Básico y Profundo 1

Creyendo La Palabra De Dios

By Richard Martínez, Pastor Principal, August 06, 2023

INTRODUCCION

Hoy comenzamos una nueva serie de mensajes llamada Básico y Profundo, en la cual explicaremos de forma sencilla conceptos importantes de la fe.

Nuestro deseo por medio de esta serie es que podamos obtener tal convicción que nada ni nadie pueda llegar a confundirnos y que mientras más convicción obtengamos, vivamos más apasionados.

Creo que a todo el mundo le sucede que sabe que debe tener el hábito de leer la Biblia, pero se le dificulta sacar el tiempo para leerla y estudiarla.

Pero si entendiéramos lo importante que es la Palabra de Dios para nuestras vidas, definitivamente la leyéramos mucho más y buscaríamos descubrir en ella los recursos que necesitamos para nuestra vida.

MENSAJE

Las Batallas Internas y La Palabra De Dios

Hay muchas batallas que vencemos por medio de la Palabra de Dios y muchas formas de utilizar la palabra para tener victorias, pero personalmente creo que hay 3 batallas principales que tenemos que vencer por medio de la Palabra de Dios:

  • La batalla de la tentación.
  • La batalla de la identidad.
  • La batalla de la incredulidad.

La batalla de la tentación

Génesis 3: 1 - 6: La serpiente era el más astuto de todos los animales salvajes que el Señor Dios había hecho. Cierto día le preguntó a la mujer: —¿De veras Dios les dijo que no deben comer del fruto de ninguno de los árboles del huerto? 2 —Claro que podemos comer del fruto de los árboles del huerto—contestó la mujer—. 3 Es solo del fruto del árbol que está en medio del huerto del que no se nos permite comer. Dios dijo: “No deben comerlo, ni siquiera tocarlo; si lo hacen, morirán”. 4 —¡No morirán!—respondió la serpiente a la mujer—. 5 Dios sabe que, en cuanto coman del fruto, se les abrirán los ojos y serán como Dios, con el conocimiento del bien y del mal. 6 La mujer quedó convencida. Vio que el árbol era hermoso y su fruto parecía delicioso, y quiso la sabiduría que le daría. Así que tomó del fruto y lo comió. Después le dio un poco a su esposo que estaba con ella, y él también comió.

Cuando analizamos esto que acabamos de leer, nos damos cuenta de que el enemigo no vino a afectar la vida de Adán y Eva por medio de problemas, circunstancias o situaciones. Muchas personas siguen pensando que cuando les va mal es porque el enemigo los está atacando, pero no es así, en ocasiones las cosas van mal, porque tomamos las decisiones incorrectas, en otras, porque así es la vida.

Sin embargo, lo que sí es cierto y muchos no analizan es que la manera en la que el enemigo sigue operando es por medio de la tentación y la persuasión, en otras palabras, nos llena la mente con información falsa como la que acabamos de ver en Génesis 3 con el fin de llevarnos a tomar decisiones que nos lleven a desobedecer a Dios y ser presos del pecado.

Esa sigue siendo la misma estrategia que el enemigo aún continúa utilizando hoy día, aun cuando no toma forma de serpiente, ni nos habla desde un árbol, la estrategia que sigue utilizando hasta el día de hoy es la persuasión, el engaño, la falsa información y la confusión. Por eso es que vemos que si hay algo que el enemigo está controlando el día de hoy es el cómo nos llega la información y nos llena de falsa información por todas partes para tentarnos y llevarnos al pecado.

Por eso es que es tan importante entender que la tentación no la vencemos con gritos ni emociones, sino que las tentaciones y las ofertas del enemigo las vencemos cuando intencionalmente basamos nuestra vida, nuestras convicciones, nuestras decisiones en lo que descubrimos de la Palabra de Dios, vencemos la tentación cuando decidimos descubrir y obedecer lo que nos enseña la Palabra de Dios en vez de dejarnos llevar por la información que recibimos del mundo, ni del diablo.

Tendremos la habilidad de vencer las tentaciones y las ofertas del enemigo por medio de la Palabra de Dios que hemos atesorado en nuestros corazones. Como nos dice

Salmo 119: 11: “He guardado tu palabra en mi corazón, para no pecar contra ti”.

La Batalla De La Identidad

La Biblia nos dice en

Mateo 4: 1 - 11: “Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que allí lo tentara el diablo. 2 Durante cuarenta días y cuarenta noches ayunó y después tuvo mucha hambre. 3 En ese tiempo, el diablo se le acercó y le dijo: —Si eres el Hijo de Dios, di a estas piedras que se conviertan en pan. 4 Jesús le dijo: —¡No! Las Escrituras dicen: “La gente no vive solo de pan, sino de cada palabra que sale de la boca de Dios”. 5 Después el diablo lo llevó a la santa ciudad, Jerusalén, al punto más alto del templo, 6 y dijo: —Si eres el Hijo de Dios, ¡tírate! Pues las Escrituras dicen: “Él ordenará a sus ángeles que te protejan. Y te sostendrán con sus manos para que ni siquiera te lastimes el pie con una piedra”. 7 Jesús le respondió: —Las Escrituras también dicen: “No pondrás a prueba al Señor tu Dios”. 8 Luego el diablo lo llevó a la cima de una montaña muy alta y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria que hay en ellos. 9 —Te daré todo esto—dijo—si te arrodillas y me adoras. 10 —Vete de aquí, Satanás—le dijo Jesús—, porque las Escrituras dicen: “Adora al Señor tu Dios y sírvele únicamente a él”. 11 Entonces el diablo se fue, y llegaron ángeles a cuidar a Jesús”.

Podemos ver en el v. 3 que lo que el enemigo buscó primeramente afectar fue la identidad de Jesús al decirle:

“Si eres el Hijo de Dios…”.

Sin embargo, la razón por la que esto no funcionó con Jesús, es porque si miramos en Mateo 3: 17 luego de Jesús ser bautizado por Juan, nos dice que el Padre hizo una declaración desde el cielo y dijo:

«Este es mi Hijo muy amado, quien me da gran gozo».

Todo lo que Jesús necesitó para contrarrestar la persuasión y el engaño del enemigo en relación con su identidad, fue lo que conocía de la Palabra de Dios y lo que Dios había declarado sobre su vida, por esa razón el diablo no pudo confundirlo, porque Jesús tenía bien claro lo que el Padre había declarado sobre Él y decidió creer lo que el Padre declaró por encima de la mentira del enemigo.

Jesús no dijo; Déjame ir al culto o a la sinagoga para que me animen, para poder vencer al enemigo, sino que Jesús contrarrestó el ataque del enemigo con la Palabra de Dios que ya había atesorado. Por eso es que no podemos permitir que ninguna persona, ningún gobierno, ninguna moda, ningún ámbito de la sociedad, ninguna relación, ningún familiar nos lleve a creer que pueden determinar nuestra identidad, porque la identidad que tenemos es la que Dios ha establecido en su Palabra y lo que más el enemigo quiere es que renunciemos a la identidad dada por Dios.

¿Por qué usted cree que hemos sido traicionados, engañados, abandonados, desechados, maltratados?

Porque es la forma en la que el enemigo busca afectar y confundir nuestra identidad.

Por ejemplo cuando un niño o niña es abusado, maltratado, abandonado enfrenta un evento traumático que le afectará por el resto de su vida y esa maquinación del enemigo viene a perturbar la identidad de ese niño o niña. Lo que vemos hoy día de cómo quieren hacer creer a nuestros niños que nacieron en el cuerpo equivocado, eso es una artimaña del diablo para confundir su identidad. Lo mismo ocurre cuando una persona maltratada por un ser amado recibe insultos, agresiones, malas palabras, engaños y agresión, su identidad es afectada.

Pero en realidad haya pasado lo que haya pasado, haya sufrido lo que haya sufrido, nada de lo que usted ha atravesado en la vida, tiene el poder de determinar su identidad, porque nosotros no somos lo que las situaciones, ni el enemigo deciden, sino que somos lo que Dios ha declarado que somos, su Palabra está cargada y es la que determina nuestra identidad. 1

Pedro 2: 9 - 10: dice “Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido. Son sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa. 10 «Antes no tenían identidad como pueblo, ahora son pueblo de Dios. Antes no recibieron misericordia, ahora han recibido la misericordia de Dios”.

Las declaraciones que encontramos en la Palabra de Dios son las que determinan nuestra identidad, por eso es que pase lo que pase o venga lo que venga, nosotros tenemos que recordar quienes somos para Dios, cuál es nuestra identidad y cuando el enemigo, cualquier persona o cualquier situación venga a afectar nuestra identidad, tenemos que luchar y pelear contra ello, por medio de la Palabra de Dios y

creer la Palabra de Dios por encima aún de las experiencias traumáticas que pudimos haber enfrentado o que podamos llegar a enfrentar.

La Batalla De La Incredulidad y La Fe

La última batalla que debemos vencer por medio de la Palabra de Dios es la de la incredulidad.

Muchas personas cuando leen la Palabra de Dios y ven los eventos impresionantes que Dios hizo, piensan el porqué Dios no contesta algo en sus vidas. Pero existen varios factores que debemos tomar en cuenta y es que nosotros conocemos el desenlace de la historia de lo que leemos en la Biblia, pero no conocemos el nivel de amargura, de dolor, de duda, de luchas internas, emocionales o espirituales que las personas de las que leemos en la Biblia atravesaron.

Por ejemplo yo no puedo imaginarme el nivel de dolor y amargura que Abraham tiene que haber atravesado cuando Dios le pidió que sacrificara a su hijo Isaac, solo conocemos el desenlace, pero Abraham tiene que haber sufrido, dudado, se tiene que haber confundido en el proceso, pero lo que le dio la victoria, fue de que continuó creyendo a pesar de todos los sentimientos que se manifestaban dentro de él.

Por esta razón es que nosotros en medio de toda circunstancia, en medio de toda prueba, no podemos dejar de creer en las promesas de Dios para nuestras vidas. Por ejemplo nos dice en

Romanos 15:4 “Tales cosas se escribieron hace tiempo en las Escrituras para que nos sirvan de enseñanza. Y las Escrituras nos dan esperanza y ánimo mientras esperamos con paciencia hasta que se cumplan las promesas de Dios”.

Esto nos demuestra que cada una de las verdades que descubrimos en la Palabra han sido dadas por Dios con el fin de que nos den esperanza y ánimo, mientras esperamos que Dios haga lo que ha determinado hacer en nuestras vidas. Por ejemplo es cierto que yo no estoy huyendo de la esclavitud y no estoy frente al Mar Rojo y con los egipcios viniendo a atacarme. Cualquier cosa que yo atraviese en la vida no es nada comparado con lo que ellos atravesaron en sus vidas y en ese momento.

Sin embargo, el poder leer esa historia y ver cómo Dios abrió el Mar Rojo y mató a los egipcios, nos debe dar la esperanza y el ánimo para esperar con paciencia a que Dios cumpla el milagro en mí vida y por esa razón es que tenemos que leer la Palabra de Dios y creer a la Palabra de Dios para vencer con la fe en la Palabra de Dios la incredulidad que viene a limitarnos.

CONCLUSION

Tenemos que tomar la Palabra de Dios y no solo leerla, sino creerla, atesorarla, pero también aplicarla y declararla sobre nuestras vidas y cualquier situación que podamos tener delante de nosotros.

Por ejemplo, en

Ezequiel 37: 1 - 3 nos dice: “El Señor puso su mano sobre mí y fui llevado por el Espíritu del Señor hasta un valle que estaba lleno de huesos. 2 El Señor me condujo por entre los huesos que cubrían el fondo del valle. Estaban desparramados en el suelo por todas partes y completamente secos. 3 Luego me preguntó: —Hijo de hombre, ¿podrán estos huesos volver a convertirse en personas vivas? —Oh Señor Soberano—respondí—, solo tú sabes la respuesta”.

Esto es interesante porque esto era una situación imposible, era una situación en la que el profeta no tenía la más mínima experiencia, ni conocimiento de cómo pudieran volver a la vida huesos secos. Me fascina su respuesta, porque él dijo:

”Oh Señor Soberano, solo tú sabes la respuesta”.

La razón por la que me fascina esta respuesta es porque era como diciéndole, si estos huesos cobrarán vida o no, la respuesta está en ti, la respuesta la tienes tú, la respuesta la encuentro solo en ti.

Y es eso lo que tenemos que entender sobre las situaciones imposibles de nuestras vidas, la respuesta no está en nosotros, no está en nuestras emociones, no está en nuestro carisma, la respuesta solo la tiene Dios, solo proviene de Dios, solo la encontramos en la Palabra de Dios.

Lo que significa que el profeta le dio la respuesta correcta, por eso es que Dios cuando ahora estaba por obrar un milagro sorprendente le dijo al profeta en los

  1. 4 - 9: “Entonces me dijo: —Anuncia un mensaje profético a estos huesos y diles: “¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor! 5 Esto dice el Señor Soberano: ‘¡Atención! ¡Pondré aliento dentro de ustedes y haré que vuelvan a vivir! 6 Les pondré carne y músculos y los recubriré con piel. Pondré aliento en ustedes y revivirán. Entonces sabrán que yo soy el Señor’”. 7 Así que yo anuncié el mensaje, tal como él me dijo. De repente, mientras yo hablaba, se oyó un ruido, un traqueteo por todo el valle. Se juntaron los huesos de cada cuerpo y volvieron a unirse hasta formar esqueletos enteros. 8 Mientras yo observaba, vi que se formaron músculos y apareció carne sobre los huesos. Después se formó piel para recubrir los cuerpos, pero aún no tenían aliento de vida. 9 Luego me dijo: «Hijo de hombre, anuncia un mensaje profético a los vientos. Anuncia un mensaje profético y di: “Esto dice el Señor Soberano: ‘¡Ven, oh aliento, ven de los cuatro vientos y sopla en estos cuerpos muertos para que vuelvan a vivir!’”».

La orden dada por Dios era que anunciara el mensaje de Dios, al punto que él dice en el

  1. 7: Así que yo anuncié el mensaje, tal como él me dijo…

No se inventó el mensaje, sino que anunció el mensaje que Dios le dio que anunciara.

Esto es lo que muchas personas no entienden de la Biblia, las personas ven la Biblia como un libro aburrido, como un libro de órdenes e instrucciones, pero aquí Dios dejó escrito todo lo que necesitamos en nuestras vidas para creer, para obedecer, confiar y para poder anunciar el mensaje que encontramos en la Palabra, tenemos que anunciar el mensaje sobre nuestras vidas, sobre nuestras familias, sobre nuestras generaciones, sobre cualquier situación que pueda estar atravesando, anuncie el mensaje, profetice el mensaje que Dios le mostró en su Palabra, porque el milagro en nuestras vidas no radica en nuestra emoción, sino en nuestra convicción de la Palabra de Dios.

Así que en este día mi deseo no es que usted grite el mensaje, no es que usted decrete a voz viva el mensaje, sino que lo crea, que le informe a su conciencia, a su miedo, a su corazón el mensaje, que contrarreste toda mentira, persuasión, artimaña del diablo con el mensaje de la Palabra de Dios.

Yo no sé qué mentira el enemigo le ha vendido, que dolor le ha causado, pero hay un mensaje en la Palabra de Dios en

2 Corintios 5: 17 que nos dice:… Todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado; ¡una nueva vida ha comenzado!

En este día, su vida puede ser diferente, si toma la decisión de entregar su vida a Cristo Jesús.

Salgamos de este lugar con la determinación de que leeremos la Palabra, que atesoraremos la Palabra, que nos apasionaremos por la Palabra, que obedeceremos la Palabra y que viviremos para declarar de que

NO HAY NADA MEJOR QUE SER CRISTIANO