tiene fin y es en esa actitud de dependencia que jamás seremos decepcionados.

y viviremos siempre para declarar que:

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO